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la sangre de los corderos


[Claudia Kolker] En medio de las guerras que azotan a regiones como Afganistán e Iraq, grupos de cristianos continúan sus actividades misioneras, arriesgando muchas veces la vida. También contribuyen a enturbiar las de por sí tensas relaciones entre occidentales -desde cooperantes hasta diplomáticos- y las poblaciones locales. Los Angeles Times colocó recientemente el siguiente reportaje sobre la Voz de los Mártires, una organización dedicada a ayudar de manera muy poco convencional a cristianos perseguidos.
Un mes después de que cayeran las primeras bombas en Afganistán, una viuda en el occidente de Pakistán le abrió la puerta a dos hombres con barbas despeinadas, ropas típicas y la piel embadurnada de una crema bronceadora de color naranja. Tres semanas antes el marido de la mujer, un pastor protestante, estaba en la iglesia cuando tres pistoleros irrumpieron gritando "Allahu akbar", y lo mataron a él y a catorce feligreses.
Poco antes la viuda había recibido un mensaje. Unos occidentales comprensivos querían conocerla. Ahora, parada en la puerta, los bronceados norteamericanos explicaron que eran de una organización de caridad llamada la Voz de los Mártires, cuyos miembros infiltraban algunas de las regiones más peligrosas del mundo para ayudar a los cristianos perseguidos. ¿Necesitaba algo? Si se trataba de dinero, ellos podían ayudarla. O si se trataba de orar por alguien. Pero había una cosa que la Voz de los Mártires no podía ni quería hacer por cristianos como ella. No tratarían de detener la persecución.
La Voz de los Mártires es un grupo evangélico con sede en Oklahoma que empezó como una oscura organización de beneficencia durante la Guerra Fría y ahora maneja un presupuesto de 28 millones de dólares y dirige operaciones en más de cuarenta países. Ofrece ayuda convencional, tal como dinero a la viuda paquistaní, y cualquier cosa, desde sábanas hasta enseres de cocina, a cristianos perseguidos en otros países. Menos práctica, pero incluso más importante, según el director general de la Voz de los Mártires, Tom White, es la solidaridad espiritual que ofrece la organuzación. Se trate de rezar con los perseguidos en sus iglesias clandestinas, o de montar imprentas para imprimir Biblias ilegalmente, o para documentar y dar a conocer los abusos, los oprimidos necesitan saber que no están solos.
Esos objetivos hacen de la Voz de los Mártires (VOM) una más de las muchas organizaciones cristianas que realizan acciones similares en todo el mundo. Sin embargo, y de un modo sorprendente, la VOM es única. La persecución de los cristianos es algo que la organización más bien saluda que impide. Es su sufrimiento, cree la VOM, lo que inspira a otros cristianos y ayuda a crecer a la iglesia.
"No la vemos [la persecución] como un problema al que podamos oponernos o ayudar a resolver", dice el portavoz Todd Nettleton. "Ocurrirá siempre, porque Cristo prometió que ocurriría. Nuestra misión es acompañar a los sufren la persecución, apoyarlos dónde y cuándo podamos, y ser una bendición para ellos. A su vez, ellos nos entregan sus testimonios en la fe de Dios".
"Estoy sorprendido de que todavía no nos hayan bombardeado", dice Ray Thorne, uno de los dos hombres que viajó a Pakistán y ahora es director de programas de la VOM, reclinándose en confianza en su escritorio en el cuartel general de la organización en Bartlesville, Oklahoma. La VOM queda cerca del centro de la ciudad, en un pulcro edificio de ladrillos que fue alguna vez el Montgomery Ward. Impecable y brillantemente iluminada, la oficina resplandece de hombres y mujeres de aspecto sano. Aunque mientras más sabe uno sobre sus objetivos, más razón parece tener Thorne. La Voz de los Mártires no es una organización sin fines de lucro cualquiera.
Debido a que es a-política, dice Nettleton, la VOM se relaciona muy poco con los gobiernos, incluyendo al de la Casa Blanca. En lugar de eso, la Voz de los Mártires opera infiltrando a unos veinte activistas cada año en países con regímenes anti-cristianos, digamos Sudán o Malasia, a menudo disfrazados de hombres de negocios y cooperantes del desarrollo. Una red de cristianos les conecta entonces con comunidades religiosas ilegales, o iglesias clandestinas, que en algunos países llegan a los miles.
Los activistas visitantes de la VOM pueden rezar con sus compañeros cristianos para mostrar solidaridad, como lo hizo Thorne en Pakistán. En el vecino Iraq reparten sacos de ropa y útiles caseros. En Bangladesh, donde los tabúes de casta prohíben a los cristianos el uso de instalaciones sanitarias públicas, cavan pozos de agua. Pueden instalar imprentas clandestinas en cámaras subterráneas, como hicieron en China, o -su actividad más cercana al proselitismo- lanzar su campaña de globos con versículos. Todos los años los activistas de la VOM viajan en plena noche hacia la frontera entre las dos Coreas. Allí preparan cincuenta mil globos de color mandarina con versículos de las Santas Escrituras. Los activistas luego perforan cada uno de ellos y los sueltan en la zona desmilitarizada y presumiblemente hacia los astilleros norcoreanos.
El grupo también tiene ocho empleados en el extranjero, a tiempo completo, que se establecen en o cerca de los países blanco, haciendo trabajillos mientras reúnen en secreto información sobre las víctimas. Esas pruebas de maltratos a cristianos son a menudo tratadas en la elegante revista de la VOM. "La credibilidad es muy importante para nosotros. Realmente trabajamos duro en eso", dice Thorne. Sonríe.
"Puede usar tácticas de espía. Puede ser un periodista, o un reportero gráfico", dice Thorne al describir a un trabajador de campo típico de la VOM. "Por ejemplo, en un país asiático tenemos un trabajador de terreno que trabaja en una agencia de ayuda humanitaria". Para comunicarse con los operativos Thorne utiliza un código. No cabe duda de que disfruta de ese estilo de capa-y-espada. A veces, confiesa, los colegas lo llaman ´Raybo´, debido a su inclinación por envolverse la cabeza con un pañuelo cuando sale de misión. Thorne cierra los labios discretamente cuando le pregunto por detalles de otros proyectos. "Mira, algunas de estas cosas son tan secretas que no puedo mencionarlas", dice.
De la gente de la VOM, White es el que mejor personifica al grupo en su mezcla de teatro y pasión religiosa. En los años de 1970, cuando intentaba lanzar unos panfletos religiosos sobre Cuba desde un avión, el piloto se vio obligado a hacer un aterrizaje de emergencia. White pasó diecisiete brutales meses en una cárcel cubana hasta que la Madre Teresa logró liberarlo.
Aunque parezca extravagante, dice White, el estilo aventurero de la VOM sirve un solo objetivo: ayudar a los cristianos en otros países a conservar la fe. ¿Significa eso tratar de crear un mundo donde todos seamos cristianos? White se detiene un segundo. Sí, responde llanamente. Para alcanzar esa meta, agrega, "tienes que mantenerte a la cabeza, tecnológicamente hablando. Hoy, con las miniaturas... bueno, mejor no hablemos de esto".
Pero no puede evitar divulgar un poquito más.
"Siempre tratamos de hacer las cosas más pequeñas", dice White. "Como cuando estaba en prisión en Cuba, que escribía cartas en pañuelos de papel. En Asia llevaba microfilms en el culo. "Había visto ´Papillon´", dice.
Lo que llevó a Thorne a la Voz de los Mártires fue un viaje increíblemente peligroso que hizo a Sudán; lo que le pasó a Thorne en ese viaje también puso a la VOM en el mapa. Un amigo le habló a Thorne, un fornido pastor de media jornada de Michigan, sobre un viaje misional que prometía ser diferente a todo lo que había hecho Thorne antes. Curioso, Thorne firmó y en la primavera de 1997 se unió a la media docena de otros misioneros para hacer un viaje a Sudán, donde el gobierno musulmán había declarado la guerra a los cristianos y a las tribus animistas. Al llegar a Kenya los misioneros cargaron un aeroplano de la Segunda Guerra Mundial con Biblias y raciones de supervivencia y volaron luego a las remotas montañas de Nuba. Cuando aterrizaron, recuerda Thorne, se preguntó por qué el piloto dejaba el motor encendido. Pero su atención se volvió rápidamente hacia un olor fétido que le revolvió el estómago y una masa de figuras esqueléticas, semi desnudas, comenzó a salir de entre los árboles.
"Podías saber que se acercaban por el olor", dice Thorne, que ahora trabaja a tiempo completo para la VOM. "Olían tan terriblemente mal. Sus ropas se estaban pudriendo. Y comenzaron a robar la carga del avión y volvieron a la selva".
La razón quedó en claro veinte minutos más tarde. Dos helicópteros pilotados por soldados sudaneses se empinaron sobre las montañas y lanzaron proyectiles contra los cristianos. Dos mujeres fueron alcanzadas y volaron por los aires en chorros de sangre. El helicóptero rompía en el cielo. Thorne y su amigo, Kevin Turner, que pensaba quedarse para trabajar con los cristianos sudaneses, se parapetaron detrás de una pared de rocas y se dispusieron a morir. Evaluaron sombríamente evaluaron sus recursos: una cámara de video, un teléfono móvil. Decidieron filmar primero un mensaje de despedida de sus seres queridos. Y llamaron. El número que marcaron era el de un productor de ´The 700 Club´, el programa de televisión del pastor Pat Robertson, que es visto por millones de evangélicos.
Esa misma noche, más tarde, en Virginia Beach, Virginia, el productor Stan Jeter cogió el teléfono. Reconoció la voz de Turner, al que había conocido antes durante la filmación de un documental. "Kevin describió la situación", recuerda Jeter por teléfono desde los estudios de ´The 700 Club´. "Describió su estado de ánimo, la lluvia de balas y unas mujeres detrás que habían sido alcanzadas".
Por favor pide a la audiencia que rece por nosotros, le pidió Turner al productor. Luego colgó, para poder huir con Thorne. Los hombres siguieron llamando a Jeter los siguientes seis días, cada vez desde nuevos escondites en las montañas. Jeter transmitió las puestas al día en directo en su programa ´The 700 Club´ en la rúbrica de noticias. Los espectadores se volvieron locos. Años antes de que se comercializara el concepto, la reality tv estaba naciendo ante sus propios desorbitados ojos.
"Caminaban de día y se escondían de noche", dicer Jeter. "Luego se agotaron las pilas del teléfono y nos desesperamos. No estaban de ningún modo a salvo. Lo siguiente que supimos fue que habían logrado salir del país". De hecho, los hombres dieron con uno de los sudaneses que habían conocido en el aeropuerto, que les permitió usar un radio de onda corta. Los norteamericanos enviaron un mensaje de socorro y pocos días después aterrizó un avión para llevarlos de vuelta a casa.
Pero la experiencia de arriesgar la vida por la fe hizo meditar a Thorne largo tiempo después. "En Estados Unidos", dice, "el cristianismo que conocemos es insípido y ha sido adaptado. Los hermanos y hermanas que están muriendo y siendo maltratados por la fe porque están dispuestos a arriesgar sus vidas por la fe, eso me atrae".
La experiencia de Sudán también impresionó a incontables otros evangélicos. Durante la odisea los telespectadores desbordaron el programa ´The 700 Club´ de llamadas telefónicas, ansiosos por enterarse de la suerte de los misioneros. La Voz de los Mártires -presentada en las transmisiones como Thorne y el patrocinador de Thorne- sintió la efusión de modo más tangible. Las donaciones a su proyecto en Sudán subieron en casi 500 por ciento. En los años siguientes la VOM creció desaforadamente, debiéndole en gran parte a la odisea de Nuba el haber sido catapultada de ser un grupo marginal a la posición de líder del nuevo movimiento de organizaciones de caridad estadounidenses dedicadas a ayudar a cristianos oprimidos.
No es casualidad que Ray Thorne se apareciera en Sudán en el momento en que ocurrió. Desde que terminó la Guerra Fría los especialistas en derechos humanos se han preocupado cada vez más por los ataques contra la libertad de credo en el mundo. La VOM comenzó en realidad en la Rumania comunista, donde el fundador Richard Wurmbrand pasó quince años en prisión por predicar el cristianismo. Wurmbrand, que murió en 2001, era judío. Decía a menudo que se había convertido al cristianismo gracias a un carpintero cristiano que había rezado fervientemente para conocer a un judío al que pudiera conducir a Jesucristo.
Encarcelado repetidas veces por predicar, en 1965 Wurmbrand fue rescatado por unos filántropos noruegos y huyó a California. Allá fundó ´Jesús para el Mundo Comunista´, que se especializaba en el contrabando de Biblias y otros materiales religiosos hacia el bloque soviético. Con el derrumbe de la Unión Soviética, la organización sin fines de lucro de Wurmbrand -como muchas otras organizaciones de beneficencia en lo que se llamó el movimiento de iglesias perseguidas- volcó su atención hacia el mundo musulmán. Wurmbrand rebautizó al grupo como ´La Voz de los Mártires´ y pasó las riendas a White, que convenció al pastor para que trasladara al grupo a la ciudad natal de White, en Bartlesville.
Después de la Guerra Fría hubo una enorme proliferación de misioneros -atrayendo tanto enemigos como conversos- en los países del antiguo bloque soviético. Hacia 1990 el setenta por ciento de los evangélicos del mundo, los pentecostales y grupos conservadores similares vivía en África, América Latina y Asia. Entretanto, el fundamentalismo islámico había aumentado en África y Asia y el fundamentalismo hindú en India. La confluencia de tendencias religiosas dio origen a tensiones, incluyendo conflictos violentos en muchas de esas regiones.
En respuesta a esas preocupaciones, y a las quejas cada vez más mayores de que la política exterior de Estados Unidos desatendía la libertad religiosa, Estados Unidos creó en 1998 la Oficina para la Libertad de Credo Internacional del Departamento de Estado y la Comisión sobre Libertad de Credo Internacional para detectar violaciones a la libertad de religión en el mundo. Los grupos evangélicos hacen sus propios cálculos de la matanza. De acuerdo al Centro de Estudios de Ministerios en el Extranjero, que la VOM cita como fuente, alrededor de 150 mil cristianos son asesinados cada año a causa de su fe. Uno de los fundadores del movimiento de iglesias perseguidas, la abogado y activista Nina Shea, llama a los cristianos el grupo religioso "más perseguido de la Tierra".
Sin embargo, expertos internacionales, desde cooperantes hasta diplomáticos, objetan lo que llaman las distorsiones sobre el alcance y unicidad de las agresiones contra cristianos. Jeremy Gunn, catedrático de religión y derechos humanos de la Universidad de Emory y antiguo director de investigación de la comisión sobre la libertad de credo, dice simplemente que no hay modo de saber si los ataques contra los cristianos han aumentado. Lo que es más importante, dice David Little, un estudioso de la religión de la Facultad de Teología de la Universidad de Harvard, es que la represión de los cristianos en una región determinada refleja invariablemente esquemas mayores de violaciones de derechos humanos. En India, por ejemplo, han aumentado los ataques de los extremistas hindúes contra los cristianos. Pero también, y con mayor frecuencia, los ataques contra los musulmanes y los sijs. En algunos lugares hasta los hindúes han sido atacados. En esos conflictos, dice Little, las minorías religiosas atraen la hostilidad de los otros no por sus creencias sino porque representan lo extranjero, la diferencia cultural o supuestas amenazas a la estructura de poder.
Igualmente el gobierno de Sudán en realidad es uno de los más brutales del mundo, culpable de repetidos crímenes contra la humanidad, dice Gunn. "Pero el problema no es simplemente el conflicto del norte musulmán contra el sur cristiano", insiste. "Los sudaneses del norte se ven a sí mismos como árabes, mientras que en el sur de Sudán tienen la piel más oscura. A menudo caracterizan el conflicto como uno entre árabes contra negros". Fundamental en la violencia son las reservas de petróleo en las regiones donde viven no musulmanes. Para hacerse con ellas el gobierno de Sudán masacra indiferentemente no sólo a cristianos sino también a sus vecinos, que observan tradicionalmente religiones africanas.
Al resaltar y exagerar el alcance de la persecución de los cristianos, dice Gunn, los activistas pierden credibilidad. También pueden poner en peligro a los cristianos que viven bajo regímenes represivos al crear la impresión de que son extranjeros los que están conspirando para promover la causa del cristianismo. En otro plano, otorgar demasiado peso a la grave situación de los cristianos puede sugerir falta de sinceridad con respecto a la causa de la libertad de credo de todo el mundo.
"Si no captas los matices", dice Gunn, "no harás más avivar las llamas".
Cuando el programa ´The 700 Club´ emitió la odisea de Ray Thorne en las montañas de Nuba muchos telespectadores vieron ella una guía para sus propias búsquedas espirituales. La devoción extrema, como la VOM llama a la idea de jugárselo todo por la fe, no podía ser más diferente del movimiento por la fe que dominó a los evangélicos de Estados Unidos durante las últimas tres décadas. También anuncia "los Evangelios de la prosperidad" -o la fe de la "confesión positiva", que promete recompensas terrenales a los que hacen las paces con Dios. Hacia los 1990, el enfoque causó la repugnancia de muchos evangélicos que buscan un modo más profundo de vivir su fe. Sufrir por ella, o al menos aliviar el sufrimiento de los otros, ofrecía un consuelo.
Probablemente no es coincidencia que los deportes extremos causaron furor durante las mismas décadas en que la devoción extrema se hizo popular. Ambas tendencias, dice William Martin, un sociólogo de la religión de la Universidad de Rice, se originaron probablemente en la misma causa: la relativa ausencia de peligro en la vida diaria en Estados Unidos en los 1990. Ayudar a los activistas a ayudar a la resistencia cristiana ofreció a muchos cristianos una ansiada intensidad espiritual. "Puede que tenga homólogos laicos, pero es doblemente significativo y afortunado porque lo haces por tu fe", dice Martin. "No es una farsa".
La Voz de los Mártires rechaza las agresivas campañas de recaudación de los tele-evangelistas y deja que su revista hable por ella. Hojear sus páginas puede ser una experiencia sobrecogedora. Una imagen típica, de junio de 2003, muestra a una mujer china retorciéndose de dolor cuando un hombre de uniforme le marca la mejilla con una picana eléctrica. "La policía popular china está ´aplicando la ley´ torturando a a la Hermana Aizhen Miao, una devota de las iglesias del hogar", dice la leyenda. "Los nombres de los policías y de los cristianos han sido verificados independientemente".
Es una iconografía sangrienta, que no se asocia a menudo con la cultura protestante moderna. Pero las imágenes -de caras aporreadas y contorsionadas, de botas militares hundiendo una espalda- son esenciales para la visión del mundo del movimiento de las iglesias perseguidas. La Universidad Wesleyana de Oklahoma ofrece ahora un programa de maestría de cuatro años en el estudio de la persecución de los cristianos. Un libro titulado ´Extreme Devotion´, escrito por la VOM, que presenta una descripción histórica de un cristiano asesinado, torturado o perseguido para cada día del año, ha vendido 73 mil ejemplares entre adolescentes.
"La gente da dinero a lo que cree que es real, no a las farsas idiotas de los tele-evangelistas", explica Thorne, agitando el dedo índice en el aire. Thorne es un hombre sin pretensiones y se esfuerza por explicar qué lo atrae del mundo de los mártires. Lo que resulta es un rechazo del artificio. Se crió en una familia de padres pendencieros y desdichados en el matrimonio, dice Thorne, y encuentró solaz en la pesca de la trucha y cazando con trampas en las regiones apartadas de Michigan. Hoy ni siquiera le gustan las iglesias. Al imitar a los cristianos que ha conocido en el extranjero, reza con sus amigos en una "iglesia del hogar" en su sala de recibo.
"El paisaje en que viví me sirvió de preparación para ir a esas regiones ahora", dice. "Regiones montañosas, lugares que la gente evita, donde se come mal..., hay algo de excitante en eso de ir a un país donde se odia a los cristianos".
Sin embargo es difícil ignorar las connotaciones románticas, incluso fetichistas, de las víctimas idealizadas que tienen pocas opciones a su tortura. ¿Prefieren por ejemplo los cristianos étnicos de Sudán su martirio a, digamos, más ayuda o a una visa de refugiado en Estados Unidos?
Thorne y otros que han trabajado con miembros clandestinos de la iglesia en el extranjero afirman que sí. En las montañas de Nuba, cuando Thorne le preguntó a los animistas cómo podía ayudarlos, le rogaron que contara su historia. Garry Lane, antiguo portavoz de la VOM, recuerda que un pastor de una iglesia clandestina en dificultades preguntó una vez: "Hermano Gary, ¿qué hicimos mal?"
"Lo estás haciendo bien", dice Lane que respondió. "Mira Estados Unidos. ¿Por qué no nos persigue en Estados Unidos? ¿Qué estamos haciendo mal? Yo creo que la razón por la que no nos persiguen en Estados Unidos es porque no estamos haciendo lo que nos pidió Cristo. Si lo estuviéramos haciendo nos llamarían intolerantes".
Lo que también ha de tomarse en cuenta, dice el sociólogo Martin, es la envidia. Los cristianos norteamericanos han observado a otros grupos -mujeres, judíos, negros, homosexuales e inmigrantes- llamar la atención con su sufrimiento. "Creo que hay un elemento semi-consciente entre los cristianos en la creencia de que son el grupo más perseguido y que nunca nos lo reconocen", dice Martin. "Aunque tienen considerable influencia nacional e internacionalmente, los cristianos evangélicos parecen a menudo sentir que sólo están matando el tiempo".
Los evangélicos modernos no son el primer grupo religiosos en explotar el poder del martirio. La sangre de los mártires es la semilla de la iglesia, escribió Christian, el filósofo tertuliano del siglo 2. Durante los primeros días del cristianismo, la persecución por parte de Roma de los creyentes fue clave en la difusión de la nueva religión. Los mártires se transformaron en héroes, despertando curiosidad y envidia, y una fe que inspiraba ese valor. Y mientras la admiración por los mártires ha estado asociada popularmente con la cultura católica, el ´Foxe´s Book of Martyrs´, un catálogo de torturas de cristianos, influyó poderosamente en el protestantismo del siglo 16.
Pero hoy, aparte del movimiento de iglesias perseguidas, el grupo que más idealiza a los mártires es el extremismo musulmán. Sin duda, hay una gigantesca sima entre las dos definiciones religiosas. Para el movimiento de iglesias perseguidas, los mártires son por definición las víctimas de otros. En los márgenes más extremos en la interpretación del islam, entretanto, el martirio es visto como algo que debe ser alcanzado por medio del suicidio como parte de un acto terrorista. Por distintas que sean estas dos concepciones, el ideario del dolor apela a evangélicos y a algunos grupos de musulmanes por razones similares. Para ambos las narrativas de torturas proporcionan una impresionante dosis de temor reverencial e inspiración. Unen a creyentes descarriados. Y proporcionan una fuerza reconfortante a grupos preocupados de ser controlados por extranjeros. La cuestión, en un planeta ocupado por un billón de musulmanes y dos de cristianos, es si alguna de las dos teologías puede o debe realmente transformarse en dominante. Para Thorne la respuesta es simple. En unos días partirá nuevamente hacia Afganistán. Dónde irá exactamente o qué hará es, por supuesto, un secreto. Pero cuando parte en misión, se prepara meticulosamente. Se dejará crecer la barba, se hará de ropas usadas por los lugereños. Se teñirá el pelo o se bronceará. Luego, cuando llegue, tratará de confundirse entre la hostil muchedumbre. O correr el riesgo de terminar como mártir.

10 de julio de 2004
©los angeles times ©traducción mQh

GUERRILLA TALIBÁN CORTA LENGUA A CLÉRIGO CONVERSO
Las guerrillas talibanes en Afganistán han declarado que han cortado la lengua a un clérigo musulmán después de descubrir que estaba propagando el cristianismo.
El portavoz talibán Abdul Latif Hakimi telefoneó a Reuters el 1 de julio, declarando que ellos mataron a Maulawi Assadullah el día anterior, porque tenían "suficientes evidencias de fuentes locales" que probaban que Assadullah estaba convirtiendo musulmanes al cristianismo. Haikimi dijo que un buen número de agencias de ayuda extranjeras que están predicando el cristianismo, correrán la misma suerte. "Les hemos advertido de que se enfrentan al mismo destino que Assadullah si ellos continúan seduciendo a las personas" declaró.

10 de julio de 2004
©persecución ©traducción mQh"

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