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insensato sexismo saudí


Los Angeles Times arremete contra Washington por guardar silencio en torno a la exclusión de las mujeres de las elecciones municipales del próximo año. Cree que fortalecerá a los extremistas musulmanes en su resistencia al régimen. Sin embargo, los gobernantes saudíes hacen parte justamente del extremismo que denuncia su editorial.
Entre las inspiradoras imágenes de las elecciones del sábado en Afganistán, pocas fueron superadas por las mujeres haciendo cola para votar. Algunas llevaban burkas; otras cubrían su cabeza con pañuelos, pero dejando la cara al descubierto.
Lamentablemente, esa imagen está fuera del alcance de las mujeres de Arabia Saudí, sean habitantes del desierto o doctoras urbanas, en momentos en que el reino lucha por salir de la Edad Media.
El Príncipe Nayif ibn Abdulaziz, ministro saudí del Interior, un duro de la línea dura, anunció el viernes que las mujeres no podrán participar en las elecciones municipales del próximo año. La votación ha sido presentada como un importante paso para romper los grilletes del gobierno autocrático, y hubo indicios de que las mujeres podrían participar.
Los funcionarios saudíes fanfarronean de que las mujeres son estimuladas a obtener diplomas universitarios. Pero olvidan decir que después de obtenerlos deben volver a los aposentos femeninos en casa. Sólo los hombres pueden trabajar. Eso es verdad, incluso si los hombres deben ser traídos del extranjero: paquistaníes, bangladíes y otros extranjeros son contratados para hacer los trabajos que los saudíes ya no quieren hacer, como trasladar en coche a las mujeres, ya que se les prohíbe conducir.
Privar a la mitad de la población de votar y participar en la administración es insensato en momentos en que la familia real ha finalmente comprendido la amenaza que representan los extremistas musulmanes. Puede satisfacer a los conservadores, incluyendo a aquellos entre los cientos de príncipes del país, pero no tranquilizará a los radicales, que ven a sus gobernantes como corruptos. Hará de Arabia Saudí una sociedad más débil, menos capaz de ofrecer resistencia a los extremistas. Las tropas estadounidenses y los grupos de ayuda internacional han llevado y perdido vidas, dinero y esfuerzos para ayudar a votar a las mujeres afganas. El silencio de Washington sobre las mujeres saudíes es ensordecedor.

13 de octubre de 2004
©los angeles times
©traducción mQh

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