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ley islámica en nigeria


[Craig Timberg] Implantan ley religiosa en el estado de Kano, ordenando la segregación sexual en el transporte público.
Kano, Nigeria. Para las mujeres, hacer el trayecto diario al trabajo en esta antigua ciudad musulmana ha sido tan fácil como subirse a un minibús o montar en un taxi-bicicleta. Los dos métodos son baratos y abundantes. Incluso aunque algunas pasajeras encuentran incómodo estar tan cerca de hombres desconocidos, que pueden hacer comentarios obscenos o acercarse demasiado, ese era el precio de un transporte eficiente.
Pero estos son los últimos los días de viaje despreocupado para las mujeres de Kano, un ajetreado centro comercial de 500.000 habitantes en el norte de Nigeria. Funcionarios de gobierno, determinados a poner fin a lo que ven como un deterioro de la moral pública, están prohibiendo a las mujeres abordar casi todos los taxi-bicicletas y exigiéndoles que se sienten en la parte de atrás de los minibuses públicos.
Es el paso lógico, dicen los funcionarios, en su intento de implantar el estricto código penal islámico, o sharia, en Kano, que es uno de los 12 estados del norte de Nigeria donde se han implantado diferentes medidas de ley islámica. Los restantes 24 estados, y la capital federal, tienen una mezcla de religiones y son gobernados por leyes seculares.
Desde 2000, las autoridades en el norte de Nigeria han tratado de restablecer las reglas islámicas tradicionales interrumpidas en el siglo 20 por el colonialismo británico y las luchas políticas post-coloniales, incluyendo los azotes por beber alcohol, amputaciones de manos por robar y la muerte por lapidación en casos de adulterio. El más severo de los castigos se ha aplicado rara vez, pero ha empezado una campaña más amplia para regular la conducta -especialmente en las relaciones entre hombres y mujeres.
En la base del movimiento hacia la implantación de la sharia se encuentra la creciente preocupación de que la vida está cambiando demasiado rápidamente en Kano. Los vendedores pregonan DVDs de películas de Hollywood a menudo obscenas. Los residentes pueden subscribirse a la televisión por satélite y hartarse de mirar a bailarinas ligeras de ropa. Y algunos mujeres jóvenes ya no llevan el tradicional pañuelo de cabeza o las largas y holgadas túnicas que prefieren los viejos.
La nueva estrategia en el transporte, para la que el gobierno ha comprado una pequeña flota de vehículos con restricción de género, fue recibida inicialmente con una gran aprobación. Los hombres dicen que creen que la virtud de las mujeres está mejor protegida cuando hombres y mujeres viajan separados. Las mujeres dicen que los nuevos minibuses son cómodos y privados. Sentarse atrás, dicen, las libera de miradas potencialmente lascivas de los hombres.
Zabbaatu Auwal, una mujer con un niño pequeño, abordó uno de los minibuses nuevos en un ajetreado y neblinoso depósito. El vehículo estaba adornado con las palabras ‘A Daidaita Sahu' o ‘Se Ordenado', en hausa, uno de los cuatro idiomas locales más frecuentemente usados, además de inglés. Sentada en un asiento de la fila de atrás, elogió el nuevo sistema.
"No tengo que mezclarme con hombres, que es una fuente de incomodidad para nosotras", explicó Auwal, 27, mientras sostenía a su hijo de 2 años.
Sin embargo, una segunda fase de la nueva política de transporte, que incluirá la prohibición de que las mujeres aborden taxi-bicicletas, corre el riesgo de ser menos popular. En las próximas semanas, la policía empezará a multar a los taxi-bicicletas que sean sorprendidos transportando a mujeres que no sean sus familiares. Los permisos de taxi también pueden ser suspendidos. Y las restricciones de género se extenderán a todos los minibuses comerciales, incluso aquellos que son particulares.
Eso dejará a las mujeres con mucho menos opciones para llegar al trabajo o a la escuela o para ir de compras. Si los asientos reservados para las mujeres son todos ocupados, tendrán que esperar el próximo bus o los nuevos vehículos de un solo sexo. El gobierno ha comprado 176 motocicletas y 500 vehículos de tres ruedas con áreas de asientos recubiertos que están físicamente separados del chofer. Juntos, sin embargo, representan una fracción de las decenas de miles de vehículos del transporte público que recorren las calles de Kano.
Esta es una ciudad densa y rápida, con un casco histórico de siglos de antigüedad cuyas estrechas calles son inaccesibles para los minibuses. Aisha Lawal, 19, estudiante, dijo que ella tendrá dificultades en hacer sus dos visitas semanales a sus abuelos si se prohíbe que la gran mayoría de los taxi-bicicletas transporten a mujeres. Predijo que las mujeres se opondrían.
En una acera a unas manzanas más allá, Miriam Muhammed, 24, se preparaba para subirse a un taxi-bicicleta. "No lo queremos", dijo sobre el nuevo sistema. "Dios mío, eso me causará disgustos".
Muchos hombres dicen que las nuevas reglas fueron provocadas por el caótico tráfico de Kano. Los taxi-bicicletas, que son ruidosos y escupen torrentes de gases azulosos, entran y salen a toda velocidad entre los pequeños bolsones de coches en movimiento.
La palabra hausa para taxi-bicicleta es achaba, que quiere decir "cometer un error idiota". Las lesiones graves entre conductores se han hecho tan comunes en los últimos años que el hospital público más grande de la ciudad es conocido como "el pabellón de los achaba".
Pero es el contacto entre un hombre y una mujer -no hay modo de viajar en una achaba sin tocar piernas y torsos- lo que los transforma en particularmente alarmantes para esta tradicional comunidad. La poligamia es común aquí, pero la conducta sexual fuera del matrimonio, o incluso rumores, puede generar una inmensa vergüenza y condena, no sólo para una mujer, sino para toda su familia.
Sule Yau Sule, portavoz de gobierno en Kano, dijo que los conductores de motocicletas recogen a mujeres por la excitación de tenerlas sentadas cerca.
Para evitar esos problemas en el futuro, dijo, vale la pena la inversión, incluso en un lugar con una economía decreciente y un sistema de carreteras peligrosamente sobrecargado. De momento, el gobierno ha gastado cerca de 2.1 millones de dólares en los vehículos con restricción de género, que son alquilados a conductores particulares, y piensa adquirir muchos más.
"Es la voluntad de la gente", dijo Sule. "Es parte de la sharia".
La implementación de la sharia se ha encontrado con problemas prácticos antes, y en todo el norte se han aplicado pocos de los castigos más serios. Ninguna mujer ha sido lapidada a muerte por adulterio. Una avalancha inicial de amputaciones por robo fue parada después de tres mutilaciones, y ahora la mayoría de los casos criminales son dirigidos hacia los tribunales penales del estado.
Los tribunales islámicos tienen que ver con asuntos maritales, disputas civiles y ebriedad en público, un delito que es castigado normalmente con latigazos, que tienen la intención de provocar más vergüenza que dolor físico.
El eslogan ‘Se Ordenado' que se encuentra en los nuevos buses hace parte de una campaña más amplia del gobernador de Kano, Mallam Ibrahi, Shekarau. Advirtió en el sitio en internet que "las reglas de conducta, civilidad y decencia, por las que el pueblo de Kano fue tan renombrado, están en decadencia".
Algunos hombres en atiborrados minibuses parecen dispuestos a hacer proposiciones que hace unos años no se habrían atrevido a hacer, dijeron pasajeras.
"Te puedes sentar al lado de un hombre que no se puede controlar", dijo Fatima Abdulkadir, 45. "Te dicen cosas, o ves a los hombres acercándose hacia ti, tratando de rozarse contra ti, y eso no está permitido".
Los nuevos buses y vehículos de tres ruedas eliminarán poco a poco ese problema, pero no las nuevas motocicletas. Aunque están restringidos a transportar solamente mujeres, los conductores siguen siendo hombres, y sus pasajeras continuarán teniendo un grado de contacto físico considerado aquí ampliamente como inapropiado.
Una solución obvia -contratar a mujeres conductoras- choca con otro tema delicado. Todos los buses, todas las motocicletas y la gran mayoría de los coches particulares en Kano son conducidos por hombres. Nadie espera que eso vaya a cambiar.
"El tráfico es loco", dijo Ahmad Kofar-Naisa, 47, chofer de bus, desechando la idea de las mujeres conductoras. "Las mujeres apenas pueden con él. Es difícil incluso para un hombre".

23 de agosto de 2005
©washington post
©traducción mQh


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