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bíblicos fanáticos con país


[Jenny Jarvie] Un grupo de fieles quiere establecer un gobierno basado en las Escrituras.
Greenville, Carolina del Sur, Estados Unidos. Como muchos viajes de carretera, todo empezó en una parada en un Wal-Mart para comprar un DVD portátil.
Pero MarioDiMartino estaba planeando más que un escape de fin de semana. Él, su esposa y tres hijos se estaban embarcando en un peregrinaje a Carolina del Sur.
"Quiero emigrar y reclamar el oro del Señor", dijo el ejecutivo de una compañía petrolera de 38 años, de Pensilvania. "Quiero replicar las reglas y costumbres y las escrituras que el Dios del Viejo Testamento adoptó para el mundo".

DiMartino, que vino acá recientemente buscando un nuevo hogar, es miembro de Éxodo Cristiano [Christian Exodus], un movimiento de fieles políticamente activos que esperan establecer un gobierno basado en principios cristianos.
En una época en que los evangélicos están ejerciendo influencia en la escena política internacional -por haber contribuido a asegurar la reelección del presidente Bush-, Éxodo Cristiano cree que la gente de fe han fallado en imponer su programa moral: El aborto es legal. La doctrina ha sido prohibida. Hay límites para la exhibición pública de los Diez Mandamientos. Homosexuales y lesbianas se pueden casar en Massachusetts.
Activistas de Éxodo Cristiano planean controlar la oficina del sheriff, los ayuntamientos y las escuelas. Finalmente, dicen, controlarán toda Carolina del Sur. Aprobarán leyes pías, oponiéndose a las resoluciones de la Corte Suprema sobre la separación de la iglesia y el estado.
"Vamos a provocar una crisis constitucional", dijo Cory Burnell, 29, asesor de inversiones fue fundó el grupo en noviembre de 2003.
"Si es necesario", dijo, "nos separaremos de la unión".
Burnell no se ha mudado a Carolina del Sur -prometió a su esposa que se quedarían en Valley Springs, California, hasta fines del próximo año-, pero cree que sus 950 seguidores se unirán a la causa. De momento se han mudado cinco familias.
Burnell dijo que su inspiración vino del Proyecto Estado Libre [Free State Project], que en octubre de 2003 llamó a los libertarios a mudarse a New Hampshire para sufrir menos control del gobierno, impuestos más bajos y más derechos individuales. Para 2006 los organizadores esperan haber reasentado en New Hampshire unas 20.000 personas; de momento, 6.600 han dicho que tienen la intención de mudarse, y 100 ya lo han hecho.
Éxodo Cristiano, predijo Burnell, tendrá más éxito todavía.
"Son más cristianos que libertarios", dijo.
Después de estudiar los archivos electorales, tendencias demográficas y precios de la propiedad, miembros de Éxodo Cristiano mencionaron dos condados del norte de Carolina del Sur -no dirán cuáles, oficialmente- como excelentes para una ocupación conservadora. Para septiembre de 2006, Burnell espera contar con 2.000 activistas en uno, y 500 en el otro.
Frank y Tammy Janoski se han instalado en una casa de cinco dormitorios con un apartadero de vinilo blanco en una subdivisión en el rural condado de Spartanburg.
"Aquí es donde Dios quiere que estemos", dijo.
Janoski, 38, ingeniero informático auto-empleado, estaba considerando mudarse de su estilo de vida dominado por las fechas cierre en Bethlehem, Pensilvania, hacia una región más conservadora con casas más baratas y menos impuestos, cuando un amigo de la iglesia le pasó una octavilla de Éxodo Cristiano.
"Lo que me atrajo al movimiento fue la idea de llamar al país a que vuelva a normas más justas", dijo.
Sus primeros seis meses en Carolina del Sur fueron idílicos, dijo Janoski. Los vecinos no solamente les saludaban cuando pasaba, además compartían la mayoría de sus creencias cristianas conservadoras.
"Si vais a separaros, este es el lugar donde hacerlo", dijo. "Un montón de vecinos comparten nuestras ideas".
Aunque los miembros de Éxodo Cristiano creen que podrán capitalizar la desilusión evangélica con el Partido Republicano, los observadores locales se muestran escépticos.
James Guth, profesor en la Universidad de Furman en Greenville, que estudia la influencia de la religión en la política, no cree que Éxodo Cristiano tenga éxito más allá del nivel de condado.
"Carolina del Sur es un estado dominado por los republicanos", dijo. "Aunque hay gente al extremo derecho del Partido Republicano... en general la gente aquí vota a Bush".
Acurrucado a los pies de las montañas Azules, el norte de Carolina del Sur es la región más conservadora de un estado conservador: Bush obtuvo en 2004 el 58 por ciento de los votos de Carolina del Sur, y Greenville es la sede de la Universidad Bob Jones, una universidad fundamentalista cristiana que hasta hace poco prohibía las relaciones interraciales.
Cleatus Blackmon, tesorero y director de la Asociación Bautista de Greer, que supervisa 39 iglesias bautistas en el pueblo de Janoski, duda que el proyecto de Éxodo Cristiano de hacerse con los gobiernos locales atraiga a la mayoría de los cristianos de la región.
"En las escrituras no se encuentra la palabra ‘control'", dijo. "La misión fundamental de la iglesia es proclamar el amor redentor de Dios a través del ejemplo de Jesucristo".
Pero activistas de Éxodo Cristiano insisten en que ellos seguirán adelante, incluso si eso provoca la polarización de la comunidad cristiana.
"Queremos separar el trigo de la paja", dijo DiMartino. "Hay un montón de decepción en la iglesia. Si el Partido Republicano dice algo, un montón de iglesias lo consagra como evangelio".
A pesar de su cinismo sobre el Partido Republicano, Éxodo Cristiano planea utilizar en su ventaja la popularidad del partido. Antes de postular a cargos ellos mismos, los activistas de Éxodo Cristiano esperan influir en qué candidatos republicanos ganan las primarias locales.
Sin embargo, republicanos de la localidad señalan que si Éxodo Cristiano tratara de tomar el pueblo, ellos no se quedarán con los brazos cruzados.
"Él habla con unos 2.000 activistas, pero podría fácilmente llegar a 4.000", dijo Bob Taylor, concejal republicano del condado de Greenville y decano de la Universidad Bob Jones. "Hay una increíble dedicación a la causa republicana".
Aunque muchos en Carolina del Sur se oponen al aborto y al matrimonio homosexual, dijo Taylor, pocos apoyarán la secesión.
Pero a DiMartino no le inquietan los pesimistas.
Cuando explicó qué era Éxodo Cristiano al hombre que le vendió su casa en el condado de Pickens, dijo, el vendedor le dio los cinco. DiMartino quiere vivir con cristianos que quieran colocar el gobierno de vuelta en manos de lo que creen en el verdadero destino de Estados Unidos.
"Vuele o no", dijo, "está en manos del Señor".

30 de agosto de 2005
©los angeles times
©traducción mQh

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