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china quiere campo socialista


[Jehangir S. Pocha] Nuevo plan de reforma para estimular la economía e impedir excesos del capitalismo.
Pekín, China. China no extenderá sus reformas orientadas hacia el mercado al sector agrícola y se concentrará en crear "un nuevo campo socialista", dijo el premier Wen Jiabao cuando China terminaba ayer su actual período legislativo.
La decisión revela lo cauteloso que se ha vuelto el liderazgo chino en cuanto a los continuos cambios económicos que han convertido a China en una de las economías de más rápido crecimiento del mundo, pero que también ha cargado al país con crecientes desigualdades.
Hablando en una rueda de prensa pre-organizada realizada tradicionalmente en el Congreso Popular Nacional, Wen señaló que el gobierno se ha dado cuenta de que debe parar los gastos sociales y concentrarse en aumentar las inversiones rurales y las subvenciones agrícolas para los 750 millones de chinos que viven en el campo, cuyos ingresos per cápita son de apenas 3.255 yuanes al año (unos 400 dólares), menos de un tercio que en las ciudades.
"El nuevo campo socialista será una clave y un paso importante en la construcción de una sociedad de prosperidad moderada y para colocar a la economía china en terrenos más sólidos", dijo Wen a los periodistas en elr ecargado Gran Salón Popular en la Plaza de Tiananmen. "Mejorar la vida material y cultural de los campesinos será la vara de medir más importante de nuestro desarrollo".
Ding Ningning, director de estudios sociales del Centro de Investigación sobre el Desarrollo del Consejo de Estado, dijo que la nueva iniciativa era una muy necesitada respuesta a las crecientes críticas de muchos sectores de que los beneficios del frenético crecimiento económico chino estaban siendo acaparados por las elites urbanas y clanes vinculadas, y no estaban llegando hacia los campesinos.
Un reciente estudio confidencial escrito en colaboración con la Academia de Ciencias Sociales china sobre las 20 mil personas más ricas de China, constató que el 90 por ciento de ellas estaban relacionadas con importantes funcionarios de gobierno o del Partido Comunista, de acuerdo a un informe en el Foro de Derechos de de Liu Xiaobao.
En contraste, los campesinos chinos en las áridas provincias interiores, como Ningxia y Guizhou, han visto disminuir sus ingresos, y sus servicios sociales como salud y educación fueron reducidos, dijo Wang Hui, profesor de literatura en la Universidad de Tsinghua, en Pekín, y un prominente miembro de un grupo de intelectuales chinos que son llamados la nueva izquierda debido a sus críticas de las reformas de mercado chinas.
La indignación sobre las crecientes desigualdades han aumentado tanto en China que el año pasado hubo más de 87 mil protestas públicas en todo el país, casi un 10 por ciento más que en 2004, según el ministerio de Seguridad Pública.
Eso ha preocupado a muchos en el gobierno y Partido Comunista chinos, para quienes la estabilidad política ha sido siempre la principal preocupación.
Mientras respondía a preguntas preparadas de antemano de medios de comunicación nacionales y extranjeros, Wen se mostró confiado y optimista.
"Ser resuelto es apoyar firmemente las reformas y... seguir un curso socialista con características chinas", dijo Wen. "Habrá dificultades en el camino, pero no podemos pararnos. Dar marcha atrás no es una solución".
Para enfatizar el cambio en la orientación del gobierno, los funcionarios se han asegurado también de que la primera pregunta que respondió Wen fuera del Diario Campesino. Normalmente el Diario del Pueblo, el diario oficial del Partido Comunista, o Xinhua, los cables de noticias del gobierno, pueden hacer las primeras preguntas en las ruedas de prensa.
Aunque al Partido Comunista chino le gusta causar la impresión de que sus dirigentes son unidos y fuertes, las crecientes divisiones en la sociedad china han creado profundas escisiones dentro de la elite gobernante. Mientras algunos dirigentes dicen que apoyan amplias reformas del mercado, otros quieren poner freno a los excesos del corrupto capitalismo de China con fuertes dosis de marxismo.
De hecho, el actual Congreso presenció animados debates sobre los méritos y desventajas del comunismo y del capitalismo del tipo que se ha estado implantando desde fines de los años setenta, cuando el líder máximo Deng Xiaoping encaminó a China en su apertura ante el mundo.
Entre las principales quejas de la ‘nueva izquierda’ está la de que el gobierno central ha recortado demasiado el gasto social en las áreas rurales, dejando a los gobiernos locales sin saber qué hacer para generar ingresos. Esto, dicen, está llevando a muchos pueblos y funcionarios de comunas a agravar a los campesinos con impuestos excesivos y a obligarlos a convertir su tierra agrícola en parques industriales generadores de ingresos. A menudo funcionarios corruptos expulsan a la gente en beneficio de los urbanistas.
Para remediar esta situación, el gobierno ha decidido no privatizar las tierras agrícolas. Después de la Revolución Comunista de 1949, toda la tierra en China pasó a manos del estado. Más tarde, fue redistribuida a los campesinos, que recibieron permisos de 35 años sobre lotes individuales.
Aunque la fiebre de la privatización de los últimos años ha llevado al gobierno a considerar dar a la gente derechos de propiedad plenos y a privatizar igualmente la tierra, "nos hemos dado cuenta de que simplemente no se puede hacer", dijo Ding.
"Privatizar la tierra sólo logrará que la gente rica compre poco a poco enormes terrenos y creará una clase de campesinos sin tierra", dijo Ding. "Eso fue lo que dejamos atrás, y no queremos volver a vivirlo nuevamente".
En lugar de eso, dijo Wen, el gobierno otorgará arrendamientos de tierras más impermeables para impedir las expulsiones forzosas.
Du Ying, vice-ministro de Desarrollo Nacional y de la Comisión de Reforma, también dijo que si la tierra de los campesinos debía adquirirse por razones de desarrollo comercial, deberían ser pagados por las autoridades locales a nivel de "precios de mercado".
En otra histórica decisión, el gobierno anunció que los campesinos quedarán exentos del pago de impuestos.
"De una sola vez, nuestros campesinos se han liberado de impuestos feudales o gubernamentales por primera vez en 2.500 años", dijo He Bing Hun, vice-presidente del pueblo de Dong Chun, de la provincia de Hunan en China central, que estaba en Pekín para tratar de obtener financiamiento del Banco Mundial para un proyecto de desarrollo.
Pekín dijo también que destinará unos 42 billones de dólares para el desarrollo rural este año, cerca de un 10 por ciento más que el año pasado.
He, el presidente de la aldea de la provincia de Hunan, dijo que aunque le parecía un buen proyecto, su principal preocupación era si el gobierno sería capaz de poner en práctica sus planes. "Esa es la clave", dijo. "En Pekín las palabras no se convierten automáticamente en hechos en los pueblos".

15 de marzo de 2006
©boston globe
©traducción mQh
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