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política sucia en méxico


[Manuel Roig-Franzia] A medida que se acerca la elección presidencial, un estudio sugiere que aún subsisten tácticas coercitivas.
Ciudad de México, México. El fin del gobierno unipartidista en México prometía una nueva era más limpia de la vida política.
Pero dos estudios sugieren que la primera elección presidencial desde que Vicente Fox terminara, en 2000, con el control del gobierno de siete décadas del Partido Revolucionario Institucional puede verse manchada por muchas de las mismas tácticas coercitivas que deslucieron votaciones previas.
Millones de mexicanos pobres han sido amenazados con ser excluidos del seguro médico y de programas de ayuda social si no votan por varios candidatos, según los estudios. Otros, la mayor parte en zonas rurales, han recibido pagos de cuarenta a sesenta dólares por sus votos, una sustanciosa suma en un país donde las familias más pobres subsisten con menos de cuatro dólares al día.
Los autores de los estudios dicen que la coerción está tan extendida que podría influir el resultado de las elecciones del 2 de julio, particularmente si los candidatos favoritos, Felipe Calderón, del Partido de Acción Nacional, de Fox, y Andrés Manuel López Obrador, del Partido Revolucionario Democrático, terminan con un margen de dos puntos porcentuales uno del otro.
"Es algo que está arraigado en nuestra cultura política: venden sus votos porque no creen que sus votos hagan la diferencia", dice Sergio Aguayo, un analista político de Ciudad de México que dirigió uno de los estudios.
La democracia en México "es débil", dice el informe de Aguayo, "debido a que los beneficiarios de los programas sociales no conocen sus derechos y no saben cómo defenderse" cuando se les presiona a votar por un candidato.
Los estudios fueron realizados por la Alianza Cívica, un grupo de ciudadanos independientes que reciben apoyo financiero de Naciones Unidas y trabaja para ayudar a la transición a la democracia en México, y el Centro de Estudios Superiores de Antropología Social, un instituto de investigación que fue encargado por la agencia de desarrollo social de México de realizar una investigación independiente sobre los votantes.
Las organizaciones entrevistaron a miles de votantes. El estudio del Centro de Estudios Superiores de Antropología Social incluye un sondeo de más de 4.600 votantes en cuatro estados mexicanos, mientras que la investigación de la Alianza Cívica fue realizada en 101 ciudades en 22 estados.
Funcionarios electorales, que han realizado campañas de concienciación de los electores en todo el país, dijeron que tenían confianza de que las elecciones serán justas, pero reconocieron que había instancias de compra de votos.
Marco Gómez, miembro del directorio del Instituto Federal Electoral mexicano, que implementa la ley de campaña y computa los resultados, dijo que no creía que la compra de votos pudiera inclinar las elecciones.
"Con cada nueva elección, estas tácticas devienen menos efectivas", dijo.
Los estudios dicen que los tres partidos principales presionan y pagan a los votantes. Los dos estudios constataron que el Partido Revolucionario Institucional PRI, es el más coercitivo, seguido por el Partido de Acción Nacional, cuyos abanderados son Fox y Calderón. El Partido Revolucionario Democrático, de López Obrador, el más pequeño y joven de los tres partidos principales, es el menos coercitivo, según muestran los estudios.
Casi cuatro millones de votantes, casi uno de cada veinte electores inscritos, han sido pagados para votar por un candidato, dice la Alianza Cívica en su informe, que fue dado a conocer la semana pasada. Gran parte de la coerción, concluyó, es ejercida por funcionarios locales y de los estados, que controlan los seguros médicos, la ayuda social y los programas de ayuda campesina. La directora del grupo, Silvia Alonso, también acusó al gobierno de Fox por no adoptar una actitud más agresiva contra estas prácticas coercitivas.
"Es triste", dijo. "Todavía estamos en el proceso de transición a la democracia".
Los autores de los dos estudios reconocieron que México ha avanzado bastante de los días de apogeo de la era del PRI, cuando los soldados y la policía acosaban a los votantes y el fraude en el conteo de los sufragios era una práctica común. En 1988, observadores independientes dijeron que el PRI robó descaradamente la elección presidencial montando una falsa falla de los ordenadores.
"Ciertamente, las cosas son mejor que en el pasado -en el pasado, el presidente y el PRI controlaban todo: los medios, la autoridad electoral, el proceso electoral", dijo Aguayo. "Pero las cosas no son todavía lo que deben ser".
La mitad de los 4.400 votantes entrevistados por la Alianza Cívica dijeron que los programas sociales en sus áreas estaban siendo utilizados en beneficio de los partidarios de los partidos políticos. Los hallazgos del estudio indican que la compra de votos y la coerción probablemente aumentarán en el curso de la semana, en los últimos días antes de las elecciones.
Casi no ha habido esfuerzos para procesar a funcionarios públicos implicados en la compra de votos o en la coerción. El Centro de Estudios Superiores de Antropología Social, que re-editó la semana pasada su informe de abril, recomendó aumentar la concienciación de los votantes y referir los casos de compra de votos a las autoridades policiales.
"En una democracia", dijo Aguayo, "tienes que luchar por la democracia todos los días".

25 de junio de 2006
©washington post
©traducción mQh
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