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el test del genocidio


¿Cree China en las descaradas mentiras de Sudán?
En los próximos días veremos si China está dispuesta a dejar sin castigo el genocidio de la dictadura de Sudán. Una serie de reuniones en Naciones Unidas en Nueva York ofrece la mejor y posiblemente última oportunidad de persuadir a los sudaneses de que permitan que los cascos azules de Naciones Unidas entren a Darfur. El despliegue es exigido por la resolución del Consejo de Seguridad el mes pasado. Lo apoyan casi todas las principales fuerzas e incluso facciones del gobierno sudanés. Pero hasta el momento China se ha negado a insistir ante los aislados líderes sudaneses para que abandonen su oposición a la presencia de un contingente de Naciones Unidas, aunque sus extensas inversiones en Sudán le dan el poder de hacerlo. Si quiere ser considerada como una potencia responsable, China debe usar su influencia.
Consideremos los argumentos para no intervenir, tal como fueron presentados por portavoces de Sudán. Ayer el embajador de Sudán ante Naciones Unidas dijo que acusar a su gobierno de los cientos de miles de muertos en su país no era justo. "Los verdaderos culpables son los grupos armados en Darfur", afirmó. Pero los líderes chinos deben de saber que esto es absurdo: Los principales asesinos en Darfur son los milicianos de Janjaweed, que han sido armados por el gobierno sudanés. Entretanto, ayer, en reuniones del Fondo Monetario Internacional del Banco Mundial, el ministro de finanzas de Sudán dijo que "lo que necesita Darfur no son cascos azules... Lo que necesita Darfur urgentemente son recursos para el agua, recursos para escuelas, para hospitales".
Pero la fuerza aérea de Sudán ha bombardeado los hospitales y escuelas de Darfur, y sus aliados de la milicia Janjaweed ha solucionado el problema de la escasez de agua en la región envenenando con cadáveres los pozos existentes.
El presidente de Sudán dice que "las fuerzas de Naciones Unidas tienen un programa secreto en Sudán, porque ellos no vienen acá para traer paz a Darfir. Su objetivo es volver a colonizar Sudán". Sus matones han indicado que, en lugar de cascos azules de Naciones Unidas, lo que estarían dispuestos a aceptar es prolongar el mandato de la fuerza de la Unión Africana, que debe marcharse a fin de mes. Antes de que China acepte esta escandalosa descripción de Naciones Unidas y acoja la supuesta concesión de una renovación del mandato de la Unión Africana, debería leer los informes recientes de periodistas en el interior de Darfur. Craig Timberg, del Washington Post, informa que el gobierno de Sudán ha requisado el combustible del avión de la Unión Africana y lo ha usado en sus propios aviones de guerra; en realidad, la pista de aterrizaje utilizada por la Unión Africana en Darfur del Norte es controlada en la noche por fuerzas del gobierno sudanés, se modo que el combustible es robado sobre bases regulares. Entretanto, los milicianos de Janjaweed demostraron hace poco su desprecio de las fuerzas de la Unión Africana asaltando a los civiles que se habían aproximado para hablar con los soldados.
En resumen, el gobierno de Sudán presenta la prolongación del mandato de la Unión Africana como una concesión, incluso en momentos en que está destruyendo la capacidad operativa de esa organización. La presencia de la Unión Africana no impide que el gobierno bombardee a civiles con una frecuencia que no se veía desde el genocidio de 2003; tampoco está impidiendo la obstrucción de los esfuerzos humanitarios en Darfur del Norte, donde más de 300 mil personas han sido privadas de ayuda alimentaria. La Unión Africana se ha convertido en un factor prácticamente irrelevante, y ningún gobierno responsable puede aceptar la extensión de su mandato como una alternativa a una fuerza de paz verdadera.
¿Tiene China un gobierno responsable?

19 de septiembre de 2006
©washington post
©traducción mQh
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