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encuentran petróleo en iraq


[James Glanz] Nuevas promesas de petróleo y gas en territorio sunní de Iraq. Puede influir en la guerra civil.
Karabila, Iraq. En un remoto tramo del desierto de Anbar, a apenas 32 kilómetros de la frontera siria, un solitario tubo azul con soportes y válvulas sobresale por encima de un enorme depósito de petróleo y gas natural, algo que parecería rutinario en este país rico en petróleo, excepto por un detalle: este es territorio sunní.
Se sabe que hay enormes depósitos de petróleo en el norte kurdo y en el sur chií de Iraq. Pero ahora, Iraq ha incrementado substancialmente sus estimaciones de la cantidad de petróleo y gas natural en sus depósitos en territorio sunní después de pagar discretamente decenas de millones de dólares a compañías petroleras extranjeras para que analizaran viejos informes sísmicos en el país y readiestraran a ingenieros iraquíes.
Es probable que este desarrollo tenga importantes consecuencias políticas: la ausencia de recursos naturales en las regiones centrales y occidentales del país, que son territorios sunníes, ha alimentado su desilusión con el país que antes gobernaban. Y ha reforzado su insistencia en un fuerte gobierno central, que recoja los beneficios de la explotación del petróleo y los reparta equitativamente entre los grupos del país, antes que admitir la división del país de acuerdo a límites religiosos regionales.
Aunque ingenieros occidentales e iraquíes han sabido desde siempre que había petróleo en los territorios sunníes, el tema ha recibido una atención más dedicada gracias a nuevos estudios, dijeron funcionarios del ministerio iraquí del Petróleo. La pregunta sobre dónde están concentradas las reservas de petróleo adquiere todavía más importancia a medida que los negociadores se acercan a un acuerdo sobre la largamente debatida ley del petróleo, que regulará la explotación de depósitos iraquíes por compañías petroleras iraquíes y extranjeras.
Los nuevos estudios han elevado sus estimaciones de la cantidad de petróleo presente en una serie de depósitos en territorio sunní al norte y este de Bagdad y en una serie de depósitos que cruzan el occidente de Iraq como las cuentas de un rosario, y que podrían contener casi un trillón de pies cúbicos de gas natural. Las cifras revisadas, aunque enormes, no significan que los depósitos en territorios sunníes pongan en peligro los gigantescos campos en otras regiones del país.
Y aunque tomará años empezar a explotar esos depósitos de petróleo y gas, incluso si la zona es lo suficientemente segura como para que las compañías trabajen en ella, las compañías de energía están excitadas con el potencial del área, incluso si los depósitos son menores que las reservas chiíes en el sur y las que se encuentran en territorio kurdo al norte del país.
Los análisis, todavía poco conocidos fuera de un pequeño círculo de especialistas, son considerados lo suficientemente importantes como para que el general de división John R. Allen, de la Segunda Fuerza Expedicionaria, que es el subcomandante de la Fuerza Multinacional Oeste, que tiene a la provincia de Anbar bajo su responsabilidad, hiciera el viernes un largo viaje hacia el desierto para visitar el pozo. Las tareas del general Allen incluyen el fomento del desarrollo económico de la provincia.
El depósito se encuentra en el campo Akkas, una de las cuentas del rosario que corre desde la provincia de Ninewa al sur hasta la frontera con Arabia Saudí al sur.
"Estar aquí es extraordinario", dijo el general Allen. "Esto entrega a Anbar y a los sunníes un futuro económico diferente al fosfato y al cemento", dijo, refiriéndose a los productos de algunas de las anticuadas fábricas de la zona.
"Esto les da un futuro y una esperanza", dijo. Cerca de ahí, unas prendas de ropa se secaban ondeando frente a la única edificación a la vista, una choza de cemento que pertenece probablemente a un pastor.
La producción de petróleo iraquí alcanzó su punto más alto de 3.7 millones de barriles al día en 1979, cuando Saddam Hussein recién ascendía al poder, de acuerdo al ministerio norteamericano de Energía.
La cifra subió y bajó en el curso de los años y se estabilizó en 2.6 millones de barriles al día justo antes de la invasión. La producción actual es menor que la producción de preguerra, una importante decepción para los ingenieros norteamericanos e iraquíes que se han esforzado por reconstruir la infraestructura petrolera nacional.
Esa producción se ha concentrado siempre en el norte y en el sur. Pero en diferentes ocasiones Iraq ha explorado algunos pozos en el desierto de Anbar y en una serie de depósitos al norte y este de Bagdad, donde la producción ha sido limitada, dijo en una entrevista reciente Natik K. al-Bayati, director de reservas y desarrollo de campos petrolíferos en el ministerio del Petróleo.
Iraq ha recogido datos sísmicos de todos sus pozos -registros de temblores de tierra que sacuden la corteza terrestre y pueden ser utilizados como rayos equis para investigar las estructuras subterráneas.
Pero el largo aislamiento de Iraq del resto del mundo significó que los datos nunca fueran analizados con las tecnología más recientes, dijo Bayati en la entrevista, a la que asistieron su geólogo jefe y otro experto en reservas del ministerio, y que fue autorizada por el ministro del Petróleo, Hussain al-Shahristani.
Fue en parte por esa razón, dijo Bayati, que Iraq destinó hasta 25 millones de dólares cada una para acuerdos de colaboración con unas cuarenta compañías petroleras internacionales, que proporcionaron adiestramiento, asesoría jurídica y asistencia técnica -incluyendo el acceso a software reciente- para el análisis de datos. En el proceso, "nos encontramos con agradables sorpresas", dijo.
Un reexamen de una serie de pozos que van desde Taji, al norte de Bagdad, hasta una zona al sudeste de la capital casi duplicó las estimaciones de las reservas recuperables después de elevar el total estimado a unos 15 billones de barriles, dijo Bayati.
Esa es sólo una de una serie de estructuras similares en áreas sunníes al norte de Bagdad que todavía están siendo investigadas, dijo. Las estimaciones actuales de las reservas en Iraq se elevan a unos 115 billones de barriles, de acuerdo a numerosos análisis de la industria y del gobierno en Iraq y Occidente.
Bayati dijo que los estudios, que fueron realizados en todo el país, también aumentaron las estimaciones de las reservas de gas natural en las provincias sunníes de Ninewa y Anbar al occidente del país. Dijo que la cantidad de gas natural que podría en teoría ser extraído solamente del campo de Akkas sería la energía equivalente a unos cien mil barriles de petróleo al día.
En el pasado, algunos expertos en petróleo occidentales han especulado que se podían encontrar hasta cien billones de barriles adicionales de crudo en las profundas formaciones de Anbar, pero que la investigación de esas estructuras probablemente requeriría nuevas pruebas sísmicas con maquinaria en el terreno, una tarea difícil dados los peligros de trabajar en Iraq en estos momentos.
Se espera que Akkas sea uno de un pequeño número de yacimientos que recibirán prioridad en el plan de desarrollo de Iraq una vez que se apruebe la ley sobre el petróleo.
Aunque Bayati se mostró inicialmente reluctante a comentar las implicaciones políticas de las reservas de petróleo y gas en territorio sunní, finalmente concedió que era probable que el impacto se extendiera más allá del arcano mundo de los ingenieros del petróleo. "Pero uno tiene que vérselas con la realidad en el terreno", dijo.
El trabajo no ha pasado desapercibido en otros lugares de Bagdad.
"Podría ser realmente positivo", dijo un funcionario norteamericano sobre el campo de Akkas. "Hay gente que cree que podría ser bastante grande".
El funcionario dijo que se necesita investigar más, incluyendo nuevas medidas sísmicas, para trazar mejor el plano de los campos.
El potencial de los campos de gas también ha llamado la atención de algunos en el comando militar norteamericano, incluyendo al general Allen, que cree que el gas natural podría ser usado para generar electricidad y servir como materia prima de las plantas químicas de Anbar.
La perspectiva de campos de petróleo y gas en territorio sunní se presenta con numerosas cautelas, mientras Iraq siga siendo un lugar peligroso para trabajar, especialmente para las compañías extranjeras con experiencia en la materia.
Incluso si las compañías pueden explotar los campos, tomará años antes de que se puedan excavar los pozos necesarios y oleoductos para transportar el petróleo y gas desde los pozos.
Pero la novedad de los recursos de petróleo en territorio sunní ciertamente ha cautivado la fantasía de quienes serán los más afectados por el hallazgo. Farhan T. Farhan, alcalde de Qaim, que es la zona poblada más cercana a Akkas, dijo en una entrevista que ya ha puesto el ojo en los posibles beneficios económicos del desarrollo del campo.
"Si usamos este petróleo", dijo, "será suficiente para todo el occidente de Iraq".

26 de febrero de 2007
19 de febrero de 2007
©new york times
©traducción mQh
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