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murió rufina amaya


Sobreviviente de una masacre cometida por tropas del gobierno salvadoreño de 1981. A los 64.
Rufina Amaya, 64, una de las pocas sobrevivientes conocidas de una masacre cometida por tropas salvadoreñas en 1981, que dedicó su vida a hablar sobre la matanza, murió de apoplejía el 6 de marzo en San Miguel, El Salvador.
Amaya vivía en el pueblo de El Mozote, uno de los seis villorrios cuyos habitantes fueron detenidos y matados a balazos o decapitados por soldados salvadoreños adiestrados en Estados Unidos el 11 de diciembre de 1981.
Más de ochocientos hombres, mujeres y niños fueron asesinados en la que se cree que es la principal masacre de civiles durante la guerra civil de doce años en El Salvador.
Oficiales salvadoreños y norteamericanos insistieron al principio que los asesinados eran en realidad rebeldes armados, pero Amaya impugnó esa versión en entrevistas que fueron publicadas por el New York Times y el Washington Post.
Amaya colaboró en la investigaciones realizadas por varios grupos de la iglesia y de derechos humanos, que constataron la atrocidad.
Amaya pudo oír los gritos de sus propios hijos cuando escapaba del lugar. Ella era una del último grupo de mujeres de su pueblo que eran llevadas a su muerte, pero logró escabullirse y ocultarse en un árbol.
La mayoría de sus familiares fueron asesinados, incluyendo su marido ciego y cuatro hijos, de entre ocho meses y nueve años de edad.
Amaya vivió en cuevas y en el bosque durante un año antes de hacerse camino hacia un campamento de refugiados en Honduras, donde se convirtió en una pastora laica y volvió a casarse.
"Fui incapaz de impedir los asesinatos y no deseé otra cosa que morir durante mucho tiempo", dijo al Dallas Morning News en 1994. "Dios me dejó vivir para que contara esta historia".

14 de marzo de 2007
©los angeles times
©traducción mQh
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1 comentario

rosa -

esa masacre me ase llorar.y le pido a dios q los culpables un dia pagaran y asta con una cuarta mas.espero q domingo monte rosa este quemandose en el infierno