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agasajan a terrorista en miami


Luis Posada Carriles, terrorista en el resto del mundo, disfruta en Miami de una salida. Una cena con quinientos exiliados cubanos celebra al militante y ex agente de la CIA, ahora de ochenta años, y todavía fugitivo de la justicia venezolana por cargos de terrorismo.
[Carol J. Williams] Miami, Estados Unidos. El elegante octogenario, que luce un traje azul recién comprado y una cara suavizada por la cirugía plástica, pasa en mesa en mesa en el comedor iluminado por candelabros repartiendo besos y recogiendo elogios.
Pero no se trata de una estrella de cine festejada por sus fans ni de un político veterano recibiendo parabienes.
No, el hombre homenajeado por quinientos amigos cubano-americanos en una gala agotada era Luis Posada Carriles, el ex agente de la CIA que todavía es buscado por Venezuela por cargos de terrorismo y con una orden de deportación por haber entrado ilegalmente a Estados Unidos hace tres años.
Posada, ochenta, se ha mantenido en las sombras desde que salió de una cárcel de Texas hace un año y un juez federal desechara los cargos en su contra: haber mentido a funcionarios de inmigración.
Pero acontecimientos recientes como el banquete del viernes y una exposición y venta de sus pinturas en el otoño pasado demuestran que el hombre que se pasó la vida tratando de derrocar al gobierno comunista de Fidel Castro ha vuelto a la primera plana social en esta comunidad de exiliados de la ciudad.
"Nos estamos acercando al final de un terrible drama. Se acerca el fin de nuestra lucha", dijo Posada a la multitud de admiradores en traje de gala, refiriéndose a la precaria salud de Castro.
El embajador de Venezuela en Washington, Bernardo Álvarez Herrera, condenó a celebración de Posaba como una burla de la justicia y evidencia de la doble moral del gobierno de Bush en la lucha contra el terrorismo.
"Esto es escandaloso, especialmente porque Posada sigue defendiendo la violencia", dijo Álvarez sobre Posada. "Ha dicho que ahora se trata de ‘afilar los machetes’ para un enfrentamiento con los regímenes de izquierda de América Latina".
El gobierno norteamericano no ha dado nunca a Venezuela una respuesta formal a su petición de extradición de Posada presentada hace tres años, pese a un tratado que regula ese tipo de cooperación que ha estado en vigor desde 1922, dijo el embajador.
Posada, un ciudadano venezolano naturalizado, fue el cerebro de un atentado con bomba en 1976 contra un avión de pasajeros cubano que causó la muerte de las 73 personas que viajaban a bordo, incluyendo un joven equipo de esgrima que volvía de un torneo en Caracas, la capital de Venezuela. También se lo sospecha de haber organizado a fines de los años noventa una serie de atentados con bomba contra hoteles en La Habana, uno de los cuales mató a un turista italiano.
Posada ha fanfarroneado de ser el autor de numerosos atentados para matar a Castro y ha estado implicado, de acuerdo a actas judiciales, "en algunos de los más infames sucesos de la política centroamericano del siglo veinte".
Posada estaba cumpliendo una pena de prisión en Panamá por un intento de asesinato contra Castro cuando el gobierno saliente de la presidenta panameña Mireya Moscoso lo indultó a él y tres de sus cómplices en agosto de 2004 en lo que los observadores definieron como un favor al presidente Bush para ganarse a la comunidad cubana de Florida en su campaña para ser reelegido.
Los otros tres cubano-americanos volvieron a Miami como héroes; Posada llegó seis meses después, supuestamente transportado desde México por una lancha pesquera propiedad de un benefactor anticastrista.
Mientras Venzuela, Cuba y organizaciones de derechos humanos pidieron la extradición de Posada para que fuera juzgado por el atentado contra el avión de pasajeros, las autoridades federales lo arrestaron en mayo de 2005 por entrar ilegalmente al país. Un juez federal de Texas ordenó su deportación, pero otro juez prohibió que fuera enviado a Venezuela, aceptando los alegatos de los abogados de Posada de que el acusado podría ser torturado o ejecutado en su país natal.
Ninguno de la media docena de países amigos de Estados Unidos contactados por el Departamento de Estado accedió a recibir a Posada.
Un caso de fraude en inmigración fue visto por fiscales federales más tarde ese año, pero fue desechado en mayo de 2007. La juez de distrito Kathleen Cardone acusó a las autoridades federales de emplear artimañas, fraude y mentiras para montar la acusación en su contra.
Fiscales federales apelaron y están esperando una resolución de la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito, informó Dean Boyd, portavoz del ministerio de Justicia.
Algunos analistas especulan que el gobierno norteamericano ha esquivados los llamados a juzgar a Posada por temor a que revele detalles sobre la participación de la CIA en golpes de estado, conspiraciones para cometer asesinatos y otros escándalos, incluyendo al Affair Irán-Contra.
Peter Kornbluh, director del Proyecto de Documentación de Cuba del Archivo de la Seguridad Nacional de la Universidad George Washington, ha compilado documentos desclasificados de la CIA y el FBI sobre Posada que muestran que estuvo en estrecho contacto con sus jefes en Washington durante su período como agente encubierto.
"El espectáculo de un terrorista internacional fugitivo festejado como un héroe en Miami desautoriza el compromiso del gobierno de Bush a luchar contra el terrorismo", dijo sobre el festejo de Posada.
El representante William Delahunt (demócrata de Massachusetts) llamó a celebrar una audiencia en el Congreso en noviembre para discutir el manejo del gobierno del caso Posada, diciendo que había "convincentes evidencias" que implicaban a Posada en el atentado contra el avión de pasajeros.
Delahunt dijo el martes que "no parece haber demasiado entusiasmo" en el actual gobierno por procesar a Posada, pero que él pediría que se proceda judicialmente contra Posada después de las elecciones de otoño. "Que Posada sea homenajeado de semejante manera envía un mensaje terrible al resto del mundo", dijo el representante sobre el tributo.
Posada, todavía bajo vigilancia del Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos, entró al banquete, donde recibido por una ovación, con la cara radiante, excepto por la cicatriz que le quedó tras un ataque de hombres armados en Guatemala en 1990.
"Es un verdadero héroe para los cubanos. Ha estado luchando por la libertad de Cuba desde que llegó a Estados Unidos", dijo Héctor Morales-George, un cirujano retirado que asistió al banquete.

carol.williams@latimes.com

9 de mayo de 2008
7 de mayo de 2008
©los angeles times
cc traducción mQh
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