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esclavas sexuales en zimbabue


Milicias juveniles de Zimbabue son acusadas de retener a mujeres como esclavas sexuales. Una mujer de 21 dice que creía que sus sufrimientos terminarían después de la segunda vuelta presidencial, pero el terror continua.
Harare, Zimbabue. Tiene que llamar ‘camaradas’ a esos jóvenes. Cocina para los camaradas y les sirve. Friega el suelo de los camaradas y recoge después de ellos.
Y cuando cualquiera de los camaradas quiere sexo, la violan.
Asiatu, 21, es una prisionera de los camaradas en una base del gobernante partido ZANU-PF, una de los novecientas unidades iniciadas por el partido para aterrorizar a los zimbabuenses y obligarles a votar por Robert Mugabe en la segunda vuelta presidencial con un solo candidato de fines del mes pasado y prolongar su gobierno de veintiocho años.
La elección terminó, pero no el terror.
"Todavía estoy en la base. Me violan cuatro o cinco hombres todos los días", susurra, estallando en lágrimas. "Siempre que quieren, de noche o de día".
"Para mí, un camarada es un asesino, alguien que es cruel".
Ha estado en la base en las últimas diez semanas, desde que fuera secuestrada en medio de la noche debido a que su madre es partidaria del opositor Movimiento por el Cambio Democrático [MCD].
Tiene que permanecer la mayor parte del día en la base, como esclava sexual de los matones de las milicias juveniles formadas por el gobierno. El Times la entrevistó durante uno de los varios breves períodos en que se le permite salir de la base del ZANU-PF.
Cuando se le preguntó por qué no escapa en esos períodos, Asiatu ofrece una escalofriante explicación: "Me dijeron que si escapo, matarán a mi madre".
Asiatu, una chica guapa y delgada, de un metro 52, lleva un vestido negro con manchones rojos. Lleva las trenzas amarradas atrás con una extravagante borla de tul rojo. Su mirada es triste y asustada. Y ríe rara vez.
Dice que estaba esperanzada en la segunda vuelta del 27 de junio y de sus resultados, asumiendo que entonces la dejarían marcharse.
Pero realizada la elección y sin indicios de que su cautiverio se acerque a su fin, ha perdido toda esperanza. Tiene miedo de quedar embarazada, y aterrorizada de que pueda contraer el SIDA/VIH. Es el único sostén de la familia. Gana algo de dinero vendiendo verduras, pero no ha podido vender nada porque pasa la mayor parte del tiempo en la base.
"Ruego a Dios todo el tiempo. Rezo. ‘Tú eres quien conoce mi futuro. Ayúdame. Sálvame de esto’".
Un comandante de la base que habló con el Times a condición de conservar el anonimato dijo que Mugabe había dicho que las bases continuarían operando. Algunos en el partido gobernantes dicen que se están planeando nuevas operaciones. Pero el comandante dijo que el gobierno no tenía dinero para alimentar a las milicias juveniles en las bases y que era difícil seguir manteniéndolas.
Eso podría ser un problema para el ZANU-PF. Para la mayoría de las tropas de choque, su principal motivo es la esperanza de ganar dinero rápido para alimentar a sus familias, ahora que el alimento escasea y las oportunidades de surgir son prácticamente inexistentes.
Los campamentos fueron instalados después de la derrota del ZANU-PF en las elecciones parlamentarias y presidenciales del 29 de marzo. Proporcionaron una base desde la cual atacar a la oposición e intimidar a los votantes -incendiando casas, expulsado a personas y golpeando, mutilando o asesinado a los activistas.
Guarderías infantiles, escuelas y casas fueron exigidas como terrenos para las bases. Algunas avanzadas, en lo profundo de la selva y sobre el modelo de las bases de la guerra de liberación de Zimbabue, consisten en apenas un terreno con una tienda, un escritorio y una silla para el comandante, con varios cientos de milicianos haciendo guardia.
En la mayoría de las bases en el país han obligado a mujeres jóvenes a cocinar para los milicianos, servirles y ser sus esclavas sexuales, según mujeres y hombres obligados a trabajar diariamente en los campamentos.
El líder de la oposición, Morgan Tsvangirai, se retiró de la elección del 27 de junio debido a la violencia. Pero Mugabe, que fue la segunda mayoría después de Tsvangirai, continuó con la segunda vuelta pese a la condena internacional. Fue declarado vencedor poco después y asumió rápidamente el cargo.
El MCD informa de muchos casos de embarazos indeseados entre las víctimas de violación. Testimonios escritos de las víctimas muestran que muchas veces las mujeres fueron violadas debido a que ellas o sus familiares cercanos eran activistas de MCD. Sin embargo, el partido no tiene cifras sobre cuántas violaciones se han reportado como violencia política.
Los problemas de Asiatu empezaron una tarde en que 35 milicianos del ZANU-PF llegaron a su casa debido a que su madre es miembro del MCD.
"Yo estaba comiendo y me patearon mi plato", cuenta. "Empezaron a pegarme, diciendo que yo era miembro del MCD. Dijeron que deberían matarme". Tres días después, volvieron de noche y me obligaron a acompañarlos a la base.
"Yo iba llorando. Pensé que me iban a matar", dice.
Para protegerla, el Times no revelará la ubicación de la base. Asiatu no es el nombre con que es conocida en su comunidad.
El primer día en la base, dice, fue golpeada brutalmente, con una varilla de madera, en la espalda, nalgas y en la planta de sus pies.
"Me dijeron que tenían que golpearme hasta que me desmayara para satisfacer a sus jefes. Dijeron que me estaban ‘tratando’ para convertirme en miembro del ZANU-PF".
Las golpizas diarias terminaron al cabo de una semana, pero empezaron las violaciones.
Secándose las lágrimas, cuenta cómo fue la primera vez: "Alguien me dio un plato de sadza [una papilla de harina d e maíz] y me dijo: ‘Lleva este plato a ese cuarto’. Y allá había un hombre durmiendo en una cama y me violó".
En la base hay tres mujeres, dice. El número de milicianos ha descendido a once -de cincuenta antes de la elección. Hay reuniones políticas en la base, con canciones y lemas.
"Voy allá para salvar mi vida. Pero nunca seré miembro del ZANU-PF", dice Asiatu. Odia al ZANU-PF desde que la hermana menor de su madre fuera secuestrada y asesinada en un incidente de violencia política después de 2000.
Ante de las elecciones, dice, vio golpear a cientos de personas en la base, entre diez y cincuenta al día. Dice que vio cómo dos activistas del MCD fueron apedreados hasta morir. Los milicianos les tiraron ladrillos y piedras. Matarlos les tomó tres horas.
"Dijeron: ‘Son activistas del MCD. Para matar al MCD hay que matarlos a ellos’".
Elizabeth, 30, activista del MCD y verdulera, dice que fue violada en la misma base antes de las elecciones. Dice que algunos milicianos llevaban sacos o cajas de cartón en sus cabezas para ocultar sus caras. (Elizabeth tampoco es conocida por ese nombre en su comunidad).
Mientras la violaban, los milicianos y otras jóvenes en la base entonaban canciones burlándose de la oposición, como "Cávate un hoyo y entiérrate tú misma, porque llegó tu hora".
"Eso era terrible. Nunca pensé que saldría viva", dice.
A diferencia de Asiatu, no la mantuvieron en la base como esclava sexual, pero la violaron como castigo por su militancia en el MCD. Más tarde comunicó a la policía los nombres de sus agresores, que fueron detenidos. Pero fueron dejados en libertad dos días después, sin cargos.
"Ahora mismo tengo miedo de que vuelvan", dice Elizabeth, que ha decidido dejar de trabajar para el MCD. "Sólo quiero llevar una vida tranquila. Tengo miedo. Pero sigo apoyando al MCD".
Pese a todo, todavía cree que, de algún modo, habrá cambios. Suspende su mirada en el aire, con una leve sonrisa en sus labios. Habla con una voz soñadora, casi como si estuviera viendo su materialización ante sus ojos.
"Creo que vienen cambios", dice. "No sé cuándo, pero sé que vendrán".
Asiatu dejó de creer en la posibilidad de su propia libertad, aunque no ha perdido la fe en la transformación de su país.
"Si la situación continúa así, el país seguirá en las cenizas", dice. Pero cuando expresa sus esperanzas, por un momento olvida el miedo. Su voz es firme y clara: "Habrá cambios. Siento que vienen".
Pero entonces es hora de volver a la base.

8 de julio de 2008
©los angeles times
cc traducción mQh
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