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Estados Unidos obliga a nueve bancos a aceptar su nacionalización parcial.
[David Cho, Neil Irwin y Peter Whoriskey] Estados Unidos. El gobierno estadounidense está aumentando dramáticamente su respuesta a la crisis financiera, anunciando la inversión de 250 mil millones de dólares en los bancos del país y obligando a nueve de los bancos más importantes a aceptar la participación de Hacienda en una decisión que equivale a una nacionalización parcial de esos bancos.
La noticia de que los gobiernos europeos también planeaban adquirir participaciones en sus bancos y la expectativa de nuevas medidas estadounidenses provocaron ayer un agudo remonte en los precios de las acciones estadounidenses, con el promedio industrial Dow Jones registrando el aumento porcentual más grande desde los años treinta, un 11.1 por ciento. Terminó en 936.42 puntos, el nivel más alto en su historia, apenas días después de que el índice bursátil Dow sufriera la peor caída semanal de su historia.
La decisión del ministerio de Hacienda de adquirir una participación en el capital representa un significativo cambio apenas semanas después de que el ministro de Hacienda, Henry M. Paulson Jr., se opusiera a la idea. En una trascendental reunión ayer por la tarde en Washington, Paulson, flanqueado por importantes reguladores financieros, dijo a los ejecutivos de nueve importantes bancos que tenían que participar en el programa por el bien de la economía nacional, dijeron dos fuentes que hablaron a condición de conservar el anonimato debido a que no estaban autorizados para hablar en público.
La iniciativa del gobierno, que debía ser anunciada esta mañana antes de que abrieran los mercados en Nueva York, es parte de un plan más amplio que va más allá del paquete de rescate de 700 mil millones de dólares aprobado por el Congreso antes este mes. La  Superintendencia Federal de Seguro de Depósitos [Federal Deposit Insurance Corp.; FDIC] también debe anunciar hoy el lanzamiento de un fondo de seguros para garantizar las nuevas emisiones de deuda bancaria. Proveerá un seguro ilimitado para los depósitos que no conllevan intereses, que son ampliamente usados por pequeñas empresas para el pago de planillas y otros propósitos.
Al presionar a los ejecutivos bancarios para que aceptaran la propiedad parcial del gobierno, el mensaje de Paulson fue claro. Aunque oficialmente el programa era voluntario, los bancos no tenían mucho que decir. A cambio de entregar a Hacienda una participación minoritaria, los nueve bancos recibirán en conjunto una inversión de 125 mil millones de dólares. En los próximos treinta días, el gobierno pondrá 125 mil millones de dólares a disposición de miles de otros bancos y cajas de ahorro en todo el país.
Los funcionarios federales fijaron las condiciones, diciendo a los bancos que no podrían elevar sus dividendos sin la aprobación del gobierno y que no podrían ofrecer a sus ejecutivos nuevos acuerdos de jubilación, aunque los acuerdos ya cerrados serán respetados.
Paulson les dijo que estas medidas aumentarían la confianza en sus propias instituciones, estimularían el crédito en el sistema y dejarían en claro ante instituciones más pequeñas que no es deshonroso aceptar financiamiento federal. Aunque algunos se mostraron reluctantes, todos los ejecutivos terminaron aceptando el plan.
Se corre el riesgo de que los bancos utilicen el nuevo capital estatal para reforzar sus balances, pero sin reanudar todavía los créditos, y Hacienda no ha obtenido ninguna garantía contractual específica para impedir que eso ocurra. Pero los reguladores bancarios, especialmente la Reserva Federal, se apoyarán pesadamente en los bancos que reciban infusiones para usar el capital para reanudar los créditos a empresas y consumidores.

En conjunto, las medidas anunciadas por Hacienda, la Superintendencia Federal de Seguro de Depósitos, y la Reserva Federal equivalen a un monumental intento de hacer arrancar los créditos, que en las últimas semanas se habían paralizado a medida que los bancos perdían la fe ellos y en sus clientes. Los mercados globales empezaron a derrumbarse. Algunos países emergentes se tambalearon hasta quedar al borde de un colapso financiero.
Durante reuniones sostenidas el fin de semana, los presidentes de varios países del mundo accedieron en Washington a lanzar un programa coordinado para inyectar dinero en los bancos del mundo y garantizar sus deudas. La iniciativa, ayer, de funcionarios de Estados Unidos representó la versión estadounidense de esos principios generales, que fue correspondida ayer por iniciativas similares en Europa.
Como parte del esfuerzo para inyectar el sistema financiero con dinero, la Reserva Federal puso ayer temprano fondos ilimitados a disposición de otros importantes bancos centrales de modo que puedan inyectar dinero en bancos en sus países y aliviar la escasez de dólares a la que hacen frente. Anteriormente el programa crediticio de la Reserva Federal, de prestar dólares al Banco Central Europeo, al Banco de Inglaterra, al Banco de Japón y otros ha sido calculado en un total de 380 mil millones de dólares.
Según la ley de rescate firmada antes este mes, Hacienda está autorizada a adquirir participaciones en los bancos.
Durante los debates en el Capitolio, Paulson dijo repetidas veces que la medida era un modo de apuntalar a las instituciones financieras en problemas, comprando sus valores hipotecarios y otros.
Ahora que decidió utilizar el plan de financiación de 250 mil millones de dólares para inyectar capital directamente en el sistema bancario, está planificando pedir inmediatamente al Congreso una segunda financiación de cien mil millones de dólares para comprar o asegurar valores de otras instituciones, de acuerdo a personal del Congreso y ejecutivos bancarios informados sobre el plan.
"Cuando hablé con los miembros del Congreso entonces, creían que estaban votando para comprar los valores con problemas, no para inyectar capital en los bancos", dijo Alan Blinder, un economista de Princeton y ex vicepresidente de la Reserva Federal. "Si yo fuera parlamentario, me estaría preguntando si no nos están dando gato por liebre, porque eso no fue discutido".
Entre los primeros en defender la idea de inyectar dinero en los bancos a cambio de adquirir participaciones estuvo el representante Spencer Bachus (republicano, Alabama), que propuso la idea en la reunión nocturna del 18 de septiembre en el Capitolio en la que participaron legisladores, Paulson, y Ben S. Bernanke, presidente de la Reserva Federal.
Después de que Paulson describiera su plan de que Hacienda comprara los valores hipotecarios, Bachus sugirió que había ciertamente otros modos de superar la crisis. "Tiene que haber más alternativas", dijo al grupo, según una versión que es consistente con las versiones de otros que estuvieron presentes en la reunión. "¿Por qué no inyectar capital en las instituciones?"
En la reunión, el representante Barney Frank (demócrata, Massachusetts) y el senador Jack Reed (demócrata, Rhode Island) expresaron su apoyo a la idea, según dijeron personas que asistieron a la reunión.
Pero funcionarios de Hacienda "dijeron que esta era una crisis y que no había tiempo", dijo Bachus. Paulson "tenía miedo de que si no hacíamos algo inmediatamente, pasarían cosas terribles".
Dijo que pensaba que Paulson había actuado con "integridad", pero que "creo que tenían un plan, y todos estaban diciendo: ‘Esto es lo que tenemos que hacer’".
Bachis respondió a la objeción diciendo que el gobierno podría adquirir participaciones sin derecho a voto en los bancos. Pero los opositores en la reunión, entre ellos los funcionarios de Hacienda, no se inmutaron.
"Creo que había una predisposición ideológica contra las inyecciones de capital", dijo el senador Charles E. Schumer (demócrata, Nueva York) sobre la reunión. También, "su visión era que eso tomaría demasiado tiempo porque había que hacerlo banco por banco".
Ayer, pocos legisladores abordaron el tema del plan de recapitalizar los bancos. Pero demócratas claves dijeron que tenían que respetarse estrictos límites a las remuneraciones de los ejecutivos de bancos que aceptaran dinero del gobierno.
"Las restricciones a la remuneración de los ejecutivos asegurará que el dinero de los contribuyentes no se malgaste enriqueciendo a las mismas personas cuyas pésimas decisiones provocaron esta crisis", escribió Schumer ayer en una carta a Paulson. "Es imperativo que todas estas restricciones, incluyendo las limitaciones a los incentivos de los ejecutivos que toman riesgos excesivos y la eliminación de los contratos blindados, sean incorporadas en cualquier programa de inyección de capital".

El nuevo programa de seguros que será lanzado por la Superintendencia Federal de Seguro de Depósitos para asegurar los depósitos que no conllevan intereses se dirige principalmente a las pequeñas empresas, que tienden a mantener sus balances en cuentas bancarias y por eso es muy probable que retiren el dinero si creen que su banco está teniendo problemas de solvencia. Debido a que los bancos no pueden legalmente pagar intereses a cuentas comerciales, la nueva garantía comprenderá  básicamente todas esas cuentas.
La garantía se corresponde con otras similares en países europeos, aliviando la preocupación de que las empresas empiecen a transferir su dinero a cuentas en el extranjero. Pero la medida también provoca preguntas sobre si la Superintendencia Federal de Seguro de Depósitos tendrá suficiente dinero como para cumplir con sus crecientes obligaciones si los bancos continúan derrumbándose.
La garantía de deuda bancaria de Superintendencia Federal de Seguro de Depósitos estará abierta para nuevas emisiones de bonos y otras formas de deuda que sean emitidas antes de junio del próximo año. La garantía del gobierno durará tres años.
Ayer temprano, mientras hablaba con banqueros internacionales, Neel Kashkari, que está temporalmente supervisando el paquete de rescate del gobierno por 700 mil millones de dólares, explicó algunos detalles de los esfuerzos de Hacienda en ese plan y reconoció la necesidad de actuar rápidamente. Kashkari, que fue nombrado subsecretario interino de Hacienda para la estabilidad financiera la semana pasada, dijo que nombramientos claves, incluyendo el de la compañía principal que supervise y gestione la compra de valores con problemas a los bancos, será anunciado hoy. También ha recibido "cientos" de solicitudes de empresas que quieren convertirse en administradores de los valores que comprará Hacienda. Otros funcionarios agregaron que el ministerio ha contratado al bufete de abogados Simpson Thacher & Bartlett y a los consultores de inversiones Ennis Knupp & Associates para que ayuden a seleccionar a los contratistas del programa.
Kashkari dijo que Hacienda aclarará la situación de conflicto de intereses de las empresas que contrate porque "las firmas con la experiencia financiera relevante también pueden poseer valores que pueden ser vendidos".

Binyamin Appelbaum, Zachary A. Goldfarb y Lori Montgomery contribuyeron a este artículo.

14 de octubre de 2008
©washington post
cc traducción mQh
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