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tropas contra la mafia


Italia envía tropas para frenar violencia de la mafia cerca de Nápoles. La semana pasada fueron asesinados seis inmigrantes africanos en lo que se sospecha que fue un ajuste de cuentas al norte de Nápoles.
[Maria De Cristofaro y Sebastian Rotella] Roma, Italia.El gobierno italiano ordenó el martes el despliegue de un destacamento militar para luchar contra una ola de violencia desatada por la mafia napolitana, que culminó la semana pasada con el asesinato de seis inmigrantes africanos en lo que se cree que fue un conflicto por territorio.
La decisión de enviar militares a la provincia de Caserta, al norte de Nápoles, demuestra que los violentos clanes de la Camorra, como se conoce a la mafia en Nápoles, representan un formidable reto para el gobierno. La última vez que se recurrió a soldados para combatir al crimen organizado fue en 1992, en el sur de Italia, después de que gángsteres italianos asesinaran a dos importantes jueces anti-mafia.
El martes el gabinete aprobó la propuesta del ministro de Defensa, Ignazio La Russa, que dijo que los soldados eran necesarios para hacer frente a una "contingencia criminal". La mayor parte de los quinientos soldados serán asignados a Caserta durante tres meses y se ocuparán de tareas como encargarse de los puestos de control y reforzar a los cuatrocientos agentes de policía que fueron enviados el lunes, dijo La Russa.
"Tememos que pueda haber otros incidentes violentos. Es por eso que hemos aumentado la presión en esa zona para neutralizar el poder de fuego de las organizaciones", dijo en el canal RAI el ministro del Interior, Roberto Maroni. "En la región de Caserta hay una verdadera guerra civil de la Camorra, y por eso queremos que el estado vuelva a recuperar el control".
El auge de los gángsteres napolitanos ha conducido a descarados asesinatos de rivales, testigos y otros a medida que los clanes imponen su control sobre actividades como la venta de drogas y el vertido ilegal de desechos tóxicos. Hace dos años los políticos italianos consideraron el envío de tropas a Nápoles, pero finalmente rechazaron la idea.
Esta vez las autoridades están respondiendo a meses de letal violencia atribuida a los Casalesi, un clan de la Camorra cuyas arrogantes y violentas acciones contrastan con el estilo brutal pero más disciplinado y discreto de la mafia siciliana. Los recientes asesinatos en Castelvolturno, un centro del tráfico de drogas en la provincia de Caserta, también reflejan la nueva estructura étnica del hampa que está siendo remodelada por la inmigración.
El jueves, cuatro hombres asesinaron al dueño de un salón de juegos en Castelvolturno. Los asaltantes se dirigieron luego a una tienda administrada por inmigrantes de África Occidental y dispararon cientos de balas contra el local, matando a tres ganeses, dos liberianos y a un hombre de Togo. El lunes, la policía arrestó a sospechosos vinculados al clan Casalesi.
Los asesinatos provocaron disturbios de inmigrantes africanos, decenas de miles de los cuales se han asentado en la región.
La fiscalía sospecha que la balacera tiene que ver con un conflicto territorial. A medida que la cocaína destinada a Europa llega cada vez más a través de África Occidental, criminales de esa región se han hecho con un papel en el hampa en lugares como Caserta. La mafia napolitana cobra ‘impuestos’ a los africanos, albaneses y otras bandas de inmigrantes implicadas en el tráfico de drogas, la prostitución y otros delitos en su territorio.
Los asesinatos parecen ser un tenebroso mensaje para los dealers africanos, no operaciones quirúrgicas contra rivales, dijo en una entrevista el martes Corrado Lembo, fiscal jefe en la zona de Caserta.
Algunos políticos elogiaron al gobierno del primer ministro Silvio Berlusconi por recurrir a la ayuda de las fuerzas armadas.
"Tal como lo ha expresado la comunidad, acojo positivamente el despliegue de tropas, porque estamos atravesando una situación de emergencia", dijo Francesco Nuzzo, alcalde de Castelvortuno.
Pero los críticos criticaron la medida como cosmética, diciendo que no se ataca al poder estructural de la organización de la Camorra, especialmente sus alianzas políticas.
"Lo que se necesita es un refuerzo del aparato investigativo", dijo Franco Barbato, del partido Italia de los Valores, que forma parte de la oposición de centro-izquierda. "Sobre todo, se necesita combatir y cercenar todos los lazos entre la política y los clanes".
El efecto del despliegue militar será fundamentalmente simbólico, dijo Lembo, el fiscal jefe. Y expresó preocupación de que los soldados que tienen experiencia fundamentalmente en la protección de embajadas y otros objetivos estáticos, no estén preparados para enfrentar a la Camorra.
"Ciertamente las tropas pueden como mínimo ayudar a patrullar un territorio tan extenso como la provincia de Caserta", dijo Lembo. "Pero en esta zona particularmente peligrosa, donde deambulan grupos armados, que a veces operan bajo la influencia de drogas, podrían encontrarse en una situación de emergencia con una preparación que quizás no es la más apropiada para hacer frente a este fenómeno".
En los años noventa, la presencia de miles de tropas en Sicilia ayudaron a combatir a la mafia. En la época se enviaron cerca de quinientos soldados a Nápoles.
Más recientemente, el papel de las fuerzas armadas en tareas policiales se ha convertido en un tema político delicado en Italia. En agosto, el gobierno dispuso el envío cerca de tres mil tropas distribuidas en todo el país para colaborar con la policía en la lucha contra la delincuencia callejera.
La oposición acusó a Berlusconi de hacer mal uso de las fuerzas armadas con intenciones puramente propagandísticas. El gobierno declaró que estaba respondiendo a la demanda pública de reprimir a la delincuencia, especialmente a los inmigrantes ilegales implicados en delitos violentos.

rotella@latimes.com

24 de octubre de 2008
24 de septiembre de 2008
©los angeles times
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