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la proposición 2


Dar a los animales algo de espacio no resultaría en los escenarios comerciales de pesadilla que pregonan los opositores.
[Karen Dawn] California, Estados Unidos. Hace dos años recibí un folleto que incluía una foto de unos cochinillos encerrados en jaulas del tamaño de un ataúd. El folleto decía que esos inteligentes animales vivían encerrados de ese modo toda la vida. Recuerdo mi reacción: primero horror, luego negación. Eso tenía que ser ilegal. Más tarde me enteré de que ese tipo de encierro era la práctica industrial habitual en Estados Unidos.
Hace cinco años, el Times publicó un artículo de opinión del profesor Peter Singer, de la Universidad de Princeton, y yo, en el que apoyábamos un proyecto de ley para prohibir en el estado el encierro de terneras y cochinillos en jaulas tan pequeñas que no pudieran girar ni incluso yacer con las piernas estiradas. Una encuesta Zogby de entonces mostraba que cerca del setenta por ciento de los californianos apoyaba ese proyecto de ley. Un grupo de legisladores lo impidió. Pero nuestro estado es uno donde el sistema electoral permite que la gente decida cuando el gobierno se opone a sus deseos. Los californianos tienen la oportunidad este 2 de noviembre de aprobar la Proposición 2, que implementaría esos cambios en el encierro de los animales. La proposición también prohibirá encerrar en jaulas de batería a millones de gallinas ponedoras.
Pronosticando más simpatía por los mamíferos, quienes se oponen han sugerido cínicamente que los terneros y cerdos son irrelevantes cuando se considera la Proposición 2; señalan un anuncio de Smithfield Foods, el productor de cerdo más grande del país, de que planea retirar paulatinamente las jaulas. Pero si lo cumple, esa promesa no entrará en vigor completamente sino en 2020, cinco años después de la fecha límite bastante indulgente de la Proposición 2. Para impedir que los animales sigan viviendo sin poder moverse, mucha gente tendrá que acercarse a las urnas, y este proyecto de ley afectará a miles de terneros y cerdos y millones de aves. Y las encuestas han mostrado que los votantes no condonan la crueldad sin límites hacia las aves. Los votantes aceptan la muerte de un animal como parte de la cadena alimentaria, pero no quieren que sus huevos de la mañana sean productos del sufrimiento. Apretujar a los animales en pequeñas jaulas amontonadas causa indudablemente un incesante sufrimiento. La semana pasada, Oprah Winfrey presentó un programa especial sobre el encierro de los animales en el que un granjero dijo que él no podía juzgar si los 750 cochinillos encerrados en jaulas individuales eran "felices" o no -como si no pudieras juzgar si tu perro es "feliz" o no cuando corre dando brincos justo antes de su paseo. Sin embargo, especuló que los animales estaban contentos. Los espectadores oímos eso mientras las imágenes nos mostraban a los animales encerrados empujando lastimosamente sus morros contra los barrotes de las jaulas o mascándolos incesantemente. La portavoz de la Sociedad Protectora de Animales recordó a los espectadores que la Asociación de Veterinarios de California ha apoyado la Proposición 2.
Nuestra compasión no es la única razón para apoyar la Proposición 2; también podemos hacerlo por nuestra salud. Si un estabulado animal compasivo implicara menos raciones de jamón y huevos, eso no lo objetaría ningún médico respetable. Y mientras la oposición hace comerciales mostrando a niños chupando termómetros, los estudios han constatado que las posibilidades de sufrir una contaminación por salmonela en instalaciones con jaulas de batería son hasta veinte veces más altas que en granjas de campo libre. Los opositores también predicen estallidos de gripe aviar. En realidad, la mayoría de las granjas de campo libre mantienen sus gallinas en cobertizos; es por eso que toda mención de la gripe aviar es simplemente falso. Aunque quisiéramos que la Proposición 2 tuviera las gallinas cloqueando en la granja de Old MacDonald’s, en realidad sólo libera a los animales de su encierro indescriptiblemente cruel en jaulas diminutas.
Las leyes que limitan la densidad animal atenuarán el devastador impacto sobre el ambiente de las granjas de cría intensiva. Y crearán más empleos. Mientras una persona puede controlar individualmente 750 cochinillos enjaulados en una nave, las pequeñas granjas familiares emplean a muchas más personas para criar animales en condiciones humanitarias.
Actualmente la granja familiar de campo libre no puede competir; los huevos de sus gallinas son demasiado caros. Pero si la Proposición 2 es aprobada y las normas cambian en todo el estado, según un economista de la oposición los precios aumentarían en menos de un centavo de dólar por huevo. La oposición ha sugerido que las cadenas de tiendas de abarrotes simplemente comprarán huevos producidos en jaulas de batería de fuera del estado. Pero cuando Austria prohibió las jaulas de batería, las cadenas de tiendas de abarrotes más importantes decidieron dejar de vender un producto cuya producción se había convertido en una empresa criminal. Algunos importantes comerciantes detallistas de California ya han pedido huevos de campo libre. Ahora que la Unión Europea ha prohibido las tradicionales jaulas de batería, Estados Unidos se ha quedado atrás en cuanto a las normas de bienestar animal. Pero observando que la iniciativa anti-jaula de Arizona condujo a una reforma nacional en la industria porcina en 2006, podemos imaginar el impacto que pueden tener los cambios en las leyes de bienestar en un estado del tamaño de California. En realidad, la oposición ya lo ha imaginado. El financiamiento de su campaña, con un setenta por ciento de contribuciones de productores de huevos y granjas de fuera del estado, debería hacer dudar a los votantes sobre el interés de nuestros productores californianos.
El Times ha aceptado que algo debe hacerse sobre el tratamiento que se da a los animales, pero dijo que esta iniciativa no es la respuesta, ya que no prohíbe la importación y venta de alimentos producidos en condiciones de extrema crueldad. Pero leyes similares en otros países no han resultado en una explosión de importaciones de este tipo de productos. No podemos negarnos a aprobar un buen proyecto de ley simplemente porque nos gustaría que fuera incluso mejor. No debemos dejar que la Proposición 2 fracase y dejar que la industria pretenda que estamos satisfechos con sus normas miserables.
Más de treinta diarios californianos han respaldado la Proposición 2; incluso el New York Times, sin duda consciente del impacto nacional potencial, ha respaldado la iniciativa. Oprah dijo a su audiencia nacional la semana pasada: "El modo en que tratamos a los más débiles refleja nuestra humanidad". Los californianos tendrán que decidirlo.

Karen Dawn lleva DawnWatch.com y es coautora de ‘Thanking the Monkey: Rethinking the Way We Treat Animals’.

DawnWatch.com

3 de noviembre de 2008
21 de octubre de 2008
©los angeles times
cc traducción mQh
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