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américa latina resiente recesión


En el pasado confiados de que la creciente demanda garantizaría precios altos para productos como frijoles de soya, carne de vacuno y minerales, Argentina, Brasil y otros países están empezando a sentir los efectos de la restricción del crédito.
[Patrick J. McDonnell] El abrupto fin del boom mundial de las materias primas ha aturdido a los países latinoamericanos que habían apostado todo con la idea de que las materias primas eran el billete de entrada a la ilimitada prosperidad de la economía global.
Una galopante sensación de inseguridad ha reemplazado la arrogante confianza en que una demanda insaciable mantendría altos los precios de productos como frijoles de soya, cobre, trigo y café. Pero las materias primas se han derrumbado como una de las secuelas del colapso financiero.
Algunos temen que el período de crecimiento más prolongado de América Latina podría haber terminado, dejando el lugar a una era de renovada austeridad.
"Estamos navegando sin compás", dijo Nilson Wirth Monteiro, asesor de Link Investments en Sao Paulo, Brasil, el epicentro de la economía más grande de América Latina. "No existe un compás que indique cómo se comportarán las materias primas y los mercados globales".
Presidentes como el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva inicialmente se jactó de que sus países estaban vacunados contra el ‘efecto jazz’ -como llamó burlonamente la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner a la creciente crisis en su discurso ante Naciones Unidas.
Pero la temprana sensación de despreocupación había desaparecido. El crédito se ha restringido enormemente y las ganancias por las exportaciones de materias primas están desapareciendo. Las bolsas regionales han seguido la zambullida de Wall Street. Bancos centrales desde Ciudad de México a Santiago de Chile, han desembolsado dinero para apuntalar sus endebles monedas.
Argentina, uno de los productores de frijoles de soya, maíz y trigo más importantes del mundo, podría perder hasta seis mil millones de dólares por exportaciones agrícolas, de acuerdo a una estimación. Muchos gobiernos, incluyendo el brasileño, han tenido que repensar sus ambiciosos planes destinados al mejoramiento de la infraestructura y reducir la pobreza.
"Los presidentes latinoamericanos han pasado en unos días de la preocupación por un fenómeno que estaba ocurriendo en otra parte del mundo, a abyecto temor", observó el Consejo de Asuntos del Hemisferio de Washington en un informe dado a conocer el viernes. "Existe un creciente nerviosismo porque una vez más América Latina no puede eludir las consecuencias de las conexiones financieras globalizadas que atraviesan Estados Unidos".
Con la caída de precios desde subidas históricas, alarmados agricultores que cubren de frijoles de soya enormes propiedades en las pampas y en las selvas de Brasil, Argentina, Paraguay y Bolivia se están preguntando si acaso el boom se convirtió en una bancarrota. La ansiedad ha reemplazado la bravuconería rural.
Ha sido un traumático giro de acontecimientos para una clase rural próspera que se había acostumbrado a deleitarse con los desembocados precios futuros en sus BlackBerrie, incluso cuando navegan a través de titilantes expansiones de frijoles de soya.
"No sabemos hacia dónde vamos", dijo Alejandro Giordani, productor de soya en la provincia argentina de Santa Fe. "No tenemos ninguna certeza sobre el precio de la soya, y eso nos asusta, especialmente ahora con la temporada de la siembra".
Materias primas tan diversas como la carne de vacuno de Argentina, minerales de hierro de Brazil y zinc de Bolivia han alcanzado nuevos máximos, en parte espoloneados por ventas a China e India. Ahora ansiosos productores cruzan los dedos con la esperanza de que la recesión económica no implique una caída en picado de la demanda asiática.
"Sabemos que millones de personas siguen entrando a la economía formal en economías emergentes como China e India", dijo Giordani. "Eso nos da algo de esperanza".
Algunos países están claramente mejor preparados que otros.
Chile ha reservado veinte mil millones de dólares obtenidos por las inesperadas ganancias que deja la exportación del cobre. Brasil tiene una economía altamente diversificada, con un enorme mercado doméstico y doscientos mil millones de dólares en reservas.
Países como Brasil y Argentina están menos entrelazados con los mercados estadounidenses que México y América Central, donde el comercio estadounidense y las transferencias de dinero de los inmigrantes en Estados Unidos son pilares económicos. La condición de Argentina como un riesgo de inversión crónico podría en realidad favorecerla, porque hay pocos capitales extranjeros preparándose para marcharse.
"Creo que Argentina estará bien, como Brasil", dijo Mark Weisbrot, co-director del Centro de Investigaciones Económicas y de Políticas de Acción, de Washington, que presentó un estudio sobre los posibles efectos de la recesión estadounidense sobre América Latina que observó que en 2007 el comercio con Estados Unidos representaba menos del dos por ciento del producto nacional bruto de Argentina y Brasil.
En contraste, en 2007 el comercio con Estados Unidos dio cuenta del 21 por ciento del producto nacional bruto de México, del 15 por ciento del producto nacional bruto de Venezuela (en gran parte petróleo) y del cinco por ciento del producto nacional bruto de Perú, Chile y Colombia.
"Pero", dijo Weisbrot, "todo depende de lo mal que lo hagan los países ricos y del nivel de desaceleración de la economía mundial".
La desenfrenada incertidumbre puso fin, de momento, a la perspectiva de un período de vacas gordas ilimitado gracias a las exportaciones de alimentos y minerales.
"El ánimo es reservado, y existe una enorme aprehensión en Brasil, como en Estados Unidos, de que lo peor todavía está por pasar", dijo David Fleischer, de la Universidad de Brasilia. "Desgraciadamente, nadie sabe todavía dónde está el fondo del barril".

Andrés D’Alessandro, de la oficina de The Times en Buenos Aires, y Marcelo Soares en Sao Paulo contribuyeron a este reportaje.

13 de noviembre de 2008
19 de octubre de 2008
©los angeles times 
cc traducción mQh
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