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reconstituyen crimen de cni


Presuntamente cometido por la CNI. Realizan reconstitución de escena por crimen de contador angelino. Mario Ernesto Mujica Barros entraba a su domicilio de la población Orompello, el 23 de agosto de 1984, cuando fue ultimado a balazos.
Los Ángeles, Chile. Cuatro sospechosos, que tras la diligencia podrían ser procesados en calidad de autores por el ministro que lleva esta causa, Carlos Aldana Fuentes, participarán de la reconstitución de escena por el crimen del angelino Mario Ernesto Mujica Barros, asesinado presuntamente por una patrulla de la CNI, el 23 de agosto de 1984.
La víctima, de profesión contador, fue interceptado cuando entraba a su domicilio y –según estableció la Comisión Rettig- no existe constancia que haya opuesto resistencia que justificara la tesis del enfrentamiento, señalada en la versión oficial de este suceso, acaecido en la calle Bombero Carlos Vyhmeister de la población Orompello.
En la trascendental actividad estarán presentes familiares de la víctima, médicos legistas del Departamento de Medicina Criminalística (Demecri) de la Policía de Investigaciones -procedentes de Santiago-, además de los detectives penquistas encargados de las diligencias ordenadas por el juez Aldana.

Siete Muertos
De acuerdo a lo señalado en el Informe Rettig, entre el 23 y 24 de agosto de 1984 la CNI, "con agentes enviados desde Santiago, ejecutó una operación destinada a eliminar a los dirigentes del MIR en la zona sur del país, específicamente en Concepción, Los Ángeles y Valdivia. Muchos de ellos habían ingresado ilegalmente al país y se encontraban realizando trabajo clandestino. Todos estaban siendo seguidos por agentes de seguridad con anterioridad y, por lo mismo, éstos tenían claridad absoluta sobre sus actividades. En todos los casos se informó públicamente de la existencia de enfrentamientos a consecuencia de los cuales murieron las víctimas. Sin embargo, por los diversos antecedentes reunidos, la Comisión ha llegado a la convicción de que ellas fueron ejecutadas".
El primer episodio se registró en la mañana del 23 de agosto de 1984 en Hualpencillo, cerca de Concepción. En la zona fue ejecutado próximo a su casa el obrero Luciano Humberto Aedo Arias quien -según testigos- fue asesinado con disparos a poca distancia, sin que opusiera ninguna resistencia.
Más tarde, y en un hecho en el que hubo al menos una decena de testigos, fueron interceptados en el bus en que viajaban Mario Octavio Lagos Rodríguez y Nelson Herrera Riveros, obrero y comerciante, respectivamente, en el sector de Lorenzo Arenas de Concepción. El conductor del vehículo fue obligado por agentes de la CNI a detenerse frente a la Vega Monumental. Las dos personas ejecutadas bajaron del bus con los brazos en alto, no obstante, y tal como lo prueba la autopsia de uno de ellos – la de Herrera- fueron asesinados a corta distancia e, incluso, con un disparo en el cráneo.
Luego, a las 18 horas, fue muerto a disparos el contador angelino. Casi en paralelo, otro equipo de la CNI se trasladó hasta el camino que une a Valdivia con Niebla, dando muerte a Raúl Jaime Barrientos Matamal y Rogelio Humberto Tapia de la Puente. Al respecto, el informe señala que "las víctimas habrían sido detenidas en Valdivia y conducidas a ese lugar para su ejecución por los agentes de la CNI".
La jornada de horror tuvo una segunda partida al día siguiente, cuando fue muerto Juan José Boncompte Andreu. El economista fue sorprendido en su domicilio por un elevado número de agentes. Testigos indicaron que él intentó huir, pero fue cercado por los efectivos quienes le dispararon en varias oportunidades, falleciendo de inmediato.
La Comisión de Verdad y Reconciliación estimó que "está convencida de que estas siete personas fueron ejecutadas por agentes estatales, en violación de sus derechos humanos".

15 de noviembre de 2008
©la tribuna
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