Blogia
mQh

murió edward upward


Influyente escritor. A los 105.
[Douglas Martin] Dos estudiantes salieron de la Silver Street en Cambridge, Inglaterra, para entrar a un callejón. Vieron una pequeña puerta en una enorme muralla.
"Esa puerta da a la Otra Ciudad", dijo Edward Upward.
Upward y Christopher Isherwood usaron su febril imaginación para cruzar la puerta hacia un pueblo imaginario, quimérico, irreal y flagrantemente perverso que se convirtió en la piedra de toque de la literatura inglesa del siglo 20. Lo llamaron Mortmere, y pronto se deleitaron escribiendo cuentos con títulos como ‘The Leviathan of the Urinals’ para divertirse entre ellos.
Con la muerte de Upward el 13 de febrero en Pontefract, Inglaterra, el último eslabón vivo se rompió con escritores como Isherwood, W.H. Auden y Stephen Spender, que dieron forma a la literatura inglesa de los años treinta. Al informar sobre la muerte de Upward, los diarios londinenses dijeron que a sus 105 años era el escritor más viejo de Gran Bretaña.
Su influencia sobre sus contemporáneos fue tanto literaria como política, idiota y seria. Los cuentos de Mortmere -que los biógrafos atribuyen principalmente a Upward- inspiraron la poesía de Auden. Isherwood envió manuscritos a Upward para que opinara sobre ellos. Upward ayudó a convertir al comunismo a Spender.
Pero algunos veían a Upward como determinado a sepultar su distintivo y temprano talento en un dogma izquierdista. Leonard y Virginia Woolf publicaron su primer libro, pero rechazaron su segundo, diciendo que había demasiado comunismo en el volumen.
No pudo publicar algunos de sus otros trabajos y destruyó otros más, y desde 1938 a 1954 sufrió un insuperable bloqueo mental. Una trilogía autobiográfica que publicó en los años sesenta y setenta fue elogiada por los socialistas como una obra documental, pero fue desdeñada por los críticos que la encontraron demasiado doctrinaria.
En ‘British Writers of the Thirties’, Valentine Cunningham escribió que Upward
"no se destacaría sin sus repetidas llamadas de atención sobre sus méritos e importancia".
Pero las convincentes y extrañas historias de Upward fueron pasadas de mano en mano entre los aficionados décadas antes de que fueran publicadas. Auden estuvo tan impresionado por su fábula de Mortmere más famosa, ‘The Railway Accident’, que la leía ante audiencias. Incluía la memorable imagen de un accidente ferroviario, donde describe cómo los "vagones se encaramaron unos sobre otros como toros en furiosa cópula".
Upward fue elogiado por su primera novela, ‘Journey to the Border’ (1938), que cuenta la historia de un joven tutor que encuentra su salvación en el socialismo. Su ensayo de 1937, en el que dice que la literatura debe ser juzgada de acuerdo a criterios marxistas, provocó un encendido debate.
En 1969, cuando publicó ‘The Railway Accident’ por primera vez con su propio nombre, el Times Literary Supplement declaró que "entre las leyendas literarias de los años treinta, Edward Upward es ciertamente la figura más legendaria".
A principio de los noventa, Upward fue nuevamente descubierto por Enitharmon Press, que publicó trabajos nuevos y antiguos de él, incluyendo ‘A Renegade in Springtime’ (2003), que coincidió oportunamente con su cumpleaños número cien.
"El renegado es aquel que tiene sentido de la realidad y los demás son indiferentes", dijo Upward en una entrevista con The Guardian en 2003.
Edward Falaise Upward nació en Romford, Inglaterra, el 9 de septiembre de 1903. Estudió en Repton School, donde conoció a Isherwood, que lo veía como "un anarquista natural, un romántico de nacimiento, un revolucionario".
Su admiración mutua precedió a Cambridge, donde aguzó lo que Upward llamó su "medievalismo surrealista". Peter Parker escribió en ‘Isherwood: A Life Revealed’ (2004) que Upward dio "el paso de la imaginación que dio vida a su mundo nebuloso".
Isherwood fue el mejor amigo de Austen, y fue a través de Isherwood que Upward influyó en Auden. Al enviarle a Upward una copia de sus ‘Poems’ (1930), Auden escribió: "No sé cuántos de estos poemas se los he birlado a usted a través de Christopher".
‘Orators’ (1932), de Auden, incorporaba la visión de Mortmere. También a principio de los años treinta, Upward pasó a Auden algunos de sus escritos políticos. Al describir el efecto, Humphrey Carpenter escribió en ‘W. H. Auden: A Biography’ (1981): "Pareciera que el comunismo de Auden, si se lo pudiera llamar así, era claramente de segunda mano".
A su vez, Auden aconsejó a Upward en su poesía, diciendo: "No es buena. Olvídelo". Pese a recibir un importante premio en poesía en Cambridge, Upward en realidad la olvidó.
Se incorporó al Partido Comunista en 1932, poco después de una breve visita a la Unión Soviética. En un ensayo de ‘The God That Failed’ (1949), Spender relata una conversación que tuvo con Allen Chalmers, que había vuelto recién de Rusia. Chalmers era el nombre ficticio que dio Isherwood a Upward en sus ‘Lions and Shadows’ (1938), en el que Chalmers asegura a Spender que las purgas de Stalin no se comparan con las glorias del socialismo.
Upward y su mujer, la ex Hilda Percival, dejaron el Partido Comunista Británico en 1940 debido que creían que se había vuelto blando. Cayó en una depresión después de dejar el partido, pero luego participó en campañas para prohibir las armas nucleares.
La señora Upward murió en 1995. Su hijo Cristopher murió en 2002. A Upward le sobreviven su hija Kathy; cuatro nietos; y dos biznietos.
Upward escribió uno de sus últimos cuentos sobre un artista aparentemente exitoso observando el funeral de otro artista. "Es el cuerpo del mejor artista que llevabas en ti, y que nunca fuiste", dice el observador.
"Pasa lo mismo con todos nosotros, no solamente los artistas, sino todos los habitantes de este siglo, incluso los más felices entre los felices, y tres cuartos de la humanidad no forman parte del grupo de los felices", dice la historia.
"Ninguno de nosotros es lo que podía haber sido".

7 de abril de 2009
21 de febrero de 2009
©new york times
cc traducción mQh
rss


0 comentarios