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murió marilyn french


Autora del clásico feminista, ‘Mujeres’. Además de su novela ‘Mujeres’, de la que se vendieron veinte millones de ejemplares, Marilyn French escribía libros académicos, incluyendo una historia de las mujeres.
[Elaine Woo] El sábado en un hospital de Ciudad de Nueva York murió Marilyn French, escritora y académica feminista cuya provocadora novela de 1977, ‘Mujeres’ [The Women’s Room], captaba la frustración y rabia de una generación de mujeres hastiadas con las concepciones tradicionales de la sociedad sobre el rol de la mujer. Tenía 79 años.
La causa fue una insuficiencia cardiaca, informó Gloria Jacobs, directora ejecutiva de Feminist Press, que publicó su último trabajo importante: el libro en cuatro tomos ‘Del amanecer al ocaso: una historia de las mujeres’ [From Eve to Dawn: A History of Women], en 2008.
Aunque fue recibido tibiamente, ‘Mujeres’ se convirtió en un clásico feminista, y vendió más de veinte millones de ejemplares en dos docenas de idiomas, con una historia que apelaba poderosamente a las mujeres que buscaban liberarse de las normas sociales en el último cuarto del siglo veinte. Trazaba la evolución de Mira, una reprimida ama de casa suburbana en los años cincuenta que se divorcia de su violento marido en los sesenta, estudia en Harvard y encuentra amistad con otras mujeres que tratan de redefinir sus vidas en medio de profundos cambios sociales.
"Salió en el momento indicado", dijo la fundadora de Feminist Press, Florence Howe, que conoció a French durante treinta años. "Les dijo a las mujeres que no se dejaran oprimir, que tenían que resistir y luchar por sí mismas. Las mujeres la oyeron y se reorganizaron".
La frase más citada de la novela -"Todos los hombres son violadores, y eso todo lo que son", pronunciada por la protagonista después de la violación frustrada de su hija- fue a menudo atribuida erróneamente a French misma, dando a los críticos lo que pensaban que era una prueba de la furia anti masculina de la autora.
La acusación enfureció a French. "A lo que yo me opongo", dijo al London Times hace unos años, "es a la idea de que los hombres son superiores a mí".
Aunque dijo que la novela no era autobiográfica, la trayectoria de su protagonista reflejaba la suya propia. No hay nada, dijo, "no hay nada que no haya vivido".

Nació en Ciudad de Nueva York el 21 de noviembre de 1929. Su padre, Charles Edwards, fue un ingeniero que "nunca fue realmente una presencia en mi vida", dijo una vez a una entrevistadora.
Su madre, Isabel, era la fuerza dominante, que se oponía a que su marido golpeara a Marilyn y su hermana menor.
"Esto nos enseñó", dijo French a diario británico The Guardian en 2006, "a no respetar la autoridad".
Se inscribió en Hofstra College (ahora la Universidad Hofstra) en Nueva York, y sacó su grado de maestría en literatura inglesa un año después de su matrimonio con Robert French en 1951. Él quería ser escritor, así que ella aceptó una serie de "paralizantes" trabajos de oficina para sobrevivir; más tarde, estudió leyes.
Su matrimonio era infeliz y terminó en 1967, convirtiéndola en la primera de su círculo de amigas en pasar por un divorcio. "Mi madre estaba consternada. Según ella, si mi marido no me pegaba ni apostaba ni bebía, yo debería quedarme", dijo al London Times en 2007. Su matrimonio, agregó, "fue horrible y nunca lo he superado".
Cuando su matrimonio finalmente colapsó, French tenía dos hijos y estaba enseñando en Hofstra, donde obtuvo su licenciatura en 1964. Estudió en Harvard con una beca y en 1972 sacó su doctorado en literatura con una disertación sobre ‘Ulysses’, de James Joyce. "Durante los siguientes cuatro años enseñó inglés en el Colegio de la Santa Cruz en Worcester, Massachusetts.
Durante este período, dos sucesos contribuyeron a su radicalización: su lectura del tratado feminista de Kate Millet, ‘Política sexual’ [Sexual Politics], y la violación de su hija de dieciocho años, Jamie, en 1971.
French exigió el enjuiciamiento del violador, aunque el fiscal de distrito trató de convencerla de que abandonara el caso. El violador confesó después del testimonio de su hija en el juicio. Fue condenado y enviado a prisión.
Observando una vez que desprecio hacia las mujeres "no es un accidente", empezó a elaborar su primera novela. Su objetivo, dijo al New York Times años después, fue "contar la historia de lo que significa ser mujer en nuestro país a mediados del siglo veinte".
‘Mujeres’ recibió tibias reseñas de los críticos. Su sombría visión de las relaciones entre los sexos "está poderosamente constatada", escribió Brigitte Weeks en el Washington Post, "pero todavía invoca un solitario caos que repele a la mayoría de los lectores". En el London Times, Libby Purves dijo que French había creado personajes masculinos que eran "malévolos personajes de pegatina, en el mejor de los casos terriblemente aburridos y, en el peor, monstruos".
En el New York Times, Christopher Lehmann-Haupt escribió: "El mejor cumplido que se puede hacer es que me olvidaba de que era ficción. Atacaba mis prejuicios y yo peleaba con sus premisas. Los hombres no son tan malos, quería gritarle a la escritora. Debe haber espacio para un acuerdo entre los sexos que de alguna manera ha sido pasado por alto. Y lo peor de todo es que tiene razón".
French escribió cinco novelas más, entre ellas ‘El corazón sangrante’ [The Bleeding Heart] (1980), ‘La hija’ [Her Mother’s Daughter] (1987), ‘Nuestro padre’ [Our Father] (1994) e ‘In the Name of Friendship’ (2006). Sus obras documentales incluyen ‘Beyond Power: On Women, Men and Morals’ (1985) y ‘La guerra contra las mujeres’ [The War Against Women] (1992).
Varios de sus libros, incluyendo la monumental historia ‘Del amanecer al ocaso: una historia de las mujeres’, fueron escritos después de que le diagnosticaran cáncer al esófago en 1992. French, que fumó toda la vida, sufrió dos devastadores años de tratamiento, incluyendo radiación y quimioterapia, que arruinaron su cuerpo, debilitándole casi todos sus órganos y sus huesos. Superó los sombríos pronósticos y se curó del cáncer.
Antes de su muerte completó otra novela, ‘The Love Children’, que será publicada en el otoño. Jacobs, de Feminist Press, la describió como semi-autobiográfica. Como su última novela, ‘In the Name of Friendship’, ofrece una visión más ligera de hombres y mujeres -no porque se hubiese ablandado con la vejez.
"Las mujeres de mi generación criaron a hijos feministas", dijo al Guardian de Londres en 2006. "Estos hombres adoran a sus hijos.
"Pero", agregó, "cuando se trata de las cosas esenciales de todos los días, son las mujeres las que todavía hacen casi todo el trabajo".
Además de su hija, la sobrevive su hijo Robert.

11 de mayo de 2009
5 de mayo de 2009
©los angeles times 
cc traducción mQh
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