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mataron a hijos por miedo a la venganza


Carcelero de los Jemeres Rojos dice ordenó matanza de niños.
Phnom Penh, Camboya. El jefe penitenciario del régimen de Pol Pot dijo ante el tribunal para los Jemeres Rojos de Camboya que los hijos de los presos de la cárcel S-21 fueron asesinados para evitar que luego tomaran venganza.
Duch, el primero de cinco cuadros en ser enjuiciado por el régimen de terror que gobernó entre 1975 y 1979, en el cual murieron 1,7 millones de camboyanos, admitió su responsabilidad en las muertes de los niños, pero aseguró que estaba cumpliendo órdenes.
"Cuando los niños llegaban al centro, yo daba la orden de matarlos porque temíamos que esos mismos niños luego se vengaran", dijo el hombre de 66 años ante la corte.
"Tuve que implementar la política del Partido Comunista", dijo el ex jefe del centro de interrogaciones del S-21, donde más de 14.000 hombres, mujeres y niños fueron asesinados.
Sólo un puñado de presos, algunos de ellos niños, sobrevivieron a la cárcel. La mayoría de las víctimas eran torturadas y luego trasladadas fuera de la capital Phnom Penh, donde eran masacradas en los "Campos de la Muerte" Cheoung Ek.
Durante la audiencia del lunes, el fiscal camboyano preguntó a Duch quién ordenó a los guardias asesinar bebés golpeándolos contra los árboles.
"Yo no ordené ese crimen, pero creo que mis camaradas sí", dijo Duch, cuyo nombre real es Kaing Guek Eav.
Como en el país no existe la pena de muerte, el tribunal conjunto de la ONU y Camboya podría condenar a Duch a cadena perpetua por cargos de crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad, tortura y homicidio.
Se prevé que también será un testigo clave en el resto de los juicios a las figuras consideradas "más responsables" de uno de los capítulos más oscuros de la historia del siglo XX.
Los otros cuatro -‘Hermano Número Dos’ Nuon Chea, el ex presidente Khieu Samphan, su ministro de Relaciones Exteriores, Ieng Sary, y su esposa - negaron tener conocimiento sobre estas atrocidades.
En caso de ser condenados, los cinco enfrentan desde un mínimo de cinco años de cárcel hasta un máximo de cadena perpetua.

Reporte de Ek Madra, editado en español por Gabriela Donoso.

8 de junio de 2009
©reuters
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