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murió thomas berry


Historiador de la cultura. Se convirtió en un destacado pensador sobre religión y el medio ambiente. Berry veía la crisis ecológica esencialmente como una crisis de conciencia. Descrito como ‘eco-teólogo’, fue un temprano defensor de la idea de que la crisis ecológica de la Tierra era básicamente una crisis espiritual.
[Jon Thurber] Murió Thomas Berry, historiador de la cultura y especialista en religiones asiáticas que, más tarde en su vida, se convirtió en un destacado pensador sobre religión y el medio ambiente. Tenía 94 años.
Berry murió el 1 de junio en la Well-Spring Retirement Community en Greensboro, Carolina del Norte, de acuerdo a un comunicado en su página web. La causa de su muerte no fue comunicada, pero se sabía que Berry no gozó de buena salud en los últimos años, desde que sufriera dos derrames.
Descrito en la revista Newsweek de fines de los años ochenta como "la figura más provocadora de la nueva camada de eco-teólogos", Berry fue un temprano defensor de la idea de que la crisis ecológica de la Tierra era básicamente una crisis ideológica.
"Thomas Berry contribuyó a la conciencia, en nuestra época, de que los problemas ambientales son mucho más que ciencia o políticas sobre recursos. Son también problemas del espíritu", dijo Mary Evelyn Tucker, que con su marido, John Grim, encabeza el Foro sobre Religión y Ecología de Yale y dirige la Fundación Thomas Berry. "Cómo respondamos a los retos planetarios a los que hacemos frente ahora lo determinará nuestra capacidad para formar una comunidad de la Tierra, con un futuro común para todas las especies".
Llamando al universo la "revelación primaria" de Dios, Berry escribió en su libro ‘El sueño de la Tierra’ [The Dream of the Earth] que "el mundo natural es la comunidad sagrada más grande a la que pertenecemos todos". En su opinión, los elementos naturales de la Tierra -árboles, bosques, montañas- tenía tanto derecho a la vida como los humanos. "Llevamos al universo en nuestro ser, del mismo modo que el universo nos lleva a nosotros en su ser".

Tercero en una familia de trece hermanos, William Nathan Berry nació en Greensboro el 19 de noviembre de 1914. Escribiría más tarde en su libro ‘El trabajo grandioso’ [The Great Work] que su comprensión del mundo natural la tuvo a los once años, cuando descubrió una pradera cercana. "El campo estaba cubierto de lirios blancos que emergían por entre la espesa hierba. Fue un momento mágico. Esa experiencia le dio algo a mi vida, no sé qué, que parece explicar mi vida en un nivel más profundo que casi toda otra experiencia que recuerde. No se trataba solamente de los lirios. Era el canto de los grillos y los bosques en la distancia y las nubes en el cielo claro".
Esta experiencia altamente personal contribuyó a formar su visión moral. "Lo que conserva y mejora esta pradera en el ciclo natural de sus transformaciones, es bueno, y lo que se opone a esta pradera o lo niega, no es bueno", escribió en ‘El trabajo grandioso’, agregando que lo que "es bueno en la economía promueve el proceso natural de esta pradera. Así que en la jurisprudencia, las leyes y los asuntos políticos, es bueno lo que reconoce el derecho de esta pradera y del arroyo y de los bosques a existir y florecer en una expresión estacional en permanente renovación".
Dijo que su pensamiento había sido modelado cuando aprendió los nombres de los árboles durante una excursión como boy scout. "Ese fue el acontecimiento más importante de mi vida", dijo al Greensboro News & Record a principios de año. "Aprendí lo que querían decir los nombres, y lo que significa la capacidad de nombrar las cosas. Es la dimensión humana de la vida la que establece el mundo de la experiencia".
A los veinte, Berry entró a la orden católica de los pasionistas y adoptó el nombre de Thomas, por Tomás de Aquino.
"Reconocí que no podía sobrevivir en el mundo tal como se estaba transformando", dijo al National Catholic Reporter en 2001. "Ingresé al monasterio para escapar de un mundo que estaba deviniendo insensiblemente comercial, y para encontrar alguna significación".
Ordenado sacerdote en 1942, obtuvo su diploma doctoral en historia intelectual europea en la Universidad Católica de Estados Unidos. En el camino, aprendió sánscrito y chino para sus estudios sobre las religiones asiáticas. Viajó a China para estudiar las religiones chinas, pero el triunfo del comunismo en 1949 lo obligó a huir. A principios de los años cincuenta, sirvió en Europa como capellán del ejército.
Tras volver a Estados Unidos, enseñó historia de las religiones del mundo en las universidades de Seton Hall, St. John y Fordham, hasta su jubilación en 1979. Fue también fundador del Centro Riverdale de Investigaciones Religiosas, de Riverdale, Nueva York. Fue director hasta 1995, cuando el centro cerró, y volvió a Carolina del Norte. Sus dos libros sobre religiones asiática son ‘El budismo y la ecología’ [Buddhism] y ‘Religiones de la India’ [The Religions of India].
A fines de los años ochenta, Berry había definido sus temas principales y estaba escribiendo sobre la intersección de los problemas ecológicos, espirituales y culturales. Decía de sí mismo que estudiaba la Tierra.
Sus obras claves fueron ‘El sueño de la Tierra’ (1988), ‘Historia del universo’ [The Universe Story] (en colaboración con el físico Brian Swimme; 1992), ‘El trabajo grandioso’ [The Great Work: Our Way Into the Future] (1999) y ‘Evening Thoughts: Reflection on the Earth as Sacred Community’ (2006). Otros dos libros con sus ensayos, ‘The Sacred Universe’ y ‘The Christian Future and the Fate of the Earth’, deberán estar disponibles en agosto. Algunas de sus reflexiones se encuentran en video en www.youtube.com/watch?v =pWdo2vpr-Rs.
"El planeta Tierra es algo más que un recurso natural para ser usado por los humanos", escribió Berry. "Un futuro viable para la comunidad humana descansa en gran parte en una nueva relación entre las comunidades humanas y el planeta donde vivimos. Nuestra supervivencia física y espiritual depende del mundo visible a nuestro alrededor".
Le sobreviven una hermana y tres hermanos.

16 de junio de 2009
13 de junio de 2009
©los angeles times 
cc traducción mQh
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1 comentario

Juan Ant -

Necesitamos saber si hay edición traducida al español de "El sueño de la tierra". Si alguien nos puede echar una mano, estaráimos agradecidos: jaqastan@hotmail.com