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buscan compromiso en honduras


Para superar impasse hondureño.
[Marc Lacey y Ginger Thompson] Tegucigalpa, Honduras. El miércoles, mientras se endurecía el impasse público entre Honduras y el resto del mundo, en Tegucigalpa empezaban negociaciones para sentar las bases para el posible retorno del derrocado presidente del país, Manuel Zelaya.
Después de una maratónica sesión que se extendió hasta el alba, la Organización de Estados Americanos condenó "vehementemente" la remoción de Zelaya durante el fin de semana y emitió un ultimátum al nuevo gobierno hondureño: Si Zelaya no es restituido en su cargo dentro de las próximas setenta y dos horas, el país será suspendido de la organización.
Algunos diplomáticos dijeron que rara vez habían visto a los presidentes del hemisferio tan sólidamente unidos en una causa común.
El nuevo gobierno hondureño se mostró igualmente resuelto, advirtiendo que no había ninguna posibilidad de que Zelaya sea reinstalado en su cargo y que el país se defendería por la fuerza.
Pero el miércoles, mientras los dos lados se mantenían en sus trece, funcionarios de la OEA dijeron que habían empezado conversaciones informales con "actores políticos" cercanos al nuevo gobierno para encontrar un terreno común para una solución pacífica de la crisis. Aparte de eso, el secretario general de la organización, José Miguel Insulza, viajaría el jueves a Tegucigalpa, la capital hondureña, para conversaciones posteriores, informó un funcionario de la organización.
Las propuestas que han sido mencionadas incluyen un ofrecimiento de amnistía para los responsables del derrocamiento de Zelaya a cambio de su restitución, y la garantía de que el presidente no intentará la reelección. Temores de que Zelaya pudiera haber estado conspirando para socavar la Constitución y extender su mandato fueron mencionados como uno de los principales motivos de su expulsión del país a cargo de los militares durante el fin de semana.
Algunos miembros del Congreso hondureño, que nombraron al nuevo presidente el domingo, dijeron el miércoles que también ellos estaban buscando un modo de encontrar un compromiso entre ellos para restituir a Zelaya, una exigencia central de la Asamblea General de Naciones Unidas. Los legisladores advirtieron, sin embargo, que un acuerdo semejante será difícil de lograr, habida cuenta de la amplia oposición contra Zelaya en el Congreso.
Pese a sus extensos lazos con las fuerzas armadas y el gobierno hondureños, funcionarios estadounidenses dijeron que le estaban dando a Honduras una ducha de agua fría para aumentar la presión sobre el nuevo gobierno para que se aparte del poder. Funcionarios estadounidenses dijeron que no habían tenido ningún contacto oficial ni oficioso con el gobierno interino, y que apoyaban que la OEA tomará la delantera para negociar una solución de la crisis.
El Pentágono anunció que había suspendido todas las operaciones conjuntas con sus contrapartes en Honduras. Funcionarios del gobierno de Obama mantuvieron abierta la posibilidad de cortar la ayuda a Honduras de varios millones de dólares si los esfuerzos diplomáticos de la OEA llegaran a fracasar. Algunos funcionarios de gobierno dijeron que su objetivo era hacer probar a Honduras el aislamiento [en que quedaría] y mostrar que estaban firmemente con el resto de la región.
El clima político agudamente dividido en Honduras podría dificultar una solución rápida. Pero un funcionario del gobierno de Obama pronosticó que el gobierno interino de Honduras no está en estado de soportar la creciente presión internacional durante demasiado tiempo.
"En el siglo 21, estos tipos de golpe no duran mucho", dijo el funcionario. "Es muy difícil para un país como Honduras mantener esta posición frente al abrumador repudio del resto del mundo, y especialmente en la región y de sus socios comerciales más importantes".
Incluso así, el miércoles parecía que falta mucho todavía para una solución de la crisis en Honduras. Las manifestaciones a favor y contra el nuevo gobierno continuaron en Tegucigalpa y otras ciudades en el país. Luego, en un intento de suprimir a la oposición, el Congreso del país aprobó una moción el miércoles que decreta un toque de queda nocturno y permite que las fuerzas de seguridad puedan detener a personas en sus casas y mantenerlas bajo custodia durante más de veinticuatro horas.
"Es por la tranquilidad del país", explicó el nuevo presidente interino [el gobernante de facto], Roberto Micheletti.
El gobierno responsabilizó a los manifestantes pro Zelaya de los incidentes de vandalismo y violencia, observando que el martes lanzaron una granada, que no llegó a explotar, contra el edificio de la Corte Suprema. Entretanto, los que se oponen al gobierno acusan a las fuerzas de seguridad de sofocar las protestas con brutalidad.
Micheletti sugirió el miércoles que estaba abierto a las negociaciones, pero no cedió terreno.
"Estamos abiertos al diálogo", le dijo a un grupo de periodistas internacionales, agregando a renglón seguido que los tribunales insistirían en arrestar a Zelaya si este volvía al país. Inicialmente, Zelaya había aceptado posponer su regreso el jueves a Honduras al menos por 72 horas después de que la OEA fijara una fecha límite para su restitución.

Ya se está ejerciendo presión sobre el nuevo gobierno hondureño para que acepte un compromiso. El Banco Mundial declaró que suspenderá un crédito de 270 millones de dólares que había aprobado para Honduras, uno de los países más pobres de la región, y congelaría de momento, hasta que se supere la crisis, todo nuevo proyecto. El Banco Interamericano de Desarrollo también suspendió sus programas en Honduras.
Pero Micheletti dijo que no se sentía aislado por el repudio que le han manifestado otros gobiernos en el mundo. "No voy a permitir que se diga que fue un golpe de estado", dijo.
La mayoría de los gobiernos no está de acuerdo con su interpretación. Llamando el derrocamiento de Zelaya un "golpe a la antigua", Insulza, de la OEA, dijo: "Tenemos que mostrar claramente que los golpes militares no serán aceptados. Pensábamos que estábamos en una época en que los golpes militares ya no eran posibles en este hemisferio".
En una dura resolución, la organización calificó el derrocamiento de "una alteración inconstitucional del orden democrático".
Sin embargo, las expresiones de unidad fuera de las salas de reunión enmascaraban los desacuerdos que se discutían a puertas cerradas. Había desacuerdo sobre el plan inicial de Zelaya de volver a Honduras el jueves, que hizo surgir preocupaciones de que eso sólo agravaría la situación.
También se discutió sobre cómo proceder con la suspensión si los esfuerzos diplomáticos fracasaban. Algunos países exigían una suspensión inmediata y otros querían volver a reunirse primero. Y hubo llamados de Venezuela y Nicaragua a Estados Unidos para que imponga duras sanciones económicas.
Estados Unidos, que proporciona millones de dólares de ayuda a Honduras, es el único país de la región que no ha retirado su embajador de Honduras. Francia, España e Italia han retirado a sus embajadores.
"Hay mucha preocupación de no perjudicar todavía más al pueblo hondureño", dijo un funcionario de gobierno, refiriéndose a la reluctancia estadounidense a imponer sanciones. "En Honduras ya hay bastantes problemas y pobreza".

Marc Lacey informó desde Tegucigalpa, Honduras, y Ginger Thompson desde Washington. Thom Shanker contribuyó desde Washington.

2 de julio de 2009
©new york times 
cc traducción mQh
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1 comentario

claudio lisperguer -

Uno de los motivos del golpe fue la sospecha o el temor de que Zelaya quisiera reformar la Constitución para ser reelegido. Al menos, el pretendido temor fue la excusa. Entre fanáticos, parece que el temor es suficiente motivo para actuar. Esgrimen la paranoia como motivo político. En Chile, el fanatismo, la cobardía y el conocimiento de la verdad llevaron a los militares a inventar un Plan Z. Inventaron que tenían miedo. Además, en Honduras no hubo nunca un juicio, nunca se acusó judicialmente a Zelaya de nada, nunca hubo orden de arresto de la Corte Suprema, nunca hubo carta de renuncia, nunca hubo orden de expulsión. Pero, cuidado: los cobardes son peligrosos.