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la pasta base y la justicia americana


Es hora de poner fin a las disparidades entre los delitos asociados con la cocaína y aquellos asociados con la pasta base. Editorial de Los Angeles Times.
El caso de Eugenia Jennings, de Illinois, es un ejemplo clásico de la injusticia estadounidense. A los veintitrés años, esta madre de tres hijos fue arrestada por vender poco menos de catorce gramos de pasta base de cocaína a un modisto. Debido a que el gobierno federal ha impuesto una disparidad de sentencia de 100 a 1 entre la pasta base y la cocaína en polvo, y debido a que Jennings había sido condenada anteriormente por vender pequeñas cantidades de pasta base, fue sentenciada a veintidós años de prisión en una cárcel federal. Si hubiera estado vendiendo cocaína en polvo, su sentencia habría sido la mitad.
Jennings, como más del ochenta por ciento de los traficantes de pasta base, es afroamericana. Es una de los miles de usuarios y vendedores no violentos que han recibido sentencias escandalosamente desproporcionadas bajo la ley de drogas aprobada por el Congreso en 1986. La ley, aprobada en una época en que la pasta base era una epidemia que estaba causando estragos en los barrios urbanos y alimentando la violencia de las pandillas, tenía la intención de atacar a los peces gordos del comercio de pasta base. En lugar de eso, de acuerdo a un informe de 2002 de la Comisión de Sentencias de Estados Unidos, la ley ha barrido sobre todo con los vendedores callejeros de poca monta, eliminado la discreción judicial para imponer sentencias más severas a transgresores más importantes, y sentencias más ligeras a los que los jueces creen que merecen un respiro, y fomentado la falta de respeto por el sistema de justicia criminal en las comunidades negras.
Los partidarios de la equidad en la justicia han estado tratando de eliminar la disparidad en las sentencias durante más de una década, pero no han contado nunca con tanto respaldo como ahora. Barack Obama denunció la disparidad durante la campaña de 2008, y el fiscal general de Estados Unidos, Eric H. Holder, la calificó recientemente de "simplemente un error". La semana pasada, un proyecto de ley para derogarla fue aprobado por un subcomité de la Cámara de Representantes.
La cocaína en polvo y la pasta base tienen idénticos efectos. Hay alguna evidencia de que la pasta base es ligeramente más adictiva porque es fumada, en lugar de inhalada; al fumarla, la droga llega más rápidamente al cerebro, pero su efecto también pasa más rápido -lo que a su vez hace que los usuarios quieran fumarla más a menudo. Pero estas diferencias menores difícilmente justifican imponer la misma sentencia mínima obligatoria por la posesión de cinco gramos de pasta base que por la de quinientos gramos de cocaína en polvo.
La principal diferencia entre las dos drogas es que la cocaína en polvo la prefieren los jóvenes blancos, mientras que la pasta base es la forma adoptada por los negros pobres. La desconfianza y la rabia que sienten muchos afroamericanos hacia la policía, que llegó a primer plana con la reciente controversia por la detención del profesor de Harvard, Henry Louis Gates Jr., se origina en parte en leyes descaradamente discriminatorias -como la disparidad de la pasta base. El Congreso debe actuar pronto para derogarlas.

3 de agosto de 2009
1 de agosto de 2009
©los angeles times
cc traducción mQh
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