Blogia
mQh

murió budd schulberg


Autor de ’¿Por qué corre Sammy?’ Su triunfo más importante fue ‘La ley del silencio’.
[Dennis McLellan] Murió Budd Schulberg, que denunció el lado oscuro de la ambición americana con su aclamada novela sobre Hollywood ‘¿Por qué corre Sammy?’ [What Makes Sammy Run?] y ganó un Oscar por su guión, que describe cómo la mafia controla el sindicato de estibadores en la clásica película ‘La ley del silencio’ [On the Waterfront]. Tenía 95 años.
Schulberg, que fue miembro del Partido Comunista y le hicieron el vacío en Hollywood después de sus delaciones ante al Comité de Actividades Antiamericanas del Congreso a principio de los años cincuenta, falleció de muerte natural el miércoles en su casa en Westhampton Beach, Nueva York, informó su esposa Betsy a la Associated Press.
En una carrera como guionista que se extendió durante más de seis décadas y reflejó un fuerte compromiso social, Schulberg escribió novelas, cuentos, guiones de películas, obras de teatro, telenovelas y libros de ensayos.
Entre sus trabajos más conocidos se encuentran la novela de 1947,’Más dura será la caída’ [The Harder They Fall], una descripción del boxeo profesional que fue llevada al cine en 1956, co-escrita por Schulberg, con Humphrey Bogart en su último papel; la novela ‘El desencantado’ [The Disenchanted], de 1950, basada libremente en la experiencia de Schulberg cuando colaboró en un guión de cine con F. Scott Fitzgerald; el guión de ‘Un rostro en la multitud’ [A Face in the Crowd], la película dirigida por Elia Kazan en 1957, sobre un lírico trotamundos de Arkansas (el primer papel cinematográfico de Andy Griffith) que se convierte en un tirano hambriento de poder después de convertirse de la noche a la mañana en una sensación de la televisión nacional.
También fue un columnista de diario sindicado, el primer redactor de boxeo en la revista Sports Illustrated y columnista de la revista Fight Game y otras publicaciones sobre boxeo.
Fue un aficionado al boxeo toda la vida, y sus libros incluyen ‘Loser and Still Champion: Muhammad Ali’ (1972), ‘Sparring With Hemingway: And Other Legends of the Fight Game’ (1995), una selección de sus ensayos; y ‘Ringside: A Treasury of Boxing Reportage’ (2006).

Grandes Éxitos
El mayor logro de Budd Schulberg fue ‘La ley del silencio’. Su Oscar al mejor guión fue uno de los ocho que ganó la película en 1954, incluyendo las nominaciones de Kazan como mejor director, Eva Marie Saint como mejor actriz secundaria y Marlon Brando como mejor actor.

Sin embargo, Schulberg dijo una vez que su orgullo más grande fue haber sido el fundador y director del Watts Writers Workshop. Iniciado en 1965 después de los disturbios en Los Angeles ese año, el taller se prolongó hasta 1971 y organizó talleres en otras ciudades.
"No quería simplemente cruzarme de brazos y quejarme de las cosas", dijo más tarde Schulberg a la revista People. "Pensé que todos debíamos hacer algo. Conocí a grandes poetas, grandes corazones en las cenizas de Watts".

Hijo de B.P. Schulberg, el poderoso jefe de producción de Paramount Pictures en los años veinte y principios de los treinta, Budd Schulberg irrumpió en la escena literaria en 1941, a sus veintisiete, con su primera novela ‘¿Por qué corre Sammy?’
Un vívido retrato de un descarado y amoral estafador del Lower East Side de Nueva York que se hace camino desde chico de los recados en un diario hasta productor de Hollywood, la novela es considerada una de las mejores sobre Hollywood, y el nombre del traicionero antihéroe de Schulberg, Sammy Glick, se hizo sinónimo de la ambición sin límites.

Libro Horrible
Considerada como una salvaje acusación contra la industria del cine, la novela suscitó de inmediato la ira de Hollywood. Como lo dijo Schulberg una vez: "De un día para otro fui famoso y odiado a la vez".

La columnista de cine Hedda Hopper, tras encontrarse con Schulberg en un restaurante de Hollywood, le dijo enfadada: "¿Cómo te atreves?"
Un furioso Samuel Goldwyn, para el que Schulberg estaba entonces trabajando como guionista, lo despidió debido a "ese horrible libro".
El jefe del estudio MGM, Louis B. Mayer, no solamente denunció el libro en una reunión de la Asociación de Productores de Cine, sino también sugirió que Schulberg debía ser deportado, ante lo cual B.P. Schulberg se echó a reír y dijo: "Louie, es solamente un novelista que llegó de Hollywood. ¿Adónde lo quieres deportar, a la Isla Catalina?"
John Wayne despreciaba tanto la imagen negativa que ofrecía Schulberg de la industria cinematográfica en el libro y, sin duda, las posiciones políticas de izquierdas de Schulberg, que se dice que nunca dejó de atacar al autor las veces que topó con él.
La venganza de Wayne se volvió finamente física cuando él y Schulberg se encontraron casualmente en Puerto Vallarta, México, y el actor retó al escritor a una pelea a puñetazos a medianoche. Wayne, de un metro 95, logró aplicar una llave de cabeza al mucho más pequeño Schulberg, que provocó que la entonces mujer de Schulberg, la actriz Geraldine Brooks, los separara.
El encontronazo con Wayne fue uno de los muchos memorables incidentes en la vida de Schulberg -que también estuvo a punto de agarrarse a puñetazos con Ernest Hemingway en Key West cuando Hemingway puso en duda que Schulberg supiera algo sobre boxeo; fue contrincante, en broma, de Muhammad Ali cuando este estaba en Zaire; y acompañó al senador Robert F. Kennedy en la cocina del Hotel Ambassador en Los Angeles la noche del asesinato de Kennedy.

Schulberg nació en Nueva York el 27 de marzo de 1914. Su padre, que era guionista y productor de cine, se mudó con su familia a Hollywood en 1922 cuando Schulberg, el mayor de tres hermanos, tenía ocho años.
Adeline, la madre de Schulberg, se convirtió en una reputada dama de la sociedad hollywoodense y más tarde en agente literario.
B.P. Schulberg, que fue socio con Mayer del ahora olvidado Mayer-Schulberg Studio cerca del centro de Los Angeles, llegó a ser vicepresidente a cargo de producción en Paramount en 1925.
La familia vivía en una mansión en el exclusivo barrio de Windsor Square. Schulberg era un niño tímido, que tartamudeaba y criaba palomas mensajeras. Empezó a escribir de niño.
Pero era auténticamente un niño de la élite de Hollywood cuyo patio de juego eran los estudios y platós de Paramount y MGM.
En Paramount, Schulberg y su mejor amigo, Maurice Rapf, hijo del ejecutivo de MGM Harry Rapf, fueron soldados de la Legión Extranjera en el fuerte abandonado de ‘Beau Geste’. En MGM observaron el rodaje de las escenas con la carrera de carruajes para el original de ‘Ben Hur’ y, escondidos, arrojaron higos podridos al desfile de estrellas de MGM, dándole de lleno a Greta Garbo.
Cuando Schulberg era adolescente, no era inusual que Gary Cooper se hiciera tiempo en el estudio para charlar con él o que Cary Grant llegara en su descapotable Model A para regalarle un nuevo perro.
Y Schulberg debe haber sido el único niño en Estados Unidos que vendía revistas en una esquina en la calle después de ser dejado ahí en una limusina con chofer, diseñada siguiendo el modelo de un carruaje del siglo dieciocho.
Schulberg captó esos primeros días en ‘Moving Pictures: Memories of a Hollywood Prince’, en sus memorias de 1981 sobre la vida con su padre, uno de los pioneros del cine.

Buscando Favores
Pero el escritor desdeñaba a Hollywood, que el público tenía como la capital del glamour pero que para el "niñito de B.P.", como se le llamaba, veía como el pueblo de una empresa.

"Si te hubieses criado en Hollywood, no te sería difícil enfadarte con las cosas que verías a tu alrededor", dijo Schulberg a la revista People en 1989. "La gente se acercaba a mí cuando yo era niño -de once, doce o trece años: una actriz que quería un favor de mi padre, un escritor que quería que yo hablara sobre él. Todo eso era lo que yo vivía. Cuando me mimaban, yo sabía por qué".
La dorada vida de Schulberg se empaño en 1931 cuando su padre, un apostador y mujeriego, se marchó de la casa para vivir con su último descubrimiento, la actriz Sylvia Sidney.
Para entonces, Schulberg, de diecisiete, estaba trabajando en el departamento de publicidad de Paramount, escribiendo biografías ficticias sobre las estrellas de la compañía.
Después de obtener su diploma de bachiller en el Dartmouth College, de Hanover, Nueva Hampshire, en 1936, Schulberg volvió a Hollywood, donde pasó los siguientes tres años como aprendiz de guionista para los productores David O. Selznick, Walter Wanger y Sam Goldwyn. Entre sus encargos debió escribir diálogos adicionales para ‘Ha nacido una estrella’ [Nace una estrella; A Star Is Born] y colaborar con Fitzgerald en el guión de ‘Carnaval de invierno’ [Winter Carnival].
Schulberg ya había publicado cuentos en revistas cuando se mudó a Nueva Hampshire en 1939 para escribir ‘¿Por qué corre Sammy?’
En sus últimos años, Schulberg lamentó que su trabajo se hubiera convertido en "un manual para yuppies", que aparentemente había acogido el credo de Schulberg de éxito a todo precio. "Vivir la vida y tener conciencia es como conducir un coche con los frenos puestos", dice Sammy en un momento en la novela.
En la Armada durante la Segunda Guerra Mundial, Schulberg fue miembro de la unidad de documentales del director John Ford. Tras la capitulación de Alemania, Schulberg pasó seis meses estudiando las películas secretas alemanas buscando evidencias visuales de crímenes de guerra.
El escritor fue miembro del Partido Comunista de 1936 a 1939. Más tarde dijo que se había desilusionado con el partido en la época del pacto Hitler-Stalin y dejó el partido después de que miembros del partido en Hollywood trataran de dictarle cómo debía escribir ‘¿Por qué corre Sammy?’
En su comparecencia ante el Comité de Actividades Antiamericanas en 1951, Schulberg nombró a diecisiete personas que dijo que había conocido en el Partido Comunista.
"No fue algo agradable", dijo sobre su delación en una entrevista de 2000 con el Hollywood Reporter. "Pensaba que aunque no me gustaba que el comité fuera de extrema derecha, no creía que fuera sano que una organización secreta controlara al Gremio de Guionistas. Estaba mal y estaba socavando la democracia".
Muchos opinaron que con el guión de ‘La ley del silencio’, en la que un estibador (Brando) declara valientemente en una audiencia pública de una comisión contra la delincuencia en los muelles contra el violento mafioso que controla el sindicato de trabajadores portuarios, era una alegoría de los testimonios de Kazan y Schulberg durante la investigación del comité sobre la influencia comunista en Hollywood.
Kazan no rechazó el paralelo y escribió en su autobiografía que había puesto su "historia y mis sentimientos en la pantalla para explicar mi delación". Pero Schulberg negó enérgicamente que ‘La ley del silencio’, fuera una apología de su testimonio.
"Es un completo sin sentido", dijo al Chicago Tribune en 1994, diciendo que había acogido la oportunidad de denunciar al Partido Comunista ante el comité.
Al escribir ‘La ley del silencio’, dijo, "me interesaban las condiciones sociales en los muelles y en ofrecer una historia verosímil, no en justificar mi posición. ¿Te puedes imaginar a Kazan pidiéndome que escribiera algo para justificar nuestros testimonios? Es una vergüenza que una imprecisión como esa se haya convertido en un ‘hecho’, cuando no puede ser más erróneo".

Negación Corroborada
Un profesor de la Universidad de Fordham apoyó la negación de Schulberg diciendo al New York Times en 2003 que había encontrado una temprana versión del guión de ‘La ley del silencio’ entre los papeles de Schulberg que tenía un tema similar, pero había sido escrito antes de su testimonio en el Congreso.

Sobre aquellos que ven vínculos entre ‘La ley del silencio’ y su testimonio, Schulberg dijo a Chicago Tribune: "Déjales que digan lo que quieran, pero se están perdiendo el punto de la película, que no giraba sobre la delación sino sobre hombres que se enfrentaban a la mafia por sus derechos en los muelles. Estoy orgulloso de la película por un montón de razones: Prevalecimos sobre la enorme resistencia de los estudios y logré hacerla, y también probamos que podíamos entretener al público y decir algo que creíamos".
Le sobrevive Betsy, su cuarta esposa.

30 de agosto de 2009
6 de agosto de 2009
©los angeles times 
cc traducción mQh
rss

0 comentarios