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reconocen a infiltrado


Habla el testigo en el juicio a Brusa que denunció a un legislador de Córdoba. Carlos Chiarulli, testigo en la causa Brusa en Santa Fe, ratificó a Rosario/12 lo que ya le había dicho al tribunal: Que un ex compañero de militancia suyo -Horaldo Senn- "entraba y salía de la Guardia de Infantería Reforzada como si nada".
[Juan Carlos Tizziani] Santa Fe, Argentina. Un testigo en el juicio al ex juez Víctor Brusa y cinco policías santafesinos, Carlos Chiarulli, ratificó su denuncia contra un ex compañero de militancia que hoy es legislador en la provincia de Córdoba, Horaldo Senn, a quien aseguró haber visto en un centro clandestino de la dictadura como si fuera un represor más. "Entraba y salía de la Guardia de Infantería Reforzada como si nada. Entonces, nosotros creemos que era un colaborador de los grupos de tareas. Pero a eso tendrá que investigarlo la justicia", dijo en un diálogo con Rosario/12.
En su testimonio ante el Tribunal Oral que juzga a Brusa y compañía, Chiarulli relató su martirio por el circuito del terror: su desaparición en Esperanza, el secuestro y las torturas en ‘La Casita’ -otro centro clandestino que aún no fue localizado , el paso por los calabozos en la comisaría 4ª y el traslado a la Guardia de Infantería Reforzada (GIR), donde reconoció a Senn. "Somos llevados a la GIR, donde había bastantes compañeros. Ahí apareció un personaje, que estuvo tres o cuatro horas y se me arrimaba permanentemente. Era Horaldo Senn, yo lo conocía de Esperanza. Me llamó la atención porque no lo veía desde hacía dos años. Y ahí, pude hilvanar las preguntas que me hicieron en el interrogatorio de ‘La Casita’ con las presencia de este señor en la GIR. No conversé con él por resguardo. No era uno de los detenidos, aunque diera esa sensación y después se fue. Con el tiempo, supe que participaba de los grupos de tareas y por la precisión de las preguntas que me hacían el que me torturaba o el que estaba al lado, puede ser que él haya estado ahí en ese momento. Por un compañero me enteré también que entraba con frecuencia a San Martín y Obispo Gelabert", donde operaba el Departamento Informaciones (D 2) de la Policía santafesina, le dijo a los jueces.

Chiarulli aceptó un diálogo con Rosario/12 en el que no esquivó ninguna pregunta. "¿Quién es Horaldo Senn?", fue la primera.
Horaldo Senn -contestó- era un militante de la década del `70, en Esperanza y después por motivos que desconozco desapareció de la ciudad. Nos conocíamos bien porque yo también era militante estudiantil en Esperanza, hasta que en abril de 1977 soy secuestrado y sometido a apremios ilegales y torturas en un centro clandestino. Después, me trasladan a la comisaría 4ª y más tarde a la Guardia de Infantería Reforzada, donde un día apareció este personaje que entraba y salía como si nada. Entonces, me llamó muchísimo la atención. Otros compañeros lo han visto en salas de torturas, pero no es mi caso, yo estuve vendado todo el tiempo, o sea que no pude reconocerlo. Pero es notable la presencia de este personaje entrando y saliendo (de la GIR) como pancho por su casa y por lugares que eran exclusivos de los represores. Otros compañeros que declararon en el juicio también lo denunciaron. Por eso, el abogado que está en nuestra causa, el doctor Coutaz, solicitó que se abra una investigación para ver qué responsabilidad le cabe en la violación de los derechos humanos. Lo que nosotros creemos es que este hombre era un colaborador de los grupos de tareas en aquella época.

¿Pudo reconocer bien a Senn en la Guardia de Infantería Reforzada?
Sí, sí.

¿Habló con usted?
No habló conmigo. Intentó arrimarse a donde estaba yo, evidentemente con la intención de hablar. Pero no quise tener ningún tipo de contacto con él porque sabía de su militancia y me imaginaba que podía ser algo peligroso. Entonces, lo escabullía. Y después, en un momento, se fue.

¿Senn se le acercó para tener un diálogo?
Claro, yo creo que esa era su intención, ver si podía interrogarme. Lo declaré en el juicio. Después de La Casita y la sala de torturas, fuimos llevados a la comisaría 4ª, donde me pusieron en un calabozo con un preso común (José Ricardo) Lago Castro que seguía con el interrogatorio como si nada. Se ve que lo quisieron seguir (al interrogatorio) con otro personaje. Yo (a Senn) hacía dos años que no lo veía. Incluso, me llamó la atención, y lo dije en el juicio, el cariz de las preguntas que me hicieron en la tortura porque correspondían a un período en el que yo lo conocía a él (a Senn), es decir, bastante anterior (a 1977). Y supongo que por el tenor de las preguntas hubo alguna colaboración de su parte con los que me interrogaron.

Cuando usted lo ve en la Guardia de Infantería Reforzada, ¿de qué época habla?
Entre abril y mayo de 1977.

¿Cree que Senn era un colaborador de la represión?
Es lo que uno supone, eso lo tendrá que investigar el juez. Por ahora, queda todo en el marco de la sospecha hasta que el juez investigue.

Su testimonio en el juicio y los pedidos de la querella y la Fiscalía para que se abra una investigación judicial tuvieron mucha repercusión pública en Córdoba.
Lo que pasa es que este personaje, cuando viene la democracia, desaparece de la provincia de Santa Fe, donde era conocido y tuvo su actividad supuesta de represor. Se va a Córdoba y evidentemente inicia una "nueva vida política", entre comillas, con (el ex gobernador José Manuel) De la Sota.

¿No hay ninguna posibilidad de error" ¿Qué usted haya confundido a Senn con otra persona?
No, no. ¿Posibilidad de error? No. Senn tendrá que venir a Santa Fe y explicar qué hacía en lugares donde solamente entraban y salían los represores, sin ser él un preso político. Porque la otra posibilidad que cabe es que haya sido preso político y estaba allí como preso político.

Usted dijo que hay más testigos que lo vieron.
Hay más testimonios. En la causa creo que hay dos personas más que lo nombran- concluyó Chiarulli.

14 de diciembre de 2009
13 de diciembre de 2009
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