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quién quiere leer a hitler


Una propuesta para volver a editar ’Mi lucha’, de Hitler, remueve las viejas heridas en Alemania. ¿Vale la pena mantener la prohibición del libro? ¿Qué literatura neonazi se vende en Colombia?
Alemania. En 65 años, Alemania pasó de ser un país en el que prácticamente no quedó piedra sobre piedra después de la guerra, a un Estado moderno, democrático y con una economía que, a pesar de todos los problemas, sigue siendo la locomotora de Europa. Sin embargo, su condición de potencia no ha impedido que un pequeño libro siga clavado como una astilla en el corazón de la historia reciente de Alemania.
Se trata de ‘Mi lucha’, la piedra angular del pensamiento y la literatura nazi, escrito por Hitler desde su celda en la cárcel de Landsberg en 1924, donde purgaba una pena de cinco años de prisión (de los cuales cumplió uno) después de su intento de golpe de Estado en 1923. Actualmente, en Alemania está prohibida su publicación, y su venta está muy restringida. Es legal tenerlo, comprarlo y venderlo. Pero las librerías que comercien con él sólo pueden hacerlo con ejemplares anteriores a 1945, no pueden hacerle publicidad y su uso debe ser con fines de estudio. Sin embargo, la propuesta del Instituto de Historia Contemporánea (IfZ, por su sigla en alemán), con sede en Munich, de publicar una edición comentada de ‘Mi lucha’ en 2015, ha vuelto a poner bajo los reflectores el libro, y las discusiones al respecto no tardaron en aflorar.
El problema no consiste tanto en que el público alemán pueda hacerse a una copia del libro del dictador (cualquier persona con acceso a Internet puede descargarlo e imprimirlo en casa, o simplemente puede traer uno del exterior en cualquier viaje), sino en que su publicación no contravenga la ley.
En Alemania, una obra pasa a ser de dominio público 70 años después de la muerte de su autor. En el caso de ‘Mi Lucha’, esto ocurrirá el 31 de diciembre de 2015 (aunque la muerte de Hitler fue el 30 de abril). Actualmente, esos derechos están en manos del Ministerio de Finanzas de Baviera, que se opone a la edición del libro. Pero dentro de cinco años, la publicación de la obra podría quedar estancada si las autoridades determinan que puede servir como propaganda.
No obstante, dentro del mismo gobierno bávaro hay voces como las de Wolfgang Heubisch, ministro de Ciencia, Investigación y Artes, que apoyan la iniciativa de los historiadores. "Existe el riesgo de que los charlatanes y los neonazis se apropien de esta obra vergonzosa cuando los derechos expiren. Por lo tanto, creo que necesitamos una edición crítica, científica y bien preparada", dijo Heubisch ante el IfZ. La diferencia de opiniones en Baviera es una muestra de que en Alemania el tema del nazismo aún es delicado y que el país todavía tiene que lidiar con su pasado a pesar de que la nación actual es muy diferente de la época de Hitler. "Los autores que trabajan el Holocausto consideran que debido a la magnitud del mismo, la cantidad de víctimas y el horror de su muerte, la sociedad alemana no ha podido -y para algunos nunca podrá- enfrentar ese pasado sin caer en el trauma, bien sea evadiendo su responsabilidad histórica o política o bien sea sintiéndose víctimas. Lo mismo les pasa a los judíos", dice Camila de Gamboa, experta en justicia transicional de la Universidad del Rosario.
Precisamente, dentro de la comunidad judía germana también hay diferencias de opinión. Mientras el secretario general del Consejo Central de Judíos de Alemania, Stephan J. Kramer, apoya la propuesta del IfZ, la presidenta de la entidad y sobreviviente del Holocausto, Charlotte Knobloch, se opone.
La investigación del material por parte del instituto empezó en julio de 2009, y la entidad continúa con su labor de cabildeo ante las autoridades para obtener su aprobación. Según le dijo a SEMANA el historiador Bernhard Gotto, del IfZ, la reacción del público en general ante la propuesta ha sido sobre todo positiva. "Muchos judíos en Alemania comparten nuestra opinión de que una edición científica del libro podría contribuir a destruir los mitos del libro de Hitler, mientras que otros, más reacios, dicen que ninguna víctima del Holocausto debería ser ofendida con la presencia de ’Mi Lucha’ en una librería. Pero la mayoría de los comentarios de los que me he enterado son de aprecio". Gotto también dice que el libro no les abriría las compuertas a los grupos neonazis (que están en desacuerdo con la edición comentada), por cuanto el acceso al texto no es difícil para nadie.
En otros países de Europa la publicación de ‘Mi Lucha’ también tiene sus trabas. Por ejemplo, en Francia, su venta es legal, aunque las ediciones deben tener una nota aclaratoria. En los Países Bajos, tener y prestar el libro es legal, pero no venderlo, así se trate de copias antiguas. Sin embargo, la prueba de que el tabú de la publicación de ‘Mi Lucha’ se puede levantar está en la traducción al hebreo que hizo en 1995 la Universidad Hebrea de Jerusalén.
En Colombia, no hay restricciones para la venta del libro, que se puede adquirir con facilidad. Felipe Ossa, gerente general de la Librería Nacional, afirma que en su experiencia de 50 años como librero, ha visto llegar al país copias impresas en México y Argentina y que nunca ha tenido problemas con nadie por su venta, aunque, ocasionalmente, algún miembro de la comunidad judía protesta por la venta del libro. Ossa añade que allí también se venden textos de otras tendencias, como el Manifiesto del Partido Comunista o el Libro Rojo de Mao. Este tipo de libros, e incluso algunos más fuertes, como El judío internacional, de Henry Ford, se puede conseguir en la Librería Nacional, pues su gerente considera que se trata de materiales de referencia sobre temas históricos, independientemente de que las ideas allí expresadas hayan tenido resultados nefastos. Ossa dice que la mayoría de los clientes que busca estos libros son estudiantes y, ocasionalmente, simpatizantes de esas ideas. SEMANA pudo comprobar que en el catálogo de la tienda no existen libros nazis diferentes de ‘Mi Lucha’.
La edición que se consigue en la Librería Nacional es publicada por Ediciones Solar, una empresa de Bogotá cuyo catálogo está integrado en su mayoría por libros esotéricos, pero que tiene una división dedicada al revisionismo histórico con títulos como ‘¿Absolución par Hitler?’, ‘Hitler, genial arquitecto del Tercer Reich’, ‘El juicio de Nuremberg: No culpable’ y ‘Nacionalsocialismo, única solución para los pueblos de América del Sur’. SEMANA intentó contactar al representante de la editorial para este artículo, pero no obtuvo respuesta.
Marcos Peckel, profesor de temas de Oriente Medio del Externado de Colombia, piensa que la propuesta alemana puede ser contraproducente porque "independientemente de cuánto se comente la edición, puede convencer a ciertos círculos de que lo que ahí se dice puede ser justificado. Por más que se analice, lo que queda es el mensaje original".
Si bien una decisión judicial puede frenar la edición comentada del IfZ, es posible que esto no suceda en aras de la libertad de expresión y, sobre todo, del proceso de comprensión de uno de los episodios más oscuros de la historia de la humanidad.

15 de febrero de 2010
©semana 
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