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escritores de novelas por celular


Para los novelistas por celular del Japón, la prueba del éxito es el libro impreso. Una adolescente que escribió una novela en tres tomos en su celular ha vendido más de 110 mil ejemplares de la edición de bolsillo, con ventas de más de 611 mil dólares.
[Yuriko Nagano] Tokio, Japon. Le gusta Care Bears, todavía no se maquilla, y sacó su nombre de pluma de un personaje de un clásico de Disney: ‘Bambi’.
Y el año pasado, ‘Bunny’, de quince, se convirtió en una de las principales autoras de la literatura celular, llamada keitai -novelas por celular.
Después de empezar como una historia narrada en la diminuta pantalla de un celular, su novela de tres tomos, ‘Wolf Boy x Natural Girl’, ha vendido más de ciento diez mil ejemplares desde que fuera publicado en mayo, de acuerdo a Starts Publishing Co.
La autora de ‘Wolf Boy’, que tomó su seudónimo de la amiga de Thumper, Miss Bunny, empezó a escribir cuando estaba en el sexto, después de que sus padres le compraran un celular. "Estaba muy entusiasmada", dice, con una tímida sonrisa.
Bunny usaba su teléfono sobre todo para escribir mensajes a sus amigas hasta que vio un anuncio en la televisión sobre una página web dedicada al keitai, que permitía que los usuarios escribieran novelas en celulares puestos gratuitamente a su disposición.
Inspirada por algunas de las novelas que había leído, Bunny empezó a escribir una ella misma, simplemente respetando el límite de palabras de mil caracteres por página.
Los escritores keitai puede elegir entre ‘publicar’ su contenido online inmediatamente o mantenerlo inaccesible. La mayoría de los escritores suben sus contenidos cuando terminan, de modo que reciben una respuesta instantánea de lectores que acceden a sus historias en la página web y pasan de página con el ratón. Los autores responden a los lectores corrigiendo errores y, en algunos casos, modificando la trama.
La recompensa para las novelas más leídas es ponerlas en papel.
Bunny tipeó su novela en su dormitorio en el curso de varios meses, entre los deberes escolares. ‘Wolf Boy’ terminó como una historia de amor en la secundaria entre la guapa y tímida Miku, y el alto y guapo Shun, que normalmente es todo un caballero, a menos que Miku se encuentre en la cercanía (de ahí viene el nombre ‘Wolf’).
Una escena, desde el punto de vista de Wolf, es típica del estilo:

"Me puse un traje para la fiesta... Cuando salí de mi dormitorio... me encontré con Miku. Miku llevaba un vestido rosado, con tacos blancos. Se ve más madura porque lleva su pelo ligeramente rizado. Me mira directamente a los ojos. Es difícil mantener la calma cuando me mira de ese modo".
‘Wolf Boy’ se convirtió en una de las novelas más populares de la página web No-ichigo. Ignorando el trabajo de su hija, la madre de Bunny quedó pasmada cuando se enteró de una oferta pendiente para publicar la historia en forma de libro.
"No tenía ni idea", dice su madre.
‘Wolf Boy’ ha completado ventas por más de 611 mil dólares.
Cuando le preguntaron si Shun era su novio ideal, Bunny bajó la vista, sonrojándose. Sacudió la cabeza y murmuró: "Lo era antes, pero ya no más". Bunny no tiene novio, todavía.
Nadie en su escuela sabe sobre su éxito. "Es vergonzoso", dice Bunny.
Como la mayoría de los autores de novelas keitai, Bunny oculta su identidad para proteger su privacidad.
"Los usuarios aceden a estas páginas web creando para sí mismos una identidad online y generalmente participan manteniendo esa identidad", dice Shigeru Matsushima, editor de Starts Publishing.
Gran parte del mundo literario japonés ha criticado el éxito comercial del género.
"La mayoría de los escritores de novelas keitai son aficionados que nunca han escrito antes y las entregas siguen el mismo patrón", dice Chiaki Ishihara, profesor de literatura en la Universidad Waseda.
Ascii Media Works, editor de novelas keitai para el mercado de lectores entre los catorce y los diecisiete años, reconoce que las obras no son obras maestras.
"Las novelas keitai deberían compararse con el género literario de las novelas livianas", dice Kenro Hayamizu, autor de un libro en el que analiza el fenómeno de las novelas por celular. "Son como los romances de Harlequin, pero para adolescentes".
No se conoce el tamaño del mercado de las novelas keitai, pero Maho i-Land Co., uno de los proveedores más importantes de novelas keitai, se jacta de un millón de títulos online y seis millones de usuarios.
"Aunque las ventas de cada edición varían ampliamente, hemos vendido un promedio de cien mil ejemplares de cada libro que hemos publicado en los últimos años", dice Mari Yusa, que trabaja con la división de contenidos de Maho i-Land. La editorial publica cada mes algunas de las novelas más populares del género.
Cuando empezaron a surgir las novelas keitai en los últimos diez años, muchas de las historias eran burdas y se basaban en acontecimientos de la vida real.
El género tuvo su inicio con un autor de algo más de treinta años conocido solamente como Yoshi, que escribió la novela ‘Deep Love’, cuya trama gira sobre una chica de diecisiete llamada Ayu que trata de pagar la operación al corazón de su novio haciendo dinero prostituyéndose y termina muriéndose por complicaciones relacionadas con el SIDA.
Matsushima, el editor de Starts Publishing, dice que el reciente éxito de novelas keitai más íntimas, como ‘Wolf Boy’, ha implicado un cambio en el interés de los lectores. Las historias de horror y las parecidas a comedias de historietas para niñas también son populares.
"Las novelas más recientes están siendo escritas en un estilo claramente más coloquial, reproduciendo el habla adolescente", dice Matsushima. "Hace un año, los lectores empezaron a rechazar las historias tristes. Se volvieron hacia las novelas que describen un mundo ideal, de fantasía", una tendencia que ha sido posiblemente reforzada por la recesión económica en Japón.
"Las preferencias de los lectores podrían ser un reflejo de cómo piensan sobre el mundo real".
Bunny se está preparando para los exámenes de admisión en la escuela secundaria. Puso el dinero que le reportó el libro en una cuenta de ahorros y está pensando en su futuro: "Me gusta pensar si acaso me gustaría convertirme en una escritora profesional".

20 de marzo de 2010
9 de febrero de 2010
©los angeles times 
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