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murió jack herer


Escritor y defensor de la legalización de la marihuana. Herer escribió ‘The Emperor Wears No Clothes’, libro en el que criticó la prohibición gubernamental del cultivo de marihuana y ensalzó la versatilidad de la planta para producir papel, fibras, combustible, alimento y medicina.
[John Hoeffel] Murió el 15 de abril Jack Herer, un decidido partidario de la legalización de la marihuana que era una hipnótica presencia en Venice Boardwalk y alcanzó fama mundial después de escribir un tratado ensalzando las virtudes del cáñamo. Tenía 70 años.
Herer sufrió un debilitante ataque al corazón en septiembre, minutos después de un discurso a favor de la marihuana típicamente beligerante en el festival Hempstalk en Portland, Oregon, insistiendo en que la marihuana debería fumarse en la mañana, en la tarde y en la noche. "Tienes que estar loco para no fumar marihuana", dijo Herer, de camiseta de manga corta verde y pantalones hechos de cáñamo. "Es lo mejor que tiene el mundo".
Nunca se recuperó y murió en su casa en Eugene el día de la declaración de impuestos. "En los últimos treinta años papá nunca rellenó un formulario de impuestos, así que fue increíble que muriera el día de la declaración de impuestos", dijo su hijo Mark Herer, que es presidente de The Third Eye, la tabaquería y tienda hippie en Portland.
Herer escribió un exuberante libro que se convirtió en la biblia del movimiento a favor de la legalización del cáñamo, una variedad no-psicoactiva de la marihuana. ‘The Emperor Wears No Clothes’, que fue publicado primero en 1985, ha vendido más de setecientas mil copias. En este, Herer proporciona abundante documentación para ridiculizar la prohibición del cultivo de cáñamo y para destacar la versatilidad de la planta como papel, fibra, combustible, alimento y medicina.
El libro convirtió a Herer en uno de los personajes más reconocibles del movimiento pro-marihuana y en un icono pop perpetuado por una hoja de cannabis. Durante décadas Herer, conocido como el Emperador del Cáñamo o el ‘Hemperor’, recorrió el país alabando las maravillas de la hierba.
Bruce Margolin, uno de los abogados que defiende la marihuana en Los Ángeles, recuerda que Herer estaba tratando siempre de educar a la gente sobre el cáñamo. "En esa época no la conocía, como todo el mundo", dijo. "Me educó, a mí y a muchos otros como yo, a través de su libro y de sus charlas".

Herer nació el 18 de junio de 1939 en Nueva York, el menor de tres hermanos, y sirvió en Corea como agente de la policía militar del ejército. Descubrió su misión en Los Ángeles después de mudarse a la ciudad en 1967 con su esposa y tres hijos para trabajar en una compañía de letreros de neón. Probó la marihuana dos años después y pronto se zambulló en su estudio. "Siempre fue una persona muy curiosa de todo. Leía todo lo que le caía en las manos", contó Vera Donato, que estuvo casada con Herer desde 1960 a 1969
A principio de los años setenta escribió ‘G.R.A.S.S.’, que quiere decir ‘Great Revolutionary American Standard System’. Promovía una escala de 1 a 10 para clasificar la marihuana. También empezó a inventar parafernalia de drogas.
En 1973 inició una incesante campaña para legalizar la marihuana en California, trabajando año tras año en iniciativas que fracasaron, a menudo en colaboración con Ed Adair, dueño de una tienda de artículos para drogas que murió hace veinte años. En 1980 los dos se convirtieron en comandantes de los Reefer Raiders y levantaron un campamento en el jardín del edificio de la reserva federal en Westwood, fumando marihuana abiertamente frente a los periodistas. Al año siguiente, Herer abrió una tienda de marihuana en Van Nuys llamada High Country y convenció a otros dueños para que lo ayudaran a financiar sus iniciativas. En 1983 chocó con una nueva ley del estado que convertía en delito la venta de artículos para el uso de drogas ilegales. La policía confiscó más de seis mil artículos en dos allanamientos. Tres años más tarde, Herer fue condenado y debió pagar con una multa de 1.500 dólares y cumplir dos años de libertad condicional.
En los años ochenta, se lo podía encontrar con frecuencia en una cabina de información en Venice Boardwalk -un hombre gregario que mostraba obvio placer cuando trataba de persuadir a escépticos. "Creo que lo que más lo motivaba era su amor y respeto por el planeta Tierra y que era una persona buena y generosa, espontáneamente", dijo Jerry Rubin, otro activista que a menudo se lo encontraba cerca de él. "Estaba haciendo ejercicios para elevar la conciencia".
Hrere estuvo investigando para ‘The Emperor Wears No Clothes’‘, peinando los archivos de la Biblioteca del Congreso a la búsqueda de evidencia que creía que el gobierno había suprimido cuando prohibió la marihuana en 1937.
El libro, actualizado muchas veces, inició un resurgimiento de la marihuana y él se convirtió en un predicador itinerante. En 1990, Herer habló en sesenta manifestaciones en 48 lugares en un periodo de seis semanas.
De 1 metro 82 y 103 kilos, despeinado y una espesa barba, Herer era una figura imponente, pero no amenazante, un bastión de la contracultura al que se podía ver a menudo en pantalones cortos teñidos y camiseta con una hoja de marihuana sobre la bandera estadounidense en el frente y la historia de la marihuana por detrás.
Herer sufrió un ataque al corazón y un derrame en un festival del cáñamo en 2000. Bromeaba diciendo que su rehabilitación se había logrado con aceite de cannabis. Cuando terminó su último discurso, dijo: "Vengan a mi cabina, allá, y los veré la próxima vez".
"Él no escribía el guión, pero no podían ser mejores", dijo Mark Herer. "Papá tiene un discurso, la multitud saluda y él se pierde en el atardecer".
Herer estuvo casado cuatro veces. Le sobreviven su esposa, seis hijos, un hermano y una hermana.

30 de abril de 2010
24 de abril de 2010
©los angeles times
cc traducción mQh
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