Blogia
mQh

embajador otero justifica dictadura


Otero niega defensa de violaciones a los derechos humanos. Embajador en Argentina dijo haber sido "ingenuo" en la entrevista en que habló sobre la dictadura y asumió que fue una respuesta "innecesaria".
Santiago, Chile. El embajador de Chile en Argentina, Miguel Otero, salió a aclarar sus dichos al diario Clarín de ese país, en que señaló que la mayoría de los chilenos no sintió la dictadura de Augusto Pinochet, ante la polémica en que algunos incluso piden que deje el puesto en Buenos Aires.
El diplomático, que esta mañana se reunió en Santiago con el canciller (s), Fernando Schmidt, en un encuentro citado previamente y en el que no se trató este tema de acuerdo a la versión oficial, negó haber defendido violaciones a los derechos humanos.
"Reconozco que fue una opinión absolutamente innecesaria y no debí aceptar la entrevista. Lo lamento mucho, no he querido ofender a nadie y nunca ha sido mi intención defender las violaciones a los derechos humanos", dijo a radio Agricultura.
Agregó que cree que "se ha dado una importancia a algo que no es así, me hicieron una entrevista que duró dos horas y lo que sale es un resumen mínimo destinado a crear noticia que no corresponde a lo que realmente dije".
Otero está en el foco de la polémica, en la que incluso debió reaccionar el canciller Alfredo Moreno, luego de haber señalado al medio trasandino que  "la mayor parte de Chile no sintió la dictadura. Al contrario, se sintió aliviada" y que "si no hubiese existido el pronunciamiento, Chile hoy sería Cuba".
En sus explicaciones de este lunes aseguró haber sido "ingenuo" porque "en el contexto dije que lo históricamente correcto, nunca quise poner a mi gobierno en un escenario negativo".
Respecto de la bullada entrevista relató que le preguntaron por "la situación de Chile al momento del pronunciamiento y por qué habíamos quedado conformes después de haber pasado una guerra civil, hecho histórico que  reconoce todo el mundo".
"Lo que nunca dije fue que estuviese de acuerdo con la dictadura y siempre he condenado las violaciones a los derechos humanos. No defendí al régimen militar (…) Han hecho una tempestad en un vaso de agua y han desdibujado mis declaraciones", apuntó.
Insistió en que "nunca he justificado crímenes a los derechos humanos. En la entrevista condené toda violación a los derechos humanos. Nunca he hecho una política partidista. Que hubo hechos reprobables, los condené en el Senado y nunca defendí a la dictadura".
"El gobierno de Piñera no está metido en un zapato chino... decir lo que dije no lo pone en ese lugar. La entrevista no debí haberla aceptado. Si alguien se siente ofendido por lo que dije, lo lamento. No quise ofender a nadie", apuntó.
Consultado por los llamados desde la Concertación a que deje su cargo, indicó que "la intención  de pedir la renuncia no es contra el embajador, es perjudicar al presidente de la República".
"Nunca he querido poner al Presidente en esta situación. Al que tengo que pedirle disculpas es a él (...) por una inconsecuencia mía, al no entender que me hayan sacado de contexto, lo lamento", consideró.

7 de junio de 2010
©la nación 
rss

1 comentario

claudio lisperguer -

Aparte de inoportunas e incomprensibles, las expresiones del embajador son también falsas, y hace un pésimo favor al país difundiendo por el mundo la sospecha de que el nuevo gobierno ampara a defensores y apologistas de los crímenes del régimen militar. Nunca hubo en Chile una guerra civil, sino una intervención militar ilegal; nunca hubo dos ejércitos enfrentados, sino un ejército contra su propia población y con la lamentable participación de una potencia extranjera. No hubo guerra, sino carnicería. Nadie en el mundo acepta la idea de que vivimos una guerra civil. Otero debería entender que todo intento de reconciliación ha de empezar por la verdad. Así lo entendimos todos con los informes Rettig y Valech. Ahora parece que el nuevo gobierno lo pone en duda. Tampoco puede afirmar que habríamos terminado como Cuba. Hoy, de hecho, somos los dos países con democracias torcidas del continente. Debería marcharse.