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los crímenes del iguano


Comenzó el incidente de reparación de Jorge Laverde, alias ‘el Iguano’, ex jefe del Frente Fronteras, por 32 crímenes cometidos en Norte de Santander. Los hechos por los que será condenado este desmovilizado.
Colombia. El pasado 7 de julio inició el incidente de reparación de Jorge Iván Laverde Zapata, alias ‘el Iguano’, ex jefe del Frente Fronteras del Bloque Catatumbo, para que responda por 32 crímenes que cometieron él y/o sus hombres.
Entre los delitos por los que será juzgado el ex jefe paramilitar se encuentran 25 masacres y cuatro asesinatos de funcionarios del Estado, que fueron cometidos por las Auc en Cúcuta y sus zonas aledañas.
También será procesado por los delitos de concierto para delinquir, tentativa de homicidio, desplazamiento forzado, secuestro extorsivo y fabricación y tráfico de armas de uso privativo de las FF.AA.
Por otro lado, en el especial también se cuenta cómo llegaron los paramilitares a Norte de Santander, está el perfil del ex jefe paramilitar, y artículos sobre el accionar de los ‘paras’ en este departamento fronterizo.
        
Llegada a Santander
Luego de la creación y consolidación de las Auc, los hermanos Castaño y Salvatore Mancuso planearon la expansión de este grupo delincuencial por todos los rincones del país. Es así como en 1999 llevaron su violencia a Norte de Santander.
Para llevar a cabo ese objetivo, crearon el Bloque Catatumbo y nombraron como jefe de este grupo a Armando Alberto Arias Betancourt, alias ‘Camilo’, un teniente retirado del Ejército. La estructura de este nuevo grupo paramilitar estuvo conformada por el Frente Tibú, al mando de alias ‘Mauro’, un bloque móvil al mando de alias ‘Camilo’, y el Frente Fronteras comandado por Jorge Iván Laverde Zapata, alias ‘el Iguano’.
La Fiscalía registró que en el año de 1999 ingresaron alrededor de 200 paramilitares a Norte de Santander bajo el mando de ‘Camilo’ y ‘el Iguano’, supuestamente para combatir la subversión y proteger a ganaderos y comerciantes del sector. Por otro lado, también documentó que los ‘paras’ armaron un grupo de choque para crear un corredor vial y traficar drogas.
En cuanto a la presencia de grupos guerrilleros, organismos de inteligencia del Ejército y la Policía documentaron la presencia y accionar delictivo de las Farc y el Eln.
Sobre las Farc, registró que desde 1990 su cuadrilla número 33 estuvo presente en esta zona y se financió del narcotráfico, transporte ilícito de combustible, hurto de vehículos, secuestros de ganaderos, agricultores y comerciantes colombianos y venezolanos.
En este departamento, el Eln emprendió una serie de atentados contra el oleoducto Cañolimón -Coveñas.
Las incursiones y los primeros delitos que cometió el Bloque Catatumbo ocurrieron en mayo de 1999. Gradualmente este grupo fue consolidando su poder y controló los municipios de Cúcuta, El Carmen, Convención, El Tarra, Tibú, Sardinata, Hacarí, La Playa, San Calixto, Teorema y El Zulia.
De este modo, tres grupos armados ilegales entraron en una cruenta guerra por controlar esta estratégica zona fronteriza rica en extracción de hidrocarburos y producción agropecuaria.
Los grupos criminales también explotan esta para la producción de cultivos ilícitos de coca y el tráfico ilegal de gasolina de contrabando desde Venezuela.

Jorge Iván Laverde Zapata, el Iguano
Nació en Turbo, en el Urabá antioqueño, en 1974. Fue miembro de un hogar tradicional católico de 15 hermanos y se ganaba la vida como camionero de la zona bananera. Comenzó a manejar armas el día que se unió a las AUC, con tan sólo 17 años. Fue ’Doble Cero’ el primero en darle una instrucción militar. En ese momento, dijo ’el Iguano’ para la revista Semana, empezaron a gustarle los fusiles no por rabia o venganza, sino mas bien por el deseo de "ser alguien importante".
En 1997 bajo el mando de los hermanos Castaño, Jorge Iván Laverde pasó a ser tercer comandante en el Chocó. Después de "triunfar" como comandante de la zona, fue ascendido a jefe del frente de Norte de Santander, lugar donde más muertos dejó. Entre su enorme lista de asesinatos, que según él, no han sido errores sino parte de su desempeño como paramilitar, se encuentran muchos inocentes desarmados.
Laverde Zapata fue apresado por miembros del CTI en Cúcuta el 16 de noviembre de 2000 y logró escaparse dos veces de la cárcel. El 22 de noviembre de 2000, cuando estaba siendo atendido en un hospital, llegaron treinta miembros de su grupo y los sacaron. En ambas ocasiones logró escaparse con complicidad de funcionarios del Inpec y de la Fiscalía (Revista Semana). El 23 de mayo del 2007 empezó versiones libres ante Justicia y Paz en Barranquilla.
En una de sus versiones en octubre del 2008, confesó que el Bloque Catatumbo quemaba los cuerpos de sus víctimas para no dejar rastros.
Confesó que en el 2001 los paramilitares cremaron 98 restos. Asimismo, confirmó que dos años después ordenó la construcción de otro horno crematorio en la Finca Pacolandia, Puerto Santander; donde sepultaron 20 cadáveres que fueron exhumados e incinerados para que él construyera su propia casa.
’el Iguano’ dijo que los paramilitares calcinaron los cuerpos para evitar el hallazgo de fosas comunes por parte de las autoridades.
Durante la versión libre el ex paramilitar también reconoció los homicidios de varias personas en territorio venezolano, cometidos entre 2000 y 2004 en zona limítrofe con Puerto Santander. Según ’el Iguano’ las autoridades del vecino país habrían hecho los levantamientos respectivos.
Durante la jornada de versión el postulado confesó su participación en 35 masacres perpetradas entre 1999 y 2004 donde más de 114 personas perdieron la vida en Cúcuta, Salazar, Urimaco, Sardinata y Zulia.

El Frente Fronteras y el Iguano
La Fiscalía tiene documentado que los hermanos Castaño y Salvatore Mancuso enviaron a ’el Iguano’ junto con cuatro paramilitares más para que se encontraran con un grupo de limpieza social conocido como ’los Polleros’. Este grupo, que estaba conformado por  15 hombres que delinquían en Cúcuta y el área metropolitana, fue absorbido por  los ‘paras’ de ’el Iguano’ para formar el Frente Fronteras.
Este frente cometió masacres y asesinatos selectivos contra las personas que consideraban miembros o auxiliadores de grupos guerrilleros, y también asesinaron indigentes, expendedores de drogas y prostitutas.
Así mismo, también asesinaron a servidores públicos y líderes sociales que denunciaban su presencia.
La Fiscalía afirma que este frente "contó con redes en los barrios populares, y extendió su influencia a sectores de la delincuencia controlando la ciudad por medio de redes constituidas por taxistas, tenderos, celadores y comerciantes, además de contar con el apoyo de miembros de la Fuerza Pública, de los organismos de seguridad del Estado y de líderes políticos de la región".  

Carlos Arturo Pinto Bohorquez
La mañana del 1 de noviembre de 2001 el fiscal 26 especializado Carlos Arturo Pinto Bohórquez fue asesinado por dos paramilitares que se desplazaban en una moto. Interceptaron al fiscal  cuando éste salía de su casa en el barrio La Ceiba de Cúcuta.
Según la Fiscalía, su asesinato fue coordinado por  Iván Laverde, alias ‘el Iguano’, ex jefe del Frente Fronteras y ejecutado por el cabo Ardila de la Policía, quién hizo inteligencia y llevó el arma del crimen.
En ese momento los ‘paras’ señalaron que el fiscal era simpatizante de la guerrilla, pero en la audiencia de reparación ‘el Iguano’ le pidió perdón a la viuda de Pinto por todos los errores cometidos por sus hombres en Norte de Santander.

Pinto llevaba menos de cuatro meses en su cargo, tras reemplazar a la fiscal María del Rosario Silva Ríos, también fue asesinada por las autodefensas.
El fiscal, de 53 años, investigaba las relaciones entre los paramilitares con empresarios y políticos de Norte de Santander. También tenía bajo su cargo más de 80 casos de violaciones masivas de los derechos humanos, masacres, narcotráfico y graves crímenes del paramilitarismo.

María del Rosario Silva Ríos
El 28 de julio la fiscal 26 especializada María del Rosario Silva Ríos fue asesinada por un paramilitar. La funcionaria salía de la Clínica San José de Cúcuta donde fue abaleada por un sicario, que además hirió a su esposo y a su hijo de cuatro años. Después del crimen la familia de la funcionaria se tuvo que marchar al exilio.
Según información entregada por alias ‘el Iguano’, en versión libre el narcotraficante Hugo Beltrán le dijo que la fiscal era simpatizante de la guerrilla. En realidad María del Rosario Silva investigaba más de 80 casos de narcotráfico y paramilitarismo.
La Fiscalía estableció que Armando Alberto Pérez, alias ‘Camilo Catatumbo’, el ex jefe del Bloque Catatumbo ordenó asesinar a Silva. Según estableció la Fiscalía, el cabo Ardila de la Policía de tránsito de Cúcuta la siguió y recogió información sobre su rutina que después suministró al sicario que la asesinó.
María del Rosario Silva trabajaba desde 1991 para la Fiscalía en Cúcuta y era conocida como ‘La Fiscal de hierro’ por la eficacia y solidez con las que manejaba sus investigaciones. En 1997 fue nombrada fiscal 26 especializada ante el Das y la Policía Antinarcóticos.
‘El Iguano’ ha reconocido en varias versiones libres que los ‘paras’ lograron permear por completo las instituciones de Norte de Santander, llegando a tener nexos con fiscales, funcionarios del Das, la Policía y el Ejército. El asesinato de trabajadores judiciales fue una de las estrategias para eliminar investigaciones incómodas y penetrar el poder.
Menos de cuatro meses del asesinato de María del Rosario Silva, su reemplazante Carlos Pinto también fue ejecutado por los paramilitares.  

Tirso Vélez
Tirso Vélez era el candidato que encabezaba las encuestas y el favorito para llegar a la gobernación de Norte de Santander cuando lo mataron el 4 de junio de 2003. Ese día dos paramilitares lo abordaron en pleno centro de Cúcuta. Un sicario disparó varias ráfagas sobre el grupo. Asesinaron a Vélez con seis balazos y también hirió a su esposa y a un acompañante.
"Tirso se desplomó ya muerto sobre mí y me mandó al suelo. El asesino se dio vuelta, me buscó y me apuntó a la cabeza. Yo me encogí y lo miré con todo el rencor que nunca había sentido. Me dio cinco tiros, pero no fui consciente de que estaba herida. Recogí el portafolio de Tirso, los celulares y pedí ayuda. Llegué por mis propios medios a la Clínica San José. Estuve 16 días en la clínica, no pude ir ni al velorio ni a las exequias de Tirso", recordó en la revista Cambio Isabel Obregón, la viuda de Tirso Vélez.
El asesinato dejó dos huérfanos, una viuda e impuso la parapolítica en Norte de Santander.
"La orden fue de Salvatore Mancuso, tras conocerse por información de que Vélez hacía parte de la estructura del frente 33 de las Farc", aseguró ‘el Iguano’. "Fue un favor político" agregó. Sin embargo en la audiencia de reparación ‘el Iguano’ le dijo a la viuda de Vélez que en realidad no sabía si asesinaron a Vélez por sacarlo de la carrera a la gobernación o por cuestiones de ideología, pues recibió la orden de Salvatore Mancuso y actuó sin preguntar.
Para la viuda de Vélez : "Mancuso, de manera infame, dijo que a Tirso lo habían matado por subversivo. Atentó también contra su honra. Fue como haberlo asesinado dos veces. Por eso creo que este proceso no es más que un montaje, una manipulación de la verdad. Porque Mancuso no pierde, pierden sus víctimas".
Tirso Vélez, nació en septiembre de 1954 en un hogar humilde de Agua Clara, corregimiento de Ocaña, Norte de Santander. Muy joven  ingresó a las Juventudes Comunistas y repartía el periódico Voz del Partido Comunista. Vélez era un muchacho sensible, apasionado por las letras, la poesía y la música. Un amigo recuerda que "un sábado por la tarde, en agosto de 1978, conocí a Tirso Vélez, acariciando canciones de protesta en su guitarra en el parque principal de El Zulia, Norte de Santander".
En 1982 se graduó en Sicología de la Educación en el Centro Latinoamericano de Dianética, en Bogotá. Por su compromiso social, se volvió profesor en escuelas rurales de su región. Llegó en 1987 a Tibú, donde fue profesor y conoció a Isabel Obregón con la que tuvo a sus dos hijos, Rubén Darío y Miguel Ángel.
En 1992, encabezando una coalición de izquierda, Vélez fue elegido alcalde de Tibú por la Unión Patriótica (UP). Propuso soluciones para buscar la paz en su región y le solicitó al gobierno y a la guerrilla cesar las hostilidades e iniciar un diálogo.
Las primeras polémicas en su gestión empezaron cuando Vélez rechazó la llegada de 3.000 soldados a su región y pidió a cambio que el gobierno mandara 50 profesores. Miembros del Ejército empezaron a insinuar que el alcalde de Tibú tenía relaciones con la guerrilla.
Pero fue su poema "Tibú, un sueño de paz" que terminó de enfrentarlo con los mandos militares de Norte de Santander.

"Para que exploten bombas de pan y de juguetes
y corran nuestros niños entre escombros de besos.
Lancita... mi soldado... recuerda que Jacinto, el hijo de la vieja campesina,
se fue para la guerrilla buscando amaneceres, persiguiendo alboradas.
Que no regrese muerto, no le apagues su lámpara.
Porque la vieja espera pegada a su camándula
pidiéndole a las ánimas que no le pase nada".

Tras la publicación del poema el general Hernán José Guzmán, comandante General del Ejército en la época, le solicitó a la Procuraduría investigar a Vélez disciplinariamente. El senador de la UP, Manuel Cepeda, asesinado en 1994 por los paramilitares, en una columna en el periódico comunista Voz dijo sobre los polémicos versos que "para la derecha y los mandos militares en Colombia, definitivamente la poesía es peligrosa".
En agosto de 1993 Vélez recibió amenazas de las autodefensas y en septiembre de ese año fue detenido por el DAS por presunta colaboración con el ELN. Aunque, tras varios meses en prisión, fue dejado en libertad por falta de pruebas, Vélez dejó la alcaldía de Tibú y se fue a vivir a Venezuela.
Después de su alcaldía en Tibú, Vélez se alejó de la UP y formó un movimiento de izquierda, independiente y pacifista. Así fue diputado de Norte de Santander, miembro de la Comisión Nacional de Paz y uno de los fundadores de la ONG Redepaz.
En 2003 se presentó a las elecciones para la gobernación de Norte de Santander con el Polo Democrático. Poco antes de su asesinato lideraba las encuestas a la gobernación de su departamento.

Alfredo Enrique Flórez Ramírez
Alfredo Enrique Flórez Ramírez fue asesinado a la medianoche del 6 de octubre de 2003 por paramilitares cuando llegaba a su casa después de una reunión en la alcaldía de Cúcuta, donde era asesor.
Por este crimen Ramiro Suárez Corzo, ex alcalde de Cúcuta, fue investigado. El caso contra el ex alcalde fue, sin embargo, precluído en 2009. Iván Laverde, alias ‘el Iguano’, dijo en una versión libre que asesinaron el abogado para presuntamente hacerle un favor a Suárez Corzo que estaba aspirando a la alcaldía.
Según el desmovilizado, Suárez pidió asesinar a Flórez porque este lo iba a denunciar por sus presuntos vínculos con las autodefensas. Salvatore Mancuso confirmó en versión libre que tenía relaciones con el ex alcalde.
Otro ex ‘para’, Carlos Andrés Palencia, alias ‘Visaje’, dijo en versión libre: "Él (Suárez) me dijo que había un señor que era una piedra en el zapato para su campaña; yo le pregunto qué hay que hacer y me contesta que hay que sacarlo del paso".
‘Visaje’ añadió que Suárez presuntamente le dio informaciones de dónde trabajaba, vivía y cómo era Flórez.  Lo curioso es que Flórez era esposo de Ana María Flórez, directora de la Fiscalía de Norte de Santander, que fue condenada por sus vínculos con las autodefensas a más de 12 años de prisión.

27 de julio de 2010
26 de julio de 2010
©verdad abierta
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