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magnitud del horror paramilitar


El proceso de Justicia y Paz hizo que el país conociera la barbarie y el sufrimiento, cuya enorme magnitud había desconocido hasta entonces. VerdadAbierta.com presenta las principales verdades que salieron a la luz. Había más desaparecidos de los que se creyó.
Colombia. El país descubrió que la escalofriante verdad de que desaparecer campesinos, líderes sociales y a cualquiera que fuera tildado de guerrillero, estuviera armado o no, fue una política sistemática de los paramilitares. Aunque los ex jefes desmovilizados sostienen que nunca las ordenaron y que fueron sus hombres que tomaron estas iniciativas, hay testimonios de que mandos medios que han dicho que difundir terror era una orden clara que recibieron. Nada paraliza más a una familia que perder a alguien sin saber nunca si vive o fue asesinado. Después de que el país creía que había habido 3 mil desaparecidos, ahora ha descubierto que pueden ser más de 40 mil, y eso sin contar aún los que ha dejado la guerrilla.
Escuelas de entrenamientos donde los ‘paras’ les enseñaban a sus reclutas a descuartizar; hornos crematorios en Norte de Santander y Antioquia para ocultar cualquier rastro del crimen; miles de cadáveres que terminaron arrastrados por los ríos; enormes fosas comunes en las fincas de los jefes paramilitares; y las madres que deambulan de versión libre en versión libre preguntando por sus hijos.

Paramilitares y Miembros de la Fuerza Pública Colaboraron en Diversos Lugares
Las cifras de la Fiscalía de Justicia y Paz revelan que hasta ahora le han compulsado copias a 344 miembros de la Fuerza Pública. Sin embargo numerosas versiones libres han denunciado a muchos más oficiales y suboficiales de haber tenido vínculos con los paramilitares.
Según las acusaciones, algunos destacamentos patrullaron junto a las autodefensas y otros cerraron los ojos mientras los ‘paras’ masacraban, desplazaban y desaparecían a miles de personas. Los desmovilizados han dicho además que algunos militares, policías, funcionarios del DAS y de la Fiscalía les transmitieron información sobre algún sospechoso que ellos después asesinaron. Incluso jefes paramilitares aseguraron que se refugiaron en batallones del Ejército.
También es un hecho de que algunos desmovilizados para vengarse han señalado a militares y policías que cumplieron con su deber y los persiguieron. La justicia aún tiene que dilucidar quiénes de los señalados son culpables y quiénes inocentes.
Lo que más ha causado estupor es que algunos oficiales del Ejército están siendo procesados por presunta complicidad en el asesinato de civiles que después fueron presentados por destacamentos militares como guerrilleros o paramilitares muertos en combates.

Se Usó la Violación como Arma de Guerra
La violación como arma de guerra parecía una tragedia ajena, de otros países. Pero por el trabajo de algunas fiscales y la colaboración de unos pocos desmovilizados y víctimas valientes que se han atrevido a denunciar, junto con el apoyo de varias organizaciones civiles, los colombianos se han enterado de que una manera en que los paramilitares dominaron a la población y la pusieron a sus pies era violando a sus mujeres. Y que esta práctica fue más común de lo que se pensó.
Luis González León, jefe de la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía, explicó que la violencia contra las mujeres es uno de los grandes retos que tiene la justicia.

Políticos y ‘Paras’ Planearon Tomarse el Poder
En sus versiones libres muchos ex paramilitares empezaron a denunciar los pactos que hicieron con los políticos. El fenómeno, conocido como ‘parapolítica’, ha llegado a tocar los estamentos más importantes del poder: congresistas, gobernadores, cientos de alcaldes y concejales.
Lo que está detrás de este escándalo es una verdadera estrategia que tuvieron los ‘paras’ para tomarse el poder, desde las bases hasta las cúpulas, y así asegurar cientos de millones de pesos en contratación, cargos en los gobiernos locales y representación en los poderes nacionales.

Las Dimensiones del Robo Masivo de Tierras y los Efectos Económicos
Tal vez nunca se llegue a saber qué tantas tierras se robaron los paramilitares. La Comisión de seguimiento al fallo de desplazamiento de la Corte Constitucional hizo un cálculo de más de 5 millones de hectáreas y los ex jefes ‘paras’ prometieron en una carta reciente a Gustavo Petro y a Iván Cepeda entregar más de cuatro millones de hectáreas si llegaban a un acuerdo nacional.
Las autodefensas voraces, compraron barato o despojaron a la fuerza a miles de campesinos para montar sus negocios de agroindustra, facilitar el desarrollo de macroproyectos como hidroeléctricas, quedarse con ella para asegurar corredores para sus tráficos ilícitos. Pusieron sus fincas a nombre de miles de testaferros o las revendieron muy rápido, con buen lucro, lo que hace muy difícil recuperarlas para sus verdaderos dueños que fueron despojados.
La política del despojo dejó un país con más de tres millones de desplazados, campesinos que sobreviven en barrios miserables de las ciudades, productos agrícolas que escasean y una de las concentraciones de tierras más altas del país. Hay zonas como Sucre con un índice Gini en la propiedad de la tierra (que el máximo de desigualdad es 1 y el mínimo es 0) como Sucre con 0,75.

Se Atacó con Más Saña a Dirigentes Sociales Que a Guerrillas
Aunque los fundadores de las Auc siempre sostuvieron que se armaron para combatir la guerrilla, en muchas regiones devastadas por la violencia, cuando vino la desmovilización paramilitar, la guerrilla estaba prácticamente intacta, con sus jefes intocados, y en cambio, habían dejado miles víctimas civiles asesinadas, desaparecidas o en el exilio: líderes campesinos, defensores de derechos humanos, políticos que los enfrentaron, oficiales de policía y Ejército que los resistieron, sacerdotes, educadores, académicos, sindicalistas, jueces e investigadores judiciales, entre muchos otros.
‘La prensa silenciada’, un artículo de VerdadAbierta.com que fue premiada con el Premio Simón Bolívar, demuestra que los periodistas estuvieron entre los blancos de los paramilitares.

Las Convivir Fueron la Génesis de la Ofensiva Paramilitar
Desde finales de los sesentas el gobierno permitió que los dueños de las fincas formaran grupos armados legales para defenderse de la guerrilla. Fueron el germen de las primeras autodefensas, pero como se salieron de control y comenzaron a matar indiscriminadamente en el Magdalena Medio, el gobierno de Virgilio Barco las prohibió a fines de los 80.
En 1994, un gobierno débil del presidente Ernesto Samper, sin embargo, cedió a la presión militar y los volvió a permitir en lo que se llamó Cooperativas de Vigilancia (Convivir). Sin demasiada investigación sobre quiénes eran, la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad autorizó a algunas personas de dudosa reputación que formaran su Convivir, que les daba acceso legal a armas de uso privativo militar. Así muchos narcotraficantes que luego fueron condenados, como Miki Ramírez, y paramilitares que ya estaban sembrando el terror en sus regiones como Salvatore Mancuso, crearon la suya que les facilitó su gesta de violencia, sin que las autoridades los molestaran. Hubo más de 400 Convivir a lo largo y ancho del país. Muchas no fueron criminales, pero las que sí lo fueron alcanzaron a hacer mucho daño antes de que las volvieran a prohibir al cambio de siglo.
Muchos veteranos ex paramilitares contaron en las audiencias de Justicia y Paz que dieron sus primeros pasos en la guerra en estas cooperativas. O que ya estando de ’paras’ podían transitar libremente de una masacre a otra, porque sus carnets de Convivir les amparaban sus armas cuando eran requisados. Varios desmovilizados cargaban dos y tres carnets de estas cooperativas.
 
La Creación de las Auc Estuvo Asociada con el Narcotráfico
Desde el inicio de la desmovilización el país supo que parte de las Auc estaban completamente corrompidas por el narcotráfico. Sin embargo, sólo se ha venido a conocer en las versiones libre, cuánto tuvo que ver este negocio ilícito en la génesis del paramilitarismo.
Varios de los primeros grupos de autodefensa eran los grupos de seguridad privada de narcotraficantesque traían sus matones a sueldo a cuidar las tierras que compraban. En algunas regiones fueron ellos los que infectaron de modos bárbaros la guerra. También se ha sabido que gran parte de la violencia que se disfrazaba de ideológica, en realidad eran una disputa entre ´paras’ y guerrillas por corredores o rutas de salida de la droga a la guerrilla.

Justicia y Paz Destapó los Niveles de Impunidad en Colombia
Lo que ha sorprendido a muchos observadores de Justicia y Paz es que el proceso puso de manifiesto como una enorme verdad, las escandalosa impunidad con que se había asesinado durante una década sin que los líderes políticos nacionales se inmutaran. Muchos crímenes confesados por los desmovilizados en sus versiones libres no figuraban siquiera en los expedientes archivados de la justicia.

30 de julio de 2010
29 de julio de 2010
©verdad abierta

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