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debate sobre reformas políticas


Un interesante editorial de La Nación, en el que se señala el principal problema político del país: el sistema electoral binominal.
[Santiago, Chile] El ministro secretario general de la Presidencia, Cristián Larroulet, ha desarrollado en los últimos días una ronda de conversaciones con los dos partidos de su coalición y los cuatro de la Concertación en la perspectiva de levantar un diagnóstico sobre las posibilidades de impulsar nuevas reformas institucionales.
De acuerdo con fuentes del gobierno y de la oposición, la agenda de asuntos susceptibles de concitar acuerdos incluye la realización de primarias vinculantes para definir postulaciones a cargos electivos; iniciativa popular de ley, en materias que no estén reservadas a iniciativa exclusiva del Presidente de la República o del Congreso; mejorar la declaración de patrimonio e interés; poner en marcha el sistema de voto voluntario e inscripción automática; e introducir el derecho a sufragio para chilenos que residan en el extranjero.
Se trata de un temario extenso y heterogéneo, pero también con distintos grados de dificultad. Las diferencias, por ejemplo, en aspectos como el nivel de amplitud de la extensión del voto a quienes viven afuera son conocidas, si bien en los últimos meses se ha hablado de un principio de entendimiento. En una situación similar se sitúa la discusión en torno a si con fondos públicos se pueden o no financiar internas partidarias.
No obstante, se observa en general una actitud positiva hacia el consenso, reveladora de una posición de madurez y colaboración de la clase política. No abundan, en las crispadas democracias de la región, tantas señales de cooperación como las que se aprecian hoy en el país en un marco donde tampoco se confunden los roles diferenciados del gobierno y la oposición.
Con todo, tampoco puede omitirse que el núcleo principal de disputa en este ámbito continúa siendo el régimen electoral. La administración no ha explicitado una definición, aunque hace algunos meses el Presidente de la República admitió que en torno al binominalismo no existe unanimidad. En tal contexto ha trascendido que en esta fase del diálogo no se prevén modificaciones del sistema. Sin embargo, el senador de la UDI Pablo Longueira ha estado impulsando una fórmula que suavice el modelo por la vía de aumentar el número de escaños a 150 en la Cámara de Diputados y 50 en el Senado, ajustando mejor la representación poblacional. Además, ha sugerido un mecanismo de compensación para terminar con la exclusión de algunos sectores partidarios. En la plataforma del análisis el parlamentario ha incluido la extensión del mandato presidencial a cinco o seis años, pero sin reelección. Si bien no es nítido qué respaldo convoca en su propia coalición, su oferta global abre un espacio de debate que puede proyectarse a un nuevo arreglo institucional.
25 de octubre de 2010
©la nación
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