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dramático juicio a los khmer rouge


Cuatro ex dirigentes khmer rouge acusados de genocidio serán enjuiciados el lunes en Camboya ante un tribunal patrocinado por Naciones Unidas en medio de acusaciones de interferencia política en la investigación de otros casos.
[Brendan Brady] Phnom Penh, Camboya. Mientras el tribunal camboyano patrocinado por Naciones Unidas inicia el lunes el juicio a los ex dirigentes khmer rouge acusados de genocidio, los críticos acusan al gobierno camboyano de interferir y a Naciones Unidas de ser incapaz de garantizar la independencia del tribunal.
Esperando juicio se encuentran cuatro de los más altos cargos sobrevivientes de la jefatura khmer rouge: el jefe de estado Khieu Samphan, 79; el ex ministro de Relaciones Exteriores, Ieng Sary, 85; su esposa, ministra de Asuntos Sociales, Ieng Thirith, 79; y el principal ideólogo de la revolución, Nuon Chea, 84. Están acusados de cargos que incluyen crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio.
En julio pasado, durante el primer juicio de personeros de los Khmer Rouge, el ex alcaide de una prisión, el Camarada Duch, fue sentenciado a treinta años de cárcel. El caso actual, considerado uno de los más complejos e históricamente importante desde los juicios por crímenes de guerra en Nurenberg, se espera que dure más y que sea más complicado que el primero, en parte porque los acusados gobernaban a través de subalternos.
Uno de los fiscales internacionales de la prosecución, Andrew Cayley, británico, también se enfrenta a un listado de duros abogados defensores, incluyendo a Jacques Verges, un francés apodado "el abogado del terror" debido a su éxito en la defensa de personas acusadas de crímenes de guerra.
La polémica en torno a los procedimientos se concentran en si se debería acusar a más funcionarios del antiguo régimen que solamente a los primeros cinco. Se estima que durante el gobierno khmer murieron cerca de 1.7 millones de personas: de hambre, de fatiga, de negligencia médica o ejecutados durante el régimen extremista de los Khmer Rouge maoístas entre 1975 y 1979.
Juzgar a otros presuntos criminales de guerra es polémico en Camboya porque muchas figuras prominentes colaboraron con el antiguo régimen. Aquellos a favor de profundizar la investigación -actualmente se están considerando dos casos más, con cinco sospechosos- se han enfrentado a múltiples obstáculos.
El primer ministro Hun Sen, él mismo un ex cuadro medio khmer, dijo que prefiere que el tribunal fracase antes que ver dos juicios más. En octubre dijo al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que no se permitirían más casos.
Cinco miembros internacionales de la rama investigativa del tribunal renunciaron hace poco en protesta contra lo que creyeron que fueron pesquisas de otros sospechosos estropeadas intencionadamente.
Uno de ellos, el escritor y experto en el régimen khmer rouge, Stephen Heder, criticó en su carta de renuncia a los jueces de instrucción por rechazar un tercer caso propuesto "dejándolo efectivamente sin investigación."
Heder describió la oficina de investigaciones del tribunal como una "atmósfera tóxica de desconfianza mutua" y "profesionalmente disfuncional."
En el propuesto tercer caso, los jueces sólo realizaron entrevistas pro forma de testigos y visitaron los presuntos sitios del suceso sin informar a los sospechosos de que podían ser imputados, dijo en un informe el abogado de la organización Open Society Justice Initiative.
"Todo conduce a la conclusión de que el Caso 3 de la investigación ha sido una farsa", dijo Clair Duffy, de Justice Initiative.
Juicios adicionales podrían implicar a dirigentes medios de los Khmer Rouge, presuntamente responsables por implementar algunas de las políticas más crueles del régimen. Esto podría poner en dificultades al primer ministro, dado que algunos en su círculo político íntimo ocuparon posiciones de poder, dicen analistas. Hun Sen ofrece una explicación diferente: con los ex cuadros dispersos en todo el país, una investigación judicial intensa podría provocar levantamientos y desestabilizar al país.
Se supone que la participación de Naciones Unidas en el tribunal debía proteger al tribunal de interferencias políticas y actuar como un modelo legal para el frágil aparato judicial camboyano, acosado por la mala formación profesional, la manipulación y la corrupción.
Repetidas veces ha emitido Naciones Unidas declaraciones señalando la importancia de la independencia del poder judicial, aunque Duffy dijo que no eran más que palabras vacías si el organismo internacional no defiende ese principio.
La oficina de Ban declaró que las acusaciones de interferencia política son "especulaciones de los medios."
"Mi mayor preocupación es conservar la confianza del pueblo", dijo Cayley.
[Mark Magnier en Pekín contribuyó a este artículo.]
3 de julio de 2011
27 de junio de 2011
©los angeles times

cc traducción mQh

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