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legalizando la guerra en libia


En lugar de ofuscaciones jurídicas, Obama debería responder apropiadamente la carta de Boehner y buscar la aprobación del Congreso para la misión en Libia. Un editorial de Los Angeles Times.
Esta semana, el vocero de la Cámara de Representantes, John A. Boehner (republicano de Ohio) escribió una carta al presidente Obama advirtiéndole que estará en contravención de la Ley de Poderes de Guerra a menos que este fin de semana el Congreso apruebe la misión de Estados Unidos en Libia. La carta puede implicar algunas maniobras partidistas, pero el vocero tenía razón tanto en cuanto a las leyes como a las políticas, y la respuesta del presidente el miércoles no fue satisfactoria.
La Ley de Poderes de Guerra, aprobada con el veto del presidente Nixon en 1973, dice que el presidente debe contar con la autorización del Congreso para emprender una acción militar dentro de sesenta días (que se pueden extender a noventa) o retirar las fuerzas estadounidenses. La ley define acción militar de modo que pueda incluir situaciones en las que fuerzas estadounidenses son introducidas "en el territorio, espacio aéreo o marítimo de otro país". Los bombardeos aéreos en Libia caen claramente dentro de esa definición, aunque algunos de ellos han sido ejecutados por otros países de la OTAN.
Sin embargo, ahora el gobierno alega que la Ley de Poderes de Guerra no se aplica en este caso porque Estados Unidos no está participando en "hostilidades". Presuntamente este es el caso, porque no hay tropas terrestres estadounidenses comprometidas y porque otros países de la OTAN se están encargando de los bombardeos. Esos argumentos, sin embargo, son engañosos.
Aunque los presidentes de los dos partidos expresaron sus inquietudes sobre la Ley de Poderes de Guerra, esta posibilita un razonable balance entre las prerrogativas del comandante en jefe -incluyendo la necesidad de responder con fuerza ante ataques y en emergencias- con el poder constitucional del Congreso para declarar guerra. Eso es particularmente verdad de las fechas de cierre de la ley para la acción del Congreso.
Los senadores John F. Kerry (demócrata de Massachusetts) y John S. McCain (republicano de Arizona) han estado trabajando en una moción que concitaría el respaldo de los congresistas para la misión libia al mismo tiempo que requiere más consultas. Desde el principio hemos estado incómodos con la misión libia, pero si continúa, debe contar con el apoyo del Congreso. Si el Congreso no aprueba el proyecto, debe circunscribir claramente que sólo aprueba los ataques aéreos contra Libia y no abrir la puerta al envío de tropas estadounidenses terrestres en ese país, una prohibición que ya se encuentra contenida en la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que autoriza la operación contra Libia. También debería especificar que el objetivo de la operación es la definida por Naciones Unidas: la protección de los civiles.
Obama no debió haber dejado en manos del Congreso que se cerciorara de que esta operación está amparada por el estado de derecho. A tres meses de empezada la campaña en Libia, debería tener suficiente confianza en su estrategia para someterla a la aprobación de la Cámara y del Senado. En lugar de eso, ha buscado refugio en ofuscaciones jurídicas.
3 de julio de 2011
15 de junio de 2011
©los angeles times
cc traducción mQh

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