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vietnam esclaviza a sus drogadictos


Acusan a Vietnam de abusar de drogadictos.
[Thomas Fuller] Bangkok, Tailandia. El gobierno de Vietnam lo llama terapia laboral, un programa para sacar de las calles a los drogadictos e internarlos en centros de rehabilitación, donde procesan anacardos, cosen prendas de ropa, hacen cestas de mimbre -cualquier tipo de trabajo que los ayude a volver a ponerse de pie.
Pero un informe dado a conocer el miércoles por Human Rights Watch dice que la terapia laboral no es otra cosa que trabajo esclavo disfrazado de programa de reinserción social.
Los drogadictos no son pagados o reciben pagas mínimas por su trabajo y son sometidos por medio de golpizas con porras, descargas eléctricas y celdas de aislamiento, dice el informe, que se basó en entrevistas con treinta y cuatro personas que estaban detenidas en el marco del programa. Algunos de los productos hechos en los centros de rehabilitación son exportados a Estados Unidos y Europa.
"Los trabajos forzados y los maltratos físicos no son ocasionales en el tratamiento de la drogodependencia en Vietnam", dice el informe. "En realidad, son centrales en el funcionamiento de los centros."
Vietnam, como otros muchos países en Asia Oriental, utiliza un sistema de administración especial para personas acusadas de ser drogadictos que es independiente de los tribunales penales. Los adictos son enviados, a menudo por la policía misma, a centros de rehabilitación antes que a la cárcel. Al menos, esa es la teoría.
Nguyen Thi Kim Ngan, que, como ministro del Trabajo, Invalidez y Asuntos Sociales supervisa los centros, no respondió un email solicitando su comentario sobre el informe de Human Rights Watch. Pero documentos del gobierno vietnamita de los últimos años han fomentado el sistema como un modo -para los adictos, muchos de ellos heroinómanos- de recuperar la dignidad y aprender el valor del trabajo.
Los campamentos, que tienen sus raíces en el sistema de reeducación introducido por Hanoi después de la caída del gobierno de Vietnam del Sur en 1975, han sido considerados todo un éxito por el gobierno y en los últimos diez años el número de centros de rehabilitación se ha más que duplicado para llegar a 123. A principios de año, el ministerio del Trabajo informó que los centros mantenían a cerca de cuarenta mil personas. El gobierno ha prolongado el tiempo máximo que pueden pasar los adictos en los campamentos -de un año a cuatro.
Human Rights Watch dice que el sistema se ha convertido en una red dedicada al lucro de fábricas de facto. Los centros gozan de exención de impuestos por los bienes que producen y se espera que se financien ellos mismos. El propósito de los centros es hacer dinero, no tratar la drogadicción, dice el informe. La tasa de recaída, observa, está a menudo por encima del ochenta por ciento. El informe cita a un ex detenido que dice que el único intento de rehabilitación era marchar y gritar lemas como "¡Haz todo lo que puedas para dejar las drogas!"
En el mundo generalmente opaco de las fábricas vietnamitas, con capas de contratistas y subcontratistas, algunas compañías extranjeras han descubierto que sus productos han sido fabricados por los detenidos en esos centros.
Un centro producía mosquiteros para la compañía suiza Vestergaard Frandsen. Los detenidos de otro centro cosían forros de chaquetas destinados a Columbia Sportswear, una empresa estadounidense. La implicación del centro fue una "sorpresa para nosotros", dijo en una conferencia telefónica el vicepresidente de asuntos jurídicos y corporativos de Columbia Sportswear, Peter Bragdon.
Bragdon dijo que un contratista había encargado el trabajo al centro de rehabilitación. La compañía ha dejado de trabajar con el contratista, dijo, y está considerando donar las 847 piezas cosidas por los detenidos a alguna obra de caridad. "Para nosotros, todo tipo de trabajo involuntario es inaceptable", dijo Bragdon.
8 de septiembre de 2011
7 de septiembre de 2011
©new york times
cc traducción c. lísperguer

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