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leyes autoritarias e irrelevantes


columna de lísperguer
Presidente Piñera enviará leyes contra el saqueo y disturbios públicos.

Es dudosa la necesidad de este paquete de leyes autoritarias. Muy probablemente son irrelevantes y serán pasto de lingüistas y juristas. Lo más sorprendente, sin embargo, es que los saqueos, en términos de cifras y de personas perjudicadas, desaparecen en la nada si se los compara con las cifras que se manejan en casos de estafa -como la del presidente Piñera cuando era ejecutivo en Talca y robó 240 millones de dólares- y otros delitos económicos -como vender o comprar acciones con información privilegiada -otro delito del que el propio presidente se ha hecho culpable. Estos delitos, que han afectado a millones de chilenos (el escándalo de la Polar afectó a más de un millón de personas), quedan intocados. Los ladrones de la Polar, amigos del presidente, no irán a prisión. Las propuestas de convertir algunos delitos económicos de esta magnitud en delitos imprescriptibles y con inhabilitación perpetua para cargos públicos, aparentemente no han llegado a oídos del presidente.
Por otro lado, hacer más severas las penas para delitos relacionados con Carabineros y el orden público es derechamente un insulto a la inteligencia de los chilenos. No necesitamos más leyes que castiguen a los ciudadanos. Necesitamos, en cambio, leyes más severas para castigar a carabineros que disparan contra manifestantes y leyes para castigar a los jueces que les protegen y encubren. Necesitamos leyes más severas para castigar a los funcionarios policiales que se extralimiten en sus atribuciones y para castigar la corrupción. En realidad, la mayor sensación de inseguridad no la provocan los vándalos, sino la policía: son numerosas e indesmentibles las denuncias de que la propia policía infiltra las manifestaciones para provocar disturbios, la que -con la complicidad de fiscales- monta juicios falsos con acusaciones falsas y evidencias falsas, la que en democracia sigue torturando y asesinando sin pagar por ello las consecuencias. Y es mayor el peligro de un carabinero corrupto o violento que se sabe protegido por sus superiores, que un vándalo al que de todos modos puedes meter en prisión.
Estas propuestas deficientes nos permitirán juzgar nuevamente a la inútil clase política. Los que apoyen estos proyectos, quedarán marcados como enemigos del pueblo.
lísperguer

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