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colombia eliminará servicio secreto


SEMANA revela un nuevo paquete de los archivos confidenciales del DAS. La agencia, que será eliminada por el gobierno esta semana, tiene aún secretos aterradores.
Colombia. Esta semana se le pondrá punto final a uno de los capítulos más oscuros de la historia reciente de Colombia: la corrupción en el DAS. El gobierno ya ratificó que expedirá el decreto para eliminar la agencia de inteligencia creada hace más de medio siglo.
Curiosamente, la palabra que utiliza el gobierno no es liquidar, como se acostumbra, sino "eliminar". Como si el país quisiera borrar por completo y con una sola firma esa especie de engendro que fue creciendo dentro del Estado.
SEMANA presenta en esta edición la segunda entrega de los llamados wikiDAS: la revelación de los archivos secretos de esta central de inteligencia. En la primera entrega se recogieron documentos confidenciales que mostraban la participación de agentes rasos y directores de la agencia en episodios como los dos atentados contra el hoy ministro Germán Vargas Lleras o los ataques al ’zar’ de las esmeraldas, Víctor Carranza.
En esta edición se presentan cinco capítulos con nuevas revelaciones de la faceta criminal del que, en teoría, debía ser el órgano de inteligencia fundamental del Estado.
La lectura de los miles de registros de polígrafos, investigaciones de contrainteligencia, resultados de seguimientos e interceptaciones a los que tuvo acceso SEMANA deja una primera impresión: que eran tantos los agentes del DAS metidos en asuntos criminales, tantas las ’manzanas podridas’, que por momentos no parece una agencia al servicio del país, sino un brazo del Estado al servicio del crimen.
En los registros hay por lo menos ocho directores seccionales del DAS, que son los jefes de la agencia en cada uno de los departamentos del país, implicados en terribles irregularidades. Casos, por ejemplo, como el de un director seccional que fue puesto por el capo del narcotraficante -que luego se volvió jefe paramilitar- Miguel Arroyave. O el de otro director seccional que se fue hasta Santafé de Ralito para darles una suerte de salvoconducto judicial a cerca de cuatrocientos hombres que integraban los ejércitos de escoltas de los treinta comandantes de las autodefensas.
Llama la atención que ese no parece ser el único cobro que se les hacía a los paramilitares. La zona de despeje se convirtió en un lugar de dádivas de los otrora delincuentes a los agentes del Estado: un escolta de los jefes paramilitares cuenta que les daban regularmente 100.000 pesos de ’liga’; otro, que Mancuso les dio tres millones por una capacitación que el DAS le dio a su gente, y así.
O también está el caso de los técnicos que deciden alquilarles equipos de seguridad estratégica del Estado a narcotraficantes por la módica suma de 1,5 millones de pesos. Eso quiere decir, en otras palabras, que con dinero de los contribuyentes o de la cooperación de gobiernos extranjeros se les está ayudando a los delincuentes a consolidar su imperio criminal.
En un organismo que tiene más de seis mil funcionarios, sin duda es posible que la mayoría tratara de hacer bien su trabajo. No obstante, las cien o doscientas o quinientas ’manzanas podridas’, con el poder que les da su investidura estatal, pueden llegar a hacer tanto o más daño al país que las mismas bandas criminales.
Cabe anotar que el hecho de que existieran esos registros de detectores de mentiras y contrainteligencia también demuestra un genuino interés del Estado por ponerles coto a los desmanes y al delito. De hecho, muchos de los documentos datan precisamente de los años 2006 a 2008, cuando fue director Andrés Peñate, quien llegó con toda la intención de ponerle orden a la entidad.
Sin embargo, no fue suficiente. E incluso muchos de los que cometieron algunas de las más serias irregularidades cayeron, como se dice coloquialmente, parados. Algunos dentro de la misma institución y otros, si bien fueron retirados, no tuvieron que enfrentar ningún proceso judicial y hoy gozan de sus grandes o pequeñas fortunas.
Son muchos los registros. Hay participación de agentes del DAS en secuestros exprés por los que cobran dos millones, o también en el secuestro de una australiana. Se pueden leer decenas de casos de chantaje, en los que detectives piden plata hasta a congresistas para cerrar una investigación o para devolver droga incautada. También hay casos de algunos que son miembros de las autodefensas o de la guerrilla. Otros deciden vender los hallazgos de las investigaciones al mejor postor: ya sea a los implicados o también ha ocurrido que estaciones locales de televisión se interesan en grabaciones hechas por el DAS a un alcalde en malos pasos.
En menos de dos semanas se vence el plazo que el Congreso le dio al presidente Juan Manuel Santos para reformar el Estado, y por eso ya no se puede postergar más la decisión, tomada desde hace ya dos años, de acabar con el DAS.
Empezará entonces a operar una nueva Agencia de Inteligencia que solo se encargará de estrategias de seguridad estatales. Mientras que las tareas de protección a personajes públicos y migración pasarán a manos del Ministerio del Interior y de la Cancillería. Casi la mitad de los funcionarios que hoy existen en el DAS -2.300- se van a incorporar al CTI de la Fiscalía General de la Nación.
Un final, sin duda, con más pena que gloria.

El Recomendado de las AUC
Por 200 millones de pesos los paramilitares habrían conseguido que les nombraran al director de una seccional del DAS.
Una de las estructuras más grandes y poderosas que llegaron a tener los paramilitares fue el Bloque Centauros, comandado por Miguel Arroyave. En los archivos secretos del DAS hay documentos de contrainteligencia que demuestran que la expansión y el poder que consiguió esa estructura en el oriente del país fueron posibles gracias a que, a cambio de una gruesa suma de dinero, Arroyave logró imponer el director en la seccional de uno de los departamentos de esa zona del país. De acuerdo con los documentos, ese funcionario fue clave para ayudarle al Centauros en la guerra que libró contra el grupo de Martín Llanos.
"En los meses de julio y agosto de 2004, cuando la fuente trabajaba con Miguel Arroyave, lo delegó para que se contactara con los directivos del DAS en Bogotá con el fin de lograr el nombramiento de (se omite el nombre) como director en (se omite el departamento) para lo cual se reunió en seis ocasiones con el dr Giancarlo. Finalmente nombraron a (se omite el nombre) y a cambio le dieron al dr Giancarlo 200 millones. El objetivo de Arroyave era continuar con la lucha contra las AUC de Martín Llanos pues el funcionario era su colaborador y había sido trasladado a Santander, en donde no le podía ayudar". Y más adelante da detalles de cómo fue el pago. "El dinero fue girado a la cuenta de (se omite el nombre) en el Banco Ganadero del centro comercial Boulevard Niza. Posteriormente la fuente cambió un cheque por ese valor y fue entregado el dinero en efectivo al doctor Giancarlo en un sitio conocido como Club 74", afirma el documento de contrainteligencia.
El funcionario al que hace referencia el informe, cuyo nombre SEMANA se abstiene de revelar, efectivamente fue nombrado director en esa seccional. Aunque Arroyave fue asesinado en septiembre de 2004, otros informes demuestran que el funcionario siguió colaborando con el Bloque Centauros. "Cuando era director del (se omite el nombre del departamento) el doctor y el coordinador de inteligencia decomisaron una gran cantidad de munición a las AUC del sur, la mitad de dicha munición fue entregada a la fiscalía y la otra mitad se la vendieron al bloque centauros de las AUC", dice otro informe de 2006.
Estos y otros registros hicieron que ese año el director que se convirtió en la mano derecha de los paras fuera declarado insubsistente. Si bien salió del DAS, nunca fue investigado por la Fiscalía y hoy en día es un próspero ganadero de la región.

Les Limpian el Pasado a 400 Paramilitares
Los informes del DAS revelan que a cientos de desmovilizados en el proceso de Ralito les borraron sus antecedentes judiciales a 400.000 pesos por cabeza.
El resultado de una investigación de contrainteli gencia en el DAS no podía ser más diciente: "El jefe de identificación de la seccional de Córdoba viajó a Santafé de Ralito, donde negoció 400 certificados judiciales para integrantes de la organización criminal reunidos en dicha zona. Por cada certificado recibió 400.000 pesos". Es decir, en una corta visita no solo se habría ganado 160 millones de pesos, sino que les habría limpiado todo tipo de antecedentes a los ejércitos de escoltas de los entonces más temibles paras de Colombia.
Pero la investigación no se quedó ahí. El que negoció los certificados judiciales fue sometido a la prueba del polígrafo y, ante el detector de mentiras, admitió que había estado en Ralito expidiendo dichos documentos. Sin embargo, se trató de atribuir toda la culpa al director de la seccional del DAS de entonces, pues, como consta en el resultado del polígrafo, el funcionario "señala que todas las expediciones (de certificados judiciales) las hizo por orden del director seccional".
Y es que, según otros registros de la base de datos del DAS, los vínculos entre los directores de tres seccionales (Córdoba, Sucre y Bolívar) de esta agencia de inteligencia y los paramilitares provocaban preocupación en Bogotá. El de Sucre terminó salpicado por el episodio del asesinato del jefe paramilitar Rodrigo Mercado Peluffo, alias Cadena. Pues, según un escolta de este último, el día en que lo mataron se reunió cuatro veces con ese director seccional porque Cadena era uno de sus informantes.
Así mismo, en otro archivo confidencial consta: "Se conoció que los comandantes de las AUC harán entrega de 100 millones de pesos por la colaboración con estos grupos al director seccional de Córdoba, al director de Sucre y al saliente director de Bolívar". No está claro si el ’regalo’ fue por simple amistad o como un reconocimiento al buen trabajo. Pero lo cierto es que en la casilla ’Resultado’ de la investigación sobre estos tres directivos de seccionales aparece anotada la palabra "insubsistencia".

Se Alquila para ’Chuzar’
Agentes del DAS, por una módica suma, prestaban a criminales el sistema estratégico para interceptar llamadas.
El sistema Esperanza es el nombre con el que es conocido el centro estratégico que tiene el Estado colombiano, y en particular los organismos judiciales, para interceptar teléfonos en todo el país. Financiado por el gobierno de Estados Unidos y administrado por la Fiscalía, está conformado por varias salas de interceptación telefónica que a su vez son asignadas a diferentes entidades con función de Policía judicial, entre ellas, el DAS.
Sin embargo, de acuerdo con los informes confidenciales y de contrainteligencia del DAS, esa, una de las más eficaces herramientas para interceptar los números y combatir a los delincuentes fue puesta al servicio de todo tipo de criminales. "Informe de inteligencia enviado por el director seccional señala que el funcionario que labora en la sala técnica de la seccional cobró 1.500.000 a un narcotraficante del Valle por la interceptación ilegal de una línea telefónica ubicada en Popayán. La negociación se hizo a través de un sujeto amigo del detective", dice uno de los informes secretos de finales de 2005, el cual fue archivado. Y no es un caso aislado. En otras ocasiones lo que hacían era ’vender’ la información que se obtenía de las interceptaciones, tal y como se desprende de otra investigación, de 2006. "Novedad presentada con una orden de interceptación obtenida legalmente enviada al equipo de interceptaciones de la seccional Valle conociéndose que se habría ofrecido a la venta de los integrantes del grupo criminal el contenido de la información", afirma el documento. Los narcos no eran los únicos ’clientes’ que tenían acceso a las salas de interceptación. Al menos así quedó constancia en otra investigación en la cual se informó sobre "irregularidades de funcionarios de la sala técnica de la seccional Meta consistente en fuga de información sobre la interceptación y el control de unos abonados telefónicos de un integrante de la cuadrilla XVI de las Farc".
El préstamo de equipos móviles de interceptación del propio DAS para fines diferentes a los legales también está documentado en varios de los informes de contrainteligencia de la propia entidad. "Información de inteligencia indica que el coordinador de inteligencia de la seccional cuando laboró como jefe prestó los equipos de interceptación celular con fines distintos a los institucionales. Igual que para hacer contrainteligencia a asesores de la dirección", dice el documento.

El Candidato
Un hombre que estuvo en tres seccionales y dirigió la inteligencia del DAS, siempre relacionado con graves escándalos, es hoy candidato al Concejo de Bogotá.
Es poco probable que el Partido Liberal conozca al detalle los antecedentes que rodearon a un hombre que durante años trabajó en el DAS y que hoy es candidato al Concejo de Bogotá por ese partido. El exfuncionario, cuando se desempeñó como director de la seccional de esa entidad en Santander, se vio salpicado en un escándalo por seguimientos e interceptaciones ilegales contra directivos del diario Vanguardia Liberal. El caso, denunciado públicamente por el periódico santandereano, ocurrió en febrero de 2006 y fue manejado discretamente por el DAS en Bogotá en ese momento. Aunque esa fue la razón "oficial" de su traslado, varios informes de contrainteligencia lo mencionaban en otras "actividades". "Se consultaron fuentes sin descartarse que el director tenga vínculos con grupos al margen de la ley como las AUC", afirma un informe de contrainteligencia de finales de 2005. Y en otros de los registros secretos de la agencia se le relaciona con Botalón, quien fue junto con Ramón Isaza uno de los jefes máximos de las autodefensas en el Magdalena Medio. "El DAS Santander ha sido cuestionado porque varios agentes han sido capturados. Se señalan irregularidades del director. El año pasado este director y el gobernador hicieron contacto con Botalón recibiendo mil y cien (sic) millones de pesos por no tocar sus rutas para sacar estupefacientes. La seccional investigaba al gobernador pero dicha investigación se ha estado tapando", dice otro de los informes de abril de 2006. Para las fechas de estos informes de contrainteligencia el gobernador de Santander era Hugo Aguilar, actualmente preso e investigado por parapolítica. "Nombré a ese director en esa seccional de Santander porque a mí me pidió ese favor el coronel Aguilar que era el gobernador y además conocía a ese director ya que era oficial retirado de la Policía también", confirmó a SEMANA un exdirector general del DAS.
A pasar del escándalo de ’chuzadas’ a Vanguardia Liberal y los comprometedores informes de contrainteligencia, el director de ese momento fue trasladado a la seccional de Quindío y un tiempo más tarde a la seccional del Valle del Cauca. Cuando estuvo allí, el hoy candidato al Concejo de Bogotá también terminó mencionado en varios documentos de contra inteligencia. Uno de ellos por permitir la creación de una pirámide en la seccional en la cual ’invirtieron’ el 90 por ciento de los detectives. A pesar de todo este ruido a su alrededor, el actual director del DAS, Felipe Muñoz, ascendió a ese funcionario y lo nombró en 2009 jefe de Inteligencia de la entidad, cargo que ocupó durante poco tiempo. El exfuncionario se retiró de la entidad. Todas sus investigaciones en contrainteligencia fueron archivadas y nunca tuvo una investigación judicial, lo que le permitió lanzar su campaña política por el Partido Liberal. Algo que no deja de tener un poco de ironía, pues muchos de los integrantes de esa colectividad, paradójicamente fueron víctimas de las ’chuzadas’ del DAS.

El Cartel del DAS
Los archivos secretos muestran que son tantas las ’manzanas podridas’ que la agencia por momentos parecía el brazo de la mafia dentro del Estado.
Son tantos los archivos confidenciales que involucran a agentes o directores seccionales de la entidad en asuntos de narcotráfico que no sería descabellado hablar del cartel del DAS.
En los registros de polígrafos y en las investigaciones de contrainteligencia hay cientos de casos que van desde robo de droga a narcos, venta de coca incautada, complicidad con las organizaciones criminales para facilitarles su trabajo, hasta ser miembros activos de la mafia.
En las pruebas de detectores de mentiras admiten todo tipo de cosas que podrían considerarse ’menores’. "Recibí 1.000 dólares por dejar pasar una maleta repleta de dólares", dice un agente del aeropuerto. "Yo trabajaba en El Dorado y colocábamos sellos para permitir salida y entrada de pasajeros indebidamente. Nos hacíamos 300 dólares semanales". O "detectives llegaron a una casa donde se negociaban 70 kilos de base de coca y se la robaron. Los dueños los reconocieron luego en álbum fotográfico".
Hay otras que son como de guion de película. Una, por ejemplo, tiene que ver con unos funcionarios del DAS que exhumaron una fosa común y se encontraron con un alijo de cocaína. Lo sacaron y lo vendieron por 300 millones de pesos. Y otra está relacionada con un famoso narco del Valle que para vengar el secuestro de uno de sus familiares, que había sido ejecutado por un detective del DAS, contrató a otros agentes del mismo DAS por 30 millones de pesos para que le llevaran "vivo" al supuesto secuestrador, su compañero. En total quedaron salpicados siete agentes, la mayoría de los cuales habían estado también implicados en el robo de media tonelada de coca a un narco.
Y el trabajo con los carteles va incluso hasta prestarles todo tipo de servicios: según los archivos secretos, agentes del DAS le limpiaron en 2006 todos los registros migratorios al capo Loco Barrera, y otros borraron una orden de captura, que tenía incluso circular roja de la Interpol, a un hombre relacionado con las AUC en el suroccidente del país.
25 de octubre de 2011
22 de octubre de 2011
©semana

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