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condenan a jefe paramilitar


Se trata de primera condena contra un máximo jefe del desarticulado grupo ultraderechista, en el marco de la denominada “ley de justicia y paz”, que otorgó el beneficio de una máxima pena de 8 años a cambio de la confesión de delitos y crímenes, así como de la reparación económica a las víctimas.


Colombia. Un tribunal de Bogotá condenó este viernes a 8 años de cárcel a Freddy Rendón, alias “El Alemán”, un ex jefe del desarticulado grupo paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), por liderar el reclutamiento de 309 menores de edad, entre otros delitos, informó la Fiscalía.
Se trata de primera condena contra un máximo jefe del desarticulado grupo ultraderechista, en el marco de la denominada “ley de justicia y paz”, que otorgó el beneficio de una máxima pena de 8 años a cambio de la confesión de delitos y crímenes, así como de la reparación económica a las víctimas.
Rendón, desmovilizado ex comandante del bloque Elmer Cárdenas de las AUC, fue hallado culpable de liderar el “reclutamiento entre 1997 y 2002 en los departamentos de Chocó (oeste) y Antioquia (noroeste)”, precisó el ente investigador en un comunicado.
Asimismo, fue condenado por delitos de concierto para delinquir, homicidio en persona protegida, utilización indebida de uniformes e insignias de uso privativo de las fuerzas militares, y por el secuestro de Rigoberto Castro Mora, ex alcalde del municipio de Unguía en 2000.
La magistrada Teresa Jiménez López, del Tribunal Superior de Bogotá, ordenó que “El Alemán” cumpla con su condena en la cárcel de máxima seguridad en el municipio de Itaguí (400 km al noroeste de Bogotá), donde ha estado recluido desde hace más de cuatro años.
Rendón, junto con alrededor de 700 paramilitares bajo su mando, realizó un proceso de entrega de armas y sometimiento a la justicia en agosto de 2006, cuando se acogió a la “ley de justicia y paz”.
Entre 2003 y 2006, el gobierno del presidente Álvaro Uribe (2002-2010) lideró la progresiva desmovilización de más 32 mil miembros de las AUC, quienes se sometieron a tribunales especiales para acceder al beneficio de cumplir máximo de ocho años en prisión, sin ser condenados por tribunales ordinarios con penas que se extenderían hasta 45 años.
Según la Fiscalía, sobre Rendón se adelantan además 23 procesos por delitos relacionados con masacres, secuestros, extorsiones y narcotráfico que están en etapa de investigación; otros tres están en juicio, en tanto en cuatro más ya se profirieron condenas.
17 de diciembre de 2011
16 de diciembre de 2011
©la nación 

romano destituido por unanimidad


El Consejo de la Magistratura expulsó al camarista mendocino y la justicia ordenó su detención.Refugiado en Chile para evitar el juicio político, Romano fue separado del cargo por “haber omitido” las denuncias de tormentos e investigar secuestros y desapariciones.


[Irina Hauser] Argentina. “No le cabe a este cuerpo colegiado un mínimo atisbo de duda para decidir que el doctor Otilio Ireneo Roque Romano no merece continuar en el ejercicio de la magistratura por no tener las condiciones morales para ostentar tan alto honor”, leyó con nitidez el secretario del Jurado de Enjuiciamiento. La destitución del camarista mendocino, que está prófugo, fue una decisión unánime del jury: lo acusaron de haber “omitido” en forma “sistemática” denunciar e investigar secuestros, desapariciones, torturas, apremios ilegales y violaciones, de los que tenía conocimiento directo por las declaraciones y reclamos de las víctimas que recibió como fiscal desde 1975 –con la Triple A– y durante la última dictadura. Apenas se oficializó la remoción, el juez Walter Bento ordenó la captura internacional de Romano en la causa en la que está procesado como partícipe de 103 crímenes de lesa humanidad. Hasta el fin de semana pasado la Justicia tenía datos de que seguía en Chile.
Romano se tomó un avión un día antes de que lo suspendiera el Consejo de la Magistratura por haber actuado en complicidad con el terrorismo de Estado. El Jurado, que preside la jueza Alicia Noli, guarda casi como una pieza de colección un papel de la empresa LAN, que confirmaba que había volado el 24 de agosto, prueba de lo más insólita para un juez: escaparse a la hora de rendir cuentas ante la Justicia, lo que según el tribunal “refuerza la convicción” de expulsarlo. Romano, en rigor, había hecho de todo para evitar el juicio, que logró frenar casi un año con una medida cautelar de un juez ad hoc.
El proceso de destitución se puede hacer en ausencia. El juicio penal, no. Y como el fiscal Omar Palermo y el juez Bento consideran a Romano en rebeldía, ayer mismo activaron la orden de detención, enviada a Interpol, supeditada a la pérdida de sus fueros. Romano había pedido asilo político al gobierno chileno, una salida improbable para acusados de delitos de lesa humanidad. Si ahora lo encuentran, la lógica es que quede detenido y sea sometido a un juicio de extradición.
A falta del acusado, estaba su cara multiplicada en cartelitos sostenidos por varillas que empuñaban militantes de H.I.J.O.S. “Genocida Judicial”, “Te llegó la hora de la justicia”, “103 razones para ir preso”, se leía. El grupo estalló en una ovación cuando se escuchó la frase que anunciaba la decisión de “remover al señor juez” por “mal desempeño”. El secretario leyó una novedosa declaración de principios: “Las conductas relacionadas con la violación de derechos humanos merecen el más vigoroso repudio de este Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados por atentar contra valores humanos fundamentales”.
La sentencia dice que en tiempos de la “brutal persecución de grupos armados, ya sean policiales, militares o paramilitares acaecida entre los años 1975 y 1976”, “Romano desempeñó sus funciones de fiscal federal en una abultada cantidad de casos y, paradójicamente, cuando más se necesitaba la garantía de contar con funcionarios judiciales independientes, que sin requerírseles actos de arrojo o de peligro para sus vidas, se les exigía la valentía de actuar con firmeza y sobre todo rectitud en su conducta procesal, él desdeñaba reiteradamente los reclamos, denuncias y hasta clamores de los detenidos en función de aquellas leyes de seguridad nacional o los de sus familiares, así como los de tantos otros de los que jamás se supo su paradero y destino”.
Los testimonios de las víctimas, destaca el fallo, dieron “una vívida muestra del período de ignominia”. En los centros de detención, dice, como el Departamento de Policía (D2) de Mendoza, se “extraía mediante amenazas” y “torturas las declaraciones y confesiones” que “eran utilizadas posteriormente en sedes judiciales como presunción o prueba en contra de los imputados”. Se les aplicaba la llamada “ley antisubversiva” y la de seguridad nacional.
Hubo testigos, como Luz Faingold y Luis Toledo, que denunciaron haber sido visitados por Romano en sus celdas. Luz tenía 17 años cuando fue llevada al D2, donde también fue atacada sexualmente. Romano y el destituido juez Luis Miret negaban la restitución a sus padres, que la reclamaban. Su novio León Glogowsky contó cómo la escuchaba implorar en el calabozo vecino que dejaran de violarla. Aseguró que denunció las torturas de todos los detenidos, sin ningún eco. Lo mismo contaron abogados de presos en aquellas circunstancias a quienes el jury les dedicó un párrafo especial, donde mostró cómo los terminaban secuestrando y acusando de lo mismo que a sus defendidos.
“El acusado, en contraposición con la celeridad y diligencia que demostraba para investigar las infracciones”, “en función de la Ley 20.840 (o “antisubversiva”), nada hizo respecto de los graves delitos de torturas, violaciones y robos” denunciados en “forma directa” y con “detalles” ante él, incluso durante las indagatorias. “Incumplió sus obligaciones como funcionario esencial del sistema de justicia”, dice la sentencia.
La acusación original de los consejeros Hernán Ordiales (del Poder Ejecutivo) y Carlos “Cuto” Moreno (FpV) fue avalada en su mayor parte, y unos pocos cargos rechazados. Sobre un planteo de la defensora oficial, Fabiana León, el jurado aclaró que si Romano fue ascendido en 1994 es porque no se conocía su papel en la dictadura.
Los grandes impulsores del juicio a Romano fueron los organismos de derechos humanos de Mendoza, en especial el Movimiento Ecuménico (MEDH). Hace algunos años intentaban descifrar por qué allí no avanzaban las causas por crímenes dictatoriales. Hasta que advirtieron que el problema estaba en la Cámara, con los jueces que habían actuado en el terrorismo de Estado y otros que en democracia fallaban a favor de los represores y de sus propios colegas que comenzaban a ser cuestionados como colaboracionistas. A comienzos de este año fue destituido Miret. Ahora avanzan denuncias contra Julio Petra, acusado de haber intentado ayudar a Romano con maniobras judiciales y de liberar a militares en masa.
17 de diciembre de 2011
16 de diciembre de 2011
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unrc albergará restos de desaparecido


Un lugar para José Santiago. La Universidad Nacional de Río Cuarto aprobó resguardar los restos de José Santiago “Pocho” Amato, a pedido de su familia, hasta que la Justicia autorice su cremación.


Argentina. Los restos de José Santiago Amato, secuestrado y asesinado por la dictadura, permanecerán en la Universidad Nacional de Río Cuarto, donde Amato fue alumno. Es inédita la resolución del Consejo Superior de la UNRC, que dio lugar al pedido de Leticia Amato, hermana de José, para que los restos del estudiante sean cuidados por la universidad hasta tanto la Justicia permita su cremación, lo que, en definitiva, ha decidido la familia. “Acompañamos humanitariamente, desde el abrazo, el pedido de la familia de José Santiago, en un compromiso afectivo con ellos –dijo el rector de la UNRC, Marcelo Ruiz–. Es un gesto simbólico y un acto educativo. En nombre de José, la idea es hacer visible al conjunto de los desaparecidos.”
Nacido en Río Cuarto en septiembre de 1954, José Santiago “Pocho” Amato fue estudiante de Medicina Veterinaria de la UNRC entre 1973 y 1975, al tiempo que militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores. Ante la represión que encabezó en la provincia el gobierno del interventor y brigadier José Lacabanne, el joven se marchó a Buenos Aires. Ya en 1976, Amato fue secuestrado en el partido bonaerense de Berazategui y asesinado el 31 de enero de ese año, cuando tenía 22 años.
Su cuerpo fue hallado en Munro, en 1984, junto a otros siete militantes asesinados, y todos fueron enterrados en una fosa común en el cementerio de Vicente López. Recién en noviembre de este año, a partir de los estudios de ADN realizados por el Equipo de Antropología Forense, pudo establecerse su identidad. Al fin, una resolución judicial estableció que la familia tomara posesión de los restos. Sin embargo, aún no los han autorizado a realizar su cremación, cosa que ya han decidido. Hasta entonces, los Amato le confiarán a la UNRC el cuidado de los restos de José.
Para ello, Leticia Amato, hermana de Pocho, escribió una carta dirigida al rector de la UNRC, Marcelo Ruiz, pidiéndole que los restos de su hermano permanecieran en el campus de la universidad. “Mi hermano tuvo un profundo cariño por esta universidad, y siempre la sentía junto al pueblo como una instancia liberadora. Por esta razón sería un orgullo y un honor que sus restos pudiesen descansar en este predio”, anotó Leticia. Su nota fue acompañada por el texto “José Santiago Amato: Crónica de un estudiante”, escrito por Juan Muzzolón, amigo y compañero de militancia de Amato.
El Consejo Superior de la UNRC resolvió esta semana, por unanimidad, aceptar la solicitud de los Amato. “Desde la universidad hoy hay una política de hacer visibles las marcas de la dictadura –le dijo a Página/12 el rector Marcelo Ruiz–. En nuestro caso no tenemos aún una reconstrucción histórica de esta etapa, y en eso estamos, haciéndolo con distintos tipos de registros.” Ruiz también destacó el trabajo de docentes de la universidad en el vínculo con la familia Amato. La idea es “hacer visible en la persona de José a todos los desaparecidos y muertos por la dictadura militar argentina –dijo–. La figura perversa del desaparecido fue la creación del horror de la dictadura. Ponerlo en palabra, volver a nombrar a José, es continuar con la tarea de las organizaciones de derechos humanos de poner en palabra donde existía el hueco del horror”.
Los restos de José Santiago Amato serán entregados a la Universidad de Río Cuarto el próximo martes, en un acto que encabezará el rector Ruiz y que contará con la presencia del profesor Guillermo Ashworth, representante de la UNRC en la Comisión Municipal por la Memoria, y familiares y amigos de los Amato. Los restos del estudiante permanecerán junto a un monolito en el patio de la Facultad de Agronomía y Veterinaria.
[Informe de Agustín Saavedra.]
17 de diciembre de 2011
16 de diciembre de 2011
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el caso de macarena gelman


El testimonio de un periodista uruguayo que investigó el caso de Macarena Gelman y el traslado de su madre.


[Alejandra Dandan] Argentina. Gabriel Mazzarovich, que coordinó un equipo del diario uruguayo La República que empezó a investigar el paradero de la nuera y la nieta nacida en cautiverio del poeta Juan Gelman, detalló el trabajo en la causa por robo de bebés.

La causa por el plan sistemático de robo de bebés actualiza las presiones y el poder de lobby que ejerció el Partido Colorado uruguayo, una vez recuperada la democracia, para impedir u obstaculizar el avance de la investigación sobre el paradero de Macarena Gelman, la nieta del poeta argentino Juan Gelman. “Tuvimos que enfrentar a todo el Estado uruguayo, que en esa época no sólo no colaboró sino que puso todos los obstáculos posibles”, declaró durante el juicio el periodista Gabriel Mazzarovich, que coordinó un equipo de investigación desde el diario La República y finalmente dio con Macarena. “Toda la investigación hubo que hacerla al margen de la Justicia, al margen y en contra del Estado, porque fuimos vigilados, pincharon nuestros teléfonos, nos siguieron en autos durante la madrugada cuando salíamos del diario, vigilaron a mi hijo en la escuela y lo siguieron. Nos amenazaron de muerte varias veces telefónicamente, la mayoría anónimos, algunas no. Estuvimos con vigilancia policial durante meses y finalmente se logró ubicar a Macarena Gelman, pero la investigación no terminó cuando el presidente de la República lo anunció: nosotros seguimos investigando para ver qué había pasado con la madre.”
Mazzarovich declaró ante el Tribunal Oral Federal seis días después de la declaración de Juan y Macarena Gelman y dos días antes del testimonio de otro periodista uruguayo, Roger Rodríguez, que aportó un documento que arroja una nueva hipótesis sobre el posible día del traslado ilegal a Montevideo de María Claudia Iruretagoyena, embarazada, a bordo de un avión de Pluna y en medio de comunicaciones entre la Cancillería uruguaya y sus delegados en el país. Mazzarovich fue convocado, en cambio, para dar cuenta de la investigación que llevó adelante con otros dos colegas del diario y en coordinación con Juan Gelman para dar con Macarena. “Llegamos a la conclusión de que la trajeron a mi país solamente como una incubadora y para robarle la bebé, después la mataron”, explicó. Contó en la audiencia cómo debió abordar un coche tirado en el piso y con los ojos vendados para entrar clandestino al Hospital Militar ya en democracia, pero en una reedición de las peores imágenes de la dictadura. Y describió los mecanismos con los que el Partido Colorado intentó “desterritorializar” la presencia de esa niña.

La Historia
En 1998, el poeta se reunió con el director del diario, Federico Fasano, y con Mazzarovich y les pidió ayuda para chequear en Uruguay los primeros datos que iba recibiendo sobre la posibilidad de que su nuera hubiese sido trasladada allí y que la o el bebé hubiese nacido en territorio uruguayo. Para los periodistas, el dato fue llamativo: “Nunca se había planteado la posibilidad de que una ciudadana argentina que no había tenido ningún vínculo con Uruguay, político ni de otro tipo, con 19 años y embarazada, hubiera sido traída a Uruguay en esas condiciones. Hasta ese momento no se había escuchado una cosa así, no estaba planteado”.
Cuando dieron los primeros pasos, empezó la oposición del gobierno: el entonces presidente Julio María Sanguinetti salió a negarlo. Dijo que “era todo falso, que nunca había sido traída a Uruguay, que todo había pasado en Argentina, que ellos no tenían nada que ver”, recordó el testigo.
Los periodistas volvieron a ver testimonios de los sobrevivientes de Automotores Orletti en Argentina, entre los que estaban los uruguayos capturados en el marco del Plan Cóndor. Los relatos les permitieron rápidamente relacionar a María Claudia con la muchacha de la que muchos sobrevivientes habían hablado, que hasta ese momento se pensaba que podía ser uruguaya. Coincidían las fechas y referencias. Los recuerdos de un traslado agitado al Hospital Militar para un parto; el regreso al SID, el llanto de un niño o niña y biberones preparados por otras secuestradas.
“Ahí empezamos a presionar publicando notas –dijo Mazzarovich–. Trabajamos, investigamos, hablamos con testigos, con sobrevivientes, buscamos nuevo material y finalmente hablamos con las fuentes militares. Ante la evidencia, la versión de los militares presuntamente involucrados cambió: aceptaron que María Claudia había llegado a Uruguay, pero dieron la versión de que la bebé había nacido muerta y por lo tanto no podía ser ubicada.”
El dato es curioso también a la luz de los juicios en Buenos Aires. De momento, puede ser sólo una coincidencia, pero los acusados del Circuito Camps juzgados en La Plata en estas semanas dijeron lo mismo sobre Clara Anahí, la nieta que Chicha Chorobick de Mariani busca desde hace 35 años.
En Uruguay, en tanto, el diario siguió publicando. “Para dar una idea, entre octubre de 1999 y marzo de 2000, que fue una fecha clave, en La República publicamos 39 tapas y 55 notas referidas al tema. Hasta la actualidad llevamos más de 112 notas escritas. Todas las notas fueron recusadas por el presidente de entonces y los militares presuntamente involucrados. El cruce de nuestra investigación con la que hacían Juan Gelman y Mara La Madrid –su compañera– permitió ir armando un esquema que incluyó hasta testimonios de vecinos que mencionaban una fecha que coincidía mucho con la fecha del vuelo que había hecho María Claudia, en el marco del Plan Cóndor.”
Entre los primeros datos, contactaron a un soldado que había estado de guardia en el Hospital Militar el día del parto de María Claudia. El testimonio ahora es conocido, pero en aquel momento les dijo que ella había entrado por el portón de la calle Centenario, por la parte de atrás del hospital y más tarde la habían regresado al SID. Otro guardia, también ya conocido, les habló en cambio del momento en el que dos oficiales se la llevaron del SID, uno de los cuales dijo en voz alta: “A veces hay que hacer cosas jorobadas”.
“Nosotros rechequeábamos toda la información con fuentes independientes o cruzando datos con mucha dificultad porque los encuentros con estas fuentes eran clandestinos: se suspendían cuando ellos sentían que nos estaban vigilando demasiado y dependíamos de ellos para que nos avisaran de juntarnos. Llegó un momento en el que, de acuerdo con el diseño de la investigación, le dijimos a una de estas fuentes que necesitábamos algún otro tipo de prueba, más allá de su palabra”, dijo. La persona les pidió unos días. “Nos llamó después, nos encontramos en uno de los tres lugares donde nos reuníamos a tener estos encuentros, siempre los rotábamos. Y nos dijo que sabía que en el Hospital Militar había un registro de una ciudadana argentina que había tenido un parto y que había tenido una niña que había nacido viva.”
“Pedí conocer el registro. Después de varias conversaciones, me llevaron con los ojos tapados. Me muestran uno de esos libros que correspondía al año 1976 y efectivamente en uno de noviembre de ese año estaba establecido, a mano, el nacimiento. Decía: ciudadana argentina, una niña de sexo femenino. Yo pedí sacar fotocopias. Obvio me dijeron que no. Salimos y en base a ese material hicimos varias notas. Las notas fueron desmentidas. Ese archivo acaba de ser ubicado recién ahora: más de diez años después en el mismo lugar donde habíamos dicho, con esa misma cantidad de carpetas. Todavía no ha sido ubicada la carpeta del año ’76. Yo ignoro si sigue allí o fue destruida porque ellos tuvieron acceso indiscriminado desde entonces a ese archivo.”
Cuando los jueces le preguntaron algo más sobre el archivo, dijo que no intentaron profundizarlo: “El objetivo central era encontrar a Macarena y cuando esa carpeta nos llevó a la muchacha dejo de tener interés porque ya no era necesaria”.
17 de diciembre de 2011
16 de diciembre de 2011
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murió david langdon


Dibujante que describió las incongruencias de la vida diaria durante sesenta años.


Descrito una vez por el diario The Evening Standard como el más grande artista cómico de nuestro tiempo… el Phil May de nuestros días”, y por el historiador de la revista Punch, RGG Price, como “el mayor maestro de la idea cómica de actualidad”, David Langdon fue durante mucho tiempo uno de los más prolíficos caricaturistas de Punch, dibujando al menos cinco mil viñetas para esa revista en un periodo de 55 años. Además, fue un contribuidor habitual del Sunday Mirror durante más de cuarenta años y del New Yorker durante más de cincuenta, así como un exitoso ilustrador de libros, escritor y artista publicitario.
David Langdon nació en 1914 en Londres como el hijo mayor de Bennett Langdon y su esposa Bess. Después de estudiar en el Instituto de Enseñanza Media Davenant, Essex, trabajó como aprendiz en el departamento de arquitectura del Ayuntamiento de Londres (1931-39) y, después de cinco años de estudio, aprobó el examen de matriculación. En 1935 publicó sus primeros dibujos en la revista de personal LCC, London Town, y al año siguiente vendió su primera caricatura -un chiste sobre Mussolini- a la revista Time & Tide.
En 1937 Punch aceptó su primer dibujo; mostraba a dos ovejas en un campo en la noche, con la leyenda: “Trata de contar pastores”. Ese mismo año vendió una idea publicitaria a Shell, su trabajo apareció en el primer tomo de la revista Lilliput y empezó a producir caricaturas deportivas para el Sunday Referee.
Durante los primeros años de la Segunda Guerra Mundial trabajó en el Servicio de Rescates de Londres y continuó dibujado como independiente y para agencias del gobierno. Entre estas se encontraba la Junta de Transporte de Pasajeros de Londres (más tarde Transportes de Londres), con versos de Richard Usborne. Otras campañas incluyeron un anuncio para el Ministerio de la Alimentación, mostrando a un locutor de la radio de la BBC. “Este es el Pan de Harina de Trigo Nacional, y este es Alvar Liddell, comiéndoselo”.
Langdon produjo su primera antología de caricaturas, ´Home Front Lines´, en 1941, y más tarde ese mismo año se incorporó a la Reserva Voluntaria de la RAF. En 1943 ilustró la guía del líder de escuadrilla CH Ward-Jackson para el argot del servicio, ´ It’s a Piece of Cake: or RAF slang made easy´. Al año siguiente produjo ´All Buttoned Up! A Scrapbook of RAF Cartoons´,  e ilustró el libro de Jenny Nicholson, ´Kiss the Girls Goodbye´, sobre las mujeres en las fuerzas armadas. En 1945 se retiró del servicio activo y se convirtió en editor del RAF Journal (1945-46) con el rango de líder de escuadrilla de la Reserva Voluntaria de la RAF. En 1946 ilustró ´Slipstream: a Royal Air Force Anthology´ y publicó otra colección de sus dibujos, ´Meet Me Inside´.
Tras la desmovilización en 1946 se convirtió en un dibujante independiente de tiempo completo, trabajando para publicaciones como Paris Match, Radio Times, Saturday Evening Post, Collier’s, Spectator, Aeroplane, Royal Air Force Review, True, Marie-Claire, Look Magazine, New Yorker (desde 1952), Punch (1937–92), Evening Standard, y el Sunday Pictorial (1948–90; en 1963 fue rebautizado como Sunday Mirror).
También  siguió publicando antologías de su propio trabajo y durante un tiempo fueron casi un evento anual con títulos como ´The Way I See It´ (1947), ´Hold Tight There´ (1949), ´Let’s Face It´ (1951), ´Look at You´ (1952), ´All in Fun´ (1953), ´Laugh with Me!´ (1954), ´More in Fun´ (1955), ´Funnier Still´ (1956), ´A Banger for a Monkey´ (1957), ´Langdon at Large´ (1958), ´I’m Only Joking´ (1960), ´How to Play Golf and Stay Happy´ (1964), ´David Langdon’s Casebook´ (1969), ´How to Talk Golf´ (1975) y ´Soccer – It’s a Funny Old Game´ (1998).
Ilustró ocho libros de George Mikes (1951-69), dos de Dennis Rooke, dos sobre temas jurídicos de Fenton Bresler y Basil Boothroyd –´Let’s Move House (1977)-, y publicó dos antologías de caricaturas de Punch sobre volar en avión: ´Punch with Wings´ (1961) y ´Punch in the Air´ (1983). También produjo el calendario de la casa de apuestas Ladbrokes de 1959 a 1989, dibujó caricaturas de abogados y jueces de la Corte Suprema para Sweet & Maxwell y produjo un considerable cuerpo de trabajos publicitarios para compañías como Bovril, Winsor & Newton, Shell y Schweppes. También diseñó logos corporativos, dictó charlas y fue el artista oficial del Centro Internacional de Investigación y Estudios en St Ghislain, Bélgica.

En 1955  se casó con April Sadler-Philips, a la que había conocido en el Ministerio de Guerra en Londres, y tuvieron una hija, Beth, y dos hijos –Ben y Miles.
Mencionaba a Daumier y Fougasse (Kenneth Bird) como influencias y reclamaba haber popularizado el uso de la “boca abierta” en el arte humorístico, ya que los personajes de caricaturas que hablaban se dibujaban previamente con la boca cerrada. Creía firmemente que lo más importante de todo era la idea detrás de la caricatura (aunque el dibujo era también importante) y acuñó la frase “paseos mentales controlados” para describir su manera de llegar a ideas.
David Langdon recibió la Orden del Imperio Británico (OBE) en 1988 y fue nombrado miembro de número de la Real Sociedad de las Artes –sólo unos pocos caricaturistas lograron ese reconocimiento. Además recibió en 2001 el premio a la carrera del Cartoon Art Trust. Su obra forma parte de las colecciones del Museo Victoria & Alberto, del Museo Británico y del Centro para el Estudio de la Historieta y la Caricatura [Centre for the Study of Cartoons & Caricature ] de la Universidad de Kent. También tuvo exposiciones de su trabajo en Oxford, Ottawa, NuevaYork, Londres, Lille y otros lugares.
De estatura mediana, afeitado pulcramente y siempre vestido inmaculadamente, David Langdon era un hombre tranquilo y de voz suave. Era un fino jugador de golf y un ardiente aficionado del cricket y del fútbol.
[Foto viene del blog Bear Alley.]
16 de diciembre de 2011
2 de diciembre de 2011
©independent
 cc traducción c. lísperguer


ongs u organizaciones de base


columna de lísperguer


Senado quiere destinar fondos a ONGs del ámbito bienestarista (industria ganadera) y animalista (defensa del derecho a la vida de los animales).

La comisión senatorial que trata el proyecto sobre tenencia responsable de mascotas trató en estos días el tema de otorgar financiamiento a ONGs que formen parte de un misterioso “Consejo”.

Esto es derechamente inaceptable. En Chile, enfrentados a unas autoridades hostiles o indiferentes, los que se ocupan de los perros perdidos y abandonados y maltratados han sido y son hoy los ciudadanos. Son estos ciudadanos, esas decenas de miles de personas que llamamos viejas locas o madrinas y padrinos, las que nos sacan las castañas del fuego -las que se ocupan de alimentar, cuidar, proveer de cuidados médicos y acompañar a esos chuchos dejados de la mano de Dios. Ciertamente si hay fondos disponibles, estas son las personas que debiesen recibirlos. 
¿De qué serviría que el estado financie a ONGs? De mucho y de poco al mismo tiempo. Más grave es que estas organizaciones están tratando de usurpar la representación ciudadana y algunas funcionarias de ONGs pretenden descaradamente que ellas nos representan. Y la verdad es que no representan a nadie, por la sencilla razón de que nadie las elige. Esas ONGs más parecen clanes de gitanos que otra cosa. Sería francamente un desastre que estas funcionarias recibieran fondos del estado que estarían mejor invertidos en fomentar y apoyar a las organizaciones ciudadanas de base, porque finalmente la solución de lo que llamamos el problema con los perros está en manos de los ciudadanos, a nivel local, y difícilmente en manos de superestructuras ansiosas de poder y congresos internacionales.

No quiero sonar injustamente negativo con las ONGs. Algunas son serias. Otras no. Y muchas son bienestaristas y entre estas hay incluso algunas que representan derechamente a la industria ganadera. Pero no se entiende que los senadores quieran privilegiar a estas organizaciones del ámbito semi-profesional cuando en el país hay literalmente miles de organizaciones rescatistas de barrio que viven en constante zozobra por la falta de recursos y de reconocimiento. Estos grupos de base -presentes en casi todos los barrios o comunas chilenas- usualmente se autodenominan franciscanas (por Francisco de Asís) y se dedican al monitoreo, alimentación y cuidado de los perros de la calle y a la adopción. Habitualmente todos sus miembros han montado caniles privados en casa. Cualquiera que conozca mínimamente el ambiente animalista, sabe que estos grupos viven en una constante y desesperante búsqueda de recursos. ¿Por qué no otorgar fondos a estas organizaciones de base para esterilizar y montar campañas de adopción y simplemente para ir tirando? Quizá los senadores, alejados de los barrios populares de Chile, desconozcan esta realidad y todavía crean que hay que enviarles ONGs para educarlas en tenencia responsable o cosas similares. Las mujeres en los barrios no necesitan clases de responsabilidad de nadie. Su vida y compromiso de todos los días son un ejemplo. Irrita sobremanera que en las deliberaciones de los senadores ni siquiera son mencionadas, mientras que el minúsculo grupo de ONGs amenazan con apoderarse de todos los fondos.



mortífero legado en libia


Hassan Nahassi murió la misma noche en que se suponía que no debía pasarle nada. Lo mató uno de sus hijos cuando celebraba la captura de un hijo de Gadafi. 


[C.J. Chivers] Misurata, Libia. Era el 20 de octubre. Un hombre de edad mediana convertido en comandante rebelde, Nahassi había vuelto en la tarde a su casa desde el frente de guerra en Sirte para darse un respiro. Quería descansar con su esposa e hijos.
Entonces oyeron la noticia. Muatassim al-Gadafi, un hijo del coronel Moamar al-Gadafi, había sido capturado en el frente que Nahassi había dejado sólo horas antes.
Muatassim era aborrecido y temido. La noticia de su captura provocó euforia en las filas de sus enemigos. En los alrededores de Misurata los paramilitares empezaron a disparar contra el cielo nocturno, celebrando un hito histórico en el lento e inevitable desmembramiento del clan Gadafi.
En casa de  Nahassi, su  hijo Sadiq, de catorce años, preguntó si podía disparar una ráfaga. “Por favor, padre”, suplicó el hijo. “Necesito el rifle, necesito el Kalash”.
Nahassi, contó su familia, había pasado toda su vida trabajando en las grandes acerías de la ciudad. La cautela era parte de su vida. Pero esta noche, sintiéndose cerca de la victoria, se ablandó.
Cogió un rifle, llevó al chico al antejardín, insertó un cargador, introdujo un cartucho y puso el arma en modo automático. Le alcanzó el arma a su hijo. “Y yo disparé al aire”, dijo Sadiq.
El hermano de Sadiq, Alí, de doce años, estaba durmiendo dentro. Los tiros lo despertaron y salió de casa. Preguntó si también podía disparar.
En los segundos siguientes, la familia Nahassi cambió para siempre.
Alí no estaba habituado al golpe de un rifle, o el modo en que, cuando se dispara, levanta la boca. Apretó el gatillo, pero tenía el arma cogida muy suavemente.
“Con el primer disparo, el cañón se sacudió y lo golpeó detrás de su oreja izquierda”, contó Sadiq. “Estaba mareado y cayéndose y mi padre se lanzó contra él”. Pero entonces Alí giró sobre sí mismo. El rifle siguió disparando. Su boca osciló en el aire, arrojando balas a medida que se movía. Una bala atravesó el hombro de Sadiq. Varias más impactaron en el abdomen y pecho de Nahassi.
Herido mortalmente, el padre se derrumbó en el suelo. Media hora después, Hassan Nahassi fue declarado muerto.
Este año Libia ha proporcionado un interminable flujo de historias tristes. Pero lo que le pasó a la familia Nahassi sirvió como otra penosa viñeta del sangriento coste de una revolución. Enmarcó los persistentes peligros y elusivas soluciones de una población que derrocó a su gobernante y se apoderó de las armas de los militares, pero que ahora no sabe cómo crear orden o seguridad, o qué hacer con las armas.
Durante las varias semanas de duelo, la reacción de la familia Nahassi frente al accidente capta la amplia ambivalencia en Libia sobre cómo quitar las armas a una población que no siempre se comporta de manera responsable.
Las armas, dicen muchos libios, los liberaron. Y frente a un futuro incierto y todavía frescos los recuerdos de la persecución, casi nadie está seguro en cuanto a entregar las armas, incluso aunque reconocen que gran parte del arsenal del gobernante depuesto debería ser retirado de circulación.
El primo de Sadiq, Abdullah Kamal bin Hameda, 22, que debido al accidente del parricidio se ha convertido en uno de los encargados de la familia Nahassi, lo dijo de este modo: los adultos han puesto las armas fuera del alcance de los niños. Pero no las entregarán.
“Es estos momentos es difícil deshacerse de las armas, porque todavía no puedo distinguir entre amigos y enemigos”, dijo Hameda. “Cuando tengamos un nuevo gobierno que sea fuerte y en el que confiemos, entonces entregaremos las armas. Pero no ahora, no al CNT”.
El CNT, o el Consejo Nacional de Transición, es el gobierno interino libio que muchos libios han aceptado como las únicas autoridades temporales.
Hameda estudiaba microbiología. Dijo que estaba ansioso por volver a la vida civil, y dejar atrás la guerra. También dijo que mantendría una pequeña armería en su casa, donde ya guarda cinco rifles automáticos requisados a las derrotadas tropas libias, hasta saber qué va a pasar.
“Mi casa es como una base militar”, dijo.
Las armas de fuego militares –rifles de asalto y ametralladoras- son sólo una parte de la historia. En Misurata, como en toda Libia, muchas otras armas de guerra modernas han desaparecido en incontables alijos: granadas de mano, morteros, ametralladoras anti-aéreas, misiles buscadores de calor, proyectiles antitanque e incontables municiones convencionales, prácticamente de todos los  tipos.
Los últimos meses de vida de Nahassi ofrecen un retrato de toda una clase de libios que fueron transformados por la guerra.
Hasta el momento en que la rebelión cambió su trayectoria, era un calvo y pulcro tecnócrata, un jefe de planta por formación y experiencia. Le gustaba afeitarse bien y las corbatas rojas.
Cuando la población de la ciudad protestó contra el régimen de Gadafi en febrero, se incorporó a una célula local de paramilitares y empezó a ayudar a recuperar Misurata del ejército de su propio país.
Y cuando las tropas libias fueron obligadas a retirarse, las facciones se separaron y formaron sus propias organizaciones. Nahassi, acostumbrado a cargos de responsabilidad, se convirtió en comandante con una milicia paramilitar propia.
La milicia tenía más de cien hombres y una flotilla de camiones blindados. Persiguieron a las tropas libias en el este, oeste y sur.
Para entonces muchos ya no reconocían a Nahassi en su nuevo aspecto. Ya no llevaba corbatas rojas ni tenía las mejillas pulcramente afeitadas. Llevaba  sombrero de selva, uniforme de camuflaje y una larga barba canosa. Se había convertido, como llamaba la gente de Misurata a los combatientes, en uno de los leones de la ciudad.
Cuando murió en los últimos instantes de la rebelión, dejó una vida que había dedicado a construir durante décadas, incluyendo a su hijo menor, Alí, un niño que, hace unos días, estaba sentado en un rincón de la sala de estar de su casa.
En la entrada al patio, los impactos de las balas disparadas por el niño mostraban grietas y agujeros en la puerta y en las paredes de cemento.
Dentro, Alí estaba sentado sin decir nada, la mirada inteligente pero triste, con un celular en la mano con una foto de su padre en la pantalla tomada poco antes de su muerte.
Hameda le apartó y luego sirvió té verde.
Tras lo ocurrido en esta casa, dijo, esperaba que Misurata, y Libia, hubiera aprendido la lección. Libia necesitaba las armas, pero no esto.
“Ahora la gente tiene más cuidado”, dijo. “Ya no disparan al aire como antes. Aprendieron de sus errores”.
Interrogado sobre cuándo volverían las armas a las depósitos, solo pudo exhalar ruidosamente, y encogerse de hombros.
“No muy pronto”, dijo. “Estamos esperando para ver qué gobierno tendremos”.
15 de diciembre de 2011
7 de diciembre de 2011
©new york times
cc traducción c. lísperguer

 

familia catrileo recurrirá a cidh


Familia de manifestante asesinado recurrirá a organismos internacionales en busca de la justicia que su país le niega.


Temuco, Chile. Mónica Quezada y Catalina Catrileo, madre y hermana de Matías, encabezaron una manifestación en Temuco para protestar contra el fallo de la suprema que ratificó leve condena por el asesinato del joven mapuche. Ambas fueron detenidas momentáneamente junto a otras cinco personas.
La familia de Matías Catrileo realizó una manifestación este jueves en la tarde en Temuco, en protesta contra el fallo de la Corte Suprema que ratificó la leve condena que recibió el carabinero autor del disparo que le costó la vida al joven mapuche de 23 años.
El acto se efectuó en la plaza Aníbal Pinto de la capital de la Araucanía y estuvo encabezado por Mónica Quezada y Catalina Catrileo, madre y hermana de Matías, respectivamente.
La familia reiteró que recurrirá a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para intentar revertir este fallo que confirmó la condena de tres años y un día de presidio remitido para el cabo Walter Ramírez Inostroza.
Catalina Catrileo dijo que la resolución de la suprema “es el precedente de que la corte y el estado chileno permite, avala y promueve que los carabineros asesinen a los mapuches en el sur, que están luchando por sus derechos políticos y territoriales”.
Cuando la manifestación ya terminaba, cerca de las 22 horas, Mónica Quezada, Catalina Catrileo y otras cinco personas fueron detenidas cuando intentaron marchar hacia la gobernación. Quedaron recluidas momentáneamente la 2° Comisaría de Carabineros, hasta la fiscalía local dispuso su libertad tras comprobar sus domicilios.

Demandaron al Estado<br>En noviembre pasado, la familia del joven asesinado presentó  una demanda contra el estado chileno, en la primera acción civil tras el fallo que confirmó la culpabilidad del uniformado.<br>En este caso la demanda es por daño moral y lucro cesante. el abogado Lorenzo Morales, quien presentó la acción judicial, dijo que "por respeto a la familia" no se dará a conocer el monto, pero se trata de una cifra millonaria.<br>16 de diciembre de 2011<br>15 de diciembre de 2011<br>©la nación