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televisión

murió mary fickett


Actriz, conocida por su prolongado papel en ‘Todos mis hijos’. También apareció en 'Al filo de la noche' y 'Las enfermeras.'
[Claire Noland] Murió Mary Fickett, que fue durante décadas la enfermera de ‘Todos mis hijos’ [All My Children] y en 1973 ganó el primer Emmy dado a una actriz en una serie en horario diurno después de que su personaje hiciera un apasionado discurso contra la guerra de Vietnam. Tenía 83 años.
Fickett, que también actuaba en teatro, cine y televisión en horario estelar, falleció el jueves en su casa en Callao, Virginia. La portavoz de ABC, Jori Petersenw confirmó la muerte de Fickett, pero no mencionó la causa.
‘Todos mis hijos’, creada por Agnes Nixon, fue emitida por primera vez el cinco de enero de 1970 y se hizo pronto conocida por sus guiones socialmente relevantes. Nixon, que también era la guionista jefe de la serie, estaba resuelta a tratar temas diversos, incluyendo entre ellos el abuso infantil, la violencia intrafamiliar, la drogadicción, el alcoholismo, la epidemia del SIDA, el aborto, la homosexualidad, el racismo y los trastornos alimentarios.
Cuando el hijo adoptivo de Ruth Martin, Phil Brent (Richard Hatch), fue enviado a Vietnam, ella expresó sus dudas sobre la guerra y su preocupación sobre su seguridad. La actuación de Fickett le reportó un Emmy en 1973, la primera vez que el trofeo se otorgó a actores individuales de series diurnas.
Fickett estuvo en el reparto original de actores de series del canal ABC, con Susan Lucci como Erica Kane, Ruth Warrick como Phoebe Tyler y Ray MacDonnell como Dr. Joe Martin, que se convirtió en el marido de Fickett en la pantalla. Fickett apareció en la serie de 1970 a 1995 y nuevamente de 1998 a 2000 (la actriz Lee Meriwether tomó el papel de Ruth Martin durante su ausencia.)
Aunque la trama seguía los altibajos de su reparto en el imaginario Pine Valley, Pensilvania, algunos personajes siguen siendo referencias para sus fieles seguidores.
‘Todos mis hijos’, que ABC anunció que dejaría de ser emitida el 23 de septiembre, ha dedicado a Fickett su episodio del 21 de septiembre.

Nacida el 23 de mayo en Bronxville, Nueva York, Fickett fue introducida tempranamente al mundo del espectáculo. Su padre, Homer, era productor y director de radio.
Tras estudiar en Wheaton College y en el Neighborhood Playhouse, Fickett debutó en Broadway en 1949 en ‘I Know My Love.’ En obras posteriores en Broadway en los años cincuenta, reemplazó a Deborah Kerr en ‘Té y simpatía’ [Tea and Sympathy] y fue nominada a un Tony por su papel como Eleanor Roosevelt en ‘Amanecer en Campobello’ [Sunrise at Campobello.]
El primer rol de Frickett en el cine le llegó en 1957, cuando actuó con Bing Crosby en la serie sobre un divorcio ‘Hombre en llamas’ [Man on Fire.]
Encontró trabajo estable en televisión en los años cincuenta y sesenta, incluyendo programas antológicos, como ‘Kraft Theatre’, ‘Armstrong Circle Theatre’ y ‘The United States Steel Hour’, así como ‘Al filo de la noche’ [The Edge of Night], ‘Las enfermeras’ [The Nurses] y otras series en horario estelar. Cuando ‘Las enfermeras’ fue transformada en una serie diurna en 1965, ella continuó su rol.
Fickett también co-presentó, con el periodista Harry Reasoner el temprano programa de CBS en las mañanas de los años sesenta, ‘Calendar.’
Sus matrimonios con el actor James Congdon y el hombre de negocios Jay Leonard Scheer terminaron en divorcio. Su tercer marido, el director de culebrones Allen Fristoe, murió en 2008.
Entre sus sobrevivientes se encuentran Bronwyn ‘Anne’ Congdon y su hijo Kenyon Congdon, ocho nietos y dos biznietos.
25 de septiembre de 2011
12 de septiembre de 2011
©los angeles times
cc traducción c. lísperguer

12 días revivió golpe militar


La serie de Chilevisión mostró la realidad de dos familias vecinas a favor y en contra del gobierno de la Unidad Popular, que vivieron el derrocamiento del ex presidente Salvador Allende desde sus diferentes trincheras.
Santiago, Chile. El capítulo de este miércoles  de la serie ‘12 días…que estremecieron a Chile’ de Chilevisión exhibió cómo dos familias, una de derecha y otra de izquierda vivieron los momentos previos al golpe de Estado comandado por el fallecido Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973.
La historia partió con cierta similitud a la contada en la película "Machuca", ya que se trata de dos niños hijos de familias de distinta visión política que se juntaban a jugar a la pelota en la calle de su barrio.
Gaspar, en quien se centra la historia, es un niño de clase media acomodada que vive con sus padres interpretados por Ricardo Fernández y Ángela Prieto, y estudia en un colegio particular. Le gusta la hermana hippie de su vecino, cuyos padres son comunistas y cercanos al gobierno del presidente Salvador Allende.
Los días previos, los progenitores del protagonista se muestran ansiosos de que termine la crisis que vive el país y que salgan los militares a la calle. Por otro lado, la familia que apoyaba a la Unidad Popular temía lo peor si salían las Fuerzas Armadas a la calle.
La tensa espera termina con la intervención militar la mañana del 11 de septiembre cuando la familia de derecha se entera de la operación y celebra, aunque prudentemente esperando que Allende entregue el poder voluntariamente para evitar una lucha armada.
Mientras, en la otra casa hay desolación y miedo de lo que pueda pasar, tanto así que alertado por un "compañero", el padre de familia interpretado por Alejandro Trejo, obliga a su familia a ponerse a salvo abandonando el inmueble ubicado en un barrio cercano a la residencia de Tomás Moro, que iba a ser bombardeada.
Él se mantiene en el hogar revisando fotografías familiares, un pequeño libro del Che Guevara y una pistola que carga para enfrentarse a los uniformados, que a esa hora andan por las calles en un camión con un par de cuerpos de disidentes al nuevo sistema que estaba instaurando.
Otro vecino les señala que en esa casa hay un comunista, información que lleva a la patrulla militar a posicionarse en las afueras del domicilio, instándolo a entregarse.
Al ver esto el niño Gaspar pide a su padre hacer algo por el vecino, quien responde positivamente y junto a su mujer hablan con los efectivos del ejército y les piden que lo dejen persuadirlo, acción que no tiene éxito y cuyo desenlace es el enfrentamiento entre Trejo con una pistola y los militares con fusiles, muriendo en el patio de su casa y siendo llevado en el vehículo al igual que otras dos víctimas, frente a la mirada asustada del niño.
19 de agosto de 2011
©la nación

dos infiernos


Terrorismo de estado y manicomio. Un hombre internado en un manicomio, que había sido víctima del terrorismo de Estado durante la última dictadura, dio testimonio en un juicio por crímenes de lesa humanidad. Después, volvió al manicomio. Su historia presenta la conjunción y, quizá, la articulación entre los dos infiernos.
[Fabiana Rousseaux] Argentina. Jesús tiene 50 años. En 1976 fue secuestrado, cuando tenía "16 años y medio", de acuerdo con su implacable memoria. Pasó por la comisaría de Escobar, dirigida por Luis Patti, donde fue torturado, junto con su referente político Gastón Goncalves y otros compañeros de la Juventud Peronista. Después, fue expulsado del país.
En su exilio, intentó rearmar algo de la vida que el terrorismo de Estado le había resquebrajado, (des)instalándose en otro país. Logró constituir una familia. Pero dejar atrás las marcas no es sencillo. En un viaje a la Argentina, el espanto se le impuso nuevamente y cometió un delito. Fue detenido y, a partir de entonces, su vida transcurre en la unidad penal de un hospital neuropsiquiátrico. Después de la muerte de su madre, quedó en el más rotundo olvido. El sabe que allí no habrá condena, pero que el encierro será para siempre.
Estuvo durante 18 años en la Unidad Penal 34, del Melchor Romero, y ahora, desde hace poco, en la Unidad 10, donde al menos, dice, puede "ver la ruta, con algún coche que pasa cada tanto, porque antes sólo se veía el paredón".
Durante todos estos años en el penal del manicomio, cada vez que veía a Patti en la televisión se indignaba y contaba los vejámenes que éste había cometido contra él y sus compañeros. Dice que no entiende cómo pudo llegar a ser intendente, cómo intentó luego ocupar una banca de diputado. Dice que siempre soñó con hacerle un juicio a Patti, si alguna vez salía de ese lugar. Por supuesto, es la palabra de un loco: ni esas palabras ni las que hablen de su detención y las torturas sufridas a los 16 años y medio serán tomadas por ciertas en un lugar como ése, donde hay, en cambio, una respuesta generalizada y medicalizada para todos y para todo.
Jesús es el parresiastés, tal como lo define Michel Foucault (véase, por ejemplo, "Coraje de la verdad", Página/12, sección Psicología, 3 de enero de 2011): alguien de un "decir veraz", que dice lo que piensa, que está comprometido con su verdad. Jesús quizá lo es más que nadie, ya que sabe que nadie le creerá. Lanza su verdad a otros sin calcular los riesgos de hacerlo, o, más aún, calculándolos los asume, desde su sala de manicomio.
¿En qué memoria teórica debemos pararnos para dejar de dudar de las secuelas que los crímenes cometidos por el terror de Estado produjeron? La "inimputabilidad" de Jesús en nada niega la verdad de esos hechos, ni de sus relatos, mucho menos de sus consecuencias trágicas. Las marcas de la historia social que transitamos, tomen la forma que tomen, se alojen en una estructura psíquica o en otra, no pueden ser ignoradas.
Durante años a Jesús se lo dio por muerto, hasta que, a través del Ministerio de Interior, se lo logra ubicar: Otros sobrevivientes de Patti hablaban de él, pero las versiones eran muy variadas y desconcertantes: que estaba en otro país o que estaba muerto o que estaba preso. Lo cierto es que ningún compañero de militancia había logrado saber nunca nada sobre él, hasta que hace pocos meses lograron ubicarlo.
A partir de ello, Jesús fue propuesto como testigo en la causa que los hijos de Goncalves y Muniz Barreto, junto con la familia de los hermanos D’Amico, iniciaron contra Patti, Mignone, Riveros, Meneghini y Rodríguez. Los abogados querellantes de esa causa lograron dar con este testigo central para demostrar las torturas y desapariciones cometidas por el ex policía.
Jesús aceptó inmediatamente. Reconoció, con todos los detalles necesarios, a los responsables de tan aberrantes delitos. Hizo un uso de memoria que nadie podría comprender si no fuera porque se trata de un hombre que durante 18 años había estado sometido al olvido y a la indignidad de perder el valor de su palabra, convertido en un sujeto que no puede responsabilizarse ni de sus actos ni de sus dichos, ni de sus dolores, en un lugar donde cada demanda y cada opinión fueron acalladas: "El halopidol me dejaba duro y, a pesar de los terribles dolores que tenía, porque estaba mal del hígado, el médico me vio solamente una vez en un año y medio y nunca me daban analgésicos, así que aprendí a manejar el dolor", relata.
Desde que empezó a recibir visitas de los abogados, los familiares de las víctimas y los compañeros, su lugar comenzó a ser interrogado por los habitantes de ese espacio penal-psiquiátrico. En una de las visitas se nos acercó un grupo de guardias del Servicio Penitenciario y empezaron a preguntarnos por su historia. Pareciera que todo el universo del penal en el manicomio se vio modificado por este nuevo hecho. La historia de Jesús, que había quedado encapsulada y forcluida durante casi dos décadas, comienza a rodar nuevamente, se descongela el tiempo, hay un antes-de-la-detención, previo a la cadencia idéntica a sí misma de la rutina penitenciaria en el manicomio, que se hace audible. Se anuda con el mundo exterior. Comienzan a circular los diarios allí adentro. Los noticieros adquieren otro estatuto. surgen las preguntas por él y su historia. El encierro ha experimentado una mínima, perceptible alteración.
Ahora sus compañeros de encierro preguntan qué le había pasado, están evidentemente impactados por eso que había sido denunciado tantas veces pero que sólo se hizo audible cuando el discurso jurídico entró en la institución total.
Manuel, hijo de Gastón Goncalves, dice que, cuando conoció a Jesús, lo que más lo impresionó fue su capacidad de entender de inmediato lo que le estaban proponiendo. Para alguien que desde hacía 11 años, a partir de la muerte de su madre, no recibía ninguna visita, no era sencillo pensar en un cambio de posición tan radical: convertirse en un sujeto con derechos, capaz de enfrentarse a un tribunal donde su palabra tendría valor, los jueces lo escucharían y sus compañeros de épocas de militancia estarían como testigos de su verdad, una verdad colectiva que, de tan dolorosa, se hace impensable. Jesús estaba allí enfrentando todo eso en un solo acto, sin avales subjetivos, sin garantías de lo que iba a sentir después de semejante acto cuando volviera, solo, a su realidad penalizada, apenas con su dolor acallado y los detalles de una memoria implacable. Jesús, el memorioso.
La defensa objetó su testimonio, como tantos otros, pero el tribunal hizo lugar a lo declarado por Jesús. Declaró esposado. Expresión radical y extrema de la paradójica condición de víctima-testigo del terrorismo de Estado e imputado de un delito común. Aun parándonos en el reverso, ¿su peligrosidad será mayor que la de Patti y sus colegas torturadores? Jesús asumió su lugar –al igual que tantas veces lo hizo durante estos largos años– como si se tratara de una clase magistral de dignidad dedicada a quien tres décadas atrás lo había torturado a pesar de sus 16 años y medio. Un asentimiento subjetivo incalculable, enigmático y profundamente ético. Ana Nuño, en su texto "El testigo entronizado, a pesar suyo", en referencia a la relación entre la memoria subjetiva y el discurso histórico, advierte que los verdugos no dan testimonio, que siempre callan, porque sus actos están más allá de las palabras.
Cuando finalizó la declaración de Jesús, sus ex compañeros de militancia salieron a las escalinatas del Centro Cultural de José León Suárez, donde se desarrollaban las audiencias, y con el puño en alto se despidieron de él, que era trasladado nuevamente al penal en un vehículo del Servicio Penitenciario Federal. El instante de víctima del terrorismo de Estado había concluido, y con ello el valor subjetivante de su palabra. No fue poca cosa, en 18 años de encierro, ese instante.
El cruzó al otro lado del muro y volvió, pero ese cruce nunca es sin consecuencias, porque ya no se vuelve al mismo lugar. Reescribir un nombre no es poca cosa, cuando se está más acá de los márgenes del manicomio, cuando los surcos del rostro hablan del dolor, del abandono y de la tristeza. Pero también de la alegría de, por fin, haber sido rescatado del olvido. Haber sido dignificado, al ofrecer su palabra valiente. Haber hecho lugar a aquel sueño premonitorio de "hacerle un juicio a Patti". Verlo preso, como él y todos esperábamos. Quizás esa haya sido la única oportunidad en que el muro que separa la "normalidad" de la locura permitió que, por un rato, Jesús lo atravesara. O quizá sea necesario que asumamos esta verdad colectiva y nos dejemos interpelar por los efectos de la trágica historia vivida. La verdad de Jesús es la historia de todos.
[La autora es psicoanalista. Directora del Centro de Asistencia a Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos Dr. Fernando Ulloa, Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.]
12 de agosto de 2011
11 de agosto de 2011
©página 12

murió don diamond


Veterano actor de carácter.
Murió el 19 de junio el veterano actor de carácter Don Diamond, mejor conocido por su papel como compinche de El Toro en la serie de televisión de los años cincuenta, ‘Las aventuras de Kit Carson’ [The Adventures of Kit Carson] y como Crazy Cat en la comedia de televisión de los años sesenta, ‘Tropa de asalto’ [F Troop; Tropa Local] -informó su hijastra Fortuna Israel.
Diamond, residente de Woodland Hills que tenía el mal de Parkinson y otros achaques, falleció cuando era trasladado en ambulancia a un hospital.

Nacido en Brooklyn, Nueva York, el 4 de junio de 1921, Diamond se licenció en la Universidad de Michigan, donde estudió teatro y español. Sirvió en las Fuerzas Aéreas del Ejército durante la Segunda Guerra Mundial.
Además de sus memorables papeles como compinche, Diamond también fue el Corporal Reyes, en ‘Zorro’, a fines de los años cincuenta, y el personaje Goldmouth en el episodio ‘The Treasure of C. Errol Madre’, de ‘Superagente 86’ [Get Smart].
Apareció en decenas de otras series de televisión desde los años cincuenta hasta los ochenta y prestó también su voz para programas animados y comerciales, incluyendo ‘Pancho y Rancho’ [Tijuana Toads] y ‘Las nuevas aventuras de El Zorro’ [The New Adventures of Zorro].
6 de julio de 2011
26 de junio de 2011
©los angeles times
cc traducción mQh

murió burt styler


Guionista de televisión.
Murió el 13 de junio en el Providence Tarzana Medical Center, por una insuficiencia cardiaca, Burt Styler, guionista de televisión que estuvo largo tiempo asociado a Bob Hope. Tenía 86 años.
Styler ganó un Emmy en 1972 por un episodio de ‘Todo en familia’ [All in the Family], titulado ‘Edith’s Problem’, en el que el personaje Jean Stapleton tiene que enfrentarse a la menopausia. Escribió durante mucho tiempo para la televisión, entre otras para series como ‘La vida de Riley’ [The Life of Riley], ‘Mi marciano favorito’ [My Favorite Martian], ‘La tribu de los Brady’ [The Brady Bunch] y ‘The Carol Burnett Show’.

Styler nació el 20 de febrero de 1925 en Nueva York. Se enroló en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial y peleó en Francia después de la invasión del Día D.
Más tarde en la guerra, Styler empezó a escribir para la Red de las Fuerzas Armadas en París y conoció a Hope, que estaba en Francia para actuar para las tropas. Después de la guerra, Styler escribió un monólogo para Hope y fue contratado como guionista.
Styker escribió para el programa de radio de Hope y para algunas de sus series de televisión, y entre sus créditos en el cine se encuentran las películas de Hope ‘Vaya, me equivoqué de número’ [Boy Did I Get a Wrong Number!], de 1966, y ‘Ocho en fuga’ [Eight on the Lam], de 1967.
2 de julio de 2011
22 de junio de 2011
©los angeles times
cc traducción mQh

murió leonard stern


Guionista de televisión.
[Dennis McLellan] Murió el guionista, productor y director Leonard Stern, cuya carrera en la televisión incluyó ‘Los recién casados’ [The Honeymooners], ‘Superagente 86’ [Get Smart] y ‘McMillan y esposa’ [McMillan & Wife] y cuya carrera adicional en el mundo editorial logró la creación de los clásicos libros de juegos de palabras Mad Libs. Tenía 88 años.
Stern, uno de los fundadores de la editorial Price Stern Sloan, falleció el martes en el Centro Médico Cedars-Sinai en Los Angeles después de una enfermedad que se prolongó durante quince meses, informó su nuera Laura Stern.
Stern habría escrito para el cine y la radio antes de pasarse a la televisión y convertirse en guionista de los sketches para los Recién Casados en ‘The Jackie Gleason Show’ en 1953. Fue también el guionista de la clásica serie ‘Los recién casados’, de 1955-56. Co-escribió uno de los episodios más populares de la serie, ‘The $99,000 Answer’.
En 1957 Stern fue galardonado con un Emmy como parte del equipo de guionistas del ‘The Phil Silvers Show’. Recibió un segundo Emmy en 1967 cuando él y Buck Henry escribieron un episodio de ‘Superagente 86’, del que Stern fue también el productor ejecutivo original.
Henry, que creó ‘Superagente 86’ con Mel Brooks, contó el miércoles al Times que Stern "tuvo mucho que ver con la redacción del episodio piloto, y escribió lo que siempre pensé y dije que eran los mejores episodios inaugurales y finales que definieron el programa y que la gente siempre recuerda."
En el primer episodio del programa, el agente secreto de Don Adams, Maxwell Smart, conduce un coche en dirección a un edificio que alberga al servicio de inteligencia C.O.N.T.R.O.L. Entrando por un largo pasillo, pasa por una serie de puertas que se abren y cierran automáticamente. Entra luego en una cabina telefónica, marca un número y desaparece de la vista.
"Toda vez que me empantano en las ridículas tramas y en las idiotas payasadas de los personajes, cruzo el vestíbulo de nuestra oficina y le digo: ‘Estoy empantando’", contó Henry. "Él propondría algo que siempre pensaba que era estúpido, pero que siempre funcionaba. Siempre me alegró que estuviese allí."
Stern, que trabajó en veintitrés programas de televisión, creó ‘Hotel Fenster’ [I’m Dickens … He’s Fenster], ‘Run Buddy Run’, ‘Él y ella’ [He & She] y ‘McMillan y esposa’, y creó en colaboración ‘Jennie, la hija del gobernador’ [The Governor & J.J.] y ‘Matrimonio de sabuesos’ [Partners in Crime].
Stern empezó su carrera como editor con Mad Libs, libros cuyas páginas incluían breves historias con palabras claves dejadas en blanco. El juego consiste en que un jugador pide a los otros que proporcionen substantivos, verbos, adjetivos o adverbios. Después de hacerlo, como dice en las instrucciones: "Lea toda la estúpida historia y muérase de la risa."
La idea de Mad Libs la tuvieron sus creadores Stern y Roger Price en 1953. Stern estaba trabajando en un guión de ‘Los recién casados’ y estaba buscando una palabra para describir la nariz del nuevo jefe de Ralph Kramden cuando Price entró.
Según contó Stern en una entrevista con Publishers Weekly en 2008: "Le pedí a Roger una idea para un adjetivo y antes de que le dijera qué tenía que describir, me arrojó las palabras ‘torpe’ y ‘desnudo’.
"Los dos empezamos a reír. Nos sentamos y escribimos un montón de historias con espacios blancos. Esa noche las contamos en una recepción y tuvieron un gran éxito."
Pero los editores, recordó más tarde Stern, rechazaron Mad Libs, diciendo algunos que era un juego, no un libro. Pero los jugadores dijeron que era un libro, no un juego. Finalmente Stern y Price decidieron publicar ellos mismos el libro en una modesta edición en 1958.
En la época, Stern era el guionista jefe de ‘The Steve Allen Show’, y Mad Libs recibió un gran empujón cuando Stern sugirió que usaran el formato de Mad Libs para introducir a los artistas invitados. Cuando Allen pidió al público que propusiera un sustantivo y un adjetivo, se produjo la memorable introducción: "Y aquí está el chispeante Bob Hope, cuya canción es ‘Gracias al comunista.’"
Popular entre niños y adultos, el éxito de Mad Libs fue duradero: Para cuando se celebró el cincuenta aniversario del juego de palabras en 2008, se habían publicado más de setenta tomos, y vendido más de 110 millones de ejemplares.
El éxito original de Mad Libs llevó a Stern y Price a asociarse con el ex periodista Larry Sloan para crear su propia editorial en Los Angeles en 1963.
Price Stern Sloan se convirtió en la editorial más grande de la Costa Oeste y era mejor conocida por sus ediciones de humor e infantiles. Entre sus títulos destacan ‘How To Be a Jewish Mother’, de Dan Greenburg, y la serie ‘The World’s Worst Jokes’.
En 1994, Stern utilizó sus años de tratar con ejecutivos y censores de redes de televisión para ‘A Martian Wouldn’t Say That’, una colección de memorandos y observaciones seleccionadas de archivos propios y ajenos que compiló con Diane L. Robison.
El título proviene de una nota de un ejecutivo sobre un diálogo en un episodio de la comedia ‘Mi marciano favorito’ [My Favorite Martian], de 1960.

Nacido el 23 de diciembre de 1922 en Nueva York, a los dieciséis Stern empezó a escribir chistes para Milton Berle. Estudió periodismo en la Universidad de Nueva York y trabajó como reclutador del Cuerpo Militar Femenino cuando servía en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial.
Después de iniciar su carrera en la radio, empezó a escribir guiones de películas a principio de los años cincuenta, incluyendo ‘Mamita y Papito’ [Ma and Pa Kettle Go to Town] y ‘Abbott y Costello en la Legión Extranjera’ [Abbott and Costello in the Foreign Legion]. Más tarde co-escribió y dirigió la película ‘Niña, tú y yo solos’ [Just You and Me, Kid], de 1979, con George Burns y Brooke Shields.
Le sobreviven su esposa, la actriz Gloria Stroock; su hijo Michael; su hija Kate; dos nietos y una biznieta.
22 de junio de 2011
9 de junio de 2011
©los angeles times
cc traducción mQh

murió clarice taylor


Actriz. Fue la Abuela Huxtable en el ‘Cosby Show’.
[Valerie J. Nelson] Murió el lunes la actriz Clarice Taylor, mejor conocida por su retrato de la desenvuelta Abuela Huxtable en la popular comedia para la televisión ‘The Cosby Show’. Tenía 93 años.
Taylor falleció a causa de una insuficiencia cardiaca congestiva en su casa en Englewood, Nueva Jersey, informó su representante de relaciones públicas.
Bill Cosby dijo que era "perfecta" como la madre de su personaje, Cliff Huxtable, en la serie del NBC que se emitió de 1984 a 1992, excepto que se veía "tan joven que podría pasar por mi hermana".
"Hizo monólogos humorísticos. No éramos exactamente actores, sino artistas", dijo Cosby al Times el miércoles. "Así que cada vez que tenía que decirle algo sobre lo que tenía que hacer, simplemente hablaba con ella como lo haría un comediante."
Después de aparecer en la producción original de Broadway de ‘The Wiz’ a fines de los años setenta, Taylor recorrió el país con el espectáculo y compartió alojamiento con Phylicia Rashad, que era la esposa de Cosby en el programa de televisión.
Taylor se presentó a la audición para el papel de madre de Rashad, pero finalmente fue contratada como madre de Cosby.
"Me puse una peluca canosa, un pañuelo encima, zapatos sin taco y un vestido largo sin forma", contó Taylor a la Associated Press en 1987. "Bill presenció mi audición. Leí cinco líneas, y me dijo: ‘No es necesario que sigas, ya tienes el papel."
Tanto Taylor como Earle Hyman, que hacía de su marido, fueron nominados a un Emmy por sus roles como Anna y Russell Huxtable en 1986.
"Hizo presentaciones en solitario", contó Cosby. "Estaba muy al día con su Corvette. Conducía el aparato por todo Harlem. Tenía más agallas que Danica Patrick."

Nacida el 20 de septiembre de 1917 en el condado de Buckingham County, Virginia, Taylor creció en Harlem.
Empezó a actuar en el American Negro Theatre, de Harlem, y a fines de los años sesenta fue uno de los miembros originales de la Negro Ensemble Company, de Nueva York.
En el cine fue la nefasta criada Birdie en ‘Escalofrío en la noche’ [Play Misty for Me; Obsesión fatal; Obsesión mortal] (1971), de Clint Eastwood, y fue la actriz estelar de ‘Cinco en el lado de la mano negra’ [Five on the Black Hand Side] (1973).
Su otro rol de larga duración en televisión fue en ‘Barrio Sésamo’ [Sesame Street; Plaza Sésamo]. De fines de los años setenta a los noventa, fue Harriet, que de vez en cuando salía de su granja para visitar a su nieto David en la ciudad.
Taylor estaba recordando la época en que, de niña, se escapaba de la escuela para ir a mirar a la comediante afroamericana Moms Mabley en el Teatro Apolo, en Harlem, cuando un amigo blanco le dijo que no había oído hablar nunca de la enérgica humorista.
Recordó su indignada respuesta en una entrevista con el Washington Post en 1988: "Espera, ahora les voy a enseñar a los blancos quién era Moms Mabley."
El programa unipersonal de Taylor a fines de los ochenta, sobre Mabley, titulado ‘Moms’, inició una gira nacional y un enrevesado litigio sobre la autoría de la obra.
El programa fue anunciado originalmente como "basado en una idea de Clarice Taylor", pero escrito por Alice Childress, que luego demandó a Taylor cuando esta produjo otra versión de ‘Moms’ en la que no reconocía la autoría de Childress.
"Me obsesioné con la obra", dijo Taylor al Washington Post. "Era como si ‘Moms’ me hubiera estado empujando fuera de la tumba, diciéndome: ‘Mantén vivo mi nombre’".
La sobreviven dos hijos, James y William, y cinco nietos.
12 de junio de 2011
2 de junio de 2011
©los angeles times
cc traducción mQh
televisión 

murió james arness


Actor conocido por su rol en ‘La ley del revólver’.
[Dennis McLellan] Murió el viernes James Arness, el espigado actor conocido por su retrato de Matt Dillon, el fuerte e imperioso sheriff y símbolo de la justicia de frontera en la histórica serie de televisión ‘La ley del revólver’ [Gunsmoke]. Tenía 88 años.
Arness falleció por causas naturales en su casa en Brentwood, informó la portavoz de la familia, Ginny Fazer.
‘La ley del revólver’ debutó el 10 de septiembre de 1955, en CBS, y con el inicio de ‘Vida y leyenda de Wyatt Earp’ [The Life and Legend of Wyatt Earp] en ABC cuatro días antes, empezó, con la serie de vaqueros para adultos, una nueva era en la televisión.
Pero mientras que ‘Wyatt Earp’, con Hugh O’Brian, terminó en 1961, ‘La ley del revólver continuó hasta 1975, superando de lejos a muchos de sus competidores y convirtiéndose en una de las series más prolongadas en la historia de la televisión por cable.
En el proceso, Arness se convirtió en una de las estrellas de televisión más persistentes, volviendo a aparecer como Dillon en un puñado de episodios de ‘La ley del revólver’ como películas para la televisión a fines de los años ochenta y principio de los noventa.
De dos metros de estatura, Arness era el actor más alto del mundo que se sentía perfectamente a gusto en el rol del mítico sheriff de Dodge City en la serie, que cosechó elogios por romper las convenciones del género de vaqueros en la televisión con sus historias marcadamente dramáticas y con personajes psicológicamente complejos.
"Matt", dijo Arness una vez, "es muy humano y tiene todos los defectos e impulsos de cualquiera que esté tratando de hacer un trabajo difícil del mejor modo que puede".
Arness fue tres veces nominado a un Emmy durante los primeros años de la serie. Como John Wayne en la gran pantalla, Arness era una imponente presencia en la pantalla chica.
"Creo absolutamente que cualquier panteón de personajes de televisión duraderos y memorables tendrá que incluir a James Arness", dijo al Times hace unos años David Bushman, entonces curador de televisión en lo que es ahora el Paley Center for Media de Nueva York. "Se convirtió en parte de la psique nacional."
‘La ley del revólver’ había sido un revolucionario éxito radial durante tres años, con William Conrad proporcionando la firme voz de Matt Dillon, cuando CBS empezó a buscar un actor para la versión en televisión.
En la época, Arness, nativo de Minnesota y veterano de la Segunda Guerra Mundial, había acumulado una larga serie de actuaciones, entre las cuales se destacan su retrato de un monstruo alienígena en la película clásica de ciencia ficción de 1951, ‘La cosa’ [The Thing From Another World; El enigma de otro mundo]. También apareció en el thriller de ciencia ficción ‘Ellos’ [Them!; La humanidad en peligro; El mundo en peligro], de 1954.
Entonces bajo contrato con la compañía de producción de John Wayne, Arness también apareció en cuatro películas con Wayne: ‘El gran Jim McLain’ [Big Jim McLain], ‘Infierno blanco’ [Island in the Sky], ‘Hondo’ y ‘El zorro de los océanos’
[The Sea Chase].
Temeroso de que su trabajo en una serie de televisión pudiera dañar su incipiente carrera en el cine, Arness accedió solo reluctantemente a participar en una prueba para el papel de Dillon; fue el último de un considerable número de actores que rindieron la prueba para el rol.
Cuando CBS le ofreció el papel, Arness dudó en firmar el contrato. Pero Wayne le instó a aceptarlo, diciéndolo que era una gran oportunidad.
Para dar un empujón publicitario a Arness y a ‘La ley del revólver’ para cuando empezara la serie, Wayne ofreció una introducción frente a las cámaras en la que elogió la nueva serie de vaqueros de la televisión por su honestidad, madurez y realismo.
"Yo sabía que había un solo hombre capaz de hacerlo: James Arness", dijo Wayne a los telespectadores. "Es un joven colega y puede ser desconocido para algunos de ustedes. Pero yo he trabajado con él y pronostico que será una gran estrella. Así que tendrán que acostumbrarse a él, del mismo modo que se acostumbraron a mí."
Arness se convirtió en un apreciado visitante en los hogares de millones de telespectadores, lo mismo que el resto del reparto de la serie: Dennis Weaver como el tieso alguacil de Dillon, Chester Goode; Amanda Blake como Kitty Russell, la propietaria del Long Branch Saloon; y Milburn Stone como el curtido y sabio Doc Adams.
Boyd Magers, redactor y editor de Western Clippings, una publicación sobre películas de vaqueros, atribuyó la prolongada popularidad de la serie a su robusto guión, dirección y reparto. En realidad, el foco recaería a menudo en los varios personajes regulares y artistas invitados de la serie.
"Arness en particular, dijo: ‘Dejen de enfocarme’", contó Magers al Times hace unos años. "No tenía ese complejo de estrella. Permitía que otra gente tuviera sus episodios. Así que no te cansabas de un personaje y eran todos personajes buenos y bien definidos, debido al guión."
Considerado como una persona que se resistía a las entrevistas, Arness era muy retraído, un rasgo que creía que había sido modelado por su timidez, causada a su vez por su estatura.
"Yo era el chico más alto de la escuela", contó una vez. "Y estaba muy consciente de ser el más alto de todos, compañeros y maestros."

De origen noruego, Arness nació como James Aurness en Minneapolis el 26 de mayo de 1923. Su hermano, el futuro actor Peter Graves, nació tres años después.
Después de enrolarse en el ejército durante su primer año en el Beloit College de Wisconsin, a principio de 1943, Arness fue asignado a la 3ra División de Infantería y participó en el desembarco en Anzio, Italia, en 1944. (Debido a su estatura, fue elegido para ser el primero en salir de la lancha de desembarco para probar la profundidad del agua.)
Más tarde, cuando hacía una patrulla nocturna en un viñedo, Arness cayó en un nido de ametralladoras alemán y varias ráfagas fragmentaron sus huesos en su pantorrilla derecha. La herida acortó su pierna.
Después de varios meses de rehabilitación en un hospital público, Arness fue licenciado honrosamente del ejército en enero de 1945 con una pensión de invalidez de 56 dólares al mes.
Por sugerencia de su hermano, Arness se inscribió en una escuela de radio en Minneapolis. Pronto encontró trabajo como pinchadiscos en una emisora local.
Pero después de algunos meses, abandonó su trabajo para marcharse con un amigo a Los Angeles. Pensaba pasar unas semanas en la Costa Oeste y volver luego a casa.
En lugar de eso, después de algunos contactos en el mundo del espectáculo, decidió quedarse en Los Angeles y probar suerte en la actuación.
Utilizando el programa de becas GI Bill, se matriculó en el programa de actuación del Bliss-Hayden Theater, una pequeña y bien establecida escuela de teatro donde fue descubierto por un agente.
Eso condujo a que fuera presentado al productor Dore Schary. El resultado fue el debut de Arness en el cine en 1947 con un pequeño papel como uno de los tres hermanos escandinavos de Loretta Young en ‘Un destino de mujer’ [The Farmer’s Daughter]. Le siguieron pequeños roles en ‘Fuego en la nieve’ [Battleground], de William Wellman, ‘Caravana de paz’ [Wagon Master] y otras películas.
En el plató de ‘La ley del revólver’, Arness era conocido por su sentido del humor. Le encantaban las bromas y tenía incontrolables ataques de risa.
Fuera del set, era conocido porque evitaba a los periodistas y el ambiente de Hollywood, prefiriendo la compañía de tramoyistas y sus colegas pilotos.
Surfer desde que llegó a California, aprendió a volar a fines de los años sesenta para volar acceder rápidamente a playas remotas de Baja California para practicar el surf. Arness, que también esquiaba y navegaba en un velero, pilotaba su propio avión a locaciones de ‘La ley del revólver’.
Tras el fin de ‘La ley del revólver’ en 1975, Arness trabajó como un montañés en la película de televisión ‘The Macahans’ en 1976. Su personaje Zeb Macahan reapareció en la miniserie ‘La conquista del Oeste’ [How the West Was Won], en 1977; y en una serie de televisión de 1978 a 1979.
Arness también apareció como sheriff contemporáneo en la serie de 1981-82, ‘La ley de McClain’.
En 1987 volvió a su viejo papel de Matt Dillon en ‘El pistolero Dodge’ [Gunsmoke: Return to Dodge], la primera de cinco películas de ‘La ley del revólver’ para la televisión que se prolongaron hasta mediados de los años noventa.
El matrimonio con la actriz Virginia Chapman en 1948 terminó en divorcio en 1958. Tuvieron tres hijos: Rolf Aurness, ganador del Campeonato Mundial de Surf de 1970; Craig Aurness, fotógrafo, que murió en 2004; y Jennie Aurness, que murió en 1975.
Le sobreviven su esposa, Janet; dos hijos: Rolf y Jimmy; y seis nietos. Su hermano Peter murió en marzo de 2010.
8 de junio de 2011
4 de junio de 2011
©los angeles times
cc traducción mQh