Blogia
mQh

terrorismo

terrorismo neo-nazi en alemania


Neo-nazis implicados en una larga serie de delitos, incluyendo asaltos a bancos, atentados con bomba y asesinatos de policías e inmigrantes en Alemania. Acusan de pasividad a policía alemana.
[Nicholas Kulish] Zwickau, Alemania. Terroristas neo-nazis son responsables de una ola de crímenes que se remontan a más de diez años, entre los que se incluyen el asesinato de al menos diez personas, incluyendo entre ellas a inmigrantes, tenderos y una agente de policía, informaron el domingo funcionarios del gobierno alemán. Se sospecha que la organización es responsable de más de una decena de asaltos a bancos y un atentado con bomba en Colonia, dijeron.
Los dos principales sospechosos de los crímenes están muertos, aparentemente por suicidio. Otro se entregó a la policía y un cuarto implicado fue detenido el domingo.
Gran parte de las evidencias sobre la organización se encontraron entre las ruinas de un departamento al este de Alemania donde vivían varios de los sospechosos. El 4 de noviembre, en una escena que parecía sacada de una película de suspenso, una explosión y las llamas resultantes destruyeron el departamento, aparentemente en un intento de los sospechosos de borrar las evidencias. Pero la policía pudo recuperar el arma que fue probablemente usada en los homicidios, junto con un espeluznante video de propaganda de quince minutos y otras evidencias.
El diario Der Spiegel publicó imágenes sacadas del video, incluyendo los cuerpos ensangrentados de varias de las víctimas de lo que se conoció como los asesinatos de los vendedores de döner -una referencia al hecho de que algunas de las víctimas eran vendedores de comida nacidos en el extranjero que trabajaban en puestos de döner kebab.
El caso ha sobrecogido a la sociedad alemana, que ha luchado durante décadas para poner tras de sí el periodo nazi del país. [Pese a las evidentes diferencias] el alcance de la violencia atribuida a los neo-nazis ha sido comparada con la de los terroristas de extrema izquierda de la Fracción del Ejército Rojo, conocido también como banda Baader-Meinhof.
Los asesinatos son signos de "una nueva forma de terrorismo de extrema derecha", dijo el ministro del Interior del país, Hans-Peter Friedrich, en una rueda de prensa en Berlín este domingo pasado. Hablando con periodistas en Leipzig el domingo, la canciller Ángela Merkel dijo que los crímenes revelaban "estructuras que nunca imaginamos que existirían".
El domingo surgieron acusaciones de que uno o más miembros del grupo, que se llamaba a sí mismo Resistencia Nacional Socialista, puede haber trabajado como un informante secreto del servicio de inteligencia nacional de Alemania. Políticos de la oposición pidieron una sesión especial de la comisión parlamentaria de control de la inteligencia para tratar el asunto.
Informes en el diario Bild y en otros medios informaron que la policía había encontrado documentos de identidad con nombres falsos, similares a los que se otorgan a informantes y agentes encubiertos. Funcionarios del estado alemán de Turingia dijeron que habría una investigación oficial.
Los dos principales sospechosos -Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt, identificados por la policía como militantes de extrema derecha- aparentemente se suicidaron el 4 de noviembre en una auto-caravana en Eisenach, a 177 kilómetros al oeste de Zwickau. La policía declaró en el sitio del suceso que encontraron pistolas semiautomáticas Hecker & Koch, que pertenecían a los dos agentes que fueron atacados en Heilbronn en 2007; uno de ellos murió, y el otro quedó gravemente herido.
Las autoridades dicen que los crímenes del grupo no se limitan a ese ataque. Se sospecha que los miembros de la organización cometieron al menos catorce asaltos a bancos, incluyendo uno en Eisenach el día en que murieron. También se sospecha que la organización hizo detonar una bomba frente a una peluquería en un vecindario de inmigrantes en Colonia en 2004, que dejó heridas a veintidós personas. El video de propaganda incluye una fotografía de un bomba llena de clavos, similar a la usada en Colonia.
Detectives dijeron el domingo que estaban estudiando otros delitos que pueden haber sido cometidos por la organización, incluyendo un atentado con bomba en marzo de 1999 en una exposición sobre las fuerzas armadas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial y otro similar en un cementerio judío en Berlín en 2002. La policía también está investigando si el grupo puede estar detrás del asesinato a principios de mes de un hombre en Döbeln que vendía kebabs.
Las autoridades están tratando de determinar si los miembros conocidos de la organización tenían conexiones con otros criminales no identificados. Funcionarios de todo el espectro político exigieron saber cómo pudo la organización operar tanto tiempo sin ser detectada.
"Este es un fracaso demoledor", dijo Hajo Funke, experto en extremismo de derecha de la Universidad Libre de Berlín. "Todavía no hay suficiente voluntad pública para perseguir con más determinación a organizaciones nacional-socialistas".
La fiscalía federal anunció que la policía había arrestado el domingo, cerca de Hanover, a un sospechoso de la organización. Los fiscales identificaron al detenido sólo como Holger G., y declaró que había estado en contacto con Mundlos y Böhnhardt, los dos principales sospechosos, desde fines de los años noventa. Dijeron que el detenido prestó su pasaporte al grupo y alquiló auto-caravanas para ellos en varias ocasiones, incluyendo una utilizada en el atentado contra los agentes de policía en Heilbronn.
El extremismo de extrema derecha recibió una renovada atención en toda Europa después del asesinato, en julio, de más de sesenta jóvenes en Noruega por un individuo que tenía conexiones con organizaciones extremistas. El gobierno alemán ha trabajado para contener incluso el más ligero resurgimiento de ese tipo de extremismo, pero organizaciones políticas de extrema derecha, como el Partido Nacional Democrático sigue encontrado acogida, especialmente en los estados de la antigua Alemania del Este. Los extremistas operan en redes flexibles, especialmente en Sajonia, Sajonia-Anhalt y Turingia, dijo Funke.
Mundlos, Böhnhardt y una tercera sospechosa, Beate Zschäpe, eran buscados desde 1998, cuando la policía descubrió un taller de bombas caseras en un garaje alquilado por Zschäpe.
El 4 de noviembre, el mismo día que Mundlos y Mr. Böhnhardt incendiaron su auto-caravana y se suicidaron en Eisenach cuando la policía estrechaba el círculo, vecinos en Zwickau dijeron que vieron a Zschäpe saliendo a toda prisa del edificio en Frühlingsstrasse momentos antes de que el departamento estallara, de acuerdo a la policía local. Se entregó a la policía algunos días después.
La policía declaró que entre las ruinas encontraron una pistola Ceska del mismo modelo utilizado con un silenciador en los asesinatos de los vendedores de kebab.
De las nueves personas asesinadas entre 2000 y 2006 en esos casos, en realidad sólo dos vendían kebabs; las otras vendían flores o verduras o diarios, una poseía un cyber-café y otra una cerrajería. Los asesinatos ocurrieron en todo el territorio alemán, desde Munich y Nuremberg en Bavaria hasta Rostock en el Mar Báltico y Dortmund en el oeste.
El video de propaganda minimizaba esos asesinatos de una manera mórbida. En una imagen publicada en Der Spiegel, el personaje de la historieta de la Pantera Rosa aparece junto a un cartel que dice "Gira Alemana, 9o Turco Asesinado a Tiros", con una foto en la que aparentemente se ve a una de las víctimas.
"Es escalofriante", dijo Christin Giller, 28, un vecino que paró en la Frühlingsstrasse a mirar los daños el domingo. "Tú sabes que se reúnen de vez en cuando y luego expresan su rabia y esas cosas, pero nunca pensé que serían capaces de hacer una cosa así".
Un hombre de edad mediana susurró: "[El nazismo] está oculto en todas partes, pero puede volver a surgir en cualquier momento", y se alejó sin dar su nombre.
[Stefan Pauly contribuyó a este reportaje desde Berlín.]
20 de noviembre de 2011
3 de noviembre de 2011
©new york times
cc traducción c. lísperguer

asesinatos eran obra de neonazis


Fue descubierto en Alemania el grupo neonazi que asesinó a 9 inmigrantes.
Alemania. La célula, formada por dos hombres ya fallecidos y una mujer detenida, es sospechosa de haber ejecutado a ocho inmigrantes turcos y uno griego entre 2000 y 2006 en diversos puntos del país y de haber asesinado a una mujer policía en 2007. Los tres confesaron los crímenes en un video en el cual se identifican con el nombre de "Clandestinidad Nacionalsocialista, una red de camaradas con el lema: hechos en lugar de palabras".
Los asesinatos hasta ahora sin resolver ya habían sacudido a la opinión pública en su momento, pero el sorprendente giro en la investigación, revelada por la web de Der Spiegel, generó aun más estupor en un país sensibilizado con la violencia de extrema derecha. "Si se confirman las sospechas, lidiamos contra el peor caso de violencia ultraderechista en Alemania de las últimas décadas", alertó el presidente de la Corte Constitucional de Baja Sajonia, Hans-Werner Wargel, en el diario Neue Osnabrücker Zeitung. "Ante este tipo de violencia absolutamente nuevo, está ampliamente justificado hablar de actos de terrorismo de derecha", añadió.
La misma hipótesis defendió el ministro del Interior de Renania del Norte-Westfalia, el socialdemócrata Ralf Jäger. La célula "cometió graves delitos durante años en todo el territorio nacional de forma planeada", señaló a la agencia DPA. "Eso alcanza sin duda la frontera del terrorismo, si no la supera".
Los investigadores comenzaron a relacionar los diferentes crímenes cuando los dos hombres integrantes de la célula aparecieron muertos esta semana en una caravana incendiada, donde también apareció el arma reglamentaria de la policía asesinada. La tercera integrante del grupo fue detenida este martes acusada de haber incendiado la casa que compartían los tres en Zwickau, al este de Alemania, al parecer para borrar pruebas. En la vivienda apareció el arma con el que se disparó a los nueve inmigrantes asesinados.
Según Der Spiegel, el trío dejó un video de 15 minutos en el confiesa los crímenes, muestra fotos de algunas de sus víctimas y amenaza con nuevos ataques "si no se producen cambios sustanciales en la política, la prensa y la libertad de expresión".
Los sospechosos se atribuyen en la filmación otros atentados, entre ellos una bomba que en 2004 hirió a 22 personas en una calle de Colonia habitada sobre todo por inmigrantes turcos. El trío ya había sido vinculado en los años 90 a la formación de extrema derecha "Defensa de la patria de Turingia", pero la policía le perdió luego la pista.
La presidenta de Los Verdes, Claudia Roth, consideró que el caso demuestra "la forma en la que este gobierno y otros ignoraron el extremismo de derecha y el peligro de esta ideología y estas estructuras".
13 de noviembre de 2011
12 de noviembre de 2011
©página 12 vía el blog de Mario Luis Cardoso Cerusico

qué pasó con los atentados con ántrax


Análisis de científicos cuestionan que FBI haya archivado el caso de los atentados con ántrax. Poco a poco crece la sospecha de la intervención del propio gobierno en esos atentados.
[William J. Broad y Scott Shane] Estados Unidos. Una década después de que esporas de ántrax enviadas por correo mataran a cinco personas, enfermaran a otras diecisiete y aterrorizaran al país, biólogos y químicos todavía discuten sobre si los investigadores federales atraparon al hombre correcto y si la larga pesquisa del FBI dejó de lado claves importantes.
Ahora tres científicos dicen que los distintivos químicos encontrados en las esporas de ántrax -incluyendo la inesperada presencia de estaño- delatan un alto grado de habilidad para su elaboración, contrariamente a las aseveraciones federales de que los ataques con gérmenes eran poco sofisticados. Los científicos defienden su posición en un próximo número de la revista Journal of Bioterrorism & Biodefense.
Documentos del FBI comentados por The New York Times muestran que los científicos del buró se concentraron en el estaño al principio de su investigación de ocho años, considerándolo un "elemento de interés" y una clave potencialmente crucial para la acusación criminal. Más tarde dejaron de lado su prolongada pesquisa, nunca mencionaron el estaño en público y nunca ofrecieron ningún informe detallado sobre cómo pensaban que se había producido el polvo.
El nuevo artículo plantea la perspectiva -por primera vez en un foro científico serio- de que el experto en biodefensa del ejército, identificado por el FBI como el autor, Bruce E. Ivins, o tuvo ayuda en la obtención de sus armas biológicas o posiblemente era inocente de ese delito.
Tanto la presidenta de la comisión de la Academia Nacional de Ciencias que pasó un año y medio revisando el trabajo científico del FBI y el director de una nueva revisión de la Oficina de la Contraloría General de Estados Unidos dijeron que el artículo hacía importantes preguntas que debían ser respondidas.
Alice P. Gast, presidenta de la Universidad de  Lehigh y directora de la comisión de la academia, dijo que el artículo "describe conexiones que merecen mayores estudios".
Gast, ingeniera química, dijo que las "firmas químicas" del ántrax enviado por correo y su valor potencial para la investigación criminal no ha sido exploradas completamente. "Simplemente no se estudió tan vigorosamente como la microbiología", dijo, aludiendo a los análisis de micro-organismos. También observó que la comisión de la academia sugirió una revisión de la investigación del gobierno sobre el ántrax, que su comisión nunca vio.
En entrevistas, los tres autores dijeron que sus análisis sugerían que el FBI puede haber perseguido al sospechoso equivocado y que el caso debería ser reabierto. Su posición puede fortalecer los llamados a formar una comisión nacional para investigar el primer atentado bioterrorista importante en la historia de Estados Unidos.
Pero otros científicos que revisaron el documento dijeron que pensaban que el estaño podría ser un contaminante aleatorio, no una clave de un procesamiento complejo. Y el Ministerio de Justicia no ha alterado su conclusión de que las mortíferas cartas fueron enviadas por el doctor Ivins, un especialista en ántrax del ejército que trabajaba en Fort Detrick, Maryland, y que se suicidó en 2008 cuando la fiscalía preparaba la acusación.
Dean Boyd, portavoz del Ministerio de Justicia, dijo que el documento no "proporcionaba ninguna evidencia de que las esporas usadas en los correos fueron producidas" en otro lugar que en Fort Detrick. Dijo que los investigadores creen que Ivins cultivó y secó él mismo las esporas de ántrax.
"Las especulaciones sobre ciertas características de las esporas son simplemente eso: especulaciones", dijo Boyd. "Defendemos nuestras conclusiones."
El estaño es sorprendente porque mata micro-organismos y se usa en productos anti bacterianos. Los autores del artículo dicen que su presencia en el ántrax enviado por correo sugiere que los gérmenes, después de su cultivo y secado, recibieron un revestimiento especial de silicio, con el estaño como catalizador químico. Esos revestimientos, conocidos en la industria como micro-encapsulantes, son habituales en la manufactura de fármacos y otros productos.
"Indica un procesamiento muy especial, y pericia", dijo Martin E. Hugh-Jones, principal autor del artículo y autoridad mundial sobre ántrax en la Universidad de Luisiana. Los letales gérmenes enviados por correo a organizaciones de medios y a dos senadores estadounidenses, agregó, eran "mucho más sofisticados de que lo que era necesario".
Además de Dr. Hugh-Jones, los autores del nuevo artículo son Barbara Hatch Rosenberg, bióloga, y Stuart Jacobsen, químico. Ambos han especulado públicamente sobre el caso y criticado al FBI durante años.
En 2008, días después del suicidio de Ivins, el buró hizo pública una amplia pero circunstancial acusación en su contra. El año pasado, el buró archivó formalmente el caso, reconociendo que algunas preguntas científicas permanecían sin respuesta, pero afirmando que las evidencias contra Ivins eran abrumadoras.
Los investigadores descubrieron que en los días previos a los dos conocidos ataques con ántrax en septiembre y octubre de 2001, el microbiólogo había trabajado en su laboratorio hasta muy tarde en la noche; que a menudo enviaba correspondencia bajo nombres falsos; que tenía antecedentes por amenazas homicidas y hablaba de un ‘Loco Bruce’ como una personalidad que hacía cosas que él más tarde no podía recordar.
Ivins había ocultado a su familia y amigos su obsesión con una hermandad - Kappa Kappa Gamma-, con una oficina cerca de Princeton, Nueva Jersey, desde donde fueron enviadas las cartas. El FBI grabó una conversación de Ivins con un amigo en la que dice ambiguamente que él "no recordaba" haber enviado las cartas, que él no era "un asesino" y que "si yo estuviera en mis cabales, no lo haría".
Sin embargo, ninguna evidencia relacionó a Ivins con el delito. Algunos de los ex colegas del científico han argumentado que él no pudo haber hecho el ántrax y que los investigadores acosaron hasta la muerte a un hombre con problemas. Observaron que el FBI persiguió a varias otras personas, más notoriamente a otro ex científico del ejército, el doctor Steven J. Hatfill, al que el buró finalmente exoneró y pagó 4.6 millones de dólares en un convenio extrajudicial.
En su informe de febrero último, la comisión de la Academia Nacional de Ciencias criticó fuertemente partes del trabajo científico del FBI, diciendo que el enlace genético entre el ataque con ántrax y una provisión en el laboratorio de Ivins no era "conclusiva" como había afirmado el buró.
Si los autores del nuevo artículo tienen la razón sobre el revestimiento de silicio, es probable que Ivins no haya elaborado solo el polvo de ántrax con el equipo que poseía, como dice el FBI. Eso podría significar sea que obtuvo el polvo en otro lugar o que él no fue el autor de los atentados.
Si Ivins no hizo el polvo, una fuente posible puede ser una investigación confidencial del gobierno sobre el ántrax, realizada hace años por los militares y la Agencia Central de Inteligencia. Ivins tenía lazos con varios investigadores que participaron en esa misión secreta.
La Oficina de Contraloría General de Estados Unidos, el brazo investigativo del Congreso, está realizando su propia revisión de las evidencias del ántrax. Nancy Kingsbury, la funcionaria que supervisa el proyecto dijo que la agencia había hablado con los autores del artículo y juzgado que "sus preguntas son razonables".
Más allá del mundo de los forenses, el estaño es un aditivo común utilizado para matar micro-organismos en productos como la pintura, conservantes para maderas e incluso pasta dentífrica. Pero microbiólogos dicen que los nutrientes y aditivos usados para cultivar el Bacillus anthracis, la bacteria del ántrax, normalmente no llevan estaño.
Así que a fines de 2002, cuando el FBI encontró cantidades significativas de estaño en los polvos enviados, se propuso identificar la fuente. Para 2003, el buró calificaba el estaño como un "elemento de interés" -repitiendo su terminología para describir a humanos sospechosos-, de acuerdo a revelaciones entresacadas por el Times de las nueve mil seiscientas páginas de documentos del FBI.
Con el correr de los años, el buró realizó cientos de pruebas para explorar el uso del estaño en microbiología y su utilización en los ataques con gérmenes. También buscó claves para trazar cómo las esporas llegaron a impregnarse con silicio, que Estados Unidos había usado hace décadas como revestimiento de armas biológicas. En 2005, en un simposio interno del FBI, los científicos dijeron que el estaño era posiblemente una huella digital de los atentados con gérmenes.
Después de eso, la clave forense desapareció del debate público, excepto por una breve mención en un comunicado de prensa de 2009. "Aunque la huella digital química de las esporas es interesante", decía el comunicado, "no era relevante para la investigación".
Al final, el FBI -sin aludir a sus trabajos con estaño- declaró públicamente que los gérmenes usados en los atentados no tenían un revestimiento especial, diciendo que esa conclusión se sustentaba en su descubrimiento de que Ivins había cultivado y secado solo las esporas, usando equipos corrientes en su laboratorio en Fort Detrick.
Varios científicos especializados en ántrax que estudiaron el nuevo artículo a petición del Times dijeron que creían que habían descuidado la posibilidad de que el estaño y el silicio fueran contaminantes insignificantes antes que aditivos sofisticados.
Johnathan L. Kiel, científico retirado de la Fuerza Aérea que trabajó con ántrax durante muchos años, dijo que las esporas "recogen cualquier cosa" y que el silicio puede haber sido un residuo de algún producto comercial usado en la cristalería del laboratorio para impedir que las esporas se peguen. Dijo que el estaño podría incluso haber sido recogido de los contenedores de metal del laboratorio, aunque no había verificado la idea.
"No tiene por qué ser un proceso super secreto", dijo el doctor Kiel. Otros expertos sugirieron que el estaño puede haber provenido de productos anti-espuma, desinfectantes y agua.
El problema con esas conjeturas es que el FBI pasó años haciendo pruebas con estaño en provisiones de laboratorios de microbiología -sin informar sobre ninguna, de acuerdo a documentos del buró.
Gast, la directora de la comisión de la Academia Nacional de Ciencias, observó que su grupo recomendó enfáticamente que en futuras investigaciones sobre los ataques con ántrax se estudie el trabajo secreto del gobierno sobre el ántrax.
Dijo que el acceso a archivos secretos era "un aspecto importante para proporcionar más claridad sobre lo que sabemos y no sabemos".
27 de octubre de 2011
9 de octubre de 2011
©new york times
cc traducción c. lísperguer

el otro ejército de estados unidos


Una mirada en el Comando Conjunto de Operaciones Especiales de las fuerzas militares de Estados Unidos. El ejército secreto de Estados Unidos secuestra, detiene, tortura, mata y es impune.
[Dana Priest y William M. Arkin] Los aviones no tripulados y las fuerzas paramilitares de la CIA han matado a decenas de dirigentes de al Qaeda y a miles de sus militantes. Pero hay otra misteriosa organización que ha asesinado incluso a más enemigos de Estados Unidos desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Los operativos de la CIA han encarcelado e interrogado a casi cien sospechosos de terrorismo en sus ex cárceles secretas en todo el mundo, pero las tropas de esta otra organización secreta han encarcelado e interrogado casi a mil, manteniéndolos en cárceles controladas por la organización en Iraq y Afganistán.
Desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, este secreto grupo de hombres (y algunas mujeres) se ha multiplicado por diez mientras mantiene un nivel de oscuridad que ni siquiera la CIA ha logrado. "Somos la materia oscura. Somos la fuerza que pone orden en el universo, pero que no puede ser vista", dijo, hablando a condición de conservar el anonimato, un robusto marine de la Armada.
Los SEALs [marines de la Armada] forman parte del Comando Conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Armadas estadounidenses, conocido como JSOC, que ha pasado de ser un equipo de rescate de rehenes rara vez usado en el ejército secreto de Estados Unidos. Cuando los miembros de esta fuerza de elite asesinaron a Osama bin Laden en Pakistán en mayo, los jefes del JSOC celebraron no solamente el éxito de la misión sino también el hecho de que casi nadie sabía de la existencia del comando, con sede en Fayetteville, Carolina del Norte.
Este artículo, la adaptación de un capítulo del recién publicado ‘Top Secret America: The Rise of the New American Security State’, de los periodistas del Washington Post Dana Priest y William M. Arkin, lleva la crónica del espectacular surgimiento del JSOC, gran parte del cual no ha sido revelado nunca. Dos presidentes y tres ministros de Defensa han pedido al JSOC rutinariamente que prepare misiones de recabamiento de inteligenca y operaciones letales, mayormente en Iraq y Afganistán, aunque también en países con los que Estados Unidos no está en guerra, entre ellos Yemen, Pakistán, Somalia, Filipinas, Nigeria y Siria.
"La CIA no tiene el tamaño ni la autoridad para hacer algunas de las cosas que nosotros sí podemos hacer", dijo un operador del JSOC.
El presidente también ha otorgado al JSOC la rara autoridad de seleccionar individuos para ser incluidos en sus listas de muerte, y luego asesinarlos, antes que capturarlos. Los críticos acusan que estas misiones de cacería y eliminación de individuos equivalen a asesinatos, una práctica prohibida por las leyes estadounidenses. La lista negra del JSOC normalmente no está coordinada con la CIA, que maneja una lista similar, pero más corta.
Creada en 1980 pero remodelada en los últimos años, el JSOC ha crecido de mil ochocientos efectivos antes del 11 de septiembre de 2001 a veinticinco mil, una cifra que fluctúa de acuerdo a la misión. Tiene su propia división de inteligencia, sus propios aviones espía y aviones de reconocimiento, incluso sus propios satélites. También tiene sus propios combatientes en el espacio virtual, los que, el 11 de septiembre de 2008, bajaron de la red a todos los sitios yihadistas.
La oscuridad ha sido una de las características de la unidad. Cuando los oficiales del JSOC trabajan en agencias civiles del gobierno o en embajadas estadounidenses en el exterior, lo que ocurre a menudo, no usan uniforme militar, a diferencias de sus otros colegas militares. En el combate no llevan nombre ni identificadores de rango. Se esconden detrás de varios apodos: Ejército Secreto de Virginia del Norte (Secret Army of Northern Virginia), Task Force Green, Task Force 11, Task Force 121. Los jefes del JSOC no hablan casi nunca en público. No tienen una página web pública.
Pese al secreto, el JSOC no puede realizar operaciones encubiertas como la CIA. Las acciones encubiertas, en las que el papel de Estados Unidos se mantiene secreto, exige una orden presidencial y una notificación parlamentaria. Muchos funcionarios de seguridad nacional, sin embargo, dicen que las operaciones del JSOC son tan similares a las de la CIA que equivalen a operaciones encubiertas. La unidad recibe órdenes directamente del presidente o del ministro de Defensa, y es dirigida por un cadena de mando solamente militar.
Durante la presidencia de George W. Bush, las operaciones del JSOC eran rara vez comunicadas de antemano al Congreso -y normalmente tampoco después- porque los abogados del gobierno las consideraban "actividades militares tradicionales" que no exigen esa notificación. El presidente Obama ha adoptado la misma opinión, pero ha insistido en que las misiones sensibles del JSOC sean comunicadas a los líderes del Congreso.

Fuerza Letal
La primera misión del JSOC en 1980, la Operación Garra de Águila, el intento de rescate de diplomáticos retenidos como rehenes por estudiantes iraníes en la embajada estadounidense en Teherán, terminó con la colisión de un helicóptero en el desierto y la muerte de ocho miembros del equipo. El extremo secreto de la unidad también provocó la desconfianza de los comandantes militares tradicionalistas y, como resultado, fue rara vez utilizada durante conflictos.
El ministro de Defensa Donald Rumsfeld, todavía dolido por la capacidad de la CIA para entrar por primera vez en Afganistán y frustrado por la lentitud del ejército, infundió nueva vida a la organización. El núcleo del JSOC incluye a la Delta Force del Ejército, los marines de la Armada, el Team 6, el Escuadrón de Tácticas Especiales 24 de la Fuerza Aérea y el Regimiento Ranger No. 75.
El carácter letal del JSOC quedó demostrado en la batalla de la montaña Tora Bora en diciembre de 2001. Aunque bin Laden y muchos de sus seguidores finalmente huyeron a través de la frontera con Pakistán, una historia del ejército narraba que en las noches del 13 y 14 de diciembre el JSOC mató a tantas tropas enemigas que los "cadáveres de los combatientes de al Qaeda fueron retirados al día siguiente del campo de batalla" en camiones.
También ha cometido errores. El 1 de julio de 2002, en lo que la Rand Corp. clasificó como "el ataque por error más grave de toda la guerra", un equipo de reconocimiento del JSOC, persiguiendo a talibanes, fue atacado y un helicóptero de combate AC-130 disparó contra seis sitios en el pueblo de Kakarak. Según los cálculos cayeron entre 48 y cientos de civiles. El "incidente de la boda", como se conoció debido a que entre los blancos se encontraba una boda, convenció a muchos afganos que las fuerzas estadounidenses despreciaban la vida de los civiles.
Sin embargo, el 16 de septiembre de 2003, Rumsfeld firmó un decreto consolidando al JSOC como el centro del universo contraterrorista. Incluía un listado de quince países y las actividades permitidas bajo diversos escenarios, y daba la aprobación previa para realizarlas.
En Iraq y Afganistán, las acciones letales contra al_Qaeda fue garantizada sin una aprobación adicional. En los otros países -entre ellos Argelia, Irán, Malasia, Mali, Nigeria, Pakistán, Filipinas, Somalia y Siria-, el JSOC necesitaba la aprobación explícita del país implicado o al menos una aprobación de un superior en la cadena de mando estadounidense. En Filipinas, por ejemplo, el JSOC podía emprender operaciones psicológicas para confundir o atrapar a operativos de al Qaeda, pero para acciones letales necesitaba aprobación de la Casa Blanca. Para atacar blancos en Somalia necesitaba al menos la aprobación del ministro de Defensa, mientras que los ataques en Pakistán y Siria necesitaban la aprobación presidencial.
En el otoño de 2003, JSOC recibió un nuevo comandante que convertiría la organización en el arma más efectiva en el arsenal antiterrorista de Estados Unidos. Desde su privilegiada posición como subdirector de operaciones en el Comando Conjunto, el general de brigada Stanley A. McChrystal había llegado a creer que en los círculos más altos del gobierno existía una aversión a tomar decisiones. Nadie quería equivocarse, así que hacían más preguntas o agregaban más capas al proceso. El nuevo énfasis en la cooperación entre agencias también significó reuniones más grandes y más largas. Cualquiera de entre una multitud de agencias podía retrasar una operación hasta que fuera demasiado tarde.
McChrystal creía que tenía que "escabullir el control" de la sofocantes burocracia de Washington, dijo a sus asociados. Trasladó sus oficinas a la Base Aérea Balad, a 72 kilómetros al nordeste de Bagdad, y trabajó en un viejo hangar de cemento con tres centros de mando conectados: uno para luchar contra los afiliados de al Qaeda en Iraq, otro para la lucha contra los extremistas chiíes en el país y el tercero para sí mismo, de modo que pudiera supervisar todas las operaciones.
Persuadió a otras agencias de inteligencia de que lo ayudaran -la presencia de la CIA creció a cien; el FBI y la Agencia de Seguridad Nacional a ochenta, juntos. Ganó su lealtad exponiendo completamente la operación a todos los involucrados. "Mientras más gente comparte tu problema, mejor lo resolverás", diría.
McChrystal instaló una sola mesa de trabajo y un portal donde las tropas podrían subir documentos, chatear, buscar inteligencia disponible sobre blancos -fotografías, biometría, transcripciones, informes de inteligencia- y seguir el tráfico de mensajes de los comandantes durante el curso de las operaciones.
Luego dio acceso a este a los rivales burocráticos del JSOC: la CIA, la NSA, el FBI y otros. También empezó a colocar a sus hombres en cada una de las agencias de seguridad nacional en Washington. En total, desplegó 75 funcionarios entre agencias de Washington y cien más en todo el mundo. Rotaban cada cuatro meses, de modo que ninguno quedara desconectado del combate.
Algunos veían a los enlaces como espías de una organización que ya era demasiado importante. Pero esas sospechas no lograron hacer descarrilar ni al JSOC ni a McChrystal.
Los rumores decían que comía una sola vez al día y corría 16 kilómetros diarios. Con su cara tensa, sus ojos intensos y delgado, se parecía a su personaje. Un letrero en Balad decía: "175 2." Diecisiete horas de trabajo, cinco de sueño, dos para comer y hacer ejercicios.
La legendaria ética del trabajo de McChrystal se mezclaba bien con su exuberancia irlandesa y su aspecto de hombre corriente. Consideraba que beber cerveza con sus subordinados era un importante ejercicio de camaradería. Prefería que le llamaran por su nombre de pila. Parecía casi ingenuamente confiado. (Este rasgo fue la causa de la perdición de McChrystal en 2010, después de que fuera ascendido a comandante de las tropas en Afganistán. Él y miembros de su círculo íntimo hicieron comentarios inapropiados sobre sus jefes civiles en presencia de un periodista de Rolling Stone. McChrystal ofreció su renuncia, y Obama la aceptó rápidamente.)

Sacando Partido de la Tecnología
La dependencia de la resistencia iraquí de la tecnología moderna también dio una ventaja al moderno JSOC y sus socios, especialmente a la Agencia de Seguridad Nacional. La NSA aprendió a localizar todas las señales electrónicas en Iraq. "Hicimos nuestro agosto", dijo un alto comandante del JSOC, hablando a condición de conservar el anonimato, para describir las operaciones secretas.
Una innovación fue llamaba la Varita de Zahorí Electrónica, un sensor llevado por los comandos que podía detectar la ubicación de un celular en particular. El pitido se hacía más fuerte cuando un soldado con el dispositivo se acercaba a la persona que llevaba el teléfono.
Matar al enemigo era la parte fácil, dijeron comandantes del JSOC; localizarlo era lo más difícil. Pero gracias a Roy Apseloff, director del National Media Exploitation Center, la agencia del gobierno estadounidense para analizar documentos incautados por las fuerzas armadas y la comunidad de inteligencia, el recabamiento de inteligencia del JSOC mejoró dramáticamente. Apseloff ofreció a McChrystal prestarle sus propios empleados en Fairfax para estudiar ítemes incautados durante allanamientos. El equipo de Apseloff bajaba los contenidos de unidades de memoria flash, celulares y ordenadores bloqueados o dañados para extraer nombres, números de teléfono, mensajes e imágenes. Luego procesaban y almacenaban los datos, relacionándolos con otras informaciones que pudieran ayudar a los analistas a encontrar no solamente a un tipo malo sino a toda una red de ellos.*
El mayor reto era como encontrar las gemas en el tacho de basura con suficiente rapidez como para ser útil. La clave era más ancho de banda, la línea electrónica que transportaba informaciones como correos electrónicos y llamadas telefónicas en todo el mundo. Afortunadamente para las fuerzas armadas y el JSOC, los atentados de 2001 coincidieron con un desarrollo no-relacionado: la caída de las punto com. Creó una sobreabundancia en la capacidad comercial de los satélites y las fuerzas armadas compraron gran parte de esta.
En un año desde la llegada de McChrystal, el JSOC había coordinado a 65 estaciones en todo el planeta para permitir a los espectadores participar en las teleconferencias por video de 45 minutos que dictaba dos veces al día. Para 2006, el JSOC había aumentado en tres años cien veces su capacidad de ancho de banda, de acuerdo a altos oficiales.
El otro reto que enfrentaba el JSOC era humano: interrogadores mal preparados tenían poca información sobre los detenidos individualmente y no sabían qué preguntar o cómo preguntar de modo más efectivo. Peor, algunos miembros de la Task Force 121 del JSOC estaban golpeando a los prisioneros.
Incluso antes de que las fotos tomadas por militares en la cárcel de Abu Ghraib empezaran a circular en 2004, un informe confidencial advirtió que algunos interrogadores del JSOC estaban maltratando a los prisioneros y ocultándolos en recintos secretos. Las tropas del JSOC también detenían a las madres, esposas e hijas cuando en una casa no encontraban al hombre al que andaban buscando. El informe advertía que esas detenciones y otras operaciones de barrido masivas eran contraproducentes si se quería ganar el apoyo de los iraquíes.
Otra investigación sobre los centros de detención del JSOC en Iraq durante un periodo de cuatro meses en 2004 concluyó que los interrogadores daban a algunos prisioneros sólo pan y agua, en un caso durante diecisiete días. Otros prisioneros eran encerrados en celdas han hacinadas que no podían estar de pie ni tenderse mientras sus verdugos ponían música a todo volumen para impedirles dormir. Otros aun eran desnudados, empapados con agua fría y luego interrogados en cuartos con aire acondicionado o dejados a la intemperie.
Finalmente 34 soldados de grupos de trabajo del JSOC fueron disciplinados en cinco ocasiones en un periodo de un año a partir de 2003.
McChrystal ordenó a su jefe de inteligencia, Michael Flynn, que profesionalizara el sistema de interrogatorios. Para el verano de 2005, las cabinas de interrogatorio del JSOC, en Balad quedaban a la vuelta de la esquina de la enorme conejera de cuartos donde los especialistas utilizaban memorias, ordenadores, celulares y documentos para usar durante los interrogatorios. Los mapas de papel fueron retirados de las paredes y remplazados con pantallas planas y sofisticados mapas computarizados. A los detenidos dispuestos a cooperare se les enseñaba a usar un ratón para recorrer sus vecindarios virtuales para identificar a blancos potenciales.
El JSOC tenía que acatar las reglas establecidas en el Manual de Campo del Ejército para interrogar a los detenidos. Pero a sus interrogadores se les permitía mantenerlos apartados de los otros prisioneros y retenerlos durante noventa días, con las aprobaciones correspondientes de sus superiores y en algunos casos de abogados del Ministerio de Defensa, antes de que fueran integrados a la población normal de las cárceles militares.
El nuevo sistema de interrogatorios también incluía al FBI y a un equipo judicial que reunía evidencias necesarias para juicios en la Corte Penal Central en Bagdad. Desde principios de 2005 a principios de 2007, los equipos enviaron a más de dos mil personas a juicio, dijeron altos oficiales.

Bajas
Al Qaeda utilizó la invasión norteamericana de Iraq como un llamado a las armas para terroristas y reclutas en todo Oriente Medio, los que empezaron a llegar desde Túnez, Libia, Egipto y Arabia Saudí -hasta doscientos al mes en el punto más álgido. Hacia fines de 2005 emergió un impactante panorama: Iraq abundaba en redes de al Qaeda semiautónomas.
Al Qaeda había dividido Iraq en secciones y nombrado a un comandante provincial a cargo de cada una. Estos comandantes además dividían sus territorios en distritos y nombraban a militantes para encargarse de cada uno, de acuerdo a oficiales. Había líderes urbanos dentro de esas zonas y células en cada ciudad. Había jefes para combatientes extranjeros, para finanzas y para comunicaciones.
Hacia la primavera de 2006, usando un ancho de banda extendido y la constante vigilancia de aviones espías, el JSOC llevó a cabo una serie de ataques, conocida como Operación Arcadia, en la que recogieron y analizaron 662 horas de video filmadas en diecisiete días. La operación incautó 92 discos compactos y montañas de documentos, lo que provocó otra rondas de allanamientos en catorce ubicaciones. Esos golpes proporcionaron discos duros, unidades de memoria flash y un sótano donde se apilaban 704 discos compactos, incluyendo copias de una sofisticaba campaña de propaganda de al Qaeda. La Operación Arcadia condujo, el 7 de junio de 2006, a la muerte del jefe de al Qaeda en Iraq, Abu Musab al-Zarqawi, cuando el JSOC ordenó un ataque aéreo para asesinarlo.
El carácter letal del JSOC era evidente en sus listas de bajas: en 2008, solamente en Afganistán, comandos del JSOC atacaron quinientos blancos y mataron a unas mil personas, contaron oficiales. En 2009 realizaron 464 operaciones y mataron a cuatrocientos a quinientos enemigos. Mientra Iraq se hundía en el caos en el verano de 2005, el JSOC realizó trescientos allanamientos al mes. Más del cincuenta por ciento de los comandos de la Delta Force del Ejército del JSOC tienen ahora Corazones Púrpuras.
Los ataques más intensos en Iraq le recordaban a McChrystal la descripción de Lawrence de Arabia de "anillos de pesar", el coste emocional entre pequeños grupos de combatientes. Grandemente influido por la vida de Lawrence, McChrystal veía a sus tropas del JSOC como modernas fuerzas tribales dependiendo unas de otras para formar alianzas y sobrevivir.
Si ganar guerras se lograra sólo con asesinatos, el libro del JSOC ya podría estar escrito. Pero en la época moderna ninguna guerra se gana solamente matando a suficientes enemigos. En la edad de las armas de precisión, ocurren accidentes que provocan enormes reveses políticos.
Cada ataque del JSOC en el que también quedaron civiles heridos o muertos, o casas o medios de supervivencia destruidos, se convirtió en una fuente de quejas tan profundas que es difícil calcular los efectos contraproducentes, todavía en desarrollo. El éxito del JSOC en los ataques contra las casas, negocios e individuos correctos era sólo del cincuenta por ciento, de acuerdo a dos comandantes. Consideran que esta tasa era buena.
"A veces nuestras acciones eran contraproducentes", dijo McChrystal en una entrevista. "Podíamos decir: ‘Tenemos que matar a ese tipo’, pero los efectos de nuestra acción kinésica eran negativos y ellos [las fuerzas armadas convencionales que ocupaban gran parte del país] debían encargarse del caos."
En 2008, Bush mandó al JSOC, brevemente, a Pakistán. Para atenuar la inquietud de la embajadora estadounidense Anne Patterson sobre las crecientes muertes de civiles en ataques del JSOC en otros países, los comandos le entregaron una consola Predator para que pudiera presenciar los ataques en tiempo real. Debido a la indignación pública en Pakistán, oficiales norteamericanos cancelaron la misión después de sólo tres allanamientos. La CIA continúa realizando ataques con aviones no tripulados en el país.

Burocracia
El Ministerio de Defensa ha dado el JSOC un papel mayor en las misiones no militares, incluyendo el trazado del flujo de dinero desde bancos internacionales para financiar redes terroristas. También se ha implicado profundamente en "operaciones psicológicas", que fueron rebautizadas como "operaciones de información militar" para que sonaran menos amenazadoras. El JSOC envía rutinariamente pequeños equipos de militares vestidos de paisano a embajadas estadounidenses para ayudar en lo que llaman campañas en medios y de mensajes de texto.
Cuando asumió el presidente Obama, simpatizó de inmediato con la organización. (Ayudó que el director de la CIA, Leon Panetta, tuviera un hijo que, como reservista de la Armada, estaba desplegado con el JSOC.) Pronto Obama estaba usando al JSOC incluso más intensamente que su predecesor. En 2010, por ejemplo, ordenó secretamente enviar tropas del JSOC a Yemen para asesinar a los líderes de al Qaeda en la Península Arábiga.
La Primavera Árabe obligó a la Casa Blanca a retrasar algunas misiones del JSOC. Entretanto, la organización está ocupada con su nuevo edificio de dos mil ochocientos metros cuadrados que es su nuevo centro de comando. A diferencia de oficinas anteriores, no está ubicado en alguna parte oscura del planeta. Está al otro lado de la carretera del Pentágono en prístino esplendor suburbano, a apenas cinco minutos de la oficina civil de McChrystal y sus restaurantes cerveceros favoritos.
Como lo implica su nombre, el objetivo del Grupo de Trabajo Conjunto para Operaciones Especiales-Región de la Capital Nacional no es la siguiente red terrorista, sino otro de sus enemigos de toda la vida: la burocracia de Washington. Cerca de cincuenta curtidos combatientes del JSOC y un puñado de otros agencias de inteligencia y policiales federales trabajan allá.
México está en primer lugar en su lista de deseos. De momento el gobierno mexicano, cuya Constitución limita los contactos con las fuerzas armadas estadounidenses, depende de otras agencias federales -la CIA, el Ministerio de Seguridad Interior, el Servicio de Control de Drogas (DEA) y el Servicio de Inmigración y Aduanas- para el recabamiento de inteligencia y otras tareas.
Pero el grupo de trabajo de la Capital Nacional del JSOC no está simplemente esperando ociosa que pueda ser útil a sus vecinos del sur. Está creando paquetes de objetivos para las agencias nacionales norteamericanas que han solicitado su ayuda, incluyendo el Servicio de Inmigración y Aduanas, la segunda agencia policial federal del país y la última en ocupar un papel importante en las actividades contraterroristas de Estados Unidos.
[Del libro ‘Top Secret America’, de Dana Priest y William M. Arkin.]
17 de octubre de 2011
2 de septiembre de 2011
©washington post
cc traducción c. lísperguer

memo legalizó asesinato de al-awlaki


Un memorando secreto de Estados Unidos legalizó el asesinato de un ciudadano.
[Charlie Savage] Washington, Estados Unidos. El memorándum jurídico secreto del gobierno de Obama que abrió la puerta al asesinato de Anwar al-Awlaki, el clérigo extremista musulmán nacido en Estados Unidos que se ocultaba en Yemen, determinó que el homicidio sería legítimo sólo si no fuera posible capturarlo vivo, de acuerdo a personas que han leído el documento.
El memo, escrito el año pasado, fue redactado después de meses de extensas deliberaciones de las agencias y ofrece una mirada al debate jurídico que condujo a una de las decisiones más significativas tomadas por el presidente Obama: aprobar el asesinato extrajudicial de un ciudadano estadounidense.
El documento secreto proporciona la justificación para actuar pese a un decreto presidencial que prohíbe los asesinatos, una ley federal contra el homicidio, garantías de la Carta de Derechos y varias restricciones de las leyes de guerra internacionales, de acuerdo a personas familiarizadas con el análisis. Sin embargo, el memo fue definido para que correspondiera estrictamente con el caso de Awlaki y no estableció una nueva doctrina legal que permita el asesinato selectivo de estadounidenses de los que se crea que representan un peligro terrorista.
El gobierno de Obama se ha negado a reconocer o discutir su papel en el ataque con avión no tripulado que mató a Awlaki el mes pasado y que sigue siendo técnicamente una operación encubierta. El gobierno también ha resistido los crecientes llamados a que entregue una explicación pública detallada de por qué los funcionarios consideraron legal asesinar a un ciudadano estadounidense, sentando un precedente que los estudiosos, activistas de derechos y otros dicen que ha intensificado la preocupación sobre el estado de derecho y las libertades civiles.
Pero el documento que explica la justificación del gobierno -un memorándum de unas cincuenta páginas de la Oficina de Asesoría Jurídica del ministerio de Justicia, completado hacia junio de 2010- fue descrito a condición de conservar el anonimato de las personas que lo han leído.
En lo esencial, el análisis jurídico concluyó que Awlaki podía ser asesinado legalmente si no fuera posible capturarlo, porque las agencias de inteligencia dijeron que estaba participando en una guerra entre Estados Unidos y al Qaeda y representaba una amenaza importante para los estadounidenses, así como porque las autoridades yemeníes eran incapaces de capturarlo, o no querían.
El memorándum, que escrito más de un año antes del asesinato de Awlaki, no estudia independientemente la calidad de la evidencia en su contra.
El gobierno no respondió a las peticiones de comentario sobre este reportaje.
Las deliberaciones para redactar el memo incluyeron reuniones en la Sala de Crisis de la Casa Blanca con dos importantes abogados del Pentágono, el Departamento de Estado, el Consejo Nacional de Seguridad y agencias de inteligencia.
Fue redactada principalmente por David Barron y Martin Lederman, que eran ambos abogados de la Oficina de Asesoría Jurídica en esa época, y fue firmada por Barron. La oficina puede haber aprobado oralmente un ataque contra Awlaki antes de completar su memorándum detallado. Varios informes de prensa de antes de junio de 2010 citan a funcionarios anónimos de contraterrorismo diciendo que Awlaki había sido incluido en una lista de búsqueda vivo o muerto hacia la época del atentado fallido contra un avión de pasajeros con destino a Detroit el 25 de diciembre de 2009. Awlaki fue acusado de ayudar a reclutar al operativo de esa misión.
Awlaki, que nació en Nuevo México, fue también acusado de jugar un papel en la fallida conspiración para atentar con bomba contra dos aviones de carga el año pasado como parte de un esquema de actividades que los funcionarios de contraterrorismo han dicho que mostraba que había pasado de ser meramente un propagandista -dictando sermones para justificar la violencia de musulmanes contra Estados Unidos- a jugar un rol operativo en los permanentes intentos de al Qaeda en la Península Arábiga de cometer atentados terroristas.
Otras aseveraciones sobre Awlaki incluyen que era líder del grupo que había llegado a ser "co-beligerante" con al Qaeda y que estaba impulsándola a tratar de atacar a Estados Unidos nuevamente. Los abogados también dijeron que capturarlo vivo entre aliados armados hostiles puede no ser posible si y cuando fuera localizado.
Sobre la base de esas premisas, el ministerio de Justicia concluyó que Awlaki estaba cubierto por la autorización para usar fuerza militar contra al Qaeda que el Congreso había aprobado poco después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 -queriendo decir que era un blanco legítimo en el conflicto armado a menos que alguna otra prohibición legal anulara esa autoridad.
Entonces consideró posibles obstáculos y los rechazó cada uno a la vez.
Entre ellos estaba la orden presidencial que prohibía los asesinatos. Esa orden, concluyeron los abogados, bloqueaba el asesinato ilegal de líderes políticos en tiempos de paz, pero no el asesinato de un blanco legítimo en un conflicto armado.
Una ley federal que prohíbe a los estadounidenses matar a otros estadounidenses en el extranjero, no se aplicaba tampoco porque no es "asesinato" matar a un enemigo en tiempos de guerra en conformidad con las leyes de la guerra.
Pero eso planteó otra apremiante cuestión: ¿se actuaría en conformidad con las leyes de la guerra si el operador que disparó el misil fuera un funcionario de la Central de Inteligencia Americana, el que, a diferencia del soldado, no lleva uniforme? El memorándum concluía que ese caso no sería un crimen de guerra, aunque el operador pudiera correr el riesgo teórico de ser juzgado en un tribunal yemení por violar las leyes nacionales de Yemen contra el homicidio, una posibilidad muy improbable.
Luego estaba la Carta de Derechos: la garantía de la Cuarta Enmienda de que una "persona" no puede ser detenida de modo irrazonable por el gobierno y la garantía de la Quinta Enmienda de que el gobierno no puede privar de vida a una persona "sin el debido proceso jurídico."
El memo concluía que lo que era razonable, y el proceso que era debido, era diferente para Awlaki que para un delincuente ordinario. Citaba casos judiciales que permitían a ciudadanos estadounidenses que se habían unido a las fuerzas del enemigo, fueran detenidos o procesados en cortes marciales simplemente como enemigos no-ciudadanos.
También citaba varios otros precedentes de la Corte Suprema, como un caso de 2007 que implicaba una persecución a alta velocidad y un caso de 1985 con el asesinato de un sospechoso que huía, determinando que era inconstitucional que la policía emprendiera acciones que puedan poner en peligro de muerte a un sospechoso para reducir un inminente riesgo para personas inocentes.
Los autores del documento argumentan que los riesgos "inminentes" incluían los de un líder enemigo que está metido en el negocio de atacar a Estados Unidos siempre que sea posible, incluso si no es en medio del lanzamiento de un ataque en el preciso momento en que es localizado.
Sin embargo persistía la pregunta de si -cuando el blanco revela ser un ciudadano- era permisible asesinarlo si su captura implicaba un modo posible de suprimir esa amenaza.
Muerto en el ataque junto a Awlaki se encontraba otro ciudadano estadounidense, Samir Khan, que había producido una revista para al Qaeda en la Península Arábiga fomentando el terrorismo. Aparentemente no estaba en la lista negra y su muerte fue un daño colateral. Su familia ha emitido una declaración citando la Quinta Enmienda y preguntando si era necesario que el gobierno "asesinara a dos ciudadanos."
"¿Era necesario este tipo de ejecución?", pregunta la familia Khan en su declaración. "¿Por qué no se lo capturó y llevó a juicio?"
El mes pasado, el asesor en contraterrorismo del presidente Obama, John O. Brennan, dio un discurso en el que negó en todos los términos la acusación de que el gobierno hubiera optado a veces por matar a los militantes cuando su captura era sin embargo posible, diciendo que la preferencia era interrogarlos sobre asuntos de inteligencia.
Se dice que el memorándum declara que en el caso de un ciudadano, se exige legalmente capturar al militante en caso de ser posible -planteando una pregunta: ¿era posible la captura de Awlaki?
Es posible que los funcionarios decidieran el mes pasado que no era posible intentar capturarlo debido a factores como el riesgo que puede representar para los comandos estadounidenses y los problemas diplomáticos que podrían surgir si se llevaran tropas terrestres a suelo yemení. Sin embargo, el ataque contra la casa de Osama bin Laden en Pakistán demuestra que los funcionarios han considerado, en ocasiones, esas acciones posibles.
El año pasado comandos yemeníes rodearon un pueblo en el que se creía que Awlaki se estaba ocultando, pero logró escapar inadvertido.
El gobierno ya ha expresado en público algunos de los argumentos sobre temas del derecho internacional tocados en el memo, en un discurso leído en marzo de 2010, de Harold Hongju Koh, abogado del Departamento de Estado.
El memorándum examinaba si era relevante que Awlaki estuviera en Yemen, lejos de Afganistán. Concluía que la distancia geográfica de Awlaki del llamado campo de batalla no lo excluía del conflicto armado; dadas su presumidas circunstancias, Estados Unidos todavía tiene el derecho a recurrir a la fuerza para defenderse de él.
En cuanto a si violaría la soberanía de Yemen disparar un misil contra alguien en territorio yemení, el presidente de Yemen otorgó permiso en secreto a Estados Unidos para esa misión, como revelaron cables diplomáticos secretos obtenidos por WikiLeaks.
El memorándum dice que otras limitaciones al uso de la fuerza bajo las leyes de guerra -como evitar el uso de fuerza desproporcionada que podría aumentar la posibilidad de bajas civiles- restringiría cualquier operación contra Awlaki.
Eso aparentemente ha restringido el ataque cuando finalmente fue aprobado. Detalles sobre la ubicación de Awlaki se hicieron conocidos hacia un mes, dijeron funcionarios estadounidenses, pero sus cazadores retrasaron el ataque hasta que salió del pueblo y se encontraba en un camino alejado de zonas pobladas.
10 de octubre de 2011
8 de octubre de 2011
©new york times
cc traducción c. lísperguer

asesinato de al-awlaki refleja cambio


Asesinato con avión no tripulado obedece a cambio en la lucha contra el terrorismo. Funcionarios estadounidenses dicen que aviones no tripulados o pilotados a distancia son baratos, seguros y una alternativa precisa para la guerra tradicional.
[Scott Shane y Thom Shanker] Washington, Estados Unidos. El ataque con un avión no tripulado de la CIA que mató a Anwar al-Awlaki, el publicista de la emergente filial de al Qaeda en Yemen, nacido en Estados Unidos, fue una demostración más de lo que funcionarios estadounidenses describen como una herramienta barata, segura y precisa para eliminar enemigos. También fue un indicio de que la campaña norteamericana contra el terrorismo empezada hace diez años, ha llegado a un punto de inflexión.
Desilusionados por los altos costes y resultados inciertos en Iraq y Afganistán, el gobierno de Obama ha adoptado decididamente el avión no tripulado, junto con acciones relámpago de pequeña escala, como la que terminó con la vida de Osama bin Laden en mayo pasado, como el futuro de la lucha contra las redes terroristas.
"Las lecciones de las grandes guerras son obvias", dijo Micah Zenko, del Consejo de Relaciones Exteriores que ha estudiado el asunto. "El coste en sangre y hacienda es inmenso, y el resultado es imprevisible. El respaldo público en casa está declinado hacia los niveles más bajos. Y la gente que has ido a liberar resiente tu presencia."
El cambio también es el resultado de los presupuestos recortados, que ya no cubrirán el despliegue de grandes contingentes en ultramar a costes anuales de casi un millón de dólares por soldado. Y ha habido mejoras en la capacidad técnica de los aviones pilotados a distancia. Uno de ellos detectó a Awlaki con live video en un mercado tribal yemení, donde es muy peligroso para las tropas estadounidenses.
Incluso los oficiales que defienden la campaña con aviones no tripulados reconocen que esas tecnología no son aplicables para todas las amenazas a la seguridad.
Sin embargo, el giro hacia los aviones no tripulados es un cambio extraordinario en la estrategia diseñada, subrayada por cambios en la dirección en el Pentágono y en la CIA. Hace apenas unos años, la contrainsurgencia hizo furor cuando el general David H. Petraeus utilizó su estrategia para revertir lo que parecía una situación sin salida en Iraq. Más tarde aplicó esas lecciones en Afganistán.
El resultado -medido en términos de estabilidad política, imperio de la ley y desarrollo económico-sigue siendo incierto en los dos países.
Ahora Petraeus (que prefiere ir por la vida con el título de director, antes que con el de generak) está a cargo de la CIA, que ha introdujo la campaña con ataques de aviones no tripulados en Pakistán. Ya no dirige las tropas cuyos números eran el corazón de la contrainsurgencia.
Y el ministro de Defensa es Leon E. Panetta, que supervisó la intensificación de los ataques con aviones no tripulados en la caótica área tribal de Pakistán mientras el director de la CIA, Panetta, el director de presupuesto durante la presidencia de Bill Clinton, debía encontrar un modo de salvaguardar la seguridad cuando el Pentágono apretara el cinturón.
Hoy, hay poco apetito político para los riesgos, costes y especialmente el largo cronograma que exige la doctrina de la contrainsurgencia, que implica construir sociedades y gobiernos que se encarguen gradualmente de la lucha contra los insurgentes y los terroristas dentro de sus fronteras.
La aparente simplicidad de un avión no tripulado, con su piloto dirigiéndolo desde Estados Unidos, puede ser engañosa. Detrás de cada nave hay un equipo de ciento cincuenta o más empleados, reparando y encargados del mantenimiento del avión y el montón de tecnología terrestre que lo mantiene en el aire, mirando horas de video y las señales de radio que recoge, y reuniendo la voluminosa inteligencia que es necesaria para realizar un solo ataque.
Oficiales de la Fuerza Aérea calculan que cuesta cinco mil millones de dólares operar la red de vigilancia aérea global, y ese monto está creciendo. El Pentágono pidió otros cinco mil millones para el próximo año para los sistemas de pilotaje remoto de aviones no tripulados.
Sin embargo, esos costes son pequeños en comparación con el precio de las grandes guerras. Un estudio de la Universidad de Brown, publicado en junio, estima que, para cuando las guerras terminen, Estados Unidos habrá gastado 3.7 trillones de dólares en Afganistán e Iraq.
Los aviones no tripulados pueden enajenar a menos personas. Han indignado a muchos paquistaníes, que resienten la violación de la soberanía de su país y las inevitables bajas civiles cuando los misiles fallan o son dirigidos con informaciones de inteligencia incorrectas. Pero mientras los expertos debaten sobre el alcance de las muertes de inocentes cuando los misiles caen en recintos sospechosos de albergar a terroristas, existe un amplio acuerdo en que los aviones no tripulados causan mucho menos víctimas no-intencionadas y producen mucho menos refugiados que la guerra terrestre o el bombardeo aéreo tradicional.
Sin embargo, existen preguntas sobre su legalidad. El equipo jurídico del gobierno de Obama debatió sobre si sería legal convertir a Awlaki en un blanco para ser asesinado -una propuesta que planteaba complejos problemas relacionados con los derechos constitucionales de Awlaki como ciudadano estadounidense, las leyes nacionales y el derecho internacional.
La Oficina de Asesoría Jurídica del ministerio de Justicia finalmente emitió un largo memorándum confidencial que concluía aparentemente que sería legal asesinar a alguien como Awlaki en circunstancias en que se creía que estaba planeando atentados contra Estados Unidos, y si no había modo de arrestarlo. La existencia de ese memorándum fue informada primero por el Washington Post.
El papel de los aviones no tripulados en el cambiante modo americano de hacer la guerra también ilustra la creciente militarización de la comunidad de inteligencia, a medida que las tecnologías de aviones no tripulados de la Fuerza Aérea para vigilancia y reconocimiento -y ahora armados con misiles Hellfire para ataques contra blancos terrestres- juegan un papel central en las operaciones de la CIA. La confusión de los límites de la inteligencia militar incluye a ex oficiales uniformados asumiendo altos cargos en el aparato de inteligencia y en unidades del comando militar realizando ataques bajo comando de la CIA.
Por más útiles que han hayan sido los aviones no tripulados para el contraterrorismo, su valor en otro tipo de conflictos puede ser más limitado. Contra algunos de los peligros potenciales de más envergadura -el poderío chino, por ejemplo, o Corea del Norte o Irán con armas nucleares-, probablemente los aviones no tripulados son sólo de valor marginal. Si se requiriese fuerza militar como disuasivo o para atacar, las fuerzas tradicionales llevarían la mayor parte de la carga.
Por supuesto, nuevos tipos de poderío aéreo han parecido a menudo seductores, porque ofrecen un tipo de guerra más limpia y de tecnología más alta. Oficiales militares dicen que están conscientes de que los aviones no tripulados no son la panacea.
"Es una de las muchas herramientas que tenemos a nuestra disposición para perseguir a terroristas y otros", dijo un alto funcionario del Pentágono. "Pero es una herramienta que no es un arma por el arte de las armas. En muchos casos, estas armas se despliegan en áreas donde es muy difícil perseguir al enemigo con medios convencionales, porque estos líderes terroristas se instalan en algunos de los lugares más remotos."
De cierto modo, el debate sobre los aviones no tripulados versus el retiro de tropas en los primeros meses del gobierno de George W. Bush, cuando el nuevo presidente y su ministro de Defensa, Donald H. Rumsfeld, previeron que una revolución en la tecnología militar permitiría al ministerio de Defensa reducir sus tropas terrestres y reasignar los fondos a plataformas de inteligencia y armas ofensivas de precisión de larga distancia.
Luego llegaron los atentados del 11 de septiembre de 2001, y las guerras, primero en Afganistán y luego en Iraq, en las que las tropas de tierra realizaron la mayor parte de las misiones.
Zenko, del Consejo de Relaciones Exteriores, se preocupa sobre la creciente percepción de que los aviones no tripulados son la respuesta al terrorismo, apenas unos años después de que muchos oficiales creyeran que invadir y rehacer países sería el remedio. La reciente serie de exitosos ataques ha llevado a altos funcionarios del gobierno de Obama a sugerir que la desaparición de al Qaeda está a la vista. Pero la historia de los movimientos terroristas muestra que no terminaron casi nunca por la fuerza militar, dijo.
"Lo que se pierde son todos los otros instrumentos del poder nacional", incluyendo la diplomacia, la política comercial y la ayuda para el desarrollo", dijo Zenko. "Pero en estos días estas herramientas no son nunca adecuadamente consideradas, porque los aviones no tripulados reciben toda la atención."
[Charlie Savage contribuyó al reportaje.]
7 de octubre de 2011
1 de octubre de 2011
©new york times
cc traducción c. lísperguer

quién era samir khan


Nacido en una familia de clase media de Estados Unidos, terminó en una guerra mediática por al Qaeda. En 2009 empezó una revista para yihadistas llamada ‘Inspire.’
[Robbie Brown y Kim Severson] Charlotte, Carolina del Norte. Desde el sótano de casa de sus padres en una parte de la ciudad donde las casas tienen montones de dormitorios y la mayoría de los hijos van a la universidad, Samir Khan se hizo, con su blog, camino hasta los círculos más altos de al Qaeda, llegando a librar una guerra en los medios, la que creía que era tan importante como las batallas con armas en el terreno.
Sus padres -una respetable y discreta pareja que, tras vivir en Queens, se había marchado al sur en 2004- estaban preocupados sobre el giro cada vez más radical de la filosofía de su hijo y los crecientes informes en la prensa que la exponían.
Hablaron con más de once miembros de sus comunidades religiosas para que transmitieran a su hijo universitario los peligros de ese modo de pensar y su conducta.
No funcionó. En 2009, dejó su cómoda vida en Charlotte y se marchó a Yemen, donde empezó una lograda revista para yihadistas llamada Inspire que incluía artículos políticos y consejos prácticos escritos en un atractivo inglés estadounidense y siguió esquivando digitalmente los intentos de civiles y del gobierno de detener lo que llamaba una "guerra santa mediática."
Su vida terminó el viernes en Yemen cuando Khan, de veinticinco años, murió en el ataque de un avión no tripulado que también mató al clérigo radical Anwar al-Awlaki y a otros dos hombres, de acuerdo a funcionarios estadounidenses y yemeníes.
En la Sociedad Islámica del Gran Charlotte, pocas de las varias centenas de personas que se reunieron para la Oración del Viernes querían hablar sobre Khan.
"Es un camino muy peligroso salir a matar a alguien de esta manera", dijo Ayeb Suleiman, 25, un médico residente. "Sólo era un editor. Sólo escribía."
Otros expresaron pesar por la familia que había perdido a un hijo, sin importarles la naturaleza de las actividades del hijo.
El padre de Khan, Zafar Khan, es un ejecutivo en una compañía de tecnología de la información y un estimado y devoto creyente que compró para su familia una casa de ladrillos de dos plantas cerca de una cancha de golf.  Hablaba a menudo sobre cricket con Yasin Raja, un colega estadounidense de origen paquistaní.
"Si atraparon a Samir en algo, eso es asunto suyo", dijo Raja.
Steve Glocke, que vive al frente de la familia, vio crecer a Khan desde que era un amable adolescente que jugaba al baloncesto con su hermano en la calle, en un tranquilo joven extremista. Cuando Khan se marchó a Yemen, dijo: "Pregunté cómo estaba y me dijeron que no lo sabían."
Sus padres estaban preocupados incluso antes de que la familia se mudara de Queens. Mustapha Elturk, imam y presidente de la Organización Islámica de América del Norte, conoció a la familia a mediados de los años noventa durante un programa educativo en una mezquita en Flushing, Queens. Khan estaba interesado en el islam como un modo de "apartarse de la presión de sus compañeros durante su adolescencia", dijo.
Pero después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, la atracción que sentía Khan por las páginas web militantes en Internet y sus opiniones extremistas llegaron al punto de que su padre creyó oportuno intervenir.
"Hizo lo que pudo para que su hijo hablara con todo tipo de imames y estudiosos para disuadirlo de esas opiniones", dijo Elturk, que habló con el padre de Khan el jueves para entregarle sus condolencias. "Te dio la impresión de que cambiaría."
La temprana intervención de los miembros de la comunidad local es clave para prevenir la radicalización de la juventud musulmana, dijo Sue Myrick, miembro del Congreso que representa a Charlotte, donde vivía Khan.
El último número de la revista Inspire, de Khan, llegó a los quioscos esta semana. Tiene veinte páginas, más pequeñas que las demás, y dedicada en gran parte a los atentados del 11 de septiembre. Ha perdido algo del descaro de las primeras ediciones, que describían qué esperar de la guerra santa y tenían titulares como ‘Cómo Hacer una Bomba en la Cocina de Tu Mami’ [Make a Bomb in the Kitchen of Your Mom].
En esta edición, deja en claro el papel que creía que jugaba él en la guerra. "Mientras Estados Unidos se concentraba en combatir a los muyahedines en las montañas de Afganistán y las calles de Iraq", escribe, "los medios yihadistas y sus simpatizantes iban en quinta."
[Robbie Brown informó desde Charlotte, y Kim Severson desde Atlanta. Matt Flegenheimer contribuyó al reportaje desde Nueva York.]
4 de octubre de 2011
30 de septiembre de 2011
©new york times
cc traducción c. lísperguer

asesinan a jefe de al qaeda en yemen


Anwar al Awlaki habría sido ultimado por un avión no tripulado de EE.UU. A diferencia de otros dirigentes de Al Qaida, Al Awlaki era uno de los pocos propagandistas efectivos en el grupo. No dirigía a los que armaban bombas, pero sus sermones inspiraron a los musulmanes a la acción violenta.
[Patrick Cockburn] Yemen. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, celebró ayer la muerte del imán Anwar al Awlaki afirmando que se trató de "un gran golpe contra Al Qaida". La Casa Blanca se negó a confirmar si el operativo fue ordenado por el propio mandatario. Consultado durante su habitual rueda de prensa, el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, evitó brindar mayores detalles sobre quién dio luz verde al ataque contra Awlaki. Carney dijo que el operativo se hizo en coordinación con las fuerzas de seguridad de Yemen, pero "no voy a profundizar en las circunstancias de su muerte, ni las voy a discutir desde ningún ángulo", se excusó.
La muerte de Anwar al Awlaki por un avión no tripulado de Estados Unidos es significativa, a diferencia de otros dirigentes de Al Qaida, porque era uno de los pocos propagandistas efectivos en el grupo. No dirigía a los que armaban bombas, pero sus sermones inspiraron a los musulmanes a la acción violenta. En 2010, sus palabras llevaron a una estudiante de 21 años llamada Rashonara Choudhry en Gran Bretaña a apuñalar y herir a un miembro del Parlamento que había apoyado la guerra contra Irak. Más tarde le dijo a la policía que había decidido actuar, sin consultar a nadie, después de escuchar los sermones de Awlaki por Internet durante cien horas. "No le dije a nadie. Nadie me hubiera entendido", dijo.
Ninguna otra figura en Al Qaida tuvo el mismo poder con las palabras como Awlaki, nacido en Estados Unidos y establecido en Yemen, quien podía hablar inglés fluido. En sus conferencias en YouTube habla con soltura y claridad segura. Otra razón para que Estados Unidos esté contento con la muerte de Awlaki es que el grupo al que estaba afiliado, Al Qaida de la Península Arabe (AQAP), estaba genuinamente interesado en atacar blancos de ese país. Puede parecer evidente que Al Qaida está dedicado principalmente a la guerra santa contra grandes potencias no musulmanas, pero no es el caso, aunque éste era el objetivo de Osama bin Laden y Ayman al Zawahiri.
Pero la franquicia más poderosa de Al Qaida, especialmente en Irak y hasta un cierto punto en Pakistán, ha demostrado más interés en atacar los blancos locales, como a los chiítas a los que ven como herejes, que a Estados Unidos. En la Mesopotamia, Al Qaida lleva a cabo múltiples ataques suicidas elaborados contra blancos chiítas y del gobierno iraquí, pero pocos contra las tropas en Irak y nunca contra blancos estadounidense y europeos fuera de Irak.
En Yemen, Al Qaida ha estado mucho más orientado hacia ataques sobre blancos estadounidenses. El 12 de octubre, dos terroristas suicidas dirigieron un bote lleno de explosivos al lado del US Cole en el puerto de Aden, produciendo un agujero en el lado del destructor y matando a 17 marinos. Estos ataques a Estados Unidos desde Yemen han continuado. Fue desde esta base en Yemen que Awlaki influenció al mayor Nidal Malik Hassan, el psiquiatra del ejército que llevó a cabo la balacera en la base militar de Fort Hood, Texas, en la que murieron 13 personas en 2009.
Yemen era un buen refugio para Al Qaida porque su gobierno central es débil y es posible –especialmente para esa gente con buenas conexiones tribales– encontrar refugios seguros en el país. El gobierno yemení bajo el presidente Ali Abdullah Saleh siempre supo más sobre los miembros y las ubicaciones de estos grupos de los que le admite a Estados Unidos. Sus críticos yemeníes lo acusan de manipular y exagerar la amenaza de AQAP, de quien un funcionario yemení dice que son sólo 300, para extraer armas y lograr financiamiento de Estados Unidos.
Siempre fue de interés para el presidente Saleh en Sanaa ser el aliado local de Estados Unidos contra Al Qaida, pero sin llegar a ser tan exitoso que el grupo fuera eliminado, poniendo fin a la influencia del gobierno yemení sobre Washington. Pakistán jugó el mismo juego después del 11 de septiembre, entregando militantes de Al Qaida, pero siendo más protector hacia los líderes talibán.
¿Se debilitará fatalmente ahora Al Qaida con la muerte de Al Awlaki? Probablemente menos de lo esperado, especialmente porque Al Qaida nunca fue el ejército guerrillero estructurado que decía el Pentágono, la CIA y los medios. Al Qaida no puede hacer mucho, pero tampoco lo necesita. Awlaki estaba acusado por los funcionarios yemeníes de tener contacto con Umar Farouk Abdulmutallab, el estudiante de ingeniería nigeriano, que trató de detonar una bomba cosida en sus calzoncillos en un avión que aterrizaba en Detroit en 2009. Aunque el intento fue un fracaso, tuvo éxito en llamar la atención de los medios.
Es improbable que el grupo se desvanezca totalmente. Pero, por otro lado, el total apoyo del presidente Obama a Israel y la presencia militar de Estados Unidos en Afganistán significa que la motivación antiestadounidense de los grupos Jihad no desaparecerá.
[Traducción: Celita Doyhambéhère.]
©the independent
©página 12