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GUERRA CONTRA COCAÍNA SE EXTIENDE A PUERTOS - stieven ramdharie


El éxito obtenido en el aeropuerto en la detección de cocaína pide cautela: la cocaína que ingresa a Holanda a través de Schiphol constituye menos del 0,5 por ciento del total. Especialistas quieren extender la guerra a los puertos.
Ámsterdam, Holanda. Los resultados obtenidos en la detección de los boleros no significa que ingrese menos cocaína a Holanda. Así declaran expertos en drogadicción. Según ellos, la atención que se presta al aeropuerto de Schiphol desvía la atención de otros canales de ingreso, como el puerto de Rótterdam.
Gracias a la guerra del ministro Donners la droga, llegan al mercado holandés miles de kilos de cocaína menos que antes. Pero los usuarios no lo sieten, dice Roel Kersemakers de la clínica de desintoxicación Jellinek.
El precio de la cocaína en el mercado de las drogas no ha subido y no hay mayor tensión entre los compradores. "El contrabando a través de Schiphol es demasiado pequeño como para influir en los precios".
Henk Maurits, del instituto Trimbos que publica el Nationale Drugs Monitor anualmente, está de acuerdo. "A primera vista, Donners solucionó el problema de Schiphol. ¿No sería también interesante abordar ahora las rutas de contrabando verdaderamente grandes? ¿Y cómo llega a Holanda la mayor parte de la cocaína?"
A primera vista, el enfoque de Donners da resultado: se detecta mucho menos droga gracias a los controles extra de cien-por-ciento en los vuelos de riesgo. La época en que se requisaban seis mil kilos en dos mil transportistas, como en 2002, son cosa del pasado.
Pero la otra cara de la moneda es: ¿dónde está la cocaína que normalmente llegaba al país a través de Schiphol? Sólo Suriname exporta al año entre 16 y 22 toneladas, de las que la mayor parte se distribuye en el mercado europeo a través de Holanda. El contrabando de transportistas de Curaçao es de unas 21 toneladas, según un análisis de criminalidad de Justicia de 2003.
Cuántas drogas llegan al país a través de los puertos es un misterio. El criminólogo rotterdamés Damian Zaitch calculó el contrabando de droga a través de Schiphol en menos del diez por ciento del total. El resto entraría a través de los puertos de Rótterdam y Ámsterdam y con vuelos de carga a Holanda.
En el programa de televisión Zembla un miembro del equipo nacional de investigaciones policiales Prisma calculó la participación de los boleros en el contrabando de drogas en menos de un medio por ciento (0,5%). Cuarenta kilos de cocaína serían difícilmente detectados por la policía y la policía nacional.
Surge la pregunta de si Justicia debe desplazar la guerra a los puertos. Es un método que los críticos que Donner prefieren. Pues, ¿para qué invertir millones de euros en ‘limpiar' Schiphol mientras que por la puerta de atrás entran grandes partidas de drogas?, se pregunta Kersemakers. "Ese método puede tener éxito en Schiphol. Pero no veo cómo vas a secar los puertos".
Justicia lo pone en duda y declara que el contrabando de drogas en los puertos también goza de prioridad. En las Antillas y en Suriname piensan de otra manera. Y ¿cuántas veces ocurre que la policía y aduana de Rótterdam y Vlissingen hayan interceptado grandes partidas de cocaína en barcos de Sudamérica?
¿Es hora de extender la ‘guerra' a los puertos? Las cifras parecen justificarlo. Entre 1997 y 2001 el número de usuarios holandeses aumentó a 55 mil. Lo que significa entre cuatro y ocho toneladas de cocaína.

29 de julio de 2004
©traducción mQh
©volkskrant

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