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SIGUEN DESIGUALDADES DESPUÉS DE SIGLOS DE ESCLAVITUD - tyler bridges


El racismo en América Latina parece más diluido que en otros países, pero en América hay pocos generales, ministros de gabinete u obispos negros.
Lima, Perú. La tapa de la guía de teléfonos de Lima de 2004 muestra a un doctor blanco, una enfermera blanca y un cocinero blanco, un hombre blanco llamando por teléfono, dos hombres blancos haciendo trabajos en casas -y un botones negro llevando unas maletas.
Jorge Ramírez hizo una mueca al mirar la cubierta.
"Esto sólo perpetúa el racismo en Perú", dijo Ramírez, que se describe como afro-peruano y dirige un grupo de derechos civiles en Lima. "Pone a los negros debajo de todo el resto".
Este año se celebra el 150 aniversario de la abolición de la esclavitud en el Perú y unos resueltos afro-peruanos están haciendo uso de la oportunidad para contar a sus compatriotas que el racismo está vivo y en buen estado de salud, de muchas maneras similar y diferentes al racismo de Estados Unidos.
Sus contrapartes en toda América Latina cuenta una historia parecida a medida que los negros en toda la región están cada vez más expresando de orgullo negro y creando movimientos políticos -cincuenta años después de que el movimiento de derechos civiles irrumpiera en Estados Unidos.
Los negros en América Latina informan regularmente de actos de racismo: que a veces los blancos cruzan la calle para evitarlos, que los camareros en los restaurantes exclusivos los ignoran y que los guardias de seguridad a menudo les siguen en los grandes almacenes cuando están de compras.
Unos países -Brasil es la principal excepción- todavía mantienen estadísticas socio-económicas separadas para los negros, que oculta efectivamente su condición rezagada, dijo Josefina Stubs, funcionaria del Banco Mundial.
Todos los presidentes de América Latina son blancos o morenos, así como la mayoría de sus ministros de gabinete y empresarios importantes en toda la región.
Pero a diferencia de Estados Unidos, donde antes todos los que tenían una gota de sangre negra eran considerados legalmente negros, las distinciones raciales en América Latina son difíciles de definir. También a diferencia de Estados Unidos, los gobiernos latinoamericanos no han practicado de manera sistemática la segregación racial o reprimido deliberadamente a sus ciudadanos negros.
"Aquí el racismo es más sutil", dijo Rafael Santa Cruz, un actor negro que representó en 1991 al primer profesional negro exitoso en una teleserie peruana cuando hizo de doctor. "En Perú, eres negro si te ves negro. Mientras más oscuro seas, más bajo estarás social y económicamente".
Nada más cierto en Brasil, que tiene la segunda población negra más grande del mundo, después de Nigeria.
A primera vista, Brasil parece ser un idilio racial, con el increíble rango de color de piel dando testimonio de la facilidad con que negros y blancos se han mezclado desde hace mucho tiempo.
Pero los brasileños de piel más clara están claramente en mejor posición.
"Mientras un 45 por ciento de los 170 millones de habitantes del país se definen a sí mismos sea como negros o pardos -mezclados- en el censo de 2000, sólo el 17 por ciento de los egresados universitarios son pardos y sólo el dos por ciento son negros", informó este año la Crónica de la Educación Superior.
En 2001, brasileños blancos de 15 a 24 años mostraron un promedio de años de enseñanza de 8.3 años, comparado con los 6.4 años de los negros, de acuerdo a un estudio del Banco Mundial, y eran dos veces más probable que un negro fuera analfabeto.
Sólo el 18 por ciento de los 594 miembros del Congreso de Brasil son negros, mientras el Caucus Negro del Congreso tiene 37 miembros, de un total de 535 miembros de la Cámara y del Senado.
Sin embargo, hay signos de progreso racial.
En 1988 Brasil tenía sólo siete miembros negros del Congreso. Hoy, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva tiene cuatro negros en su gabinete, y ha nombrado al primer presidente de la Corte de Justicia negro.
Debido a que los negros en Brasil no han sido nunca oficialmente segregados, parecen no haber desarrollado una fuerte identidad como gente negra y no han desarrollado un movimiento político fuerte como el dirigido por el reverendo Jesse Jackson, el reverendo Martin Luther King o Malcolm X.
Lo mismo es verdad en Colombia y en realidad en toda América Latina, dijo Edgar Torres, un afro-colombiano que es el segundo vice-presidente del Congreso del país. Torres fue el anfitrión hace poco de un congreso de miembros negros del Congreso en toda América Latina.
"Aquí en Colombia, falta la unidad y la conciencia", dijo Torres en una entrevista telefónica. "Somos el 26 por ciento de la población, pero sólo el dos por ciento de los estudiantes universitarios son negros. No hay ministros de gabinete negros o generales negros. Pero creo que se está creando la conciencia de que tenemos que trabajar juntos para avanzar".
Líderes negros de Perú, donde entre el ocho y el diez por ciento de los 27 millones de habitantes son considerados negros, expresan esperanzas similares en medio de sus frustraciones.
Jorge Ramírez, que dirige la Asociación Negra de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, dijo que los negros en la televisión tienden a recibir papeles de ladrones y criadas. En un programa de variedades semanal, observó, un actor negro hace de salvaje africano -con un hueso amarrado a la cabeza. En una comedia, un blanco con cara negra parodiando el telediario. Cuando aparece un video con gente negra en la pantalla, el anunciador hace ruidos de mono. Los anuncios de ofertas de trabajo en los diarios piden a gente de "buena apariencia", que los negros aquí dicen que es una clave que significa que los negros deben abstenerse. Perú no tiene ministros de gabinete negros, ni embajadores negros, ni obispos, dicen líderes negros.
"El racismo en Perú no está en las leyes", dijo Ramírez. "Está en la mentalidad de la gente". Mientras que sí hay un general negro en el ejército, no ha habido nunca un almirante negro, y la marina en realidad desestimula activamente a los oficiales negros, dijo José Luis Riesco, uno de los tres diputados negros de Perú.
"La marina no admite a la gente de color, excepto en uniforme y zapatos", dijo Risco. Aunque José Cueto, un portavoz de la marina, dijo: "La gente que dice que hay racismo en la marina son ellos mismos racistas".
Líderes negros también han observado que las relaciones entre negros e indios, que constituyen el 45 por ciento de la población de Perú, son a menudo tensas.
"Los indios y los negros ha menudo compiten por los mismos trabajos", dijo Oswaldo Bilbao, un afro-peruano que es director ejecutivo del Centro de Desarrollo Étnico. "Los indios dicen: ‘Nosotros llegamos primero. Somos dueños de la tierra'. Los negros dicen: ‘No vine aquí por mi voluntad. Pero vivo aquí y soy peruano".
Después de conquistar la independencia de España a principios del siglo 19, los países latinoamericanos abolieron la esclavitud en un período de 60 años, con Brasil, una antigua colonia portuguesa, el último en hacerlo en 1888.
Este 4 de diciembre se conmemorará el día en que un presidente de Perú liberó en 1854 al último de los tres mil a cuatro esclavos restantes.
Venezuela, que también abolió la esclavitud en 1854, celebró su aniversario el 24 de marzo con discursos y reconocimiento de la fecha por el presidente Hugo Chávez.
Risco y varios otros líderes negros en Perú están organizando un panel de discusión sobre cuestiones de raza así como sobre otros eventos culturales para conmemorar el aniversario el 4 de diciembre.
Pero el gobierno de Perú no tiene planes de celebrar el aniversario. "No existimos", dice Risco. "El gobierno no hace nada, nada, nada".

6 de agosto de 2004
©traducción mQh
©miamiherald

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