Blogia
mQh

ayuntamientos deben ayudar a espías


[Jaco Alberts y Steven Derix] Mientras crece la resistencia ante la manifiesta ineptitud y mala fe de los servicios de inteligencia, los ministros Verdonk y Remkes piden a los alcaldes que realicen labores del servicio secreto. Una nueva movida en el programa gubernamental de acoso de la población musulmana.
Rótterdam, Holanda. El gabinete quiere que los administraciones y funcionarios locales vigilen la radicalización de las comunidades musulmanas locales. Las señalas de radicalización deben ser transmitidas al servicio secreto AIVD.
Así lo hicieron saber los ministros Remkes (Interior) y Verdonk (Extranjería) el verano pasado en una reunión con los llamados G30, los treinta ayuntamientos más grandes del país. En la reunión, el 6 de julio, también habló el director del servicio secreto AIVD, Van Hulst.
Un mayor estado de alerta hace parte de medidas más amplias, dirigidas a eliminar los caldos de cultivo de la radicalización de los musulmanes. Para ello los gobiernos locales deben traben relación con organizaciones musulmanas como mezquitas y escuelas. Deben incrementar la resistencia de grupos frágiles como los musulmanes y buscar la confrontación con los grupos extremistas.
No todos los alcaldes acogieron el llamado del gabinte. "No soy el Sherlock Holmes de Tilburgo", dijo el alcalde Vreeman. El alcalde Wallade, de Groningen, tiene grandes dudas sobre este desarrollo: "Naturalmente es bueno hablar con la gente. Pero si con detectar señales se quiere decir en realidad animar a la gente a delatar, yo no estaré de acuerdo. Eso es algo que deben hacer los servicios secretos". El alcalde teme que los contactos con la comunidad musulmana, si se siguen las recomendaciones del gabinete, se desarrollen en el marco de la lucha contra el terrorismo.
Remkes y Verdonk han descrito en varias cartas que dirigieron a la Cámara Baja su enfoque de la radicalización de los musulmanes. Pero en las cartas no se menciona que las administraciones locales deben proporcionar información a la justicia y al servicio secreto.
"Sólo se dijo que debíamos estar más alertas", dijo la alcaldesa de Utrecht, Brouwer, sobre la reunión de los G30 en julio. Según Vreeman, el mensaje era que "debemos estar vigilantes. Vigilen las mezquitas, vigilen las escuelas, entérense de quiénes están en las directivas y envíennos la información, nosotros la investigaremos. Ese era el mensaje de los ministros".
Un portavoz del servicio secreto AIVD confirmó que en esa reunión de julio se pidió a los alcaldes transmitir esas señales: "Pero ese no era el mensaje principal". El servicio secreto quiere poner el énfasis en los contactos, para aumentar la resistencia de esas comunidades y para recabar más información "para uso propio" de los gobiernos locales. Un portavoz del ministerio del Interior dijo que la petición de información no fue mencionada en las cartas a la Cámara porque no era el tema central de la reunión.

23 de octubre de 2004
©nrc
©traducción mQh

0 comentarios