Blogia
mQh

alemania celebra caída del muro


Alemania conmemora hoy el decimoquinto aniversario de la caída del muro de Berlín, en un momento de cierto desencanto pues la economía no se recupera del gasto enorme de la unificación y numerosos problemas de seguridad han sucedido a los de la Guerra Fría.
El pasado mes de septiembre, sendas encuestas publicadas por las revistas Stern y Der Spiegel sobre los sentimientos de los alemanes frente a la unificación causaron cierto estupor pues revelaron que el 20 por ciento de los alemanes echan en falta el ‘Muro de la Vergüenza'.
La sorpresa, sin embargo, fue mayor en el extranjero, donde la caída del muro de Berlín se ha convertido en símbolo por excelencia del triunfo de la libertad, que en Alemania misma, donde se viven día a día los problemas de la unificación.
En el plano económico, la unificación ha exigido de los alemanes occidentales una contribución económica considerable y de los del este un gran esfuerzo por adaptarse a condiciones de trabajo y de vida muy distintas de las de la economía planificada y el comunismo.
Según datos del Bundesbank, las transferencias brutas del oeste al este entre 1991 y 2003 sumaron 1,250 billones de euros.
Por su parte, los alemanes del este están pagando el costo social de la unificación, pues 15 años después de la caída del muro el paro en las regiones que formaron parte de la República Democrática Alemana (RDA) sigue siendo el doble que en el oeste, 18.5 por ciento.
El gobierno alemán se ha comprometido a mantener en los próximos 15 años la ayuda al desarrollo del este y anunció en septiembre que se dedicarán 150,000 millones de euros a esta labor.
Esta suma se invertirá, sin embargo, de una forma muy distinta a como se gastaron las ayudas de los últimos 15 años, que fueron necesarias en gran medida para crear infraestructuras modernas en un país del bloque socialista.
En este nuevo período las ayudas se destinarán sobre todo a educación y a crear ''núcleos de desarrollo'' mediante la potenciación de las relaciones entre las empresas y la implantación de centros de investigación y formación que cooperen con ellas.
Pero el significado de la caída del muro de Berlín trasciende la realidad alemana, como demuestra el que se haya convertido en referencia constante en los discursos políticos y que haya trozos de aquella muralla expuestos desde en el Parlamento Europeo hasta el Palacio de la Reina de Inglaterra.
El ex presidente de Estados Unidos George Bush dijo, poco después de retirarse, que el acontecimiento más importante de su presidencia no había sido la Guerra del Golfo sino la caída del muro de Berlín.
Aquel 9 de noviembre de 1989 comenzó, en efecto, el proceso histórico que ha desembocado en una integración en la Unión Europea y en la OTAN de muchos de los antiguos países del Pacto de Varsovia.
El vacío dejado por la desaparición de las condiciones de la Guerra Fría se ha llenado, por otra parte, con nuevos problemas, en particular con el del terrorismo internacional.
El que fue ministro de Asuntos Exteriores durante los pocos meses en que la RDA siguió existiendo --tras la caída del muro y del comunismo--, Markus Meckel, dijo que ya entonces, cuando negoció con las cuatro potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial la unificación alemana, se sabía que habría problemas, pero ``la esperanza en la libertad y la democracia era muy grande''.
Menos de un año después de la caída del muro, recordó, ``se produjo la invasión iraquí de Kuwait, después vino la Guerra en los Balcanes y ahora hay situaciones de muy poca libertad en países como Bielorrusia, Ucrania o incluso en la propia Rusia y por supuesto ha surgido la plaga del terrorismo internacional''.
Pero también ha florecido la democracia en muchos países del Este y Europa ''no sólo se ha ampliado, sino que se ha completado'', dice.

9 de noviembre de 2004
©el nuevo herald

0 comentarios