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corrupción en cárceles de méxico


La corrupción y la impunidad conviven en las cárceles de máxima seguridad de México: en ellas es posible encontrar drogas, teléfonos móviles, alcohol y hasta prostitutas, además de que recientemente han empezado a convertirse en un escenario más de la guerra entre bandas de narcotraficantes.
Ciudad de México, México. El reciente asesinato de un capo del cártel de Sinaloa en el penal de máxima seguridad de ‘La Palma', en el central estado de México, destapó una caja de Pandora de la que sobresalen peligrosos privilegios para los reos que incluyen la posibilidad de escaparse comprando a las autoridades, señalan expertos.
"La corrupción y la impunidad están en todos lados, la corrupción no es ninguna novedad" en las cárceles mexicanas, incluyendo las de máxima seguridad, "donde entran drogas, prostitutas, y en este último caso armas", dijo a la AFP el criminólogo Rafael Ruiz.
El pasado fin de semana, Arturo Guzmán Loera, hermano del prófugo Joaquín ‘el Chapo' Guzmán, líder del cártel de Sinaloa, fue asesinado a balazos por otro interno en el área de locutorios de ‘La Palma', una de las tres cárceles de máxima seguridad que, según las autoridades, carecían de los problemas que corroen al resto de los reclusorios de México.
El crimen se registró a menos de una semana de una operación de registro, durante la que se encontraron en poder de los reclusos teléfonos móviles, diferentes tipos de bebidas alcohólicas, fuertes sumas de dinero y otros objetos prohibidos, que disminuyen la seguridad de este tipo de penales, según la secretaría de Seguridad Pública federal (SSP).
"Estamos frente a un hecho de alta traición, esa es la única forma de explicar" el asesinato de Arturo Guzmán, alias el ‘Pollo', dijo a la prensa Carlos Tornero, comisionado de Prevención y Readaptación Social de la SSP.
El hermano del reo asesinado, Joaquín el ‘Chapo' Guzmán, se escapó de otro penal de máxima seguridad en el estado de Jalisco (oeste) el 19 de enero de 2001, un hecho que determinó la detención del director de esa cárcel.
En México se calcula que hay cerca de 190.000 reclusos, de los cuales 560 se encuentran en ‘La Palma', que tiene una capacidad para 724 internos.
Según datos de la SSP ofrecidos en noviembre de 2004 por el presidente Vicente Fox, en los últimos cuatro años se detuvo a 35.466 personas implicadas en el narcotráfico.
Desde 2003, la oficina del Ombudsman de México ha tenido conocimiento de que en el penal de ‘La Palma' han ingresado "objetos y sustancias prohibidas, como teléfonos celulares y algunas drogas, lo cual indica que desde entonces se encuentra vulnerada la seguridad" del reclusorio, dijo por su parte en una entrevista radial José Antonio Bernal, miembro de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Mientras se supone que "en este tipo de penales, los presos están completamente aislados, al grado de que pierden todo deseo de vivir", según aclara el criminólogo Rafael Ruiz, la CNDH asegura que los delincuentes siguen manejando sus actividades ilícitas desde la cárcel.
"Siguen operando, desde 2003 está documentado que ha sido vulnerada la seguridad y últimamente lo seguía siendo", reiteró José Antonio Bernal.
El asesinato de Guzmán se suma a la muerte -también a balazos y en el mismo penal de máxima seguridad- del capo Miguel Ángel Beltrán, alias el ‘Ceja Güera', en octubre de 2004, y a un plan de fuga que fue detectado por las autoridades en agosto pasado.
Entre todos estos hechos destaca la presencia del líder del cártel del Golfo, Osiel Cárdenas Guillén, enemigo de los asesinados, quien desde prisión "con billetes y amenazas logró corromper a las autoridades, (...) y manda en ‘La Palma'", según el periodista Jesús Blancornelas, quien ha sufrido varios atentados por sus investigaciones sobre el narcotráfico.

6 de enero de 2005
©mi punto

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