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[Hugh Dellios y Gary Marx] Avances del protestantismo y espinosos problemas sociales hacen que muchos quieran un guía que los comprenda y actúe.
Ciudad de México, México. Una ama de casa pobre del campo de Chiapas, Ángela San Martín, se considera a sí misma católica recalcitrante, como sus padres. Jura que nunca dejará la iglesia.
Sin embargo, las tentaciones están siempre acechando, como cuando los misioneros de iglesias evangélicas golpean a su puerta "hasta 10 veces" para tratar de convertirla, dicen, "a una religión que te ayuda y entiende la vida de la gente".
"Han mucha gente en Chiapas que se ha cambiado de iglesia", dijo la esposa de un zapatero, 54. "Agarran a los desesperados".
Mantener a fieles como San Martín en los bancos de la iglesia y demostrar que la iglesia puede ayudar a aliviar la persistente pobreza están entre los enormes retos a los que debe hacer frente el sucesor del Papa Juan Pablo II en América Latina. Es el hogar de casi la mitad de los mil millones de católicos del mundo, pero también sufre escasez de sacerdotes, congregaciones cada vez más ralas y un generalizado abucheo de las enseñanzas más conservadoras de la iglesia.
Desde Brasil a Guatemala, funcionarios eclesiásticos están alarmados por la persistente pérdida de parroquianos a manos de congregaciones protestantes, que ofrecen servicios religiosos más entretenidos y atención a asuntos terrenales.
Los avances de los evangélicos han subrayado las críticas de la iglesia católica como rígida, remota y a veces irrelevante para los estilos de vida y retos modernos.
A pesar de la enorme popularidad de Juan Pablo II en una región que visitó 17 veces, el incierto futuro de la iglesia ha dado origen a una general esperanza de que el próximo Papa sea un latinoamericano que entienda la injusticias económicas locales y otros desafíos.
Al menos cinco cardenales del hemisferio han sido mencionados como posibles candidatos cuando sus colegas se reúnan en el cónclave del Vaticano que comenzará el 18 de abril. Los cardenales incluyen a Claudio Hummes, 70, de Brasil; Óscar Andrés Rodríguez Madariaga, 62, de Honduras; y Norberto Rivera Carrera, 62, de Ciudad de México.
Otros cardenales mencionados como papables son Jorge Mario Bergoglio, 68, de Buenos Aires, y Darío Castrillón Hoyos, 75, de Bogotá, Colombia. Muchos de los cardenales latinoamericanos son conservadores en temas doctrinales, pero también defienden a los pobres y critican los excesos de la economía de libre mercado, como lo hizo Juan Pablo II.
Si uno de ellos fuera elegido en la Santa Sede, significaría que América Latina, largo tiempo vista como hijastra de sus colonizadores europeos, ha alcanzado un nuevo nivel de prestigio -como la elección de Juan Pablo II puso a Europa del Este en una nueva perspectiva en 1978.
Pero también subrayaría la pobreza de la región y otros temas únicos -serios retos que a menudo son pasados por alto en medio del clamor que rodea a las controversias europeas y norteamericanas sobre temas como el rol de las mujeres y el sexo y la reproducción.
Tal como Juan Pablo II estuvo perfectamente cualificado para tratar el tema del comunismo después de vivir a su sombra, un latinoamericano sería capaz de abordar la larga historia de guerras sobre tierra y dinero, que ahora se manifiesta en las frustraciones sobre las economías de libre mercado y una brecha cada vez más grande entre ricos y pobres.

Más Cerca del Pueblo
"Creo que en general el clero europeo no entiende tan bien los problemas de la pobreza como alguien del Tercer Mundo", dijo el sacerdote Edward Cleary, director de Estudios Latinoamericanos en el Providence College de Rhode Island. "El estilo es diferente. Los obispos latinoamericanos están más cerca de la gente".
Mientras la iglesia romana está creciendo más rápidamente en África, muchos latinoamericanos se consideran ahora a sí mismos el centro dinámico del catolicismo mundial y por eso creen que merecen un Papa que transforme sus preocupaciones en prioridades de la iglesia.
"La mayoría de los católicos del mundo están en América Latina, así que cualquiera que sea elegido debería concentrarse en ese continente", dijo el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez de República Dominicana antes de partir para Roma la semana pasada.El Papa Juan Pablo II dejó un legado dividido en la región. Era ampliamente querido y apreciado por sus muchas visitas, el hecho de que hablaba español y gestos tales como honrar a la gente indígena en México en 2002 al transformar en santo al campesino Juan Diego.
Pero muchos latinoamericanos recibieron sus enseñanzas conservadoras más bien como recomendaciones que como órdenes, especialmente en temas como el control de la natalidad y el divorcio.
Desde que la iglesia llegara al Nuevo Mundo con los conquistadores hasta entrado el siglo 20, la institución y sus guías han estado a menudo profundamente involucrados con la clase política dominante y la aristocracia de la región, a veces a expensas de los pobres que llenan los bancos de la iglesia.
Luego, en el siglo 20, a medida que evolucionó la política social de la iglesia, algunos teólogos adoptaron una fusión del marxismo con el cristianismo que puso la lucha terrenal entre ricos y pobres en el centro de la fe.
Era conocida como ‘teología de la liberación', pero Juan Pablo II, que había vivido en un país marxista, mostró poca paciencia con ella. En una lección ampliamente recordada, apuntó con su dedo y regañó al Padre Ernesto Cardenal por trabajar con el gobierno marxista sandinista de Nicaragua en los años ochenta.
Aunque Juan Pablo II habló a menudo de la necesidad de justicia social y sobre los errores en las alianzas pasadas de la iglesia con el poder y la riqueza, la vehemencia de su represión fue vista por algunos como una familiar bofetada a los pobres.

Gran Dosis de Responsabilidad
"El reto más grande de la iglesia es la enorme competencia religiosa que existe, pero... Juan Pablo II tuvo una gran parte de la culpa", dijo Bernardo Barranco, vice-presidente del Centro de Estudios Religiosos de México.
La supresión de los sacerdotes de izquierda "creó un enorme vacío a nivel popular, y ese vacío fue rellenado por los nuevos movimientos religiosos", dijo Barranco.
Al mismo tiempo, la iglesia en América Latina hace frente a variaciones sobre problemas que agobian a muchos otros católicos.
La escasez de sacerdotes se produjo aquí antes y más profundamente que la agobiante escasez en Estados Unidos, Canadá y Europa. Según algunos informes, México tiene sólo 1 sacerdote por cada 7.300 católicos, mientras que algunas congregaciones protestantes pueden ofrecer un ministro por cada 233 fieles.
En el campo de Chiapas, donde las tensiones entre católicos y protestantes han tenido estallidos violentos, las iglesias locales solucionaron el problema haciendo que diáconos que hablan los dialectos de la zona se encarguen de la supervisión de las iglesias. El Vaticano puso fin a la práctica hace dos años.
Mucha gente espera que la práctica sea restaurada por el nuevo Papa.
Otra decisión crítica es si permitirá a clérigos casados. Cleary dijo que era especialmente importante entre los indígenas, que a veces no se pueden relacionar con alguien que elija no casarse o no tener hijos.
En Guatemala se cree que un cuarto de la población se describe a sí misma como protestantes evangélicos. Las pérdidas son tan graves en lugares como Puerto Rico y Brasil, donde la emigración hacia las ciudades y el atractivo de un movimiento místico africano han trinchado en la población católica.
Elio Masferrer, antropólogo mexicano que es presidente de la Asociación Latinoamericana de Estudios Religiosos, criticó a Juan Pablo II por concentrarse en grandes despliegues mediáticos en lugar de acercarse a las trincheras a ayudar a la gente, como hacen los evangélicos, que dijo que eran más modernos, incluso aunque son igual de conservadores.
"El problema no es si el nuevo Papa es latinoamericano o australiano. Es si la iglesia está dispuesta a innovar o no", dijo, advirtiendo de una "catástrofe" de aquí a 10 años si no lo hacía.
"Ahora mismo son los evangélicos los que están en la ofensiva", dijo. "Están haciendo una agresiva publicidad y su gente va de casa en casa. Están allá afuera, mientras que los católicos no han abandonado su estilo como ‘la iglesia oficial'".

Posibles Nuevos Papas
Al menos cinco cardenales de América Latina tienen una posibilidad de transformarse en el próximo Papa.

Cardenal Jorge Mario BergoglioArgentina
Posición: Arzobispo de Buenos Aires
Edad: 69
Cardenal desde: 2001
Conocido por su humildad, viaja usando el transporte público.

Cardenal Norberto Rivera Carrera
México
Posición: Arzobispo de Ciudad de México
Edad: 62
Cardenal desde: 1998
Conservador; critica la corrupción en México; quizás demasiado joven.

Cardenal Darío Castrillón Hoyos
Colombia
Posición: Dirige la oficina del Vaticano que trata con el clero mundial.
Edad: 75
Cardenal desde: 1998
Se enfrentó a los barones de la droga colombianos.

Cardenal Claudio Hummes
Brasil
Posición: Arzobispo de Sao Paulo
Edad: 70
Cardenal desde: 2001
Considerado un conservador, muy reluctante del libre comercio.

Cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga
Honduras
Posición: Arzobispo de Tegucigalpa
Edad: 62
Cardenal desde: 2001
Figura carismática; quizás demasiado joven.

Cristianos latinoamericanos
Católicos
1970: 251.8 millones
2005: 483 millones

Protestantes
1970: 17.5 millones
2005: 34.1 millones

Se puede escribir a los autores a: hdellios@tribune.com, gmarx@tribune.com y skloehn@tribune.com

11 de abril de 2005
©chicago tribune
©traducción mQh

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