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los símbolos de sadam hussein


[Jackie Spinner] Algunos lamentan retiro de estatuas de la capital.
Bagdad, Iraq. La fuente en forma de barco fue despojada de todos sus elementos y reducida a una pila de pedazos de mármol y cemento en el Museo de Bagdad.Otras esculturas, de un soldado con casco, una gavilla de trigo y un grupo de gente con girasoles en las manos, todas erigidas como símbolos de prosperidad y poder durante el régimen de Saddam Hussein, fueron retiradas.
En la calle de Palestina, la estatua de un soldado iraquí, con sus brazos amarrados entre los vehículos, también fue sacada de sus cuencos. El monumento estaba dedicado a los prisioneros de la guerra de ocho años entre Iraq e Irán; cuando el partido pan-árabe de Hussein estaba en el poder, todas las escuelas iraquíes observaban el 1 de diciembre un momento de silencio para conmemorar el horror que representaban.
En una decisión de octubre que ha polarizado a los residentes de la capital, el Comité de Desbaazificación oficial ordenó el retiro de las estatuas y monumentos que declaró ofensivos. La medida ha llamado la atención sobre un tema sensible: ¿Cuánto de la era de Hussein, ahora en juicio por crímenes contra la humanidad, debe ser protegido para la posteridad?
El comité, que también veta a antiguos miembros del gobierno de Hussein para su integración en el gobierno actual, redactó en secreto un edito sobre los monumentos, llamado Documento 900. No fue nunca hecho público. Aún no se ha publicado la lista de monumentos que serán retirados en todo el país.
"Nuestra tarea es retirar los símbolos del régimen anterior que recuerdan a la gente esa sangrienta época", dijo Khalid Shami, general que administra la sección cultural y educativa del comité, que reconoció en una entrevista que la decisión ya se había tomado. "Se retirará todo lo que se vincule con el Partido Baaz".
Shami dijo que el monumento del Partido Baaz en el Museo de Bagdad era el primero en ser retirado como un símbolo obvio de Hussein y su gobierno. El monumento conmemorativo de los prisioneros de la guerra Iraq-Irán fue retirado, dijo, porque "representaba una enorme propaganda para la mentira con que Saddam Hussein había engañado al pueblo".
Pero mucha gente aquí se ha sorprendido por la destrucción de los monumentos, así como por el secreto con que el comité ha realizado sus trabajos. No hubo ninguna consulta pública sobre la decisión de derrumbar las estatuas, y los residentes se enteraron de ellos sólo después de que empezaran a observar de que faltaban partes de las estatuas.
Nidhal Mawsawi, columnista del diario Azzaman, comparó las acciones del comité con el retiro de los monumentos norteamericanos conmemorativos del Holocausto o de la Guerra Civil, períodos dolorosos de la historia que sin embargo vale la pena conmemorar.
"No debería retirarse completamente esos monumentos y estatuas", dijo Mawsawi. "Deberían retirarse sólo las partes que representan los crímenes del anterior régimen y colocarlos en un museo, como los museos en Alemania. Esas estatuas representan un período de la historia iraquí, aunque no haya sido bueno. Creo que es por eso que la gente está decepcionada".
Shami dijo que el comité había dividido su trabajo en cuatro fases. La primera pide el retiro del monumento del Partido Baaz y de otros relacionados con Hussein. Luego el comité retirará producciones menos importantes, incluyendo pinturas, fotografías y pequeñas estatuas de las largas décadas de la época de Hussein que permanecen en edificios públicos. Finalmente el comité borrará las pintadas y lemas del anterior gobierno que se encuentran en paredes y edificios en todo el país.
En octubre, cuando los residentes iraquíes observaron que empezaban a desaparecer elementos de los monumentos, y se enteraron a través de la prensa iraquí de que era una política oficial, la noticia provocó escándalo. Muchos musulmanes chiíes y kurdos iraquíes, que fueron perseguidos durante la época de Hussein y del partido pan-árabe, pidieron al gobierno dejar de retirar los monumentos, diciendo que eran recordatorios necesarios de su sufrimiento y parte importante de la historia del país.
Uno de los críticos más declarados de la decisión fue el alcalde de Bagdad, Sabir Isawi, un conservador religioso chií del barrio de Ciudad Sáder, cuya decorada oficina está adornada con una enorme celosía de madera con el símbolo del Partido Baaz: una estrella de ocho puntas. En una entrevista, Isawi dijo que deberían retirarse sólo partes de los monumentos.
"Quiero mantener esos monumentos como representación histórica", dijo.
Noori Rawi, ministro de Cultura de Iraq, dijo que todos los monumentos y estatuas relacionadas con Hussein y sus casi tres décadas en el poder serán retiradas y almacenadas. La mayoría de los monumentos que describen al presidente depuesto han sido destruidos o desfigurados.
En una de las escenas más memorables de la invasión estadounidense de Iraq, residentes de Bagdad [funcionarios de las milicias de Chalabi] ayudados por vehículos blindados norteamericanos derrumbaron una gigantesca estatua de Hussein el 9 de abril de 2003.
"Como iraquíes no sentimos la necesidad de conservar las estatuas de un asesino", dijo Rawi. "No hay ninguna necesidad de mostrar al pueblo estas cosas. Quizás después de cien años, cuando haya una nueva generación, las volveremos a mostrar al hombre que destruyó Iraq".
En 2003, la autoridad de la ocupación estadounidense en Iraq gastó 35 mil dólares para retirar cuatro bustos de Hussein, de 9 metros de alto, del antiguo Palacio Republicano en la Zona Verde, donde acamparon funcionarios norteamericanos. En esa época, el ministerio de Cultura, asesorado por los norteamericanos, declaró que los bustos serían retirados para guardarlos en un lugar seguro hasta que se tomara una decisión sobre qué hacer con ellos.
En un patio cerca del antiguo Monumento al Prisionero Iraquí -donde un mural de Hussein ha sido remplazado por uno de un importante clérigo chií, Abdul Aziz Hakim-, los transeúntes expresaron opiniones contradictorias sobre el retiro del monumento. Todo lo que quedó fue una fachada de ladrillos y estacas que en el pasado sostuvieron las figuras de cobre de un soldado iraquí, tanques y una barricada.
"Yo fui prisionero de guerra y no se puede imaginar lo que sufrí en una cárcel iraní", dijo Muhammad Hussein, 42, que vende cigarrillos en una pequeña tienda. "Siempre que pasaba frente al monumento, me hacía recordar y me sentía bien de que los iraquíes todavía recordaran".
Hussein, un sunní, dijo que se oponía al retiro de los monumentos y criticó lo que consideraba la influencia de los iraníes en esa decisión.
"Están tratando de cambiar nuestra historia y llenar el país con sus retratos de jeques", dijo. "Seremos otro Irán. En Irán tuve que decirles que yo era chií y tuve que rezar como si fuera chií para que no me golpearan".
Pero Sattar Hassan, 45, también un antiguo prisionero de guerra, dijo que se alegraba de que el monumento hubiese sido removido.
"Cada vez que pasaba frente al monumento, me hacía recordar la guerra y me hacía subir el odio que llevo en el corazón", dijo. "Yo transmití este odio a mis hijos, así que creo que las estatuas pueden ser retiradas. No podemos empezar un Iraq nuevo si no doblamos la página del pasado".
Bassam Sebti, Naseer Nouri y Omar Fekeiki contribuyeron a este reportaje.

9 de enero de 2006

©washington post
©traducción mQh

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