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ex ministro iraquí era espía francés


[Walter Pincus] También trabajó con la CIA.
El último ministro de asuntos exteriores del depuesto presidente iraquí, Saddam Hussein, Naj Sabri, era un espía pagado del servicio de inteligencia francés, que fue más tarde entregado a la CIA para que entregara información sobre Iraq y sus programas de armas químicas, biológicas y nucleares, más de seis meses antes de la invasión en marzo de 2003, de acuerdo a ex funcionarios de la inteligencia.
Aunque algunos funcionarios de la CIA se reunieron informalmente con Sabri, que viajaba extensamente fuera de Iraq, los franceses y la CIA utilizaron un tercer país como intermediario cuando intentaron obtener información sobre el círculo íntimo de Hussein y sobre los programas de armas, de acuerdo a funcionarios jubilados que se negaron a ser identificados debido a que la información es clasificada.
"Nunca tuvimos claro qué quería", dijo un ex funcionario familiarizado con la situación de Sabri, "pero nunca le pagamos". El papel de Sabri en cuanto a la información que entregó a Estados Unidos fue comentado el martes en el telediario de la NBC.
En el verano de 2002, Sabri, como ministro de exteriores, negoció las condiciones para el retorno de los inspectores de la ONU a Iraq, y en noviembre de 2002 anunció la aceptación de Hussein de esas propuestas.
Públicamente, Sabri insistía en que Iraq no poseía armas de destrucción masiva prohibidas. En privado, dijeron las fuentes, proporcionaba información de que el dictador iraquí tenía ambiciones de montar un programa nuclear pero que no estaba activado, y que no se estaban produciendo ni almacenando armas biológicas, aunque se seguía investigando.
En cuanto a las armas químicas, Sabri dijo a su enlace que existían algunas, pero que no estaban bajo control militar, según un ex funcionario del servicio secreto familiarizado con la situación. Otro ex funcionario dijo: "Dijo que le habían contado que Hussein las había dispersado entre algunas de las tribus leales".
En esa época, el gobierno de Bush estaba preparando la invasión de Iraq e insistiendo públicamente en que Hussein había reconstituido sus programas nucleares y que estaba ocultando a los inspectores de Naciones Unidas tanto armas químicas como biológicas, en violación de resoluciones del Consejo de Seguridad. La Casa Blanca, que estaba tratando de obtener la aprobación del Congreso que permitiría el uso de la fuerza contra Iraq, esperaba que Sabri desertara, dijeron los dos ex funcionarios.
"Querían una gran deserción pública, que habría sido buena para nuestras intenciones", dijo un funcionario. Pero Sabri proviene de una prominente familia iraquí y la deserción no era una opción, dijo uno de los ex funcionarios.
La Casa Blanca estaba mucho más interesada en que Sabri desertara que en la información que estaba proporcionando sobre los programas de armas de Iraq, en parte porque la comunidad de inteligencia no confiaba en él, dijo otro ex funcionario del servicio secreto.
Sabri asumió su cargo en el otoño de 2001 después de una importante purga en el equipo de relaciones exteriores de Hussein. Diplomático iraquí de origen cristiano, Sabri enseñó literatura inglesa en la Universidad de Bagdad y fue director general del ministerio de información durante la Guerra del Golfo Pérsico. Su hermano fue uno de los funcionarios iraquíes que Hussein mandó a matar acusados de deslealtad.
Sabri fue descrito por un funcionario de Naciones Unidas que tuvo tratos con él, como "inteligente y amable" y como "un tipo que agrada a los occidentales". De acuerdo a un ex agente de la inteligencia, Sabri hacía lo imposible por pasar tiempo con estadounidenses y otros cuando era diplomático en Viena.
En un discurso de febrero de 2004, el entonces director de la CIA, George J. Tenet, se refirió a Sabri, aunque sin mencionar su nombre, cuando dijo que la CIA había obtenido informaciones de una "fuente con acceso directo a Hussein y su círculo íntimo". Tenet dijo que la fuente había dicho de Hussein que estaba buscando un modo de iniciar la construcción de armas nucleares y que había almacenado armas biológicas mientras sus científicos estaban solamente jugando con el desarrollo de armas biológicas, y sin mucho éxito.

23 de marzo de 2006
©washington post
©traducción mQh
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