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balzac en china


[Alan Riding] Del cine a la literatura al cine.
Dreux, Francia. Normalmente son las novelas las que son adaptadas al cine. Lo que es raro es que un escritor de éxito dirija la versión cinematográfica de su propio libro. Sin embargo, la experiencia de Dai Sijie es todavía más inusual. Es cineasta que se pasó a la literatura porque su carrera fílmica estaba flaqueando. Ahora el éxito mundial de su primera novela, ‘Balzac y la Pequeña Costurera' ha vuelto a encarrilar su carrera en el cine.
"Hacer una película es mil veces más difícil que escribir un libro", dijo. Y en ello también incluía su versión fílmica de ‘Balzac y la Pequeña Costurera'.
No fue fácil. El escritor chino se mudó a Francia en 1984 para estudiar arte occidental, y luego cine. Ha vivido desde entonces aquí, aunque no es un exiliado político: conserva su pasaporte chino y puede viajar libremente a casa. Sin embargo, cuando pidió permiso para rodar sus primeras tres películas en chino, en China, fue rechazado. Finalmente se rodaron, dos de ellas, en Francia y una en Vietnam. Ninguna fue un éxito de taquilla.
Entonces, cuando decidió intentarlo en la literatura, estaba buscando, sobre todo, una audiencia. Así, con algo de audacia, escribió en francés, un idioma que habla fluidamente pero con un fuerte acento. La apuesta resultó. A los franceses les encantó la novela, y ha sido traducida a 25 idiomas.
La historia que contó también es china, y se basa en sus experiencias entre 1971 y 1974 cuando él y otros tres adolescentes de familias profesionales urbanas fueron enviados para su "re-educación" política a una remota aldea rural, como parte en la Revolución Cultural de Mao Tse-Tung.
En la novela y en la película, se trata de dos niños, Ma y Luo, ambos de 17, que acarrean excrementos humanos hacia unos campos cercanos bajo la mirada vigilante del jefe del pueblo. Sin embargo, para los campesinos, la llegada de los chicos de la ciudad fue igualmente extraña: uno tocaba algo llamado violín, el otro tenía un despertador, y ambos podían leer y escribir.
La historia empieza cuando los dos chicos conocen a "la pequeña costurera" (Xun Zhou en la película) que ayuda a su abuelo, un sastre de la localidad. Tanto Ma (Ye Liu) como Luo (Kun Chen) se enamoran de ella. A ella le encanta la atención que recibe, pero se excita todavía más cuando los chicos encuentran unas traducciones chinas de clásicos occidentales y le leen a escritores como Balzac, Flaubert y Dumas. En su mente, había encontrado la llave de la libertad.
Fue precisamente aquí que Dai empezó a tener problemas. Las autoridades chinas prohibieron el libro y entonces, después de permitirle que rodara la película en China, también la prohibieron. "A mí no me interesaba la Revolución Cultural", dijo Dai durante el almuerzo en esta ciudad al oeste de París, cerca de los estudios donde está montando su nueva película. "No aceptaron que la literatura universal pudiera cambiar a una niña china. Les expliqué que la literatura clásica es un legado universal, pero fue inútil".
Para Dai este es el punto de la historia. Es semi-autobiográfica en el sentido de que se tomó algunas libertades inventando un par de escenas -como cuando Luo, hijo de un dentista, le saca una muela podrida al jefe del pueblo- y fusionando las experiencias de dos jóvenes mujeres. Pero, observó, había una "pequeña costurera" cuya vida cambió tras conocer a Balzac. "Mi objetivo era rendir un homenaje a la literatura", agregó.
Sin embargo, hacer la película también le obligó a hacer un viaje diferente, uno que lo llevó tanto a su pasado como al de China. Volvió a visitar la región donde fue "re-educado", pero concluyó que estaba todavía demasiado aislada -una caminata de cinco horas desde la carretera más cercana- como para servir de locación. En lugar de eso, transportó una casa de madera hacia una montaña con vistas a un lago en la provincia de Sichuan y la convirtió en la "casa de la re-educación". Con 10 actores profesionales en su reparto, contrató a campesinos de la localidad como figurantes.
"Los campesinos son muy pobres", dijo. "Les pagaban 1 dólar al día. Pero había ocho pueblos en torno a la montaña, y pelearon, literalmente, por el derecho a trabajar en la película. Cada día tenía que contratar a gente de diferentes aldeas. Entendieron que el silencio era crucial para el rodaje y al cuarto día, cuando el asistente de dirección gritó "¡Silencio!", empezaron a meter bulla en todo el valle, de modo que tuvimos que pagarles".
En la película, aunque no en la novela, Dai termina su historia cuando Ma -que representa a Dai- vuelve después de años en el extranjero y se reúne con Luo en un lujoso apartamento de Pekín a recordar a la "pequeña costurera". Pero en cierto sentido, esto también se aplica al resto de la historia; Dai dijo que sigue teniendo contactos con sus colegas de la "re-educación" -los dos estudiaron en Estados Unidos y volvieron a China a enseñar- cuando visita Pekín.
"Este final agrega nostalgia, tanto a nuestra juventud como a la literatura que me gustaba, que salvó mi vida, que me cambió", explicó Dai. "Creo que esto funciona mejor en el cine que en la literatura. La nostalgia flota entre las escenas. Es más romántico".
Hacer la película también le abrió los ojos a los cambios que convulsionan el campo. "China está viviendo un período que es muy interesante para un artista", dijo. "Es un período de mucha corrupción y muy animado". Y es esta China la que quiere retratar en su nueva novela, ‘Mr. Muo Traveling Couch' (publicada por Alfred A. Knopf como ‘Balzac'). Es un relato cómico de un psicoanalista chino educado en Francia que vuelve a casa para tratar de sacar de la cárcel a un viejo amor y descubre que el soborno que exige el juez es una niña virgen.
"Hoy China tiene muchas más situaciones grotescas que las que describo yo", dijo. "Yo sólo me intereso en las cosas cómicas".
Su nueva película, ‘The Botanist Girls', también está escenificada en China, pero le negaron un permiso allá porque es una historia de amor entre dos mujeres. Fue rodada en Vietnam, con actores chinos. Y si ‘Balzac y la Pequeña Costurera' significa algo, estará disponible en China a través de videos piratas y DVDs.
"Con el dinero que gané en los últimos tres años, soñé que podría escribir y vivir en China", dijo, "pero no resultó así. Los censores no aceptan mis libros, ni mis películas ni mis proyectos. No puedo escribir en mi propia lengua. Es triste".

17 de agosto de 2005
27 de julio de 2005
©new york times
©traducción mQh

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