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quieren limitar reelección de parlamentarios


Propuestas de no reelección y pérdida de cupos en el Congreso. Walker e Insunza se la juegan en la Cámara de Diputados y Ruiz-Esquide en el Senado, que buscan limitar las elecciones sucesivas de senadores y diputados. [Existe un proyecto de ley en este sentido presentado por, entre otros, el diputado Enríquez-Ominami].
[Lorena Ferraro L. y Carolina Miranda C.] Valparaíso, Chile. "Mientras tengamos el sistema binominal, la única forma de producir renovación en la política es renovando la elección (de parlamentarios)". Con esa premisa llegaron ayer hasta el despacho del ministro secretario general de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo, representantes del comando del abanderado de la Concertación, Eduardo Frei, y un grupo de parlamentarios del conglomerado.
Estrenando su rol de vocera del comando de Frei, Paula Narváez, junto al coordinador de campaña del senador, Sebastián Bowen, y los diputados Jorge Insulza (PPD) y Patricio Walker (DC) solicitaron formalmente al titular de la Segpres que otorgue urgencia al proyecto para restringir la elección sucesiva a un período para los senadores y dos para los diputados. La premisa, explicó Narváez, es demostrar que "no nos quedamos en el análisis y en el diagnóstico sino que generamos las propuestas".
En momentos que la evidencia muestra una constante repetición de nombres en los escaños parlamentarios, Walker planteó que "nuestro candidato, Eduardo Frei, ha dicho que mientras tengamos el binominal la única forma de producir renovación en política es renovando la elección. Aquí nadie puede apernarse. Me parece que uno no puede ser indefinidamente parlamentario y queremos hacer un llamado a todos los parlamentarios, incluso a los de la Alianza, para que apoyen este proyecto, porque es la única forma de ser coherentes con la renovación en política".
En detalle, la norma, que descansa en el Congreso desde diciembre de 2007, busca modificar el artículo 51 de la Constitución Política para impedir la reelección indefinida.
¿Cuántos males nos habríamos evitado si hubiéramos tenido esta norma, sobre todo ahora que se ha hecho costumbre que los parlamentarios renuncien a los partidos?, se pregunta el senador DC Mariano Ruiz-Esquide, uno de los autores del proyecto de reforma constitucional que busca que los parlamentarios que renuncien a su militancia, pierdan su cupo en el Congreso.
La reflexión de Ruiz-Esquide no es antojadiza, pues en el último tiempo no son pocos los legisladores que han renunciado a los partidos que les otorgaron plataforma para ser elegidos. A los casos de Alejandro Navarro, Carlos Cantero, Fernando Flores, Jaime Mulet, Jorge Arrate se suman algunos nuevos: Carlos Ominami y su hijo, Marco Enríquez-Ominami, quienes abandonaron el PS; el ex intendente metropolitano, Marcelo Trivelli, que ayer oficializó su salida de la DC o bien Roberto Muñoz Barra, que anunció que dejará las filas PPD.
La iniciativa, presentada en 2007, duerme en el Congreso y Ruiz-Esquide asegura que intentará -junto a los otros autores de la moción (Guido Girardi, Camilo Escalona y Guillermo Vásquez)- revitalizar la idea.
En la práctica, la reforma constitucional planteada busca que "si usted fue elegido por un partido X y abandona esa colectividad, no puede ser independiente, porque está trabajando con votos que no son suyos".
Es que, explica el senador DC, los parlamentarios son elegidos por "los atributos personales y lo que significa pertenecer a un determinado partido". De ahí que -a su juicio- ambos requisitos son necesarios para obtener un cupo en el Congreso, salvo que una persona decida competir como independiente.
La historia revela, señala Ruiz-Esquide, que quienes han abandonado sus partidos "no tienen votos para ser reelectos: Adolfo, Navarro y Arrate tienen el 1% y Enríquez-Ominami, un 13%. Si hubiésemos tenido esta ley, ninguno de ellos habría renunciado".
Sin embargo, precisa el legislador DC, en este escenario los partidos también juegan un rol: mejorar su planteamiento teórico, valórico para que la gente no se vaya.

7 de julio de 2009
©la nación
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1 comentario

claudio lisperguer -

Este proyecto fortalece el poder de extorsión de las directivas de los partidos políticos y profundiza la crisis de legitimidad de la clase política. Mejor sería obligar a los partidos a incluir en sus listas electorales a un porcentaje fijo (25%, por ejemplo) de candidatos independientes, que mantengan su vínculo y su compromiso personal con sus electores y puedan votar a conciencia, sin temer las represalias de la casta de presidentes, secretarios generales y comités centrales.