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empresario derechista gana elecciones


Un empresario multimillonario y ex senador, el candidato Sebastián Piñera rompió con veinte años de gobierno de una coalición de izquierda, convirtiéndose en el primer presidente de derecha elegido en Chile desde el fin de la dictadura de 1990. Interesante análisis en el New York Times.
[Alexei Barrionuevo] Santiago, Chile. Es la primera vez que la derecha ha ganado una elección en comicios democráticos en más de cincuenta años, y Piñera es uno de los pocos conservadores elegidos para gobernar un país latinoamericano desde que la región girara fuertemente hacia la izquierda en las últimas décadas.
Pero la mayoría de los analistas no ven el resultado de la votación tanto como un giro decisivo hacia el conservadurismo entre los votantes sino como un signo de desencanto con lo que consideran ideas rancias y un deseo de renovación.
"Para mí está claro que tiene que haber cambios en Chile", dijo Eduardo Navarrete, un jubilado que votó por Piñera. "Veinte años de abuso y falso progreso basado únicamente en el precio del cobre es demasiado. Lo demás es sólo espectáculo".
Con el 99 por ciento de los votos contados, Piñera, 60, tenía el 52 por ciento, contra un 48 por ciento del ex presidente Eduardo Frei, 67. Después de que se dieran a conocer los primeros resultados oficiales, Frei reconoció la derrota llamándola "sólo un bache en el camino".
Sin embargo, el resultado fue un aplastante revés para la coalición de izquierda que ha dirigido Chile después de los diecisiete años de la dictadura de Augusto Pinochet y que ha contribuido a reconstruir la democracia al tiempo que mantuvo la estabilidad económica.
Los votantes no sólo superaron sus temores por los lazos de la derecha con la dictadura, sino también rechazaron al candidato que era apoyado por una presidenta de izquierda extremadamente popular, Michelle Bachelet. Pese a tener índices de aprobación por encima del 75 por ciento, la presidente fue incapaz de transferir su popularidad a Frei, al que muchos veían como un recauchado y cuya campaña fue incapaz de mantenerse a la par con la ingeniosa y bien financiada campaña de Piñera.
Piñera se ha hecho una reputación como un experimentado líder empresarial, aunque no se espera que introduzca cambios importantes en las políticas económicas del país.
En su discurso de victoria, Piñera pagó tributo al gobierno previo y juró "no empezar de cero, sino comenzar una nueva era para el desarrollo de nuestro país". Y en una llamada telefónica televisada, llamó a Bachelet la noche del domingo para agradecerle por su mandato e invitarla a desayunar el lunes en la mañana para solicitar sus "consejos".
El tercer ciudadano chileno más rico del país, Piñera tiene un imperio financiero que incluye el control de la aerolínea más importante de la nación, LanChile; un canal de televisión; y acciones en el equipo de fútbol más popular de Chile. Dijo que en caso de ser elegido se desharía de su participación en Lan.
Durante la campaña, Piñera presumió que crearía un millón de nuevos empleos y reprimiría la delincuencia y el tráfico de drogas. También dijo que trataría de privatizar una parte de Codelco, la compañía cuprífera estatal chilena y la mayor productora de cobre del mundo.
Como Frei, prometió continuar algunos de los programas sociales que inició la presidenta Bachelet, incluyendo la expansión del cuidado infantil y la asistencia social para madres sin trabajo.
Aunque algunos miembros de la coalición de Piñera sirvieron en el gabinete de Pinochet, el presidente electo dijo que no permitiría en su gabinete a ex miembros del gobierno de Pinochet. El hermano de Piñera, José Piñera, ayudó a instaurar el programa económico neoliberal del país como ministro del trabajo del general y hoy investigador del Instituto Cato, un laboratorio ideológico liberal de Washington.
Después de derrocar al gobierno socialista de Salvador Allende en 1973 con un sangriento golpe de estado, el general Pinochet hizo girar al país violentamente hacia la derecha. Más de tres mil ciudadanos fueron asesinados o hechos desaparecer, dejando una amarga memoria que desde entonces ha impedido que los conservadores pudieran gobernar.
El domingo, esos temores todavía favorecieron a Frei.
"Esta fue una de las decisiones más difíciles que ha tomado el país en un largo tiempo", dijo Erica Tapia, 44. "Desgraciadamente, yo voté por Frei por miedo a la derecha".
Bachelet no pudo postular a la reelección porque la Constitución chilena sólo permite un mandato de cuatro años sin la posibilidad de la reelección directa. Los analistas creen que podría ganar nuevamente en 2014.
Pero el descontento con su coalición se hizo evidente en la primera vuelta de los comicios en diciembre, cuando Piñera obtuvo el 44 por ciento de los votos y el candidato independiente, Marco Enríquez-Ominami, el 20 por ciento. Enríquez-Ominami, ex socialista, aprovechó el deseo de romper con el orden establecido con una campaña contra la política.

Pascale Bonnefoy contribuyó al reportaje.

20 de enero de 2010
17 de enero de 2010
©new york times 
©traducción mQh
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